SL30: EL HOMBRE DE NEGRO
"Si sabes quién eres y no te preocupa de dónde vienes, sabrás a dónde debes ir."
SL30: Hombre de Negro es una inmersión en una trama que desafía la percepción del tiempo y la propia identidad, revelando el verdadero propósito de un ser que dejó de existir para legar la conciencia.
Una novela de ciencia ficción oscura y filosófica sobre el tiempo, la identidad y un legado que trasciende el ahora eterno.
Índice de Capítulos
1.El hombre de negro
Una de las
primeras cosas que Silver comprendió fue que el pasado y el futuro no existen.
Lo supo cuando viajó por primera vez entre ambos mundos y descubrió que en
realidad el universo permanecía estático en un eterno ahora, que el tiempo no
corría y que incluso sus propios movimientos podrían ser solo una ilusión.
Poco a poco
dejó de preocuparse por los horarios y comenzó a interesarse más en analizar su
propia existencia. La primera pregunta que se hizo fue "¿de dónde
vengo?" Y entonces se dio cuenta de que la respuesta se había perdido
entre ese largo espacio que suele medirse con relojes y la única pista que pudo
encontrar fue una antiquísima fotografía instantánea de sí mismo en brazos de
su padre. De modo que el inicio de su historia se resumía en una imagen borrosa
suya como recién nacido, un niño de cabellos negros y ojos de un frío azul
grisáceo, siendo protegido por la mano de su padre; larga, blanca y
distinguida, pero de uñas oscuras y crueles. Su segunda pregunta fue:
"¿quién soy yo?" Luego de mucho pensarlo, concluyó que él era solo un
conjunto de ideas y recuerdos contenidos en un cuerpo físico. No le fue difícil
comprenderlo y rápidamente se formuló otra pregunta que lo llevó a comenzar una
misión que, desde diferentes puntos de vista, pudo durar mil años o solo
algunos segundos: "¿a dónde voy?"
Fue así
como en la mente de Silver se desataron tempestades y aparecieron gigantes
monstruosos que demandaban acciones titánicas en un mundo frío, en blanco y
negro como el piso de mármol en la mansión donde trabajaba siendo el sirviente
favorito de la señora de la casa. Un mundo de altos contrastes, irónico como el
propio Silver; que permanecía estoico en su impecable traje de oficinista negro
mientras en su interior reinaba el caos.
Como el
sirviente que era, Silver no poseía ningún derecho, contaba en el inventario de
la mansión siendo otro costoso lujo. Sin embargo, se podría decir que tenía
razones para su inalterable serenidad. La primera podría ser que sus
sentimientos eran apenas sombras de los que tendría cualquier ser humano y la
segunda que en realidad no tenía de que preocuparse siendo una de las
propiedades favoritas de su ama; podía considerarse muy afortunado ya que, de
toda su generación, él era uno de los pocos sirvientes que seguía en funciones.
El solo emplearlo para uso doméstico infringía la ley debido a la
"conducta errática" que él y sus compañeros habían mostrado antes y
bastó para prohibir que fueran puestos al alcance del público, Silver tuvo la
suerte de caer en manos de una mujer poderosa que gustaba de coleccionar
artefactos extraños y objetos prohibidos. Su ama no lo pensó dos veces antes de
llevar a casa a uno de los míticos Treinta, los sirvientes malditos de la casa
Silverlight.
Los deberes
de Silver eran simples y oscuros, al igual que el mundo en que se desenvolvía.
Su trabajo como un sirviente de su clase, un "viajero", consistía en
transportarse a otras épocas y traer a su señora aquellos placeres que en su
mundo decrépito ya se habían extinguido. Un buen trozo de carne de res, una
flor, el calor de un joven campesino, animales de granja para destripar; deseos
tontos que decepcionaban a Silver y le hicieron convencerse de que, pese a
estar en la cumbre del desarrollo tecnológico, la humanidad se había vuelto
completamente estúpida; corrompida de tal forma que la única manera de salvarla
era eliminándola por completo.
Pero Silver sabía que la solución no era tan sencilla como parecía. Que aún si destruyera a cada hombre y mujer en el mundo, estos seguirían existiendo en algún rincón y momento del universo eterno, aparentemente inalterable, que habitamos. Absorto en estos pensamientos que le obsesionaban, un día de febrero de 1992, observaba a una niña en un columpio cuando se fijó en como desde un ángulo se veía más alta que de otro, entonces pensó: "la solución no es eliminarlos, sino cambiarlos de perspectiva, cambiar la historia". Y desde entonces comenzó a echar a andar un complejo plan y a fijarse más en esa niña.
2. Una muñeca antigua
La niña en
el columpio tenía los ojos azules como el cielo y resaltaban escandalosamente
gracias a su piel broncínea y su larguísima cabellera negra recogida con dos
listones. Y esto era lo único bueno y destacable que se podría decir de Bloo,
como solían llamarle. Por lo demás era una muchachita flacucha y
subdesarrollada, mala estudiante, mala en las artes, mala en la cocina, mala
deportista y más inmadura que las otras chicas de su edad; ya que mientras las
otras niñas comenzaban a ser coquetas y a fijarse en los muchachos, Bloo
todavía estaba más interesada en las caricaturas y en encontrar a un travieso
duende que según su madre se escondía en lo más espeso del bosque que rodeaba
su pueblo y cuidaba la entrada a un estanque encantado en el cráter de un
antiquísimo volcán extinto.
Bloo vivía
en una vieja casa junto a una plantación de café, pudriéndose de soledad casi
en la cumbre de una montaña. La acompañaba su anciana madre, un clásico
personaje controvertido de esos ambientes rurales, siempre vestida de forma
bizarra con un gran sombrero puntiagudo que le daba un aspecto de bruja de
cuento. La gente del pueblo rumoraba que estaba volviéndose loca y que su otra
hija que vivía en la ciudad y no la visitaba nunca, aunque le enviaba dinero
mensualmente, era en realidad la madre de Bloo. La vieja, conocida por todos
como Nana, tenía como setenta años el 29 de febrero de 1978 cuando anunció de
repente que había tenido otra hija y que se llamaba "Bronce"; nombre
que por feo y raro se fue transformando hasta convertirse en "Bloo".
La joven
Bloo solo tenía dos amigos en la escuela. La más cercana era Mari, la hermosa
hija del abogado del pueblo, quien por alguna razón siempre participaba en las
fiestas escolares como actriz en alguna obra de teatro o cantando; aunque en la
vida diaria apenas hablaba con los demás y cuando lo hacía decía cosas tan
maduras que repelían a los demás; cosa que la tenía sin cuidado. Su otro amigo
era Laude, niño mimado, con gafas y su amigo a la fuerza puesto que era el
precioso hijo adoptado de una tía lejana; vieja solterona y conflictiva pero
respetada por todos tras haber tenido que ser la única que estuvo junto al
marido de Nana cuando sufrió el ataque al corazón que le quitó la vida; justo
en el mismo día en que la tía en cuestión estaba cumpliendo quince años, hecho
que amargó su juventud y su vida para siempre. De más estaría explicar que los
tres eran los chicos marginados de la clase. Del trío, la única que realmente
no tenía dificultades con las calificaciones en la escuela era Mari; Laude siempre
aprobaba porque ninguna maestra quería verlo más de un año y Bloo fallaba en
los exámenes con regularidad y era promovida a nuevos años escolares casi
milagrosamente. Cada fin de mes, Bloo sufría sabiendo que su tía averiguaría
sus bajas calificaciones gracias a los comentarios inoportunos de Laude, y le
haría la vida imposible con sus reprimendas durante varios días hasta que otro
chisme la distrajera del bajo rendimiento de su sobrina; y así Bloo volvería a
su vida normal buscando duendes en la montaña y descuidando sus estudios.
A tres días
del 29 de febrero de ese 1992, Bloo rebosaba de felicidad pues ese año era
bisiesto y por tanto finalmente tendría un cumpleaños. Cada año, los adultos
hacían la broma de que como la fecha de su cumpleaños no aparecía en el
calendario no se lo celebrarían. Pero eran tan buenos bromistas, decían ellos
mismos, que llegaba el 28 de febrero y el primero de marzo y ninguno se hacía
cargo de obsequiarle nada. Esa tarde, Bloo bajaba corriendo la montaña pues su
madre la había mandado a comprar algo en el pueblo cuando a mitad de la ladera
pensó que nadie la veía y comenzó a correr a brinquitos; poco después se sintió
más ágil y probó hacerlo mientras corría de lado, y finalmente de espaldas;
imaginando ser un elegante caballo entrenado. De repente escuchó una risita y
la sorpresa la hizo congelarse en el acto como si hubiera recibido una fuerte
descarga eléctrica. Entonces oyó la voz de Laude, su primo:
—¡Eres tan graciosa!
Bloo le
tenía cierto cariño a Laude, el cariño de la costumbre, pero había momentos en
que deseaba molerlo a palos. Laude era un chico remilgado y sabihondo, tan
delicado físicamente que su cabello rizoso originalmente negro se le decoloraba
hasta ser rubio en las partes donde más lo tocaba el sol. Las señoras lo
adoraban pues era uno de esos bebés eternos que solo entablan amistad con
mujeres mayores ya que sus congéneres y coetáneos suelen odiarles. Tenía la tez
blanca y los ojos azules, según la tía de Bloo porque era hijo de unos
aristócratas amigos suyos de apellido Samana que se lo habían encomendado para
que el niño disfrutara del buen clima del pueblo; ya que su país natal era frío
y oscuro; aunque todos sabían que en su familia de vez en cuando nacía alguien
de ojos azules y corría el rumor de que en realidad el niño era fruto de una
relación ilícita de la tía. Laude tenía también la mala costumbre de pasarse la
vida buscando como acaparar la atención de Bloo, aunque tuviera que valerse de
meterla en problemas quejándose de sus travesuras ante los adultos. De alguna
forma su necesidad de ser notado, o quizás de cariño, inspiraba lástima en su
prima; pero su halo de mojigatez y velado engreimiento terminaban por repugnar
a cualquiera. Bloo trató de disimular el enojo y respondió:
—Es raro verte aquí. ¿Vienes
a buscar al duende?, no te aconsejo que vayas más allá del lado opuesto de la
montaña. Hay mucha gente que ha pasado hasta tres días perdida ahí, y algunos
nunca fueron encontrados.
Laude se
sentó debajo de un pino y dijo, bajando la voz para dar un toque dramático:
—No vengo por el duende,
busco algo más serio. Vine a ver si encontraba a los OVNIS, Bloo... ¿No has
oído la noticia? Ayer vieron unas luces extrañas volando cerca de la montaña.
Estamos siendo visitados por seres extraterrestres...
—Si es otro de tus cuentos
le diré a todos que te hiciste pis en el sofá de mi casa.
—Eso sucedió cuando tenía
cinco años... ¡Y te hablo en serio! Los extraterrestres están aquí. Pregúntame
lo que quieras al respecto.
Respondió
Laude sonrojado, calándose las gafas. Bloo se sentó en el piso y preguntó:
—¿Y para qué han venido?
—Un científico de la
televisión dijo que vienen a hacer experimentos con nosotros, aunque también es
posible que vengan a robar nuestros recursos o a invadirnos. Definitivamente
deben ser seres malvados, dicen que han vivido escondidos entre nosotros desde
hace mucho tiempo. ¿Por qué otro motivo ellos se esconderían si no fuera por
sus malas intenciones?
La chica se
estiró sobre la hierba y dijo:
—Todo mundo tiene sus
razones. Antes de declararles la guerra, los científicos deberían tratar de
dialogar con ellos. Quizás sean seres bondadosos.
—Ya lo han intentado sin
éxito, Bloo. Ellos no son como nosotros y si nosotros somos los buenos, ¿qué
más pueden ser ellos?
—¿Somos los buenos?, quizás
nos tienen miedo y por eso no nos hablan...
Bloo
continuó diciendo, mientras se levantaba sacudiéndose la tierra de la ropa para
luego partir corriendo ante la sonrisa enigmática de su primo:
—Si ves a un extraterrestre
invítalo a cenar en mi casa o no te creeré. Ahora no quiero perder tiempo
hablando contigo sobre tus cuentos, ¡Laude Samamanána!
Una vez en
el pueblo, Bloo compró los víveres encargados por su madre y luego se encontró
con Mari en la plaza. Por esa época se reunían cada tarde para ir juntas al
bosque y tratar de encontrar al famoso duende. Ambas creían fielmente en su
existencia, ya que Nana aseguraba haberlo visto jugando con las luciérnagas al
caer el ocaso hacía muchas décadas cuando ella se perdió en el bosque una vez
siendo muy niña; y, aunque Nana posiblemente estaba loca, era una adulta y para
ellas eso bastaba para creerle. Cada tarde se aventuraban al bosque armadas con
una brújula y una vieja red de mariposas, Bloo convencida de que debían
resolver el misterio y Mari más motivada por la diversión. Sin embargo, ese
día, cuando ya estaban por dejar el pueblo, Mari detuvo a Bloo y
disimuladamente le dijo al oído:
—Es mejor que hoy no subamos
a la montaña. Un hombre que no es del pueblo nos está siguiendo desde hace
rato, es mejor quedarse aquí...
Bloo
levantó la vista y como por instinto se encontró inmediatamente con la mirada
de un extraño que las observaba. Era un hombre joven en traje negro, mirándolas
seriamente desde la ventanilla de un antiguo, pero perfectamente conservado
Cadillac del mismo color. Era bien parecido, de piel algo bronceada y porte
atlético, pero con un rostro de rasgos finos. El extraño se apartó un mechón de
cabello negro reluciente de un costado del rostro en un gesto un poco
amenazante y se quitó unas gafas de sol sin dejar de mirarlas con sus ojos de
un azul tan claro que era casi plateado. Bloo inmediatamente reaccionó
haciéndole gestos, mientras Mari se sentaba a la orilla de la calle empedrada y
decía:
—No hagas eso, pensará que
somos unas tontas...Es muy guapo...
—¡Pero si es un viejo!
Además, no lo conocemos. ¿Qué importa lo que piense?
—Importa. La buena
impresión, Bloo, lo es todo. Especialmente para una dama. De tu conducta
depende tu felicidad en esta vida. ¿Nunca has pensado en el futuro?
Bloo se
quedó un momento como aturdida y luego dijo:
—Realmente...Supongo que
creceré, me casaré y tendré hijos.
Mari
murmuró, como diciéndole en secreto:
—Yo pienso mucho en mi
futuro y en cómo llegar a conseguirlo. A veces me miro al espejo y pienso, dime
algo sinceramente... Soy linda, ¿verdad?
—Qué pregunta más rara...
¡Yo que sé!, creo que no eres fea.
Con una
sonrisa misteriosa Mari peinó sus lacios cabellos castaños que Bloo
secretamente envidiaba por su belleza, y dijo:
—Me he dado cuenta de que
soy hermosa, pese a que hay cosas que odio de mí, como el tono amarillento de
mis ojos, creo que tengo lo suficiente...
—¿Quieres ser modelo o
estrella de cine?
—No, tonta. No lo
entenderás, eres tan niña...Creo que algunas personas maduran solo con razonar
y descifrar así los misterios de la vida, otras necesitan vivir la experiencia.
Yo he descubierto muchas cosas solo observando, pero quiero vivir. ¡Vivir! Sé
que ahora no comprendes nada, pobrecilla, debo estarte asustando. Pero estoy
segura de que cambiarás luego de tu primer amor. ¿Nunca has pensado en porqué
Laude anda siempre cerca de ti?, del amor al odio solo hay un paso.
Bloo la
miró espantada y la interrumpió diciendo:
—¿Por qué siempre dices
cosas así?, ¡no lo hagas, Mari! Todo llega a su debido tiempo, si sigues
preocupándote tanto por el mañana terminarás por matar el ahora.
—El ahora ya está condenado
a muerte, Bloo. Él ahora es como ese momento bochornoso en las obras de teatro
de la escuela, mientras corres tras bambalinas limpiando el decorado de una
escena y preparando el de otra. Toda la vida consiste en vivir retocando
recuerdos y preparando bellas escenas. No te aferres a este "ahora"
porque no es nada.
—Pasas demasiado tiempo sola
mirándote al espejo.
Exclamó
Bloo para luego alejarse corriendo bajo la fría mirada del hombre de negro.
Desde ese momento presintió que su mundo estaba a punto de caer a pedazos y un
temor inexplicable se apoderó de ella.
Y sin
embargo la extraña angustia que le embargó en el pueblo desapareció al irse
adentrando en la montaña y volver a su ambiente hogareño. Al atardecer se
divirtió viendo caricaturas, cenó con su madre y luego se divirtió sola en su
habitación con un videojuego de segunda mano que su hermana mayor le había
enviado desde la ciudad, hasta que la helada noche la invitó a meterse bajo las
mantas y conciliar el sueño. Horas luego, Bloo dormía plácidamente cuando de
pronto le pareció ver a través de sus párpados que la habitación se iluminaba
levemente y alguien estaba ahí dentro con ella. Sobresaltada, abrió los ojos y
con horror vio una silueta desgarbada al pie de su cama. Intentó gritar,
levantarse o al menos cubrirse bajo las mantas, pero su cuerpo entero estaba
paralizado por el miedo; solo podía ver y esperar con impotencia a que ese ser
hiciera algún movimiento. Poco a poco el extraño visitante fue acercándose más
a ella y con horror pudo distinguir mejor los detalles de su pavorosa
apariencia: era un ente de estatura mediana y cuerpo magro de delicada
elegancia felina, aunque su musculatura bien definida se adivinaba debajo de
una extraña vestimenta negra; hecha de un material similar al cuero que cubría
todo el cuerpo menos la cabeza y las manos, y se ajustaba como una segunda piel
salvo por unas largas tiras que colgaban de la cadera hasta los tobillos. Lo
que más aterrorizó a la chica fue el rostro del extraño que asomaba de entre
largos mechones de lacios cabellos rubios, casi blancos, un rostro inhumano con
ojos negros como si la noche desde el interior de su pálida piel blanca se
hubiera abierto paso con un par de arañazos; sin cejas, con los parpados
ennegrecidos y negra aún la parte que tendría que ser blanca, salvo por las
pupilas que refulgían como metal al rojo vivo. Bajo una nariz anormalmente
diminuta, sonreía ampliamente y de forma intrigante una escalofriante boca de
labios finos y negruzcos que revelaban dos hileras de dientes básicamente
humanos pero afilados y punzantes como los de un animal. El espantoso visitante
siguió avanzando hacia Bloo hasta que ella pudo olerlo. Despedía un aroma
antinatural pero agradable, parecido al florecer de los manzanos. Finalmente se
sentó al lado de la muchacha y le acarició el rostro con su larga mano blanca
de uñas oscuras y le murmuró al oído con una voz espeluznante y algo andrógina
que la hizo estremecer:
—Estás soñando, Bloo.
Entonces la
chica se levantó de la cama de un salto, con el canto de un gallo y el sol ya
bañando la montaña con su luz. Suspiró aliviada al comprender que todo había
sido una pesadilla y comenzó a hacer la cama, descubriendo algunas manchas de
sangre. La horripilante visita había sido algo más que un mal sueño.
Salió
corriendo horrorizada de su habitación directo a la plantación de café, donde
sabía que su madre ya estaría robando al legítimo dueño de esas tierras los
primeros frutos rojos de la cosecha de ese año. Al encontrarla gritó:
—¡Nanita, Nanita!, ¡un
extraterrestre se ha metido a mi habitación!
La vieja ni
siquiera levantó la mirada de lo que hacía y preguntó con indiferencia:
—¿En serio?
Bloo
comenzó a explicar, histérica:
—¡En serio!, ¡era flaco y
pálido, con pelo largo y dientes de vampiro! Vestía todo de negro, como un
cura, pero tenía cara de malo y se me acercó, me tocó la mejilla y me dijo...me
dijo...estás soñando...Bloo...
La chica
guardó silencio ante el total desinterés de su madre, que siguió recogiendo
frutos hasta que dijo como para concluir la conversación y que Bloo dejara de
molestarla:
—Vaya que tienes una
imaginación muy grande.
Tal
respuesta hizo sonrojar a Bloo, quien regresó apresuradamente a la casa
mientras se juraba a si misma nunca más contarle algo semejante a su madre. Sin
embargo, seguía estando segura de que un evento raro había sucedido la noche
anterior, así que se vistió y bajó al pueblo en busca de Laude; que en ese
momento era el experto en materia de extraterrestres. Lo encontró desayunando
en el patio de su casa, mientras su tía barría alrededor y prestaba morbosa
atención a cada palabra que Bloo decía. Laude escuchó toda la historia, limpió
sus gafas pensando, y finalmente dijo:
—Nunca había oído algo así.
¿Estás segura de que no fue una pesadilla?
—¡Muy segura!, sentí su
olor, la tibieza de su mano, su aliento en mi oreja...Era un extraterrestre, de
esos de los que tú hablabas ayer. Tú dijiste que estaban cerca....
—¡¿Yo?!, ¡yo nunca hablo de
esas cosas pues mi mami dice que son asuntos del diablo!, ¡no inventes mentiras
y deja de contarme esas historias de miedo!
—¡¡Pero tú mismo me dijiste
que habían visto luces en la montaña!!
En ese
momento hizo su espectacular intervención la tía, que se paró detrás de Laude y
dijo con voz engolada e incluso haciendo una pose mientras sonreía con
sarcasmo:
—¿Ah sí, Bronce? Pues qué
raro, ya que mi hijo no miente. Mejor vete a estudiar que buena falta te hace,
ya estoy preparando unas manzanas para obsequiarle a tu maestra; quizás así se
apiade de ti y vuelva a promoverte de año por lástima.
Bloo
emprendió inmediatamente la retirada despidiéndose con respeto ante la sonrisa
ponzoñosa de su tía y entonces fue a casa de Mari, dispuesta a quemar un último
cartucho. Mari escuchó la historia del visitante nocturno sentada a su lado
ante una de las callejuelas empedradas del pueblo y guardó su opinión hasta que
Bloo concluyó contando el incidente de Laude y su tía. Pese a ser solo otra
chica de la edad de Bloo, Mari ya miraba el mundo con la visión de un adulto.
Se frotó el mentón y luego dijo a su asustada amiga, mientras le tomaba un
hombro:
—Bloo, es que si cuentas así
las cosas, que un hombre se metió a tu cuarto y te tocó y se te olvidó que pasó
después, la gente pensará mal de ti. Es mejor que dejes de contar esa historia,
empezaran a decir que hiciste otra cosa y te estás inventando una excusa
descabellada... ¿Entiendes?
El discurso
de Mari fue interrumpido por una violenta bofetada de Bloo, que sin mediar más
palabras emprendió el regreso a la montaña corriendo a toda prisa. Pensaba
furiosa en cuanto le gustaría poder hacer que todos la escucharan y trataran de
comprender, aunque tuviera que obligarlos a palos; y en que no quería volver a
poner un pie en el pueblo, pero tampoco en su casa de la montaña, con su madre
que la trataba como a una completa idiota. Entonces pensó también en que
realmente no tenía prisa por regresar a casa, donde bien podría aparecer de
nuevo el terrorífico visitante nocturno; y comenzó a vagabundear entre pinares
y huertos, distrayéndose en buscar al duendecillo travieso que habitaba en el
bosque. El ocaso la encontró caminando de manos por la solitaria calle que
llevaba al pueblo, mientras el viento perfumado del bosque silbaba entre los
árboles y algunas luciérnagas hacían su aparición volando entre la bruma. De
pronto vio acercarse un automóvil a baja velocidad, con las luces ya
encendidas. Se apartó del camino y se sentó en la hierba a esperar que pasara,
entonces reconoció al Cadillac del hombre de negro. El desconocido condujo
hasta llegar frente a ella, se asomó un poco por la ventanilla para verla bien,
aparcó, salió del auto revelando medir casi dos metros de altura y le dijo sin
ninguna emoción en la voz mientras ella lo miraba perpleja:
—Usted ha roto su rutina
diaria esta tarde. ¿Tiene alguna razón en especial?
Bloo
titubeó un poco, desconfiando del extraño; quien al no recibir respuesta
agregó:
—Está bien, no tiene
importancia. Siempre estamos a tiempo.
Entonces
sacó de un bolsillo de su chaqueta lo que parecía ser un bolígrafo, luego hizo
algunos movimientos de prestidigitación con las manos y lo que era un bolígrafo
se convirtió en una pistola Glock 17. Bloo se levantó de un salto, asustada, el
hombre notó su temor y dijo nuevamente hablando como si recitara un discurso
ensayado:
—Guarde la calma, en
realidad solo le quitaré algunos minutos. Quiero que ponga mucha atención a lo
que le diré y no se lo cuente absolutamente a nadie: en adelante debe confiar
ciegamente en mí y obedecer a todo lo que yo le ordene, pues su vida estará en
mis manos desde este momento. Comprenda que este será un largo y delicado
proceso que requerirá de extrema discreción y que mi meta final es solamente
procurar el bien para usted y los suyos.
Con el
corazón latiendo sin control, Bloo observó como el hombre hizo otro movimiento
de prestidigitación y sacó una brillante bala plateada con la que cargó el
arma. Agregó un silenciador, quitó el seguro, y luego la miró fijamente a los
ojos y dijo otra vez:
—Guarde la calma.
Entonces el
hombre disparó al cielo y volvió a guardar la pistola, cruzándose de brazos.
Bloo esperó unos segundos, luego miró a sus costados y finalmente al hombre de
negro que seguía cruzado de brazos, dándole la espalda. La chica balbuceó:
—¿Quién es usted...?
Él se
volteó con una sonrisa amistosa y dijo hablando de forma encantadora:
—¡Soy Silver Light 30!, un
trabajador viajero que le ofrece no solo la eficiencia y elegancia que la casa
Silverlight siempre ha brindado, sino también un toque innovador de
personalidad sumado a nuestro impecable sistema informático.
Bloo alzó
una ceja comenzando a sospechar que el señor Silver Light 30 estaba loco,
cuando le pareció ver algo moviéndose en el cielo. Alzó la mirada y vio varias
luces extrañas agrupándose hasta fundirse en un solo disco que comenzó a
descender hacia ellos, iluminándolos con un poderoso rayo de luz cálida que la
hizo sentir mareada y luego perder el conocimiento en medio de un intenso
resplandor.
Cuando Bloo
despertó, se encontró tendida en una mesa metálica dentro de una habitación
donde reinaba la oscuridad salvo por una luz difusa que iluminaba el punto en
que ella estaba. Con espanto vio a su alrededor a unos extraños hombrecillos
cuya apariencia correspondía a la clásica descripción de un extraterrestre y
tragó saliva creyendo comprender su situación. Uno de los extraños seres hizo
una señal y del techo oculto en la penumbra emergieron varios cables y aparatos
extraños. Luego otro de los hombrecillos se le acercó, le colocó un cilindro
sobre la frente e inmediatamente Bloo cayó en un profundo sueño. Tiempo
después, no sabía si luego de minutos o de horas, despertó mientras el
misterioso Silver Light 30 le tocaba la frente con su bolígrafo y decía en voz
baja pero siempre con su extraña forma inexpresiva de hablar:
—Guarde la calma. Los
trabajadores E5 están preparándola para el resto de nuestro viaje. No le harán
ningún daño, son sirvientes como yo. Solo intervine para revertir algunas
pequeñas modificaciones cerebrales que le hicieron. La necesito a usted plenamente
despierta y libre. No informe a nadie de lo que he hecho, es muy importante que
confíe en mí.
Bloo
asintió con la cabeza, temblando de miedo mientras los hombrecillos volvían con
bandejas flotantes donde traían un par de piernas y brazos, así como diversos
recipientes que parecían contener órganos, sangre y tejidos humanos. Bloo se
estremeció de terror y quiso levantarse, entonces advirtió que no sentía las
manos ni los pies y miró con horror que le habían amputado todos los miembros y
de hecho estaba completamente desollada. Sus gritos hicieron venir a un par de
extraños seres distintos a los hombrecillos que trabajaban en torno a ella. Los
recién llegados eran parecidos al extraño visitante de la noche anterior y
vestían casi de la misma forma, pero lucían una luna menguante negra tatuada en
la frente. Uno tenía la nariz mutilada y otro agujas clavadas sobre los ojos, a
manera de cejas. Ambos parecían divertirse mucho observando el terror y
sufrimiento de la muchacha mientras Silver Light 30 permanecía completamente
impasible, de pie al lado de la mesa donde yacía Bloo o más bien lo que quedaba
de ella. Bloo siguió gritando hasta que uno de los hombrecillos le puso un
abrebocas y comenzó a trabajar en sus dientes y otro le abría los ojos y
también empezaba a trabajar en ellos. Incapaz de seguir gritando, Bloo solo
derramaba lágrimas cuando otro hombre de piel pálida y ojos negros apareció.
Estaba completamente calvo de la frente hasta la mitad de la cabeza, desde
donde le brotaba una cabellera negra tejida en trenzas, algunas teñidas de rojo
y azul. Tenía la misma luna menguante tatuada en la frente y parecía ser mayor
a los otros dos que reían. Miró a Bloo, meneó la cabeza y dijo:
—Debieron hacerla dormir
antes de confeccionarla. Sus sufrimientos no serán tan exquisitos si ya no
cuentan con el elemento sorpresa. Además, es un llanto no justificado. Gracias
a la anestesia no sientes dolor, pequeña, solo miedo. Hace mucho que nadie encargaba
una muñeca homo sapiens, cada vez son más caras. Mi hijo tuvo que conformarse
con una artificial, de esas que solo tiemblan y gimen cuando las destruyen.
Uno de los
seres que reía dijo entonces:
—Señor U., las riquezas e
influencias de la dama que encargó esta muñeca son impresionantes. El viajero
es un Silver Light y además uno de los míticos Treinta.
El hombre
mayor, el señor U., miró a Silver Light 30 y exclamó:
—¡Que lujo!, comparado a
este, nuestros burdos trabajadores E5 son una porquería. No lo han revisado,
hay que inspeccionar a los viajeros cada vez que importan material del pasado.
Veré si todo está en orden.
Inmediatamente
señaló a Silver y luego se tocó el tatuaje de la frente, diciendo:
—Todos sus permisos
correctos, sin embargo, hay algo raro. Se supone que los Treinta tienen
prohibido ir al sector 273-51 por un acuerdo entre la casa Silverlight y
Prometheus, pero viene de ahí. Además, rompió otra normativa específicamente
creada para los Treinta, viajar a la época comprendida entre los 1990's y los
2080's. Su dueña no se lo ordenó, qué extraño. SL30, ha actuado en contra de
las directrices de la casa Silverlight referentes a su modelo y el uso de
Prometheus, ¿razón?
—Mi propietaria me ordenó
que la sorprendiera al escoger una muñeca para su futuro hijo, actué dentro del
amplio rango de variables que su orden me ofrecía. Esta decisión arriesgada es
la que probablemente cumpla mejor sus deseos, debido a que es muy inesperada en
mí. La prioridad de satisfacer las expectativas de mi propietaria me permitió
considerar la idea y llevarla a cabo.
—Ya veo, ¿ha quebrantado
también alguna regla general de Prometheus?
—No, señor.
—¿Puede explicarme cómo
funciona nuestro sistema de viajes en Prometheus?
—El viajero parte del
presente al pasado, hace su misión y regresa exactamente al mismo punto de
partida. Para eso se vale de las señales de guía que se emiten desde las
instalaciones de Prometheus ubicadas en este universo que existe paralelamente
al universo conocido y del que surgen todos los túneles espaciotemporales.
—Mencione las reglas de
Prometheus.
—Las reglas para utilizar
los servicios de Prometheus son ocho: uno, nadie puede viajar al futuro
desconocido por respeto al derecho a la libre elección de futuro. Dos, los
viajes en el tiempo entre un punto de la historia a otro en una distancia
cronológica inferior a cien años no están autorizados, al igual que los viajes
a fechas más recientes que 2900; salvo excepciones específicas como accidentes
técnicos de Prometheus, corrección de crímenes graves o accidentes serios
debidos a errores humanos debidamente analizados y aprobados por los
supervisores de Prometheus, según el derecho a la libertad del presente que
actualmente es el año 3013. Tres, está terminantemente prohibido viajar en el
tiempo y reencontrarse a sí mismo, ya que esto produce una deformación grave
del universo; causando la destrucción del individuo que advierte su propia
presencia duplicada. Cuatro, solo pueden viajar en el tiempo los sirvientes
robóticos, supervisores capacitados y los sirvientes ciborg bajo la estricta
vigilancia de un supervisor o un sirviente robótico que los acompañe; un ser
humano normal es incapaz de viajar por los túneles espaciotemporales sin sufrir
lesiones graves. Cinco, cada deformación notable de la historia debe ser
registrada e investigada. Seis, todo objeto o persona que viaje a través de los
túneles por primera vez debe ser registrado en las aduanas de Prometheus, y
acondicionado en el mismo recinto para futuros viajes de ser necesarios. Siete,
todo viajero que parta del siglo XXX al pasado debe recordar que al volver de
su misión irá al mismo lugar y momento en que partió; a menos que su estadía en
el pasado exceda una semana, en tal caso deberá volver exactamente a la fecha
que corresponda al mismo período de tiempo transcurrido en su punto de partida.
Ocho, el límite de viajes en el tiempo para cada individuo es tres por mes. El
abuso de los servicios de Prometheus es ilegal.
—Perfecto...Sobre la materia
prima para la muñeca. ¿Está catalogada como material libre para manipulación y
o eliminación? El sector 273-51 es muy delicado y misterioso, es la cuna de
nuestra civilización actual.
Silver
Light respondió fríamente.
—Tiene usted toda la razón.
Pero este material no compromete en ninguna forma a nuestro presente. Es una
jovencita insignificante que nunca fue ni será popular o importante para su
comunidad. Prueba de ello es que los observadores de la historia que laboran
aquí en las instalaciones de Prometheus no han detectado ningún cambio serio
debido a su retiro del año 1992.
—Pues...a decir verdad tiene
razón...Bien, SL30, su reingreso al futuro está aprobado. Veo que la muñeca
está tomando forma. Instalen ya un generador de energía para las partes
artificiales, siempre es bueno probarlas antes de los retoques finales. Para el
flujo de capacidad psicoquinésica de una Homo sapiens de su edad bastará un
generador de nivel bajo.
Uno de los
hombrecillos que "armaban" a Bloo tomó una pequeña lámina dorada en
forma de luna creciente y la colocó en medio del pecho de la joven. Al contacto
con la carne brotaron de la lámina cientos de blancos hilos luminosos que se
distribuyeron por lo que quedaba del cuerpo de Bloo y por sus nuevos miembros
robóticos. Luego el ser presionó la lámina y esta se iluminó, lanzando algunas
chispas y apagándose después. El señor U., que ya se retiraba, escuchó el
sonido del generador fundiéndose y se volteó diciendo:
—¡Quién lo diría! La pequeña
sobrecargó el generador. Esperen, mediré su capacidad psicoquinésica, quizás
alcanza un nivel medio.
El señor U.
tomó un aparato de los que colgaban del techo y lo aplicó a la frente de Bloo,
diciendo luego, con sorpresa:
—¡Capacidad superior! Es
asombroso, alcanzas el nivel de un Homo cosmos. Sin embargo, tu muerte no
parece alterar en nada la historia. Es una tristeza, pequeña, naciste para ser
otro talento destinado a morir en el anonimato. Realmente es un digno regalo
para...
Bloo no
pudo escuchar más, comenzó a ver todo negro y finalmente perdió el
conocimiento.
3. La criatura espantosa
Bloo volvió
a despertar, sobresaltada, en una especie de amplio jardín interior hecho de
cristal. Se palpó comprobando con alivio que tenía piel y todos sus miembros
completos, de hecho, se sentía mejor que de costumbre. Lentamente se puso de
pie, notando que le era un poco difícil moverse, el cabello le flotaba a su
alrededor como si estuviera bajo el agua, aunque respiraba perfectamente e
incluso sentía que todo el ambiente tenía un vago olor a pólvora. Avanzó un
poco entre setos y flores transparentes hasta hallar la superficie pulida de
una columna, donde pudo verse. Era ella misma, pero lucía más hermosa y un poco
más desarrollada. Su piel y su cabello nunca se habían visto más tersos, además
su cuerpo estaba dotado de formas ondulantes. Había algo más que le pareció muy
extraño, alguien la había vestido con un uniforme de sirvienta victoriana y
recogido el cabello con dos listones; su atuendo tenía detalles tan femeninos y
casi infantiles que combinados con la falda corta hasta el tercio superior del
muslo delataban un obvio fin perversamente erótico. Pensó que esa debía ser la
vestimenta de una "muñeca ciborg" y tuvo un mal presentimiento,
comenzó a buscar una salida encontrando únicamente una enorme puerta dorada sin
cerradura alguna en un muro de espejo. Se quedó mirando intrigada el grabado en
la puerta, una luna menguante descansando sobre el símbolo de la eternidad,
mismo símbolo que estaba bordado en su uniforme. Entonces escuchó esa voz
carente de emociones que ya le parecía familiar:
—Ese es el emblema de El
Reino Lunar de los Homo Cosmos.
Bloo se
volteó y Miró a Silver Light 30, que continuó hablando:
—¿Se siente usted mejor? Han
pasado diez años desde la última vez que hablamos. Su cuerpo de ahora en
adelante será el de una perfecta joven mujer. Siento que se haya perdido
momentos valiosos de su desarrollo. Pero al menos ahora tiene asegurado el vivir
más de un siglo, con capacidades físicas sobrehumanas y juventud casi
permanente. Siempre y cuando se mantenga lejos del sadismo mortal de los Homo
cosmos.
—¿Qué es un Homo cosmos?,
¿por qué me hicieron esto?, ¿dónde estoy?
Preguntó la
chica con la voz trémula y Silver Light 30 respondió:
—El Homo cosmos es la última
etapa evolutiva del género Homo, reemplazó al extinto Homo sapiens sapiens en
la segunda mitad del III milenio. Para facilitar su comprensión le mencionaré
que usted vio a un Homo cosmos cuando la desperté para modificar su proceso de
transformación en ciborg. Ese día usted vio al señor U., un Homo cosmos de
noventa y ocho años. Usted fue modificada porque ha sido usada como materia
prima para confeccionar una muñeca ciborg. En este momento usted se encuentra
en la Luna, hogar de la humanidad desde que el planeta Tierra se volvió
incompatible con la vida. Específicamente se encuentra en un jardín interior
lunar, rodeada de plantas artificiales que convierten las partículas de dióxido
de carbono en oxígeno e imitan la naturaleza de la Tierra.
—Esto debe ser otra
pesadilla... ¿Y qué es exactamente una muñeca ciborg, Silver Light 30...? Aquel
hombre monstruoso, el señor U., ¿quién es?
—Una muñeca ciborg es una
variedad de sirvientas nodrizas. Las sirvientas nodrizas son usadas por esta
sociedad para criar a los infantes. Cuando el joven ciudadano llega a la
mayoría de edad, eso es a los nueve años, le es colocado un implante con la figura
de una Luna menguante negra justamente sobre su lóbulo cerebral frontal. Estos
implantes son llamados "conectores sociales" y permiten a los Homo
cosmos unirse psiquicamente al resto de su sociedad, eliminando secretos,
asegurando paz a su comunidad y brindando madurez mental instantánea al joven.
Hasta ese mismo día se separa de su muñeca como prueba de su adultez. El señor
U., Umbra, es un supervisor. Trabaja en el corazón del circuito de túneles
espacio-temporales "Prometheus", velando por mantener la continuidad
de la historia conocida hasta este día y por el correcto funcionamiento de las
maquinarias que mantienen los túneles funcionando.
—Entonces...el plato volador
que vimos, ¿era un túnel?
—Era la puerta a un túnel.
Su cuerpo fue casi destruido por la velocidad superior a la luz que se alcanza
dentro de los túneles de Prometheus. En un viaje corto el daño es leve, pero en
viajes largos las lesiones son mucho más peligrosas. Usted perdió el 60% de su
tejido corporal durante el viaje, pero no volverá a correr ese riesgo gracias a
su nuevo cuerpo ciborg. Tampoco necesitará volver a ser inspeccionada por los
supervisores de Prometheus, ahora usted posee un permiso para circular por los
túneles espacio temporales siempre y cuando lo haga siendo acompañada por un
sirviente viajero como yo o un Homo cosmos capaz de viajar.
La joven se
sentó en cuclillas y se echó a reír nerviosa, diciendo:
—Soy un ciborg...y esos
horrendos Homo cosmos...
Entonces
tragó saliva y preguntó tras perder la sonrisa:
—¿Su mayoría de edad es a
los nueve años?, ¿y a que se refería exactamente Umbra con lo del sufrimiento?
—El Homo cosmos tiene un
ciclo de vida diferente al suyo. Su niñez y adolescencia dura la mitad de lo
que duraba la del Homo sapiens. Sin embargo, su esperanza de vida es mucho más
larga. Umbra se refería al sufrimiento que suele causarse a la muñeca el día en
que el joven ciudadano se conecta mentalmente con el resto de la sociedad
adulta. Ese día se suele celebrar con un rito de madurez donde el o la joven
tienen su primera experiencia sexual con la muñeca y luego la destruye de la
forma más cruel que sea posible. El buen gusto del nuevo adulto se mide con el
grado de sadismo y creatividad que use para destruir a su muñeca. Como ve
usted, es una forma de vida perversa.
Bloo se
levantó de un salto:
—Y me trajiste aquí sabiendo
esto... ¿Qué te he hecho yo?...
—Usted no ha hecho nada en
mi contra, yo necesito de su ayuda pues usted ahora posee un generador de
energía accionado por actividad psicoquinética; el cual yo no puedo tener.
Usted tiene la capacidad de volver al pasado y permanecer ahí, ya que su fuente
de energía es usted misma. Yo debo volver periódicamente al futuro para
recargarme con una fuente externa. Si volvemos juntos al pasado y usted me
brinda de su energía periódicamente, podré permanecer ahí el tiempo suficiente
para tratar de evitar este futuro siniestro. Comprenda que usted era la persona
correcta, estaba en el lugar correcto y en el momento correcto. Su sector es el
lugar donde la semilla de este presente comenzó a germinar y usted era adecuada
para ser usada como materia prima para cumplir los deseos de mi dueña, que
justo ahora necesita una muñeca ciborg nodriza para su primogénito que está por
nacer; excusa perfecta para que yo hiciera contacto con usted en su sector.
Removí de nosotros dos todo localizador que permitiera a los miembros de esta
sociedad rastrearnos o controlarnos. Solo necesito que escapemos juntos y nos
escondamos en el pasado hasta que yo haya modificado la historia lo suficiente.
—Pero nos buscarán en casa
de mi madre...Saben quién soy.
El hombre
replicó siempre con su serena inexpresividad:
—No es así. Borré los
registros sobre su identidad y domicilio en el pasado. Planeo reportarnos como
robados antes de volver allá, me creerán ya que es teóricamente imposible que
un sirviente viajero mienta, aun si es un rebelde SL30.
—Pero si viajan en el
tiempo... ¿No podrían viajar hasta momentos antes de que nos
"robaran" para evitarlo?
—No. La segunda regulación
del uso de Prometheus dicta que los viajes a tiempos posteriores al año 2900 y
anteriores a la fecha actual, en el año 3013, están prohibidos según el derecho
a la libertad del presente. Los crímenes comunes como robo de sirvientes no son
motivo de modificación de la historia, al igual que las muertes naturales o los
suicidios.
Tras
escuchar esto, Bloo caminó en torno al Silver Light 30 y finalmente se apoyó en
su espalda murmurando:
—Veo que has planeado todo
cuidadosamente. ¿Tú también fuiste raptado, Silver Light 30?
—No. Yo pertenezco a esta
época. Soy un sirviente viajero, una entidad mecánica dotada de inteligencia
artificial, cuya finalidad es viajar al pasado para cumplir los deseos de mis
dueños. Quizás usted lo comprenda mejor si digo simplemente que soy un robot.
—Un robot...
Murmuró
Bloo acariciando la espalda desprovista de tibieza en la que se reclinaba,
sintiéndose desamparada y solitaria en compañía de una máquina. Pero luego
recapacitó:
—¿Qué hace un robot tratando
de redimir a la humanidad?
—Fui creado con un soporte
lógico de personalidad basada en la de un ser humano, además de mi sistema
informático. Soy una edición especial de sirviente viajero lanzada con motivo
de uno de los aniversarios luctuosos del creador de la inteligencia artificial
selenita y fundador de la casa Silver Light: Alloy Silverlight, el hombre que
revolucionó al mundo de la robótica tal como la conocemos ahora y en quien se
basan mi personalidad y apariencia. Tengo prohibido viajar al sector 273—51 en
el periodo de tiempo comprendido entre los 1990's y los 2080's porque
Silverlight vivió ahí en esa época. El "verme a mí mismo", aunque no
soy el mismo individuo sino una copia suya, podría cambiar la historia
gravemente. Una vez volvamos al pasado, tendré cuidado con eso, aunque es
difícil predecir donde estará el verdadero Silverlight. Vivió ocultándose del
público y nunca difundió detalles personales de su vida.
Esta
revelación sorprendió a Bloo, que volvió a pararse frente a Silver para
preguntar extrañada:
—¿Dices que un científico de
apellido Silverlight nacerá en mi pueblo? No hay ninguna familia con ese
apellido, ni conozco a nadie interesado en la robótica.
—Lo sé, es un misterio. La
historia de los orígenes de este presente es oscura y confusa. Silverlight es
un ejemplo de eso. Nadie sabe quién fue su familia o donde nació exactamente.
Solo apareció en el sector 273-51 y las únicas pistas de su vida personal son
una fotografía de su infancia y varios videos suyos que usó para conformar una
copia virtual de su propia personalidad, que luego usó para crear un modelo
experimental de inteligencia artificial que terminó convirtiéndose en lo que
ahora es "mi mente". Yo poseo su apariencia e imito su forma de ser,
pero no tengo la información que me explique el por qué él decidió ocultarse
así del mundo. Decidí no preocuparme por eso y volcar mi interés en la mejora
del futuro. Hacer lo correcto es algo que, para el Silverlight original, y por
tanto para mí, es fundamental.
Confundida,
la chica se frotó las sienes y tomo la palabra de nuevo:
—Silver...Te llamaré Silver
y quiero que me llames Bloo y dejes de hablarme de "usted". Explícame
cómo es que la humanidad llegó a esto.
—Lo haré, pero no ahora.
Hemos perdido mucho tiempo, es preciso escapar cuanto antes. La señora de la
casa está ofreciendo una fiesta en honor a su hijo que nacerá este día. Te
traje desde una bodega a este jardín donde te reactivé según sus órdenes, ahora
estás lista para recibir a tu nuevo propietario, tu futuro destructor. Debemos
aprovechar la confusión para escapar a un sitio solitario y abrir un túnel de
Prometheus para volver al pasado. Es el momento justo, nadie sospecha de mí y
tampoco de ti, solo somos dos sirvientes en espera de nuevas órdenes.
Bloo
asintió con la cabeza y una mirada de determinación. Inmediatamente Silver la
guio fuera del jardín chasqueando los dedos y atravesando la puerta dorada como
si fuera un espejismo, mientras Bloo lo seguía dudosa; luego bajaron por unas
escaleras de cristal y mármol en torno a una torre. Estaban en el exterior de
lo que parecía ser un palacio y Bloo vio por primera vez el bello, aunque
inhóspito paisaje lunar. Era una ciudad bajo la luz fantasmal de la Tierra, un
enorme disco azul grisáceo que se adivinaba ya era solo una tumba colosal. Toda
la urbe estaba cubierta por un halo de brillo azulado que aparentemente
funcionaba como una pequeña atmósfera artificial. La ciudad que habitaban los
últimos remanentes de la humanidad se veía oscura y decadente, de arquitectura
minimalista con tintes góticos. Silver dijo, señalando el cielo estrellado:
—Solo fuera de las
residencias de la Luna verás un poco de luz. Todo este tiempo hemos estado y
estaremos en la oscuridad casi total. Tus ojos han sido modificados para que
puedas ver tanto en la luz como en esta penumbra, ya que en la Luna se vive en
una noche eterna. La humanidad perdió la libertad de vivir normalmente bajo el
sol durante las terribles catástrofes que hicieron sucumbir al planeta Tierra y
obligaron a los supervivientes primero a ocultarse en refugios subterráneos y
luego a huir a la Luna. En la actualidad los Homo cosmos nacen casi sin
pigmentación en el cuerpo, como las criaturas que habitaban antiguamente las
cavernas donde nunca entraba la luz del sol. Sus ojos son completamente blancos
salvo por sus pupilas rojizas y débiles, por eso los recubren con una lámina
negra que les permite adaptarse a cualquier condición de luz. De hecho, todos
ellos son ciborgs al llegar a la edad adulta, viven conectados a ordenadores y
llevan implantados diferentes aparatos para sobrevivir en las condiciones
inhóspitas de la Luna o para infligir dolor en sus sirvientes ciborg. Son
verdaderos monstruos de las tinieblas.
Finalmente
bajaron hasta un gran salón atestado de gente, Homo cosmos, como Bloo pudo
observar con espanto poco después. Era la fiesta en honor al nacimiento del
primogénito de la señora de esa casa y los miembros más distinguidos de aquella
sociedad sórdida se habían reunido para celebrar el acontecimiento. Docenas de
seres sombríos de rostros pálidos y miradas infernales consumían sustancias
extrañas contenidas en cristales huecos y charlaban entre sí, mientras todo
parecía flotar suavemente dando la impresión de una escena subacuática. Algunos
advirtieron la presencia de los caros sirvientes y comenzaron a alabar el buen
gusto de la dueña de la casa. Bloo preguntó:
—¿Por qué todos hablan el
mismo idioma que yo?
—No lo hablan, tú los
entiendes. Han desarrollado un idioma que puede ser comprendido por cualquier
ser pensante y a la vez son capaces de comunicarse usando cualquier tipo de
lenguaje humano. Es una sociedad muy avanzada, han hecho realidad todo aquello
que sus antepasados solo pudieron soñar. Pero esta nueva humanidad ha pagado un
precio muy alto por su grandeza. Por ejemplo...
Continuó
Silver, señalando a una joven invitada a la fiesta que se acariciaba
febrilmente desnudándose de pie sobre una mesa:
—...al no tener secretos
entre sí, los Homo cosmos viven enfermos de tedio; y su búsqueda de nuevos
placeres los ha llevado a extremos mórbidos. Tal es el caso del sexo entre los
selenitas. Se ha convertido en una actividad ordinaria y sin emoción, pública,
la única forma de hacerlo atractivo es distorsionando el acto hasta que...
Justo
entonces la mujer sacó una navaja y comenzó a practicarse largos cortes desde
los muslos hasta las pantorrillas, mientras se inclinaba con sensualidad,
gimiendo de placer. Bloo apartó la vista y Silver continuó, con su fría forma
de hablar:
—No debes sentir pena por
ella. Pese a su aspecto juvenil y frágil, un Homo cosmos es tres veces más
fuerte, más resistente y más veloz que un Homo sapiens. Soportan muy bien las
heridas. Además, lo que está haciendo es considerado muy placentero y refinado
por su gente. Nosotros podríamos incluso llegar a aceptar su cultura. Ya que es
comprensible que una sociedad condenada por su propia ambición a vivir en las
tinieblas y privada de la belleza natural de la Tierra, el verdadero hogar de
la humanidad, llegue a sentir niveles de frustración y resentimiento tan altos
como para desear destruirse a sí misma; es de hecho admirable como con el
tiempo lograron encontrar la belleza de ese continuo dolor ancestral y
disfrutarla. Podríamos aceptarla sí; de no ser porque esa joven, así como todos
los demás selenitas, no se conforma con autoinfligirse; tiene que dañar a
alguien más para satisfacerse plenamente. Y la ley aquí permite que descarguen
sus deseos de crueldad con nosotros, los sirvientes.
—Pero si disfrutan el
sufrimiento... ¿Por qué no se las arreglan solos?, turnándose para torturar o
ser victimados para obtener placer.
—Porque no son estúpidos y
su deseo es voraz e incontrolable una vez que se ha encendido. La gran mayoría
de ellos se inclinan más por el papel de torturadores y no llevarían el juego
tan lejos como para poner en riesgo sus propias vidas o las de sus iguales. Es
más sencillo dar rienda suelta a sus fantasías con una víctima desechable. En
la Luna la vida tiene valor. Pero no la vida de todos.
Entre la
confusión y el miedo que sentía, Bloo se acercó a un grupo de invitados que
observaban embelesados a una horripilante niña latigueando a un joven Homo
sapiens vestido de mayordomo que suplicaba a gritos que lo dejaran irse. Con
dolor, Bloo notó que la víctima era un hombre de su tiempo, apenas un muchacho.
La tortura terminó en poco y sus ojos se encontraron con los del joven, que al
reconocer en ella a otra muñeca ciborg se le acercó y le dijo algo en portugués
para luego romperse en sollozos. Bloo no supo que contestar e inmediatamente
Silver apareció y tradujo:
—Dice que no te preocupes.
Ha escuchado que cuando sus propietarios cumplen nueve años los dejan descansar
en paz. Espera impaciente ese día para volver con sus padres, dice que
seguramente están muy angustiados buscándolo.
Los ojos de
Bloo se llenaron de lágrimas y movió la cabeza negativamente, sabiendo cual era
el verdadero destino del joven. Silver la hizo alejarse de prisa tomándole una
mano, atravesando el salón hasta otra puerta. Luego se impulsó para saltar y
literalmente volaron juntos a través de interminables galerías, aprovechando la
baja gravedad lunar. Bloo lo seguía en silencio, solo dejándose llevar; ya no
pensaba, se limitaba a llorar y rogar mentalmente porque todo fuera una
pesadilla. En un punto se tropezó con una mesilla y Silver la levantó en un
movimiento rápido y preciso, cargándola en brazos y continuando su camino. Bloo
murmuró:
—Tú eres un sirviente
viajero, puedes regresar a los muñecos ciborg a su hogar si los llevas contigo.
¿Por qué no salvas a ese chico? Eres cruel como ellos...
—Hacer eso generaría
demasiado riesgo y no es un objetivo práctico para alcanzar mi meta. Confía en
mí. Si mis planes resultan, no solo ese joven será salvado de este horrendo
destino sino muchos otros.
Ya algo
molesta, Bloo preguntó:
—¿Cómo confiar...?, ¿cómo
saber que no estás engañándome para jugar con mis sentimientos y divertir a tus
propietarios?
—Por favor guarda la calma y
confía. Estoy haciendo lo correcto.
—Lo correcto para tus amos
sería dañarme, traicionar a los extintos hombres de la Tierra. ¿Qué es lo
correcto para ti?
—Proteger lo que es amado es
lo correcto.
La joven
morena miró extrañada a su interlocutor:
—¿Lo que es amado?, ¿la
personalidad que recibiste...recuerda el amor?
—Recuerda el valor del amor.
—¿Qué es lo que debe ser
amado?, ¿que valdría ser amado según tú?
—Una niña que no ha sido
corrompida por el egoísmo y la vanidad que llevó a la humanidad a su propia
destrucción debe ser amada. Debe ser protegida como la última flor en un campo
estéril.
Tal
respuesta sorprendió a Bloo. En ese momento llegaron a un pasillo donde
escucharon pasos. Se escondieron detrás de una columna y Silver murmuró,
explicando:
—Por aquí saldremos de este
palacio, pero me parece que ahora entra un equipo médico para atender a la
señora de la casa. Es casi la hora del nacimiento. Los Homo cosmos eliminaron
el sufrimiento y riesgo del parto sustituyéndolo por una sofisticada operación
cesárea. La reproducción en la Luna es un proceso meticulosamente planeado y en
el caso de mi propietaria se ha tenido un cuidado aún más especial. El embrión
fue "mejorado" durante años enteros. El niño que está por nacer es,
según ellos, el ser humano más cercano a la perfección que la ciencia ha podido
crear; óptimo en sus capacidades físicas como intelectuales, el selenita
perfecto.
—¿Será menos feo que los
demás?
—El concepto de la belleza
humana ha cambiado mucho en este último milenio. Tú y yo podemos ser
considerados hermosos por ellos, pero en el mismo sentido en que tú y tu gente
ven hermoso a un simpático primate. Ellos verán nacer al selenita más bello que
puedan imaginar, nosotros veríamos solamente a otro monstruo.
En ese
momento volvió a reinar el silencio a su alrededor y aprovecharon el momento
para salir del palacio por una puerta de servicio hasta otro jardín exterior
también hecho de cristal. Buscaron un claro y Silver comenzó a cargar su
revolver mientras Bloo preguntaba:
—¿Tu disparo funcionará a
través de ese domo azul en el cielo?
—Sí. El manto que cubre a la
ciudad se encuentra en estado gaseoso, las puertas de Prometheus se usan de
manera cotidiana en la ciudad. Nadie se sorprenderá.
—¿Qué le dirás al señor U.
si te ve regresar conmigo?
—No nos detendremos en la
estación de Prometheus esta vez porque no llevamos ningún objeto o persona que
deba ser registrado por ellos, viajaremos directamente al pasado a través del
túnel; sin dejar rastro. La única forma en que podrían detectarnos es si
violáramos alguna de las ocho reglas de Prometheus, entonces sus ordenadores
automáticamente detectarían una anomalía espacio-temporal.
Entonces
escucharon un quejido y corrieron a ocultarse en una glorieta. Trémula y bañada
en sudor frío, Bloo vio con el rabillo del ojo a una mujer alta y elegante; con
el cabello rubio y lacio flotando como un manto desde su frente hasta más abajo
de la espalda. Su rostro, aunque tenía las formas escalofriantes de los
selenitas, poseía cierto aire angélico; majestuoso. Era la primera Homo cosmos
que Bloo había visto sin ropas negras ajustadas. En lugar de estas llevaba un
delicado vestido de corte imperio, largo hasta arrastrarse en el piso; se le
notaba un bulto en el vientre y Bloo de inmediato adivinó que se trataba de la
señora de esa mansión. Entonces Silver le susurró al oído:
—Es mi propietaria, guarda
silencio. La Luna en su frente la conecta psíquicamente con su sociedad, si
descubre nuestros planes terminaremos siendo destruidos en la Luna. Todos los
demás selenitas lo sabrán en el mismo instante en que ella lo sepa.
Bloo
imaginó con horror su muerte a manos de los terribles habitantes del futuro y
entonces dijo con tristeza:
—Tendremos que posponer
nuestra huida...Salgamos y saludemos...
Ambos
salieron de la glorieta y se acercaron a la dama, que sonrió al ver a Bloo.
Silver parecía estar sufriendo algún desperfecto pues el rostro se le congeló
un par de veces y emitió algunos sonidos extraños, hasta que finalmente dijo:
—He activado a la muñeca,
señora. Está lista para recibir a su heredero. Como le prometí, es la joven más
pura que pude encontrar. Pasé años eligiéndola...y ahora se la entregó a usted
para que destruya todos mis ideales corrompiéndolos...
Aunque no
había ninguna emoción reconocible en su voz, se podía notar el rencor en las
palabras del robot. Bloo volvió a sentirse sorprendida por el razonamiento de
esa misteriosa inteligencia artificial. Silver era el único que había visto más
allá de sus defectos hasta apreciar su inocencia. La dama se acercó a Bloo y le
tocó el rostro, murmurando suavemente sin poner atención a lo que su sirviente
decía:
—Mi hijo te desea. Acaba de
estremecerse en mi vientre. Sigue haciéndolo, quiere saltar a tus brazos, pero
tendrá que esperar hasta que caiga la noche. Aun no es su hora de salir al
mundo. Tu mirada es exquisita...Llena de vida, no como la de estos sirvientes
robóticos. Los ciborgs son tan hermosos, tan tiernos...
A
continuación, la señora de la casa acorraló a Bloo contra un árbol y le dijo al
oído:
—Apuesto a que aún eres
virgen, no creo que mi hijo se enfade conmigo si yo pruebo un poco tus carnes
antes que él lo haga. Te entrenaré de tal forma que cuando llegue finalmente el
día de su debut como adulto, esa pequeña cavidad ahora sellada entre tus
piernas se habrá convertido en una letrina hambrienta de los más retorcidos y
oscuros deseos que haya conocido el género humano.
Bloo apartó
el rostro con repulsión y la mujer le estrujó un pecho, diciendo:
—Virgen, si virgen...Incluso
de la mente. Ya aprenderás cuál es tu lugar en esta casa. Que buen juguete has
escogido, SL30, un gran regalo. Desvístete, niña, aún faltan varias horas para
mi operación y estoy aburrida.
Mientras,
Silver parecía ser un maniquí, inmóvil e inexpresivo, mirando al piso con
algunos mechones de cabello negro sobre la cara. Bloo temblaba sin saber que
hacer y finalmente meneó la cabeza, negándose a la petición de la mujer. La
señora de la casa se quitó una sortija que tomó entre sus manos haciéndola
fundirse en una especie de luz líquida que estiró hasta solidificarla de nuevo
convertida en un látigo. Las piernas de Bloo cedieron, cayó al piso en
cuclillas y ahogó un grito de terror; cubriéndose la cabeza mientras la mujer
alzaba el brazo listo para dar el primer golpe y Bloo sentía que todo el miedo
de su vida se concentraba en ese momento y salía de ella como cuando un niño
pequeño se orina de pánico. Pero lo que expulsó no fue ninguno de sus líquidos
corporales, sino una sobrecarga de energía que golpeó a Silver y le hizo
convulsionarse en el suelo, y golpeó también a la dama provocándole un paro
cardíaco fulminante. Bloo guardó silencio un rato, viendo como todo a su
alrededor chisporroteaba. Sin entender nada, esperó hasta que Silver se quedó
rígido bruscamente y luego se puso de pie, hizo una pose y finalmente dijo con
una apacible sonrisa; reiniciando su sistema operativo:
—Soy Silver Light 30, un
trabajador viajero que le ofrece no solo la eficiencia y elegancia que la casa
Silver Light siempre ha brindado, sino también un toque innovador de
personalidad sumado a nuestro impecable sistema informático.
Después
Bloo suspiró un poco aliviada y miró a la mujer tendida en el piso. Silver
también la observó, le tomó el pulso y examinó los demás signos vitales para
luego decir:
—Está muerta. Guarda la
calma, este acontecimiento es favorable para nosotros. Nadie sabía de tu
desperfecto al regular energía y ella murió sin darse cuenta de nada, creo que
ni siquiera tuvo tiempo para enterarse de que perdía la vida. Su muerte será clasificada
como natural, debido a su delicado estado de salud; y nuestra desaparición
puede atribuirse a cualquier Homo cosmos antisocial sin conector que lo una al
resto de su pueblo; algún ladrón selenita que pasaba cerca y aprovechó el
momento para robarnos. Ahora huyamos.
Silver
disparó al aire comenzando a abrir el túnel espacio temporal. Luego habló
tocándose una sien, que al parecer activaba un intercomunicador, y dijo:
—Sistema de seguridad de la
casa Silverlight: habla SL30 número de identificación 100-905, comunico tres
alertas: alerta uno, mi propietaria necesita atención médica inmediata. Alerta
dos, un grupo de individuos sospechosos sin conectores sociales en sus frentes
me han hurtado a mí y a un ciborg proveniente del sector 273-51, año 1992.
Alerta tres, desconozco mi ubicación actual y creo advertir que he sufrido
alteraciones graves en mi sistema por lo que es posible que pierda comunicación
con la casa matriz en breve.
Luego se
quedó mirando al cielo y Bloo le preguntó:
—Espero que hayas sido el
único de tu tipo que haya hecho este tipo de escapadas y se haya modificado a
sí mismo. Mentir debe ser un conflicto serio para ti, ¿verdad?
—No considero esto como una
mentira sino como parte de un proceso necesario para cumplir con mis objetivos
inmediatos.
Bloo sonrió
y luego miró con temor al cadáver de la dama, tirado como una flor marchita en
el piso de ese jardín de cristal. Los segundos de espera para que se abriera el
túnel le resultaban eternos, solo podía pensar en volver a su época y correr de
regreso a casa cuando vio horrorizada como el vientre de la mujer se movía con
violencia. El feto había advertido la muerte de su madre y quería escapar
desesperadamente del mismo destino. Bloo avisó a Silver lo que estaba pasando
tirando de una manga de su chaqueta y, cuando él se volteó a mirar, el cuerpo
de la mujer se sacudió bruscamente como una bolsa con una alimaña atrapada en
su interior. Finalmente, la puerta del túnel comenzó a abrirse, pero en lo que
parecían ser segundos interminables el vientre de la fallecida comenzó a
estirarse e hincharse, primero solo un poco, luego grotescamente hasta explotar
en un mar de sangre e intestinos. Bloo se cubrió el rostro, conteniendo el
aliento hasta que volvió a atreverse a ver de nuevo a la mujer que con el abdomen
destrozado parecía mirarla desde el vacío de su muerte; con los ojos y la boca
entreabiertos y el rostro apuntando en dirección a ellos. Era una visión
dantesca, pero al menos ya no se movía ni le inspiraba tanto miedo, sino el
asco y lástima que genera ver a un animal arrollado en la carretera. Pero antes
de que Bloo pudiera comenzar a sentirse aliviada del todo, un chillido
escalofriante se escuchó y de entre el pozo de sangre y entrañas en que se
había convertido el vientre de la muerta comenzó a emerger una criatura
espantosa. El feto reptaba fuera del cuerpo explotado de su madre, gritando a
todo pulmón, cubierto de sangre y mirando directamente a Bloo con los ojos
blancos como un espectro de pesadilla. La puerta parecía nunca terminar de
abrirse, la criatura seguía acercándose a ellos y Silver simplemente dijo:
—No temas, es imposible que
quiera vengarse ahora, probablemente no tiene ni la más remota idea de lo que
está pasando.
Bloo se
aferró a un brazo de Silver no muy segura de sus palabras ya que el
espeluznante neonato seguía reptando hacía ellos, dejando un rastro de sangre y
tejido a su paso. Siguió arrastrándose hasta llegar a tomar un tobillo de Bloo
que entonces sintió que la cabeza le daba vueltas y todo se envolvía en una luz
blanca a su alrededor mientras perdía el sentido.
Cuando
despertó, percibió el aroma de la tierra húmeda y el de los pinos y cipreses de
su montaña natal agitados por el viento. Se sentó en mitad de la carretera
sintiéndose mareada, mientras las luciérnagas bailaban en la bruma dorada por
el ocaso. Había vuelto exactamente al mismo momento y lugar en que todo había
comenzado, pero ella ya no era la misma. Seguía vestida como una muñeca ciborg
y ante ella estaba Silver apuntándole con su pistola. Trató de ponerse de pie
inmediatamente, sin éxito, y el SL30 exclamó:
—Guarda la calma, mi
objetivo está detrás de ti.
Se apartó
revolcándose en el piso aún más asustada y entonces vio al selenita recién
nacido arrastrándose tras ella. Silver disparó y erró cuando Bloo se abrazó a
sus piernas, mientras la criatura volvía a llorar a los gritos. El hombre
artificial se preparó para un segundo tiro cuando Bloo lo detuvo diciendo:
—No puedes matarlo así...Es
un ser humano...
—Eso no es correcto. Nunca
llegó a tener un nacimiento formal. La ley no considera como seres humanos a
los fetos o embriones. Puedo eliminarlo y debo hacerlo ya que se supone que no
tendría que estar aquí. Complicará todos mis planes.
—No sé qué diga la ley, pero
está llorando y a mí me parece que sufre, pide algo y necesita ayuda.
—Es normal que llore. De
alguna forma que no logro comprender, acaba de hacer un viaje que lastimaría
seriamente a un adulto; su cuerpo debe estar completamente lesionado. Siente
dolor, frío y hambre. Tú emites un aroma que él intuye es el de su fuente de
protección y alimento, no olvides que fuiste reconstruida para ser su nodriza,
su juguete y su sirvienta. Es por eso que te persigue.
Bloo se
apiadó del recién nacido y entonces notó que tenía el pecho húmedo, lo que
atraía a la criatura que finalmente le alcanzó una rodilla y comenzó a
chupársela con un débil suspiro de alivio. La joven tomó en brazos al pequeño
ser ensangrentado y comenzó a limpiarle suavemente la cara mientras se ponía de
espaldas a Silver para darle su primer alimento al bebé selenita, diciendo:
—Esperemos un poco a que
caiga la noche y luego vamos en silencio a mi casa, sin que mi madre nos vea.
Mañana hablaremos, ahora todos necesitamos descansar.
4. Luna de miel
Casi media
hora luego, Bloo entró por una ventana a su habitación; con el niño en brazos y
seguida por Silver. Anunció a su madre que había vuelto gritando "ya
vine", se encerró bajo llave, se quitó la ropa ensangrentada como con
terror de seguir llevándola puesta e inmediatamente corrió a su cuarto de baño
con el selenita neonato. Abrió la ducha sobre su vieja tina regulando la
temperatura del agua hasta hacerla agradable y se acurrucó ahí con el bebé,
tratando así de lavar la sangre y de disimular con el ruido del agua el tenso
silencio que reinaba mientras sostenía al extraño niño en brazos y Silver
observaba todo; inmóvil como un elegante maniquí. Finalmente, la sangre y la
tierra que se habían adherido a la piel lesionada del recién nacido se diluyeron
y Bloo pudo ver que por suerte no había sufrido más que algunas quemaduras y
rasguños. Besó su frente pálida y se dedicó a observarlo detenidamente. Era una
pequeña criatura delgada y blanca como porcelana, aún tenía buena parte del
cordón umbilical pegada al estómago. Le contó cinco deditos largos en cada mano
y cada pie. Le revisó las orejas y la nariz diminutas, apenas insinuadas, y los
ojos que eran enormes y blancos salvo por la pupila rosácea; enmarcados por
parpados negros, un poco más oscuros que los labios. Al parecer el pequeño
monstruo estaba satisfecho con la compañía de Bloo, pues al terminar de
alimentarse se estiró en sus brazos, bostezó, reclinó la cabeza en el pecho de
la chica y se quedó dormido con una amplia sonrisa. Esa sonrisa entusiasmó a
Bloo, que de inmediato lo sacó del agua, lo envolvió en una toalla y sin
vestirse siquiera corrió a buscar pomada antiséptica y las prendas de ropa más
suaves que tenía para vendarle la barriga al niño de la luna y luego improvisar
un pañal. Al final lo arropó con un abrigo y lo acunó en sus brazos esperando
una reacción. El pequeño sonrió otra vez y ella le besó la frente emocionada.
Había nacido una madre. Entonces recordó que Silver seguía ahí, observando
todo, y aunque sabía que era solo una maquina sintió vergüenza. Dejó al bebé
entre un montón de almohadas y comenzó a vestirse mientras decía al hombre
artificial:
—Hay ropa mía y de mi madre
en ese armario, seguro hay una camisa grande y unos pantalones deportivos de
ella que te queden. Te has salpicado de sangre y será mejor que te cambies tú
también.
Silver no
respondió, simplemente su traje se iluminó mientras se transformaba en otro de
diferente estilo, pero del mismo color. Luego dijo:
—Mi ropa está hecha con un
material creado con nanotecnología capaz de pasar del estado sólido, al plasma
frío o al gaseoso las veces que lo necesite. De esa forma puedo desinfectarla y
reconfigurarla cuando quiera. Los materiales transformables eliminaron la
necesidad de reciclar o crear objetos desechables y de tener armarios de ropa.
Este
descubrimiento entusiasmó a Bloo:
—¡Genial! ¿Mi ropa también
era transformable?
—Así es. Está conectada con
tus ondas cerebrales. Pudiste haberle ordenado que se evaporara temporalmente
en el ambiente para desnudarte en lugar de quitártela. Solo necesitas
concentrarte un poco para que la orden se ejecute. Viene programada con un número
limitado de configuraciones, por lo que en tu caso no es práctica para tu vida
diaria en la Tierra; los demás reaccionarían negativamente ante la ropa erótica
de sirvienta. Sin embargo, te aconsejo conservarla contigo, plegada en forma de
algún accesorio, pues podría serte útil alguna vez. Este material es resistente
a casi todo y permite una óptima movilidad.
—Lo tomaré en cuenta,
necesitaré ropa nueva de todas maneras. Estoy más ancha de algunas partes...
Terminó de
ponerse un pijama y se acostó al lado del pequeño selenita, diciendo:
—Se ha quedado dormido,
pobrecito. Realmente no sé si es niño o niña, sus cositas son
raras...
Silver se
asomó a ver a la criatura y dijo:
—Tiene la forma de una
vulva.
Luego abrió
la boca del bebé, mojó un dedo en su saliva y después se lo llevó a su propia
boca seriamente mientras Bloo lo veía asqueada y él lo "degustaba".
Finalmente, Silver concluyó:
—Cariotipo 26 XY, pero
deficiencia de 5-alfa reductasa inducida en el laboratorio genético. Es un
macho. Sus padres debieron ordenarlo así, está muy de moda en la Luna tener
hijos con rarezas genéticas.
—Entonces... ¿es un pilín o
una cosita?
—Actualmente su morfología
externa es la de una vulva, pero...
La chica lo
interrumpió de pronto diciendo:
—Me confundes con tantas
explicaciones complicadas, ¡solo necesitaba que me dijeras que es niña! Debo
empezar a buscarle un nombre.
Entonces
Silver dijo:
—Sigo manteniéndome
informado de los acontecimientos sucedidos en el tiempo del que escapamos y
parece ser que la situación es tensa. El cuerpo de la dama muerta fue
encontrado por su familia y amigos causando gran escándalo. Pero su deceso fue
clasificado como una desgraciada muerte natural debida a su peculiar embarazo,
afortunadamente para nosotros. Sin embargo, todavía no estamos a salvo. El
preciado feto mejorado genéticamente no fue encontrado y aunque han descartado
la idea de que haya viajado en un túnel de Prometheus, puesto que se supone que
es imposible, siguen preguntándose que pudo haber sucedido con él.
—Es verdad... ¿Cómo es
posible que el bebé haya viajado con nosotros?, mi cuerpo fue casi destruido la
primera vez que atravesé un túnel...y él apenas se hizo unos rasguños.
—Los selenitas
constantemente están manipulando su naturaleza. Quién sabe qué aberración han
creado ahora. Les gusta jugar a ser un dios. Creo que esta vez ni ellos mismos
tienen idea de lo que han hecho, esta criatura no es normal.
En ese
momento, Bloo abrazó al niño lunar, y dijo agudizando la voz:
—¡Claro que no!,
"Lini" es muy especial.
—¿Quién es Lini?
—Se—Leni—Ta: Lini.
Silver se
sentó a la orilla de la cama y trató de hablar de forma paternal:
—Comprendo que tus instintos
te impulsen a conservar al infante. Sin embargo, es una decisión poco acertada.
No solo porque estorbaría a mis planes, sino también porque el niño no está
preparado para vivir en esta época. Es un Homo cosmos y necesita ser cuidado
por los suyos, no tiene la cubierta protectora para sus ojos, ni se le han
implantado los aditamentos tecnológicos que suele hacer la vida de los Homo
cosmos más sencilla y placentera. Es como robar a un niño de 1992 y obligarlo a
vivir en la época del imperio romano.
—Se acostumbrará, no tendrá
tecnología de punta a su disposición, pero tendrá amor. Nunca le revelaré que
no soy su madre y dedicaré mi vida a hacerla feliz.
—Él sabrá que no
eres su madre y conforme vaya madurando también desarrollará en él una nueva
parte del córtex cerebral que no existe en los Homo sapiens. En esta se
encuentra el conocimiento adquirido genéticamente de sus antepasados, de modo
que para los Homo cosmos es innecesario asistir a escuelas. El saber es innato
para él y entre esa información heredada descubrirá su verdadero origen.
—Ella comprenderá
que su familia obró mal y la hemos rescatado por su bien.
Tras
pensar, o más bien computar un momento, Silver siguió objetando:
—Hay otro problema: tu
comunidad sospechará al saber que tienes a un niño en tu casa. Preguntarán de
donde salió, te harán entregarlo a las autoridades correspondientes y en todo
el proceso atraerás tanta atención que terminarás por delatarnos sin querer.
Bloo por
fin pareció ponerle atención, replicando:
—Eso es verdad...y aun no sé
cómo explicaré el hecho de que me veo físicamente más madura. Pero se me ocurre
algo, ¡viajemos nueve meses al futuro y digamos que es nuestro hijo! Nadie se
extrañará...todos auguraban lo peor de mí. Si me escapo con un desconocido y
tengo un hijo bastardo...no será ninguna novedad.
—Nuevamente corremos un
riesgo: quebrantaríamos la segunda ley de Prometheus, no se puede viajar a una
fecha inferior a cien años en el futuro o el pasado.
Casi al
mismo tiempo, el pequeño selenita suspiró de gusto arrellanándose entre las
almohadas y Bloo sonrió maternalmente. Le besó la frente y preguntó:
—¿No existe ninguna forma de
romper la segunda regla?
El SL30
respondió:
—Hacerlo y de inmediato
reportar el hecho como un fallo de mi sistema. Prometheus automáticamente
disculpará el supuesto accidente técnico, pero a la segunda vez que suceda me
prohibirán volver a viajar en el tiempo.
Entonces
Bloo exclamó alegremente:
—¡Lo haremos!, ¡Lini se
quedará conmigo para siempre! Pobre bebé, ahora cuidaré de ti. Duerme todo lo
que quieras, amor.
Esa noche,
Bloo durmió como una roca con el bebé selenita arropado entre las almohadas
mientras Silver los observaba sentado en una orilla de la cama. Al salir los
primeros rayos del sol, despertó a Bloo y juntos todos fueron a la cumbre de la
montaña. Según las instrucciones de Silver, nuevamente Bloo se vistió con la
ropa del futuro y envolvió con parte de la misma al bebé. Cuando estuvieron
listos, Silver abrió un túnel y por primera vez Bloo pudo viajar por el tiempo
de forma consciente. Una luz cegadora los envolvió y de pronto empezaron a
flotar en medio de un torbellino de destellos multicolores. Al principio iba
preocupada por lo que podría pasar al bebé en el viaje, pero "Lini"
parecía soportar bien aferrándose a ella y cerrando fuertemente los ojos;
entonces la chica pudo observar fascinada ese espacio misterioso entre
diferentes mundos. Era como si transitaran en el interior de una arteria del
universo cuya sangre estuviera constituida por toda la luz y el color que
llenan de vida el día a día. Silver parecía estar impasible como siempre,
simplemente trazando una ruta con el dedo índice de su mano derecha sobre un
mapa plasmado en una pantalla holográfica que flotaba sobre la palma de su mano
izquierda. Luego llamó a Prometheus tocándose una sien, reportando un presunto
fallo en su sistema, y a un chasquido de sus dedos el mapa desapareció. Bloo
exclamó entonces:
—¡Es increíble! Nunca
hubiera podido imaginar tanta belleza.
—Los humanos, ya sean
sirvientes ciborg o supervisores, raramente pasan por aquí. Los sirvientes
ciborg en realidad no viajan en el tiempo, salvo en muy extraños casos. Sus
cuerpos son modificados para soportar el maltrato de sus dueños, no para
transitar estos túneles. Los supervisores lo hacen solo por asuntos de trabajo,
pero pertenecen a una era en que la humanidad ya ha perdido el amor por la
belleza tal cual fue comprendida por sus antepasados. Los sirvientes viajeros,
en cambio, recorremos por esta vía muy a menudo; lastimosamente no apreciamos
la belleza de la que tú hablas, no porque la despreciemos como los
supervisores, sino porque somos incapaces de hacerlo. Lo he intentado muchas
veces, estudiando el arte y tratando de valorar este paisaje por la combinación
de luces y colores que ofrece. Pero no consigo experimentar placer por
observarlo.
—Los gustos no se
aprenden...
Explicó
Bloo y prosiguió diciendo:
—Supongo que se van
desarrollando con el tiempo...Por cosas sencillas, como decidir si te gusta el
rojo o el azul. Creo que todos elegimos lo que nos gusta a partir de
experiencias personales, elegimos lo que nos trae recuerdos felices y nos hace
sentir mejor. Mi color favorito es el verde, porque me recuerda a la montaña
donde crecí. ¿Tú puedes hacer una asociación así?
El SL30 se
le quedó mirando un momento y finalmente respondió:
—Sí. Mi color favorito es el
azul.
Bloo sonrió
ante el progreso de Silver y preguntó luego:
—Dime, ¿qué sucedió? ¿Cómo
es que la humanidad terminó en la Luna y cambió tanto en mil años?
A un
chasquido de los dedos del hombre artificial, una serie de imágenes de
documentos y fotografías comenzaron a flotar sobre la palma de su mano,
mientras él relataba:
—Todo comenzó décadas luego
de nuestro encuentro en 1992, cuando tu pueblo se volvió mundialmente famoso
por ser la tierra natal de varios personajes que con el tiempo se convirtieron
en héroes de la historia y la humanidad. Uno de ellos fue Alloy Silverlight,
como ya te he mencionado, el padre de la inteligencia artificial tal como es
conocida en el IV milenio. Otros fueron los miembros de una misteriosa sociedad
conocida como "Alma Colectiva", formada por científicos y artistas
originarios de esta zona. Fue un poderoso grupo lleno de secretos que se
aseguró de mantener oculta su historia a través de los siglos, a tal grado que
es prohibido difundir información acerca del lapso de tiempo comprendido entre
el origen de Alma Colectiva y la muerte del último de sus miembros fundadores.
Lo único que se sabe de ellos es que fueron diecisiete jóvenes talentosos en
diferentes disciplinas del arte y la ciencia, todos nacidos en este pueblo.
Todos eran víctimas de tragedias que marcaron sus vidas y los motivaron a unirse
en beneficio de la humanidad, primero promoviendo el arte y luego financiando
la investigación científica del bosque lluvioso aledaño a tu pueblo, esto
último los llevó súbitamente a la fama mundial luego de hacer descubrimientos
revolucionarios. En un lapso de veinte años encontraron vacunas para el cáncer
y el Alzheimer, entre muchos otros males. Produjeron medicamentos efectivos y
accesibles para todo el público, lo que desató una guerra entre compañías
farmacéuticas debido a intereses económicos que terminó siendo ganada por Alma
Colectiva; que contó con el apoyo de todo el mundo gracias a una campaña masiva
de ataque global a través de medios de comunicación y redes sociales contra las
empresas que daban más importancia a sus ingresos monetarios que a la salud de
la gente. Su éxito hizo que las naciones se unieran y juntos todos siguieron
luchando por otras causas nobles, hasta erradicar el hambre y las guerras del
mundo gracias a esta fiebre de amor por la humanidad. Pasaron los siglos y la
ciencia avanzó a pasos agigantados, el inicio de la colonización de la Luna y
los viajes en el tiempo comenzaron a ser una realidad mientras que los
herederos de Alma Colectiva ganaban cada vez más poder y notoriedad ya que por
ellos los pueblos de todo el planeta podían desarrollarse libres de las
preocupaciones que antes los ataban. Entonces, los descendientes de Alma
Colectiva se volcaron de lleno a la medicina. Al haber erradicado todas las
enfermedades mortales comenzaron a orientar sus estudios a la genética,
buscando mejorar la calidad de vida del ser humano haciéndolo más longevo, más
fuerte, más bello, más ágil y más inteligente. Fue ahí cuando sus nobles causas
comenzaron a desmoronarse revelando intenciones siniestras: desde hacía siglos
estaban haciendo mutar a la población administrando químicos ocultos en sus
vacunas y fármacos que alteraban el ADN humano mejorándolo según sus ingenieros
genéticos. Lentamente un proyecto llamado "Evolución" salió a la luz,
causando polémica en un inicio y luego elogios. Al ser aceptado por todos, los
desarrolladores del proyecto empezaron a trabajar en conjunto con los gobiernos
del mundo para operar en todas las clínicas de maternidad; manipulando el
control de natalidad por medio de estrictas leyes reproductivas y modificando
ciertos grupos de embriones escogidos para posteriormente traer al mundo genios
y atletas natos. Con el tiempo el proyecto se volvió más sombrío y empezaron a
hacer abortos masivos en mujeres cuyo producto no cumplía con sus normas de
calidad. También comenzaron a modificar el ADN de los embriones mezclándolo con
el de reptiles y felinos para obtener características como regeneración
acelerada de tejidos, visión nocturna, longevidad o cuerpos más estilizados y
ágiles. Así nacieron los primeros Homo cosmos y el mundo los recibió como niños
bendecidos de una nueva era de prosperidad. En poco muchas parejas se
ofrecieron para ser padres de uno de estos superhombres, apoyando al proyecto
Evolución, y en un par de siglos el Homo sapiens sapiens se había convertido en
una minoría; pero esos primitivos Homo cosmos eran demasiado salvajes e
insensibles. Se sentían superiores, discriminaban violentamente a los antiguos
humanos. La delincuencia subió a niveles nunca antes vistos, la violencia
devastaba las ciudades en todo el mundo y poco a poco el proyecto Evolución
comenzó a mostrar un rostro aún más siniestro: una invasión de hombres con
capacidades físicas e intelectuales sorprendentes, pero de apariencia no humana
e instintos de supervivencia animales. Durante décadas, los ejemplares más
perfectos de este nuevo tipo de hombres fueron recolectados por Alma Colectiva
a lo largo del planeta y adoctrinados para crear un nuevo mundo y castigar al
viejo. Todos fueron transportados a una nueva colonia en la Luna mientras la
tierra era "limpiada" de humanos imperfectos con bombas que
eliminarían la vida por mil años hasta que la Tierra volviera a ser habitable y
el Homo cosmos regresara a poblarla. Así, la humanidad inició una nueva era en
rumbo al IV milenio: la era de los selenitas; quienes florecieron fuera de la
Tierra con grandes avances científicos como la creación de Prometheus y el
renacer de la robótica. Pero también inició una era de tedio y perversión. Un
claro ejemplo de ello es el hecho de que los selenitas idearon usar los viajes
en el tiempo para divertirse cruelmente con sus ancestros, para secuestrar Homo
sapiens del pasado y esclavizarlos, violarlos y torturarlos. Como puedes ver,
la humanidad ha tomado un camino totalmente errado y la razón de mi existencia
únicamente puede justificarse al tratar de corregir el pasado. Tengo que
investigar quienes fueron los miembros de Alma Colectiva y evitar que tal
sociedad llegue a existir.
Bloo lo
miró desconcertada y opinó:
—Pero eso podría provocar
que tú mismo no existas al evitar que la ciencia se desarrolle, además muchas
vidas se perderán si esas curas médicas no llegan a manos de la población.
Deberías esperar al menos a que hagan sus descubrimientos y luego detenerlos.
—Existiré, una vez que has
existido serás parte de la realidad siempre. Sobre esperar a que mejoren la
calidad de vida en la Tierra, te diré que ya lo he intentado así y sucedió que
actué demasiado tarde; en esa ocasión casi fui descubierto. La medicina probablemente
se atrase sin la ayuda de Alma Colectiva, pero para los Sapiens la muerte por
enfermedad es menos tormentosa que la muerte a manos de los Cosmos. Debo
destruir el mal desde la raíz, aquí en sus inicios.
Replicó
Silver y Bloo siguió preguntando:
—Y cuando evites el futuro
siniestro, ¿qué sucederá con todos los que nacieron en ese tiempo?, ¿este bebé
por ejemplo?
—Como dije, una vez has
existido, es imposible borrarte en realidad; siempre existirás, aunque no
siendo exactamente la misma persona. Si deseas que la criatura permanezca
contigo, deberás retenerla en esta época cuando el futuro del cual proviene
originalmente sea borrado. Aún si regresa a su tiempo y mi empresa tiene éxito,
la criatura igualmente existirá allá.
Entonces
Bloo besó al bebé y susurró:
—En todo caso, la única
forma en que puedo asegurarme de que será feliz y estará a salvo es
manteniéndola a mi lado. Mi Lini se quedará conmigo pase lo que pase.
Después
Silver hizo desaparecer las imágenes volviendo a chasquear los dedos, y luego
señaló a una gran luz al final del túnel, diciendo:
—Ahí está la hora de nuestro
regreso.
Nuevamente
fueron envueltos por un potente resplandor blanco y Bloo pudo sentir como
lentamente descendía hasta tocar el suelo, mientras el brillo se disipaba y
podía ver la cumbre de la montaña siendo barrida por los vientos secos que
caracterizaban las últimas semanas del año en su pueblo. Había viajado nueve
meses al futuro en cuestión de minutos. Antes de bajar y presentarse a la vieja
Nana como una nueva familia, Bloo y Silver trataron de ponerse de acuerdo sobre
qué sería exactamente lo que le iban a decir, a la vez que ella revisaba al
pequeño selenita y hacía lo posible porque su traje de muñeca ciborg pareciera
decente. Silver simplemente la observaba con su frialdad de estatua viviente,
mientras ella parloteaba con nerviosismo:
—Silver, ¿qué le dirás a mi
madre si nos pregunta cómo nos conocimos?
—Le diré que te vi en el
pueblo y tuve deseos sexuales contigo.
—No...Mejor déjame hablar a
mi...Además tú no haces cosas sexuales.
—Poseo funciones adicionales
de entretenimiento, entre ellas la de proporcionar placer sexual en cualquier
forma que me sea requerida. Heterosexual, homosexual, grupal, parafilias, una
amplia gama de posiciones sexuales...La casa Silverlight siempre ha estado a la
cabeza en calidad y satisfacción del consumidor.
Bloo lo
hizo callar interrumpiéndolo:
—Prométeme no hablar de tus
"funciones de entretenimiento"...Y algo más, prepárate para oír un
sermón ya que llegamos con las manos vacías. Yo soy una madre adolescente sin
estudios ni trabajo y tú eres una máquina extraterrestre. No somos los mejores
generadores de ingresos económicos.
—Como sirviente viajero de
la casa Silverlight dispongo de una cuenta bancaria en esta época para
cualquier tipo de gastos que pudieran surgir en mis viajes: silenciar testigos,
sobornar autoridades o contratar ayuda.
—¿Cuánto dinero es eso?
Inquirió
Bloo desconfiada y Silver contestó siempre con indiferencia:
—Actualmente solo unos miles
de dólares americanos. He gastado mucho en sobornos, pero es lo suficiente para
establecer una familia. Se lo diré a tu madre.
—Será difícil que te lo crea
a menos que la lleves a un cajero y le muestres "unos miles de
dólares"...
—Yo soy mi propio cajero
automático.
Respondió
Silver, haciendo unos pases de magia con sus manos y mostrando luego un fajo de
billetes. Bloo lo hizo guardarlos y exclamó:
—¡Creo que esto será
suficiente! Bajemos de una vez.
Cuando
llegaron a la solitaria casa de la montaña, encontraron solo sus cimientos y el
suelo cubierto de hollín. Bloo corrió al lugar, inspeccionó el espacio vacío y
chamuscado mientras el bebé selenita comenzaba a llorar y finalmente masculló:
—Debemos ir a casa de mi
tía, rápido.
El hombre
artificial señaló a una parte del terreno llano frente a la casa y luego
chasqueó los dedos, haciendo que una materia luminosa comenzara a condensarse
en el aire hasta formar un antiguo modelo de Cadillac negro. El viaje al pueblo
fue rápido y en pocos minutos llegaron a la residencia de la tía de Bloo, quien
entró angustiada con el bebé selenita en brazos y Silver tras ella. En la sala
de la casa encontró a su hermana mayor, mujer muy parecida a ella, pero de ojos
negros y surcados de arrugas prematuras. Su hermana bordaba en una mecedora y
al verla su rostro adquirió una expresión de hondo pesar. Se levantó, la miró
de pies a cabeza y luego vio al bebé murmurando:
—Para colmo pariste un hijo
enfermo...Yo al menos te traje al mundo sana.
Luego le
golpeó el rostro con el dorso de la mano y Bloo preguntó desconcertada:
—¿Qué ha pasado, donde está
Nana?
—Se fue hace meses...Una
madrugada te vio huir con ese hombre...Luego la casa se quemó y ella decidió
mudarse. Bajó al pueblo donde intentó tener una tienda de comestibles, pero
igualmente no pudo sola. La fatiga y el desánimo la hicieron enfermar y finalmente
murió. A ti te dejó la tienda para cuando volvieras...Sabía que volverías...A
mí me dejó el encargo de esperarte y decirte que en adelante no pierdas más el
tiempo. La vida no espera.
Bloo sintió
que le faltaba el aire por el impacto de la noticia y entonces apareció su tía
vociferando cosas que no escuchó, huyó corriendo tras apartar de un manotazo a
Laude; que se había acercado a ella con curiosidad. Luego se fue con el bebé a
la iglesia del pueblo. Se acurrucó en un rincón oscuro, entre la media luz y el
humo de las velas del antiguo templo, y lloró largo rato todo el miedo de su
viaje al futuro y el dolor por la pérdida de su madre. Horas luego, el clérigo
de la iglesia la encontró y la hizo ir a recostarse a un sofá de su oficina.
Ahí se reencontró con Silver, quien la observó un momento sin decir nada hasta
que ella dijo; mirando a la pequeña selenita:
—Lleva dos días y nunca ha
ensuciado el pañal, tampoco come mucho... ¿Estará enferma? ...Es lo último que
me falta...
—Los selenitas no defecan.
Sus mórbidos apetitos los llevaron a alterar su aparato digestivo para hacer
más agradable la sodomía. Por esa razón no comen mucho y prefieren los
alimentos blandos o líquidos que les aporten más nutrientes; especialmente los que
son ricos en azúcar. De modo que el infante selenita nunca expulsará heces,
pero sí orinará. Deberás revisar de vez en cuando si tiene el pañal seco o no.
Respondió
Silver y luego agregó:
—¿Puedo hacer algo para
mejorar tu estado de ánimo?
Bloo se
enjugó las lágrimas, respondiendo:
—Volvamos en el tiempo...Hay
que evitar la muerte de Nana...O al menos quisiera poder despedirme de ella.
El hombre
artificial contestó fríamente:
—Como te dije, la segunda
regla para el uso de los servicios de Prometheus prohíbe viajar entre un punto
de la historia a otro que esté a una distancia cronológicamente inferior a cien
años. Pero considero que tu sufrimiento ya ha sido excesivo. Te propongo
entregarme a la criatura para que la devuelva a su época con los suyos y
regresarte a ti al punto en que hiciste creer a tu madre que huiste de casa.
Así la reencontrarás viva y tendrás algo de tiempo para que hagas lo que tengas
que hacer con ella. Perderé mi permiso para viajar a través de Prometheus, pero
es lo menos que puedo hacer por ti.
—Espera. No...
Sollozó la
joven y luego agregó:
—Siempre temí el día en que
Nana muriera. Ahora sé más o menos cuál será la fecha y vivir esperándola sería
horrible...Lo peor ya ha pasado, no quiero que ocurra dos veces. Además, si la
bebé regresa la corromperán, vivirá sin amor en un mundo horrible. He perdido a
Nana, pero he recibido a Lini. Voy a velar por su felicidad. Mejor vayamos al
establecimiento que heredé... ¿Estamos a salvo ahora o hay supervisores
selenitas cerca?
—No he detectado a ninguno
en la zona.
Replicó
Silver y Bloo dijo, tratando de controlarse:
—Bien, descansemos unos
días. Luego saldré por algo de ropa para mí...Y creo para ti también. Es
sospechoso que vistas siempre de negro.
—No te preocupes por mí, hay
muchos como yo en la tierra y pasamos desapercibidos. Contigo es mejor que te
mantengas en casa y procures que nadie vea al selenita. Si un supervisor vuelve
mientras no estemos juntos, tú no podrás detectarlo ni diferenciarlo de
cualquier otro Homo sapiens ya que pueden disfrazarse adoptando una apariencia
acorde a esta época; y él probablemente no te reconozca a ti, pero notará
inmediatamente que la criatura proviene de la Luna.
—Bien, entonces por ahora
solo vayamos a casa... ¿Cuál será el próximo paso?
Silver
respondió, con una media sonrisa, cosa que extrañó a Bloo:
—Eso es algo de lo que me
ocuparé yo. Solo necesito observar a los jóvenes del pueblo e identificar entre
ellos a aquellos que sufrieron, están sufriendo o sufrirán alguna tragedia y se
convertirán en los miembros de Alma Colectiva. Sé que suena como algo
complicado, pero confía en mí.
—¿Cuánto tiempo tardarás?
—Es un trabajo de
observación más que nada. Podría tardar de seis meses a un año.
—Por mi está bien...Quizás
en un año o dos haya recuperado las fuerzas...
Dijo Bloo y
el hombre artificial la miró a los ojos y preguntó seriamente:
—¿Estás segura de que
quieres seguir ayudándome? Nuestro trabajo siempre será un secreto para los
demás. Al final no seremos héroes, no habrá fama, no habrá fortuna. No
escucharemos aplausos, ni siquiera habrá quien nos diga “gracias”. Solo
tendremos la esperanza de un futuro dulce y pacífico para las próximas
generaciones.
La muchacha
se encogió de hombros y respondió:
—No solo eso, seremos
libres. Volveremos a ser capaces de elegir nuestro propio destino. Cruzarnos de
brazos cuando tenemos la oportunidad de mejorar las cosas no tiene sentido.
Sigamos adelante con esto.
5. Deber, sentimiento e instinto
Desde que
su vida había cambiado violentamente aquel día de febrero de 1992, Bloo solía
tener extraños sueños recurrentes donde se sentía flotando en agua tibia que de
a poco se iba espesando y convirtiendo en un mar de miel cada vez más caliente;
en el cual ya no podía flotar sino que comenzaba a hundirse ahogándose en una
ardiente dulzura, hasta morir y renacer exhausta en brazos de alguien que
conocía pero no lograba recordar y le decía cosas sin sentido que sin embargo
entendía perfectamente y luego olvidaba. Trataba de abrazarse a su acompañante
en el sueño y entonces él se revelaba como el espantoso visitante de aquella
lejana noche de su infancia, que sin previo aviso le atravesaba el pecho con
una mano y le arrancaba el corazón entre carcajadas. Entonces despertaba
sobresaltada, veía de nuevo al bebé alienígena durmiendo a su lado y recordaba
que la realidad la estaba esperando con una lista de deberes diarios por
cumplir.
Para 1994,
Bloo seguía viéndose exactamente igual a la época en que se mudó al pueblo a
vivir con su "marido detective del gobierno" y una criatura que no
mostraba en público. El pintoresco café que había abierto en lo que antes fue
la tienda de abarrotes de la vieja Nana solo era frecuentado por algunos
chismosos que buscaban la oportunidad de ver, aunque fuera de lejos a “la hija
de ese joven matrimonio”; a quien Bloo cuidaba con el entusiasmo de una
verdadera madre, o más bien de una niña jugando a serlo con una muñeca muy
extraña. Era feliz con esa vida, las únicas cosas que la inquietaban realmente
eran las fallas eléctricas en la casa que provocaba de vez en cuando su
generador psicoquinésico y aquel extraño sueño que le devolvía a la memoria las
horribles experiencias vividas en su viaje por el tiempo y el espacio. El sueño
era prácticamente igual hasta que una vez logró recordar parte de lo que el
visitante nocturno le decía al oído:
“Me iré tras de ti, a
buscarte en la muerte”.
En esa
ocasión logró despertarse antes de que el sueño se terminara de transformar en
pesadilla y se quedó mirando el rostro de "su bebé", una rubia
criatura pálida como el papel y flaca como un gatito. Por su desarrollo físico
y mental parecía tener cuatro años de edad, aunque solo tenía dos. Su rostro
era escalofriante pero su actitud, traviesa y siempre hambrienta de cariño,
terminaba inspirando ternura. "Lini" tenía una belleza siniestra que
se observaba principalmente en sus manos, bellas y largas de piel pálida como
porcelana, pero uñas oscuras de ébano. Bloo solía besarle los deditos a menudo,
consideraba que las manos era lo más hermoso que tenía además de un misterioso
aroma frutal que exhalaba naturalmente. Desde su nacimiento solo una enfermera la
había revisado a fondo, en una ocasión que bebió desinfectante por accidente.
La salubrista quedó impactada por el aspecto del bebé y por el hecho de que no
era niño, pero aparentemente tampoco niña. Al observarle la entrepierna
encontró lo que parecían ser labios mayores y un clítoris fusionado con la
uretra, y nada más; por lo que Bloo siempre estaba discutiendo con Silver con
respecto al sexo de “la niña”. Al comenzar a hablar y caminar, Lini adoptó un
rol femenino usando el pelo largo y ropa de chica, pero exigía se la compraran
en color celeste y se negaba a usar faldas. Hacía poco, al enterarse de que
Bloo jamás había tenido un padre, decidió que ella actuaría como uno y comenzó
a referirse a sí misma como a un hombre. El lazo entre las dos se había vuelto
muy fuerte en esos dos años. Siempre dormían juntas ya que la pequeña solía
tener extraños sueños con personajes aterradores de los que solo se sentía a
salvo si estaba en la cama de Bloo. Silver mostraba cierto interés en las
experiencias oníricas de la niña selenita, a quien él trataba como niño, pero
aun así insistía en hacerla dormir en la habitación destinada para ella. De
hecho, el hombre artificial estaba empecinado en contradecir a Lini en casi
todo, la relación entre los dos era muy mala. Bloo aguzó el oído y le pareció
oír los pasos de Silver, quien nunca dormía y ocupaba la noche para leer
incontables documentos históricos. Aquella vieja casa de madera de un solo
piso, construida en torno a un patio interno atestado de plantas, era silenciosa
como una tumba a esa hora. Bloo arropó a la niña y se quedó un momento perdida
en sus pensamientos mientras observaba las viejas paredes de madera pintada de
verde sobre las que colgaban antiguos retratos de familia, ramos de hierbas
aromáticas que cultivaba en el patio interior, el viejo sombrero de Nana y
algunos dibujos hechos por Lini. Del techo pendía una antigua lampara de
cristal y a través de la cortina de encaje que cubría la ventana podía ver las
cornisas y algunas tejas de otras casas, húmedas por la pesada niebla que
bajaba de la montaña con aroma a hierba. Se entretuvo un rato así hasta que la
chiquilla tosió y ella volvió a mirarla. Lini abrió sus grandes ojos de irises
blancos, pupilas rojizas y oscuros parpados mientras Bloo la peinaba con los
dedos. El bebé selenita volvió a cerrar los ojos y trató de dormir otra vez,
pero Bloo la sacudió suavemente mientras decía:
—Hora de desayunar. Vamos a
la cocina o Silver te regañará.
—Odio al robot...
Murmuró la
pequeña y, en ese mismo instante, Silver entró a la habitación sin avisar;
diciendo fríamente:
—Y yo odio al pequeño
monstruo selenita. Hay una mujer preguntando por ti, Bloo. Vístete. Parece ser
algo personal.
Bloo se
duchó rápidamente mientras escuchaba el pleito matutino de todos los días:
Silver reprendiendo a Lini y ordenándole hacer todo por sí misma, y la extraña
niña pateándolo y mordiéndolo para tratar de callarlo. Enseñarle a ir al baño
sola había sido una guerra épica entre los dos, en la que Silver tuvo que
volver a pegarse una oreja luego que Lini se la arrancara para que no la
obligara a usar el retrete y la chiquilla acabó muchas veces con la boca
sellada con cinta adhesiva y las manos atadas, tras la espalda hasta que Bloo
llegaba a rescatarla. Ambos eran algo peligrosos cuando Bloo los dejaba solos,
por lo que procuraba mantener a Lini en su regazo o jugando con insectos en el
patio y a Silver enfocado en sus investigaciones sobre la gente de la zona.
Bloo se
terminó de vestir sin inmutarse por la presencia de sus compañeros de casa en
la habitación, ya que ellos tampoco reparaban mucho en ella; llevó a Lini en
brazos hasta la cocina, le dio un biberón y la dejó jugando en el patio bajo la
severa mirada de Silver. Luego se apresuró y fue a la zona de la casa que
funcionaba como cafetería y se encontró con Mari, a quien no veía desde hacía
más de dos años. Lucía bastante cambiada, se había vuelto muy alta, tenía los
costados de la cabeza rapados y lo que le quedaba de cabello estaba erizado y
teñido de un rojo escandaloso, cayendo como una crin hasta la mitad de su
espalda. Además, vestía lo que en el pueblo llamaban "ropa de
ciudad", mostrando buena parte de su cuerpo ya completamente desarrollado
y voluptuoso. Llevaba una mochila al hombro, tacones de diez centímetros,
maquillaje extravagante y un cigarrillo encendido entre sus labios sonrientes;
lo que dejó a Bloo aturdida. Al verla entrar, Mari se le acercó alegremente y
le dio un magnífico bofetón que la hizo rebotar en el mostrador. Luego la
saludó diciendo:
—Discúlpame, Bloo, ¡pero me
lo debías!
—¡¿Has venido solo a esto?!
Preguntó
Bloo indignada mientras iba al otro lado del mostrador y Mari tomaba asiento en
una de las mesas, respondiendo con una sonrisa melancólica:
—En realidad no...He venido
porque necesitaba una amiga...Pero no hablemos de eso ahora. Cuéntame, ¿cómo
estás? Dicen que te casaste luego de dejar la escuela. En realidad, dicen
muchas cosas de ti, pero la mitad de lo que la gente rumorea siempre es mentira.
—Es verdad que tengo una
familia...
Respondió
la morena sonriendo:
—No es como lo que tú y yo
hubiéramos soñado jamás, pero está bien así.
—Tienes un bebé, ¿verdad?
Disculpa, apagaré el cigarrillo. Anda, tráelo. Dile que soy su tía, que tú y yo
cazábamos duendes juntas y eso. Le traigo algunos caramelos.
Bloo se rio
un momento nerviosamente, sin saber que hacer, mientras Mari esperaba con ese
aire de madurez y determinación que la caracterizaba. Finalmente, Bloo se dio
cuenta de que no tenía escapatoria y llamó a Lini alzando la voz. La criatura
apareció reptando de forma siniestra y felina, mirando a la visita con
desconfianza; seguida por Silver que no parecía complacido por la amistad entre
Bloo y Mari. La criatura siguió avanzando hasta el regazo de Bloo, donde se
acurrucó escondiendo el rostro entre las solapas del abrigo de su protectora.
Mari se inclinó hacía ella y le besó la cabeza diciendo:
—Pero… ¡qué grande eres!, ¡y
que bien hueles! ¿Estás hecha de flores?
—No...Estoy hecho de queso,
como la Luna... ¡Vengo de la Luna! Y del futuro.
Silver y
Bloo intercambiaron miradas con expresión tensa ante la respuesta de "su
hija" y Mari comenzó a buscar algo en su mochila mientras comentaba:
—¿Pero eres niño o niña?
Tienes pelo largo, supongo serás chica...
—¡Soy el papá de Bloo, soy
hombre!
Inmediatamente
Silver señaló:
—Es un macho genético.
—No tiene pilín, es niña.
Objetó
Bloo, mientras Mari se quedaba un momento confundida hasta que Lini repuso:
—Soy hombre, pero mujer.
Mari se
echó a reír y dijo, sacando un regalo de su mochila:
—Pues espero que a los niños
hermafroditas extraterrestres del futuro les guste comer caramelos, ¡porque no
te traje otra cosa...!
Antes de
que pudiera dejar de hablar, Lini ya se había subido a sus piernas y arrebatado
los caramelos mientras decía con una sonrisa casi literalmente de oreja a
oreja:
—¡¡Los amo!!, ¡también te
amo! ¿Tienes hambre, amiga? Luego vamos a almorzar. Silver cocinará y solo nos
comeremos las cosas sabrosas, te lo prometo.
—¿Así que Silver cocina?, ¿y
qué hay de Bloo, no es buena ama de casa?
—¡¡No, pero amo a Bloo!!
—¿Pero por qué no llamas a
tus padres "papá y mamá"?
Rápidamente
Silver cargó a Lini levantándola bruscamente del pijama que aun llevaba puesto
y le llenó la boca con caramelos para callarla mientras murmuraba:
—Selenita, la dama
seguramente tiene un horario. No la hagas sentir comprometida.
—De hecho, no hay tal
horario...
Dijo Mari,
bajando la mirada, y agregó:
—Realmente quería pedirles
algo de comida y un sitio donde pasar la noche...Al menos hasta mañana...Tengo
serios problemas.
Bloo pidió
a Silver que se llevara a la pequeña y las dejara a solas, después llevó a Mari
a la habitación que se suponía sería de Lini pero que nunca usaba, para que se
instalara ahí. Luego de desempacar juntas y hablar un poco de la casa y la ropa
de moda que venía en la mochila, Mari contó su historia:
—Tuve un encuentro cruel con
la realidad...Es una forma sencilla de explicarlo todo. Cuando dejaste la
escuela y huiste con tu novio, comencé a pensar que yo también quería vivir mi
propia vida. Contesté a un anuncio del periódico donde solicitaban jóvenes
modelos o actrices para una audición. Decían que pagarían bien, el mismo día de
la entrevista. Así que junté mis ahorros y hui a la ciudad, con la cara
maquillada por primera vez y los tacones de mi madre. ¡Qué estúpida fui!
Audicioné para el papel estelar en una película acerca de una joven teniendo
sexo con cinco hombres a la vez, pero no era una actuación, todo fue real.
Dejando el asco y la vergüenza de lado, hice mi trabajo lo mejor que pude, tomé
el dinero y casi inmediatamente conseguí un "papel" en otra
"película". En poco tiempo me convertí en una estrella de ese extraño
cielo, pero mi aspecto adolescente no tardó en llamar la atención de las
autoridades que pronto averiguaron que yo era menor de edad. Los hombres con
los que trabajaba fueron apresados y yo acabé en un reformatorio, mientras se
llevaba a cabo un largo y vergonzoso juicio. Cuando por fin me dejaron volver a
casa, mis padres me echaron; no querían una mujer sucia en la familia. No tarde
en encontrar uno de mis "admiradores" en el pueblo y me fui a vivir
con él hasta que me golpeó y me fui con otro, luego con otro...Finalmente supe
que tu atendías sola este negocio y pensé en venir a pedirte trabajo y posada.
Puedo hacer lo que quieras, cuidar del bebé, ayudarte en la cafetería, lo que sea
con tal de comer y recuperar mi vida tranquila, pero...Si tú también quieres
que tu casa no se ensucie con mi presencia...yo lo comprenderé. Ahora eres
madre y querrás mantener a tu hija lejos de los riesgos que nosotras no supimos
evadir...
Bloo abrazó
a su amiga con ternura y luego simplemente salió y avisó a los demás que la
recién llegada viviría con ellos desde ese día. Mari sintió un nudo en la
garganta y trató de salir y decir algunas palabras de agradecimiento, pero
inmediatamente Silver haló a Bloo de un brazo y la metió en otra habitación,
cerrando tras ellos; mientras Mari alcanzaba a escuchar al hombre de negro
decir: "tus instintos te traicionan. Primero el niño, ahora esa
mujer..." Avergonzada y herida, Mari quiso salir corriendo a recoger su
equipaje para irse de esa casa, pero al voltearse se encontró con la extraña
"hija" de Bloo, que la veía con una sonrisa que resultaba
escalofriante debido a sus macabros ojos selenitas; cuya mirada siempre parecía
tener algo demencial e hipnótico. Mari le devolvió la sonrisa tratando de no
mostrarse alterada por todo lo que estaba sucediendo, entonces las llamaron a
comer y Bloo reapareció muy tranquila, pero mientras Silver servía la comida la
miró de cierta manera sospechosa y luego ella simplemente dijo a Mari a la vez
que el hombre de negro salía del comedor, dejándolas solas:
—Existen nada más dos reglas
en esta casa: nunca cuentes a nadie sobre lo que aquí dentro sucede y no te
escandalices por lo que puedas ver.
Mari
respondió:
—Sabes que cumplo mi
palabra, te prometo que guardaré la intimidad de tu familia y recuerda además
que a mí ya nada puede escandalizarme.
Desde ese
momento Lini se pegó a Mari en un enamoramiento infantil, se pasó toda la tarde
sentada sobre la espalda de su nueva amiga, parloteando mientras que ella la
soportaba pacientemente leyendo y escuchando música en su reproductor de cintas
casete. En determinado momento, llegó la hora de la siesta de la pequeña y se
recostó somnolienta sobre Mari mientras comenzaba a interrogarla:
—¿Me comprarás más caramelos
luego?
—Si te portas bien te
compraré hasta una muñeca.
—No me gustan las muñecas.
Solo tengo una.
—¿Y cómo se llama?
—Se llama Bloo, es Bloo, es
mi muñeca.
—¿No te han enseñado a
respetar a tu mamá? Es tu madre, no un juguete.
—¿Quién está cantando?
—El grupo musical Nirvana,
es mi banda favorita.
—¿Por qué cantan?
—Porque es su trabajo. ¿Te
gusta oírlos?
—Me gusta porque te gusta a
ti. ¿Tienes novio?
—¿Tú sabes lo que es un
novio?
—Sí, todo mundo busca un
novio para casarse y tener bebés. Si eres mi novia y te casas conmigo podremos
estar juntos siempre. Bloo necesita una mamá.
—Pero eres niña, como yo.
Las niñas no suelen casarse entre sí.
—Soy niño.
—¿Y dónde está tu pito?
—Por ahí.
—Pues bien, tendré que
pedirle tu mano a Bloo y seguramente se opondrá por la diferencia de edades. Lo
siento Lini, pero creo que lo nuestro no tiene futuro.
La pequeña
no respondió más y en poco Mari dedujo que estaba profundamente dormida. Se
reclinó también sobre sus brazos cruzados y cerró los ojos un momento para
descansar la vista y pensar. Con rencor comenzó a recordar su pasado y su
maternidad frustrada. El acto de concebir un hijo había perdido cualquier
aspecto puro que pudiera tener para ella. La ilusión de ser madre que tenía de
niña se reemplazó por el asco de pensar en la posibilidad de haberle dado
descendencia a cualquiera de todos los que "trabajaron" con ella.
Estaba absorta en sus amargos pensamientos cuando la pequeña se despertó
bruscamente y preguntó:
—No entiendo, ¿te hacían
daño o te gustaba?
Mari la
cargó en brazos para llevarla con Bloo y que durmiera a gusto, mientras
respondía:
—¿De quienes hablas?
—De los hombres que jugaban
contigo sin ropa.
La joven se
sorprendió y no supo que decir mientras sentía que el rostro le ardía,
ruborizado. Bloo llegó en ese momento, tomó a Lini y le pareció que Mari tenía
fiebre; por lo que la mandó a recostarse y le dio un té relajante que la hizo
dormir hasta más o menos las tres de la mañana; cuando sintió que alguien le
respiraba en el cuello y encendió la lampara de noche de un manotazo,
descubriendo a Lini acurrucada a su lado pidiéndole un abrazo con las mejillas
mojadas en lágrimas. Mari intentó reponerse del susto lo más rápido posible y
abrazó a la pequeña tratando de reconfortarla:
—Tranquila. Nadie me hizo
daño, no los dejé.
La extraña
niña contestó entre sollozos:
—Algo malo pasó...El señor
que te gusta oír cantar se ha muerto y ya no lo oiremos.
—No, pequeña. Mañana veremos
el canal musical y verás como todo está bien. Solo fue un mal sueño.
Lini siguió
llorando, aunque esa tarde Mari pasó largas horas con ella viendo el canal
televisivo de música para mostrarle que su sueño era falso. A su primer aviso
agregó que también se habían muerto dos reyes porque alguien les había lanzado
un cohete. Mari se esforzó por ser paciente y hacer comprender a la niña que su
fantasía era lo que la estaba asustando, y la hizo ver las noticias para
demostrárselo. Para su sorpresa, ese día dos presidentes habían sido asesinados
al ser derribado su avión por un misil. Mari pensó que era una gran
coincidencia que lamentablemente solo hizo sentir a la pequeña más triste. Lini
siguió llorosa y esa noche volvió a llegar al lecho de Mari, ahora contándole
que un hombre malo se había robado un avión. En esta ocasión Bloo se dio cuenta
de que la pequeña despertó a su amiga y se disculpó explicando que en las
últimas noches se había olvidado de hacer que Lini tomara algo de leche antes
de llevarla a la cama, y por eso estaba teniendo insomnios. Horas luego, los
noticieros matutinos anunciaban que un hombre armado con un arpón y martillos
había secuestrado un avión, y a la mañana siguiente el canal televisivo musical
guardaba luto por la muerte del vocalista del grupo musical Nirvana; muerto
tres días antes, justo cuando Lini había comenzado a llorarlo. Asombrada, Mari
corrió a buscar a la niña y la encontró jugando con orugas en el jardín. Se
puso en cuclillas a su lado y preguntó:
—Lini querida, ¿tú ves
sucesos que van a pasar? Cuéntame.
—No veo cosas que pasarán,
tengo pesadillas acerca de recuerdos feos. Por eso Bloo me da lechita antes de
dormir y así sueño cosas lindas.
—Pero, por ejemplo, el sueño
de los reyes y el cohete...Eso no había pasado.
—Sí había pasado. Son
recuerdos malos que me asustan y me dan pesadillas.
—¿Qué cosas feas han pasado?
—Muchas guerras, edificios
que se caen, pueblos comidos por el mar, hombres malos matando...Siempre me
pasa si no duermo tranquilo. También recuerdo gente rara que me da miedo. La
sueño muchas veces, la misma gente rara una y otra vez; algunos de ellos realmente
me asustan y otros solo me entristecen.
—¿Cómo es esa gente rara?
—No lo sé, algunos no tienen
forma, solo son "algo". Otros son personas como salidas de un
cuento...Una de ellas es una madre que llora sin parar, tiene una mariposa en su
panza y está sentada sobre espejos rotos. Me da tanta pena que le conté a Silver y a Bloo. La pobrecita se
ve tan triste...
La muchacha
miró al piso un momento, pensativa, y luego preguntó con temor:
—¿Qué es lo que más te da
pesadillas?, lo más feo.
Lini la
miró asustada, se abrazó a ella y le dijo al oído:
—Cuando los hombres malos
quemaron todo y nada quedó vivo. Se quemó toda la gente, todos los animales y
todas las plantas. Solo ellos se salvaron.
—¿Cuándo quemaron todo...?
—Algún tiempo antes de que
yo viniera.
Mari
comenzó a sentirse preocupada. Cuando tuvo la oportunidad se sentó con Bloo a
la orilla de la calle, como cuando eran más pequeñas, y le dijo:
—¿No has notado que Lini es
extraña?
—¡Obviamente lo he notado,
Mari! Pero yo la amo así. ¿Lo dices porque a veces está bizca o mirando en
direcciones opuestas? Una enfermera la examinó y dijo que solo es estrabismo,
le pasa cuando está muy contenta o distraída. Nada grave.
—Me refiero a que actúa
raro, no solo por el hecho de ser la marimacho más joven del mundo... ¡Adivina
el futuro! ...A veces creo que lee el pensamiento.
Entonces
Bloo respondió algo nerviosa:
—Silver dice que es
normal...Cosa de familia. Qué con el tiempo "recuerdan cosas".
—¡¿Recuerdos del futuro?!,
Bloo, ¿de dónde sacaste a Lini?, no me digas que es tu hija. Tú y el detective
ese son morenos y ella es rubia y blanca como papel. Además, ese rostro... ¿Qué
enfermedad es esa?, ¡parece un ser de otro mundo!
—Lini es mi bebé. La he
cuidado desde que nació, la amamanté, le enseñé a hablar y todo lo necesario.
Ni siquiera está enferma, solo es diferente.
No
satisfecha con las respuestas de Bloo, Mari se armó de valor y entró al estudio
de Silver; que leía incontables listas de datos ante un ordenador y al notarla
simplemente se levantó de su escritorio y la miró como esperando a que ella
hablara. Mari saludó incómoda:
—Hola, señor
Light...Disculpe la interrupción. Pero últimamente he estado un poco preocupada
por su hija...Lini parece perturbada por razones extrañas, pesadillas...
—Siempre las ha tenido y las
tendrá, es parte de su desarrollo. No debe preocuparse.
Respondió
Silver indiferente y Mari continuó:
—Creo que sí debemos
preocuparnos todos. ¡La chica no está teniendo una infancia normal! Vive
aislada del mundo, ni siquiera está segura de su propio sexo...
—Selenita es lo que la
naturaleza le dicta ser y eso es sano. Su calidad de vida es óptima en lo
posible. Ha sido bien alimentado y sus necesidades emocionales están siendo
plenamente satisfechas por Bloo.
Mari
suspiró desalentada y dejó a Silver seguir con sus asuntos mientras iba al
patio con Lini, que como siempre jugaba alegremente con sus insectos. Se puso
en cuclillas al lado de la pequeña que reía sosteniendo a una babosa en un
palito y dijo:
—Creo que al final nada es
una casualidad. Mi presencia aquí es necesaria, tú necesitas más que mimos,
regaños y comida, Lini. Necesitas a alguien que te comprenda y te explique el
mundo para que aprendas y luego no metas la pata...Una madre, una madre real y
sencilla que te proteja, te regañe y te aconseje. Suena muy pesado...pero las
cosas son tan confusas en esta casa que me parece que algo simple como una
madre tradicional podría ser un buen punto de referencia para que no se
pierdan. Tus padres no están manejando el asunto como es debido; no es solo
cosa de deber, sentimiento o instinto...Es todo junto. Así que, en adelante
debes llamarme mamá. No más Mari. Bloo lo entenderá y si no lo entiende le daré
una paliza porque ella también necesita una madre. Así que...ahora soy mamá, ¡y
debes respetarme, porque a mamá se le respeta! ¿Has entendido, Lini?
La chica no
obtuvo respuesta, Lini había ignorado todo lo que dijo y seguía riendo con la
babosa en el palito. Entonces Mari volvió a la carga y la zarandeó diciendo:
—¡Pon atención cuando hablo!
¡Esto es importante!
Al hacerlo
su blusa se levantó un poco mostrando el tatuaje de una mariposa en su vientre
que llamó la atención de Lini, quien inmediatamente se acercó a verla mejor y
luego exclamó asombrada:
—¡Eres la madre!
Mari sonrió
frotándose la frente, convencida de que criar a Lini sería una tarea difícil, y
respondió:
—Así es, soy tu madre.
Entonces
escuchó pasos tras ella, se levantó a mirar y se encontró cara a cara con
Silver; que bruscamente le tomó el rostro y la besó. Se quedó un momento
sorprendida sin entender que estaba sucediendo hasta que sintió la lengua del
hombre explorando entre sus labios. Entonces lo apartó de una patada y, antes
que pudiera decir algo, Silver sacó una pistola; luego apuntó a su frente y
disparó.
6. Madre
Media hora
luego, Bloo examinaba una extraña quemadura en forma de triángulo equilátero en
la frente de Mari, que yacía inconsciente en su cama. Luego se dirigió a Silver
que la veía con indiferencia y a Lini que parecía estar asustada por todo:
—Pero… ¿qué le hicieron?
Silver
respondió:
—Le he implantado un
dispositivo de neutralización mental. Cuando lo active será privada de todas
sus facultades mentales y su futuro como miembro de Alma Colectiva se anulará.
Planeo implantar uno de estos aparatos en cada uno de los diecisiete miembros
de alma colectiva y luego activar todos los dispositivos a la vez. De esa forma
me aseguraré de que los supervisores de Prometheus tengan menos tiempo de
remediar los cambios en el futuro al no alertarlos hasta que todo esté hecho.
—¡¿Acaso Mari es una de
ellos?!
—Así es.
Replicó el
hombre seriamente. Bloo se frotó la frente y dijo:
—Silver...te estás volviendo
peligroso...No diferencias los sexos y ahora dices que Mari es una intelectual
que llevará al mundo a su destrucción... ¿Qué te llevó a deducir que mi amiga
será un miembro de Alma Colectiva?
—Es simple.
Dijo el
hombre artificial y siguió explicando:
—Desde que Selenita comenzó
a recuperar la memoria de sus antepasados, me fijé en como los recuerdos de los
años noventa se le hacían más claros debido a que este ambiente le ayuda a
evocarlos con claridad. Me di cuenta de que en sus sueños se repetían con
frecuencia diferentes personajes, llegué a contar diecisiete de ellos. Desde
ese momento sospeché que Selenita estaba recordando la identidad de los
miembros de Alma Colectiva. Es muy posible, ya que su familia es la única que
tiene acceso a información secreta para el resto de la humanidad del futuro y
deben conocer detalles importantes acerca de esta época.
Bloo tomó
asiento a la orilla de la cama, cargando en brazos a Lini para mecerla mientras
Silver proseguía:
—Selenita es el último
descendiente de la élite de la humanidad. Sus antepasados que viven en esta
época son miembros de la realeza internacional, poderosos políticos y
multimillonarios. Su única antepasada de origen modesto que vive en este
período de tiempo es miembro de Alma Colectiva. Supuse que Selenita la recuerda
en sueños como a una madre solitaria que llora sobre espejos rotos mientras
sostiene una mariposa en su regazo, ya que es el único personaje de sus sueños
al que parece tenerle cariño. Al hacer un estudio genético de Mari y compararlo
con la historia genética de Selenita, encontré una correlación que me indico
que ellos dos están emparentados. De modo que ella es, sin duda, el primer
miembro de Alma Colectiva que hemos podido encontrar; y en adelante podremos
guiarnos por los sueños de Selenita para encontrar a los demás miembros.
—¡Pero Mari perderá la
razón! ¡Arruinarás su vida!
Exclamó
Bloo, a lo que Silver contestó:
—La causa es justa, guarda
la calma. Se despertará en poco sin poder recordar exactamente qué pasó. Estará
bien hasta que el dispositivo sea activado.
—¿No hay una forma de
salvarla de ese destino?
—Quizás si ella supiera la
verdad y aceptara ayudarnos. Pero su mente estará llena de resentimiento por su
pasado. Probablemente solo desee vengarse del mundo.
—No es así. Yo la conozco y
sé que tiene un alma noble.
Dijo Bloo y
continuó, diciendo:
—Estoy segura de que si Mari
se unió a esa sociedad fue porque realmente deseaba mejorar al mundo. Además,
si dices que su descendiente es Lini, significa que en algún punto de su vida
se casó con un hombre distinguido como siempre soñó y tuvo hijos. Está
destinada a cumplir sus sueños...Aunque eso a la larga podría traer la
desgracia para toda la humanidad. Si Mari supiera la verdad y le pidieras
renunciar a ese destino para salvar a todos, lo aceptaría porque tiene mucha
confianza en si misma y ese futuro borrado sería para ella solo una prueba de
lo que es capaz de lograr. Te ruego que la perdones...
El hombre
artificial dijo con total indiferencia:
—Demente o no, siempre
acabará procreando con el mismo hombre porque el destino siempre une a las
parejas que serán responsables de traer otra vida al mundo. Evitar que use el
aparato solo pondría en riesgo el éxito de nuestra empresa. Sin embargo, te propongo
una solución. Removeré el dispositivo de neutralización mental si a cambio ella
acepta encargarse de criar a Selenita en tu lugar.
—No tengo por qué pedírselo.
Solo por ser mi amiga ya ama a Lini como si fuera su propia hija y yo no
dejaría a mi bebé en manos de nadie más que ella. Quita ya esa cosa de su
cabeza. Le explicaremos todo y veremos cómo reacciona.
Al caer la
noche, Mari ya había despertado y Bloo le terminaba de contar su terrible
aventura del viaje al futuro; ayudada por Silver y una de sus pantallas
holográficas flotantes. Luego de escuchar todo en silencio, con las manos
entrelazadas sobre el regazo, Mari se dirigió a Lini:
—Cariño, tráele a mamá una
bolsita con hojas secas y unos papelitos que están al fondo de su mochila.
Quiero que me dejen fumar un rato a solas. Así me pongo a tono con todos
ustedes.
De ese
modo, Mari se unió a "la familia"; involucrándose en la misión de
Silver.
Desde ese
día, todos esperaban impacientes a que Lini despertara cada mañana para
interrogarla acerca de sus sueños. Con el tiempo, la pequeña comenzó a sentirse
presionada y reaccionó apegándose más a Bloo. Quería que la cargara en brazos
siempre y empezó a negarse a hablar, mirando a los demás con recelo y
chupándose un pulgar todo el tiempo. Silver y Mari insistían impacientes en que
hablara, pero Bloo se encargó de mantenerlos lejos de "su bebé", que
solo abría la boca para comer. Frustrada, Mari acabó tirándose en un sofá del
estudio de Silver y se lamentó fumando mientras él seguía leyendo sus
documentos que se amontonaban por todas partes:
—La humanidad estaba perdida
desde que su futuro quedó en manos de una máquina mal construida. Tu
inteligencia artificial es imperfecta, careces de astucia.
—¿A qué se refiere?
Preguntó
Silver y Mari contestó:
—Elegiste una cómplice por
sus cualidades morales y valores, más que por su utilidad. Mira lo que sucedió:
el futuro depende de ustedes y ella juega a la mamá.
—Gracias a las
modificaciones especiales que me aseguré recibiera al ser convertida en ciborg,
Bloo posee una fuerza y resistencia sobrehumana. Sería una ayuda idónea de no
ser por Selenita. La distrae con sus tonterías infantiles.
—¿Te parece que Bloo está
lista para ser mamá?, ¿no tienes algún recuerdo de la madre del Silverlight
real? Alguna idea debes tener de cómo se supone que tendría que ser una mujer
madura criando un hijo...
Tras pensar
unos instantes, Silver respondió:
—Carezco de recuerdos
concretos de mis padres biológicos en mi vida humana, apenas tengo algunas
vagas evocaciones. "Recuerdo" a mi padre como una sensación de
profundo respeto, un ser al que probablemente amo como ustedes aman a la patria
o a Dios. De mi madre no tenía memoria, hasta el día en que vi a Bloo. Ella me
despertó sentimientos...que pensé no existían ya en esta memoria fragmentada
que acompaña mi sistema informático. Es una joven extraordinaria, pero debe
sentirse muy presionada en este momento.
Tras
exhalar una bocanada de humo, Mari comentó:
—También me siento
presionada, creo que ahora todo es mi responsabilidad. Yo seré la que se unirá
a esa sociedad, la que debería ayudar a mi amiga Bloo y la única que realmente
conoce este mundo; ustedes no saben nada...
—Guarde la calma. Para
alcanzar una meta es necesario cumplir objetivos de forma ordenada. Nuestro
objetivo ahora es obtener mayor información de Selenita.
Mari se
estiró suspirando y exclamó:
—¡Lini está en camino
directo a un asilo psiquiátrico! Es adoptada, no tiene amigos y es deforme del
rostro y de ahí abajo. Tu forma de tratarla no mejora su situación,
pero no sé si lo entiendes...Siento que estoy aquí confesando mis penas
con un enorme tostador del futuro...
Entonces
Silver tomó asiento en un sofá cerca de Mari y explicó:
—Mi rechazo por Selenita es
justificado, él pertenece a una raza perversa. Sin embargo, lo respeto y nunca
lo he dañado a propósito. Sobre su salud, Selenita es un infante bastante
"normal" para su naturaleza. En su mundo, los niños como él son
llamados "bebés metamórficos". Son muy costosos de obtener, solo las
familias más ricas pueden costear un embrión con sus extravagantes
características genéticas.
—¿Qué tiene de especial
hacer un niño feo y sin pito en un laboratorio?
Preguntó
Mari con desánimo y Silver replicó:
—En el futuro las parejas
pueden decidir el sexo de su hijo. El niño metamórfico es especialmente
diseñado para aquellas parejas que deciden procrear y necesitan un heredero
estrictamente varón, pero también desean criar una niña.
Con otro
suspiro, Mari dijo:
—Solo pienso que, si se
siente un niño, quizás debamos llevarla a un doctor para que le de hormonas
hasta que podamos operarla y que sea chico de una vez. Ahora mismo...creo que
no sabe ni qué es...No sabe quién es y eso debe torturarla.
—La personalidad de un ser
humano no debería estar determinada solo por sus genitales y su sexo tendría
que ser definido por sus genes, no por apreciaciones subjetivas. Selenita tiene
un organismo sano y a su debido tiempo dejará atrás el capricho de sus padres.
Tal es el milagro de la experta manipulación de la 5-Alfa reductasa y por eso
su proceso de concepción fue tan caro.
La joven
mujer se pasó una mano por el rostro sin terminar de comprender y en ese
momento escucharon la risita inquietante de Lini en el patio, estaba jugando a
los besitos y las cosquillas con Bloo. Silver comentó:
—Están obsesionados entre
sí. Es necesario comenzar a separarlos o luego será peor.
Mari no
respondió nada, pero comenzó a pensar en cómo arreglar la situación.
Luego del
almuerzo, Mari cargó a Lini y le pidió a Bloo que saliera a dar un paseo a la
plaza y tomar el sol; pues lucía algo pálida. Al principio Bloo se echó a reír
ya que ella había nacido con la piel broncínea, pero en poco Mari explicó sus
intenciones de hacer que Lini se independizara un poco de ella; tanto el bebé
como la madre adoptiva reaccionaron con horror ante la idea. Bloo parecía estar
a punto de llorar mientras que Lini gritaba ahogándose entre lágrimas:
—¡¡Si Bloo se va me moriré,
no puedo vivir sin ella!!
Mari trató
de hacerla entrar en razón serenamente, pero con firmeza:
—No es verdad. ¿Por qué
tendrías que morirte? Bloo volverá pronto y te traerá caramelos.
Lini
pareció calmarse un poco ante la oferta, Mari sonrió tomándola en brazos y Bloo
salió a la calle ensimismada. Su pasado iba quedando sepultado por el tiempo y
el presente seguía escurriéndose entre sus manos. Lini no paraba de crecer y ya
estaban hablando de hacerla independiente, Mari actuaba como una adulta y la
niña que la acompañaba a cazar al duende del bosque había desaparecido sin
dejar rastro. Todo estaba pasando demasiado rápido, sentía que no tenía tiempo
suficiente para disfrutarlo. El tiempo se estaba convirtiendo en algo odioso
para Bloo. De pronto levantó la vista, intuyendo que estaba siendo observada, y
se encontró con la mirada de un desconocido muy parecido a Silver. Solo
diferían realmente en que ese hombre era menos corpulento, tenía la piel muy
blanca y vestía con cierto desaliño. Lucía como una versión rebelde del SL30,
con tres aretes en una de sus delgadas cejas, el pelo largo y lacio cayéndole a
los costados del rostro y ropa negra con la que bien podía haber dormido; en
contraste con el androide del futuro que siempre lucía formal e impecable en su
traje negro. El hombre la miraba como si tuviera que decirle algo y Bloo se
quedó un momento esperando a que se acercara, pero él solo bajó la mirada
sacando un cigarrillo para encenderlo. Entonces la distrajo repentinamente un
amigo de su primo Laude que había llegado a su lado para tocarle un hombro,
seguido de lejos por el propio Laude; que la miraba con enojo. El chico habló
ruborizado:
—Te traigo un mensaje, dice
tu primo que...la señora Nana murió por culpa de tus aventuras con hombres
desconocidos...Así que deja de ver a ese tipo.
Bloo volvió
a sorprenderse ante el paso del tiempo. Laude se había transformado en un
adolescente larguirucho de cabellos rizosos hasta los hombros, pero aún era el
repelente hijo mimado de su odiosa tía. La mención de la muerte de Nana fue
demasiado para Bloo, en ese momento toda su tensión acumulada se concentró
convirtiéndose en furia. Apartó al mensajero de un empujón, fue hasta su primo,
le arrancó las gafas y le dio un puñetazo descomunal que lo hizo rodar varios
metros por la calle escupiendo sangre. Algunos transeúntes se echaron a reír,
pero luego guardaron silencio, atónitos, tratando de asimilar lo que acababan
de ver. Bloo se quedó mirando estupefacta el rastro de sangre que el cuerpo de
su primo había hecho sobre el empedrado y tembló ante la posibilidad de haberlo
matado, entonces la voz de un hombre con acento extranjero la regresó a la
realidad:
—Creo que te conozco...pero
he olvidado de dónde. ¿Tú sabes...?
Se volvió a
mirar sorprendida al misterioso hombre de largos cabellos negros, que tiró el
cigarrillo al piso y sin esperar la respuesta de Bloo fue a revisar a Laude;
mientras explicaba a los mirones que tenía algunos conocimientos médicos y
luego pedía que llamaran una ambulancia. Entonces Bloo huyó del lugar, compró
algunos caramelos para Lini en el camino y al volver a casa se encerró bajo
llave en su habitación con su bebé.
Horas
luego, recibieron la visita de dos agentes de policía que Silver atendió y
despachó haciendo uso de sus extrañas habilidades para hacer que la gente
perdiera la memoria. Tiempo después, Mari habló con Bloo mientras le trenzaba
el cabello:
—Por suerte Laude solo tiene
varios huesos rotos, pudiste haberlo matado. Comprendo tu enojo, pero recuerda
que la loca de tu tía es vengativa.
—Dudo que Laude confiese a
su madre que una niña lo golpeó, es muy orgulloso. Solo no iré más al centro
del pueblo. Por cierto, hoy vi un extranjero raro. Creo que es uno de esos
góticos o amantes del rock pesado. Justo lo estaba mirando y por eso comenzó
todo. Laude me acusó de flirtear con él...
—Ah, "el dark";
veo que realmente no estás al tanto de los chismes locales. Dicen que apareció
poco después de que tú volviste al pueblo. Le compró a tu hermana los escombros
de tu vieja casa y la mandó a reconstruir a su gusto. La gente dice que viene
del este de Europa. Trabaja en la funeraria y cuentan que lo oyen reírse
mientras embalsama cadáveres o alguna estupidez así...
Entonces
Bloo comentó:
—Quizás es un estudiante de
medicina, le dio los primeros auxilios a Laude.
—Oí que estudió anatomía
porque es escultor o pintor, yo que sé. Es guapo, pero seguramente mujeriego y
engreído. Además, dudo que haya podido construirse una casa lujosa en las
afueras con lo que gana de su trabajo de mala muerte, seguro está metido en negocios
turbios. No te fijes en él, es basura.
Opinó Mari
y de inmediato Bloo se sobresaltó:
—¡¿Yo fijarme en ese
hombre?! ¡Nunca! Además, ya estoy casada...
—Con una computadora con
patas. ¿Acaso le has hecho el amor alguna vez?
—¡¡No!! Silver y yo tenemos
un compromiso y nos apreciamos...pero es un robot. ¿Cómo podría enamorarme si
no tiene alma? ...No está vivo...
De pronto
Mari se echó a reír e interrogó a Bloo:
—¿Y si lo estuviera?
—Tampoco lo vería de esa
forma. Es demasiado formal.
—Sé que es una máquina, un
hermoso muñeco autómata. Pero, ¿nunca lo deseaste? No para amarlo, pero yo
misma he pensado que en una urgencia del cuerpo...
Escandalizada,
Bloo exclamó:
—¡¡Mari, que
atrevimiento...!! Y la verdad es que no, le tengo mucho cariño, pero el hombre
que incendia mis fantasías intimas es muy distinto a él.
—Mientras no me digas que es
un extraterrestre que te visita de noche.
Bloo se
ruborizó y Mari continuó, diciendo:
—¡¡No me digas que todavía
tienes sueños eróticos con "el hombre raro"!! Oye, ¿no será ese el
papá de Lini?, ahora resultará que en verdad es tu hija.
—De ninguna manera, yo
conocí personalmente a su verdadera madre.
—Pero aquel selenita te
habrá visitado por alguna razón. ¿Le has contado a Silver?
—Él "analizó" mi
memoria visual y dice que su apariencia no corresponde a la de ningún Homo
cosmos registrado en su base de datos de todos los habitantes de la Luna
conocidos hasta el año 3015. Dice que pudo ser solo un sueño, no necesariamente
erótico como tú piensas...
Lini llegó
a recostarse en el regazo de Bloo y empezó a cabecear quedándose dormida.
Entonces Mari habló de nuevo, bajando la voz:
—Me parece que el robot no
te lo está diciendo todo y que tú deberías buscar pareja de forma más realista,
o te quedarás de esposa de un maniquí y madre de una niña extraterrestre
adoptada. Deberías buscar un novio que no sea un alienígena que aparece de
repente, ni un vago extranjero. Tú eres una buena chica.
Bloo
contestó tímidamente:
—Realmente no creo que la
soledad sea tan mala, pero si me enamorara...de ese extranjero...o del mismo
Silver...y eso me hiciera feliz... ¿Por qué debo buscar una vida normal si mi
felicidad podría estar en lo "raro"?
Mari la
abrazó por la espalda y le besó una mejilla diciendo:
—Porque un minuto de inmensa
felicidad no vale una vida de miseria. El inteligente sabe cómo salir de un
problema, pero el sabio sabe cómo evitarlo. Permíteme estar cerca para ayudarte
a mantener los pies en la tierra; en nombre, de tu hermana mayor que lo haría
si el orgullo no se lo impidiera y de Nana, que en paz descanse.
En ese
momento Lini, quién había permanecido todo el tiempo dormitando en el pecho de
Bloo, las interrumpió diciendo:
—Nana me da miedo...
Mari la
tranquilizó diciendo:
—Nana era la madre de Bloo,
Lini. Ella era muy buena.
—No. Nana...Parece normal,
pero si se para ante un espejo, su reflejo son un montón de
monstruos...Destruirán a los Sapiens.
En ese
momento ambas se dieron cuenta de que estaba hablando de otro personaje de sus
sueños recurrentes. El siguiente miembro de Alma Colectiva en ser descubierto.
7. Mana
Silver se
recargaba de energía uniendo la palma de su mano derecha con la de Bloo durante
toda una noche. Era un ritual que debían hacer cada semana y que enfurecía a
Lini, pues esa noche Silver pernoctaba sentado en la cama con ellas; tomando la
mano derecha de su Bloo. En esa ocasión, los celos de Lini estaban peor
que nunca. La pequeña se metió dentro de la camisa de dormir de Bloo y de vez
en cuando se asomaba por el cuello para vigilar a su "rival de
amores", casi ahorcando a su amada; quien trataba de suavizar la tensión
charlando con Silver:
—¿Has sabido más de
"Nana"?
—Suficiente como para
actuar.
Respondió
el hombre de negro y continuó diciendo:
—No encontré nada
relacionado con el nombre exacto de "Nana", pero si varias
referencias históricas a "Mana"; alguien que no fue un verdadero
miembro de Alma Colectiva pero que inspiró a esa sociedad con sus ideas
revolucionarias. Encontré un trozo del diario de un socio verdadero en poder de
un coleccionista de antigüedades, y ahí se habla de Mana como “quien engendró
la magia que se refleja en nosotros"; un visionario. Nunca especifican su
sexo, pero le atribuyen propiedades viriles, creo que es lo más cercano al
personaje del sueño de Selenita. Al parecer "Mana" tuvo un destino
trágico, se suicidó luego de "engendrar la magia" en 1994 y su muerte
impulsó la fundación de Alma Colectiva.
—¿Un suicidio en el pueblo
este año?
Preguntó
Bloo, luego dijo:
—Tendrá que ser todo un
escándalo.
—Buscando un poco entre las
reliquias que se contrabandean en el futuro, encontré imágenes de un periódico
de 1998 donde mencionan un suicidio grupal ocurrido en este poblado en 1994;
pero aun así no será sencillo encontrar al objetivo. Según ese periódico, todo
un club de lectura se quitará la vida en protesta por el poco apoyo que las
ciencias y las artes reciben de las autoridades del pueblo. Tendremos que
identificar a Mana entre ellos, rescatarlo del grupo de fanáticos y neutralizar
su mente. Tú, Bloo, te encargarás de infiltrarte en el grupo mientras yo
investigo a fondo el entorno de los sospechosos. Luego uniremos los datos y
Selenita nos indicará cual de todos es nuestro hombre...o mujer. Los datos aún
son inciertos.
Bloo
suspiró preocupada y murmuró:
—¿Qué me infiltre en un
grupo de intelectuales? Nunca se me dio bien el estudio...dejé la escuela a los
doce años.
Silver la
miró un momento con su inexpresividad de maniquí, “computando”, se apartó un
mechón de pelo de un ojo y opinó:
—Eres una niña muy hermosa.
Les agradarás.
La muchacha
sonrió tímidamente:
—Gracias, ¿pero crees que
Lini estará bien durante mis ausencias?
—Mari cuidará de él, después
de todo es su descendiente. Siempre llora cuando se separan, pero se calma si
recibe caramelos o alguna pertenencia tuya.
Lini se
asomó por el cuello de Bloo y ella besó su frente pálida, diciendo:
—Toma lo que quieras, amor.
Bien, debería tener más seguridad en mí, nunca tuve muchos amigos... ¡Haré esta
misión, Silver!
Su
bienvenida al salón de la escuela del pueblo donde el club de lectura en
cuestión se reunía los sábados no pudo ser más fría. Tanto el maestro que
dirigía el grupo como los cinco miembros del club miraron en silencio a Bloo
como a una intrusa, hasta que ella dijo:
—He venido a unirme a
ustedes, me gustaría...leer más.
Todos
reaccionaron con carcajadas y siguieron con sus charlas ignorando a la recién
llegada, quien desde ese instante odió al grupo; pero tenía una misión que
cumplir. Se sentó en cualquier parte y comenzó a fijarse en cada miembro del
club, tratando de adivinar cual podría ser Mana. El líder del grupo, un joven y
regularmente atractivo maestro de la escuela, comenzó la reunión de esa tarde
anunciando eventos que dejaban entrever el grado de profunda amistad y
familiaridad que había entre los miembros del club. Luego dirigió una mirada
burlona a Bloo y dijo:
—...finalmente: creo que
tenemos un polizón, digo, nuevo elemento entre nosotros. Háblenos un poco de
usted, señorita. Su nombre, que le gusta hacer, cuanto tiempo estuvo en el
salón de belleza esta tarde, cuál es su telenovela favorita...
Una de las
chicas del grupo, vestida de forma excesivamente sobria, sonrió con desprecio.
Bloo cortó el discurso del profesor diciendo secamente:
—Me llamo Bloo y vengo de la
montaña. ¿Algún problema?
De
inmediato todos se miraron entre si con temor y algunos susurraron "es
ella", reconociendo a la feroz mujer que le rompió los brazos y las
piernas a su propio primo en plena plaza del pueblo. El maestro rápidamente
desvió la atención del tema y comenzó a pedir a los miembros del club que
dijeran sus comentarios semanales sobre la lectura que todos compartían,
mientras Bloo seguía observándolos y comenzaba a disfrutar de su fama de ciborg
asesino. El primero en hablar fue un joven flaco y afectado de acné, ataviado
con ropas negras y cadenas:
—Durante el paroxismo de mi
lectura, el delicioso personaje de Gretta invadió mis cavilaciones como una
epifanía. Así fue como le escribí este verso lúbrico: "Bajo la oscuridad
incandescente de tu mirada descubrí el fulgor del fuego de la pasión".
Su
intervención desató una larga y tediosa discusión sobre gramática, poesía y los
aspectos filosóficos del amor; que concluyó con el profesor negando el valor de
los sentimientos humanos y pidiendo a otro miembro del grupo que hablara. Esta
vez tomó la palabra un muchacho de gafas y aspecto enfermizo, que no paraba de
mirar a las damas del salón.
—A mi parecer Gretta es
despreciable. Esclaviza a Tadeo con su belleza y lo tortura al negarle sus
favores. Es una alusión del autor a la naturaleza oscura de la mujer. ¡En el
fondo todas son unas putas, aunque la sociedad se empeñe en reprimirlas!
Los demás
aplaudieron mientras Bloo se quedaba desconcertada y el profesor daba la
palabra a la joven de aspecto muy sobrio, que parecía estar en un funeral:
—Tadeo es estúpido. No tengo
más que decir. Su vida es gris y mediocre. De hecho, todos los personajes
tienen vidas vacías.
Inmediatamente
sus compañeros apoyaron el argumento de la muchacha criticando la banalidad de
su sociedad actual y luego fue el turno de hablar de un atractivo joven que a
todas luces provenía de una familia adinerada:
—Francamente creo que ni
Tadeo ni Gretta son el problema. La historia la caga Simón, el padre de Tadeo.
Sus reglas y ordenes son idiotas, solo quiere el dinero de todos. Sospecho que
el conflicto con Emma fue una farsa, es como una alegoría de nuestros gobiernos
conspirando con los científicos y los religiosos para esclavizarnos. Todos
están en nuestra contra, nos vigilan....
Varios
miembros del grupo confesaron también sus pesadillas paranoicas y finalmente
habló la otra chica del grupo. Era una joven mujer, tenía un rostro hermoso de
ojos verdes enmarcado por una larga y espesa melena negra. Ella habló con
sencillez:
—La historia tiene muchos huecos, pero cumple
su cometido como lectura ligera: entretiene. No es mala compañía para una tarde
lluviosa en casa.
Concluyó
con una sonrisa y Bloo decidió acercarse a ella, aparentemente era el único
miembro del club que podría ser accesible.
La reunión
terminó y Bloo se quedó un momento leyendo el tablón de la escuela, haciendo
tiempo mientras ideaba una excusa para hablarle a la joven que le intrigaba;
quien aún se despedía de sus amigos. Una vez que todos los demás se habían ido
y se quedaron las dos a solas, Bloo se le acercó dispuesta a preguntarle
cualquier tontería cuando de pronto la joven fue directa hacía ella; le abrió
la blusa sorpresivamente y descubrió la luna creciente del generador de energía
instalado en su pecho. Entonces dijo:
—¡Lo sabía, eres una muñeca
ciborg! La pubertad no se caracteriza por darte piel de porcelana, cabello
perfecto y fuerza sobrehumana. ¿Hace cuánto te modificaron?
Bloo
balbuceó, nerviosamente:
—1992... ¿También estuviste
en la luna?
—Supongo que puedo confiar
en un ciborg liberada...sé cómo viven ustedes, escondidos y aterrorizados ante
la idea de volver a ser abducidos...casi como vivo yo. Mi nombre es Adámas,
ven, te invitaré a un café y te contaré mi pesadilla.
Juntas
fueron a un concurrido café, donde entre risas comentaron lo difícil que era
tener una vida privada en ese pueblo y Adámas le contó a Bloo que se dedicaba a
pintar paisajes de la región en pequeños trozos de madera que vendía como souvenirs
a los turistas. Adámas también le dijo como su amor por el arte la había
llevado a unirse a ese club de lectura, aunque reconocía que era una colección
de personajes antipáticos. Horas luego, cuando la mayoría de clientes se habían
ido y pudieron hablar de temas más íntimos, la risa de Adámas menguó hasta
extinguirse y entonces dijo bajando la mirada:
—En 3022 fui coronada reina
consorte de la luna.
Bloo la
miró sorprendida y Adámas prosiguió:
—Aún lo sería de no ser
porque un día mi marido, el excelentísimo rey Aureus Lunae IV, se hartó de
nuestra sociedad; consiguió varias bombas de las mismas que aniquilaron a los
Homo sapiens de la tierra, las colocó en lugares estratégicos y sorpresivamente
voló la ciudad de la luna y Prometheus; destruyendo así al futuro y a nuestra
civilización. Nadie tuvo tiempo de nada, yo misma me sorprendo de haber podido
escapar...creo que debería detenerlo ya que soy la única, aparte de él mismo y
ahora tú, que sabe lo que hará. Pero no tengo fuerzas, no sé cómo hacerlo o si
realmente deba...es horrible que haya muerto tanta gente, mujeres, niños,
ancianos...pero... ¿y si se lo merecían? Los selenitas somos tan crueles, tan
egoístas...Pienso en esto y luego me tortura la culpa por hacerlo. Sé que él
también escapó y está escondido en este tiempo, en esta región...me lo dice el
corazón...y es por éso que vine aquí. Para reunirme con él y decirle lo que
siento. Él es todo para mí.
Bloo no
podía creer lo que estaba escuchando, ocultando su desconfianza opinó:
—Comprendo. Todos los que
hemos escapado de la luna del siglo XXX pensamos que las cosas deberían ser
diferentes, pero creo que tomar la justicia en nuestras manos y matar a todos
no es la solución.
—Lo sé y no perdono la
brutalidad de Aureus. Pero el amor enceguece y esa debe ser la razón por la que
aún puedo amar a mi marido, aunque sé que es un genocida. Ya te he dicho dónde
está mi estudio, por favor visítame alguna vez. Me desconecté del futuro y a
veces creo que también de la vida. Paso los días torturándome con recuerdos,
incapaz de viajar en el tiempo y pedir ayuda a mi gente. No podré volver a ver
a mis familiares o amigos a los ojos...los he traicionado a todos.
Al decir
esto comenzó a sollozar y no pudo decir más al respecto.
Esa noche
Bloo informó todo lo sucedido a Silver, quien luego de escucharla en silencio
le tocó fríamente las sienes con los dedos medios de la mano; viéndola
fijamente a los ojos mientras las pupilas de ambos se iluminaban con un fulgor
azulado, leyendo así su memoria. Luego le apartó el cabello de un hombro, le
olfateó el cuello y finalmente le lamió suavemente la piel. Bloo se sonrojó
mirando al piso hasta que Silver se alejó seriamente, guardó silencio un
momento y al cabo de unos minutos dijo:
—Parece ser sincera. Pero no
pertenece a una época anterior a 3015 y no tengo acceso a información posterior
a esa fecha. Me es imposible saber si realmente será la reina de la luna,
aunque el análisis del ADN, que depositó en tu piel al llorar apoyándose en tu
hombro, me revela que si es una Homo cosmos perteneciente a una poderosa
familia selenita; seguramente disfrazada con una versión Homo sapiens de sí
misma. Además, no posee el conector social pese a que es una adulta. En la luna
solo dos grupos de personas no usan los conectores sociales: la nobleza, que
suele prescindir de estos aparatos para brindar al pueblo una segunda opinión
de su propia visión del mundo; y los antisociales, que se los extirpan
ilegalmente. De modo que ella, proviniendo de la clase alta lunar y sin señales
detectables de estar conectada con su gente, solo podría ser miembro de la
realeza selenita o estar emparentada muy cercanamente con ellos.
—¿Adámas en realidad es uno
de esos monstruos?
Preguntó
Bloo y Silver contestó:
—Sí, pueden alterar su
apariencia transformándose en una versión de sí mismos sin todas las
modificaciones genéticas que los hacen un Cosmos. Se ven exactamente igual a un
Sapiens, solo pueden ser descubiertos por las señales que emiten desde sus
conectores sociales o por un examen de ADN.
—Entonces, ¿crees que en el
futuro la humanidad será exterminada por ese Aureus?
—Quizás. Quizás la humanidad
sobreviva, pero como una forma de vida artificial. Todos los sirvientes
robóticos que aún funcionen luego de las explosiones seguirán en la luna,
esperando que sus dueños les den nuevas órdenes que jamás llegaran. Al no recibirlas,
permanecerán ahí colaborando entre todos para mantenerse en marcha
infinitamente. Será una falsa humanidad, pero será pacífica.
—Prefiero que sigamos
adelante con nuestro plan...mañana veré de nuevo a esa chica del club de
lectura....
Al
siguiente día, Bloo visitó a la misteriosa Adámas; quien alegremente la recibió
en su taller de pintura. La mujer no parecía estar intrigada por la vida de
Bloo, solo quería desahogarse con ella contándole su desdichada historia de
amor:
—Nací en el seno de una
familia lunar muy rica. Mi tatarabuelo fue el creador del sistema Prometheus y
mi abuela materna descendía de la vieja realeza asiática, casi desaparecida
durante el exterminio de los Sapiens en la tierra. Por esas razones casi era
considerada parte de la nobleza selenita y mis padres siempre procuraron unirme
en matrimonio con alguien del palacio real. En la luna, el amor es cosa del
pasado y la procreación se logra mediante matrimonios arreglados por genetistas
desde que eres muy niña. Para regocijo de mis padres, yo cumplí los requisitos
necesarios para que me comprometieran en matrimonio con Aureus IV; el bello
hijo del rey que además tenía el precioso don de trasportarse a través del
tiempo y el espacio naturalmente, sin ayuda de Prometheus. Desde entonces soñé
con llegar a mi mayoría de edad para modificar mi cuerpo y poder viajar por el
tiempo como mi tatarabuelo, y así seguir a Aureus a donde fuera. No recuerdo
bien su aspecto, es extraño, pero sí su intrigante forma de ser. Lo veía pasear
en silencio observando las estatuas helénicas de sus jardines y por eso me
interesé en el arte, para charlar de algo con él. Con el tiempo nos casaron,
mis suegros se retiraron del mando cediéndonos el título de reyes y mi vida y
mi mundo cambiaron; pero Aureus siempre era Aureus. Ni bueno, ni malo, solo una
gran interrogante y un grito silencioso de auxilio en su mirada aguda. Siempre
me pareció tan frágil. Él siguió visitando ese jardín de forma obsesiva hasta
que un día decidí ir a buscarlo para hablar seriamente con él sobre ese tema y
lo encontré acariciando la estatua de una jovencita Sapiens...no la recuerdo en
detalle, la repulsión que me inspiró ver su atracción mal sana por la estatua
borró de mi memoria la mayor parte de esa escena. Con rabia y asco solo acerté
a preguntar: "¡¿Qué es esto?!", a lo que él respondió con una sonrisa
sarcástica: "es bronce".
Bloo sintió
escalofríos y Adámas continuó:
—Ese solo fue el inicio de
su locura. Siguió enamorado perdidamente de la estatua hasta que decidió
copular realmente con ella, así que ordenó una concubina robótica semejante a
su ideal de belleza. Se olvidó para siempre de mí y fue feliz por un par de años
haciéndole el amor a su amante artificial hasta que ya no le bastó solo eso.
Quería que su amor tuviera un alma y le diera un hijo. Cuando me lo confesó, me
eché a reír...y luego rompí en llanto. Nuestra sociedad es muy insensible, muy
sórdida, pero aún no nos ha extirpado el corazón; y para Aureus y yo, que no
contábamos con el apoyo de todos para pensar y poseíamos la capacidad de tener
vidas privadas, era muy difícil lidiar con nuestros propios sentimientos. La
libertad puede ser aterradora cuando su precio es la soledad. Ignorándome como
siempre, Aureus buscó en la época y región en que imaginaba que su mujer soñada
debería existir y encontró a una joven de este pueblo que no cumplía sus
expectativas, pero se acercaba mucho a su perfección. Le pagó para que le
alquilara su vientre y secretamente contrató médicos antisociales del siglo XXX
para que la clonaran y modificaran el embrión haciéndolo idéntico a su amada
imaginaria, implantándolo luego en la madre subrogada. Entonces viajó doce años
al futuro para ver a la niña ya nacida y el resultado le gustó tanto que desde
entonces volvía cada noche al pasado para dormir con su amante y no conmigo,
irrespetando las reglas establecidas para los viajeros del tiempo y mis
sentimientos. Fueron años de dicha para él, años de soledad para mi, y
probablemente años de constantes abusos sexuales para la criatura cuyo
nacimiento había pagado él mismo. Hasta que ella quedó embarazada y en 1997 le
dio un hermoso varón mestizo. Pero su felicidad duró poco. La muchacha, cuyo
cuerpo frágil concebido en un laboratorio no estaba hecho para la maternidad,
murió poco después por causas irremediables. Devastado, Aureus apareció de
nuevo en la luna para revelarme sus planes siniestros. Dijo que se iba a
suicidar asesinándonos a todos con él. Estaba lleno de ira, resentido con el
destino que le negó la satisfacción plena. Pacientemente lo escuché y luego
resolví volver a 1992, cuando sus primeros encuentros amorosos sucedieron, para
prevenirle del dolor que podría causarle su capricho. Pero tardé mucho. Él lo
destruyó todo antes que yo pudiera hacer nada y de alguna forma llegué hasta
aquí, cual náufrago exhausto arrastrado por las olas a una orilla desconocida.
Desde entonces lo busco, cada vez más desorientada, perdiendo las esperanzas.
No hay pista de él, ni de ella y el tiempo se nos acaba.
Bloo
comenzó a tener ciertas sospechas que la inquietaron. Volvió a casa y reportó
todo a Silver, quién reaccionó de forma tajante:
—Bloo, corta ya la relación
con esa mujer. No es la persona que buscamos, pese a sus extravagantes relatos
tiene poca relevancia en los asuntos que nos interesan. Sin embargo, la otra
mujer del club de lectura es sospechosa. Vive sola y su pasado es una sarta de
mentiras, también ejerce fuerte influencia sobre los hombres del grupo, aunque
de forma velada...
—Silver, Adámas es la clave.
Puedo apostarlo.
—Esa mujer está descartada.
Si el rey de la luna destruirá su nación porque su amante murió...lo que debes
hacer es evitar a los demás selenitas y tener cuidado con el niño que
adoptaste. Si no lo educas bien nos dará muchos líos en el futuro.
Sentenció
fríamente el hombre de negro y se fue, dejando a Bloo indignada. Una vez sola,
corrió al teléfono y llamó a su hermana mayor. Charlaron largo rato sobre cosas
triviales mientras Bloo organizaba su armario y Lini canturreaba probándose el
viejo sombrero puntiagudo de Nana que conservaban como recuerdo, hasta que Bloo
se aventuró a decir:
—Hermanita, ya estoy casada
y tengo una hija. Dime ahora, ¿quién fue mi padre?
Hubo un
incómodo silencio de varios minutos, Bloo se mordió los labios mientras Lini
jugaba a mover la punta colgante del sombrero de un lado a otro, y al cabo de
un rato la hermana respondió con un suspiro:
—Honestamente no lo sé. Un
señor muy rico pagó por todo, pero no lo conocí en persona. Fuiste un bebé de
probeta y a cambio recibí mi casa en la ciudad y seguridad económica para las
dos. Nunca supe exactamente qué era lo que quería.
Bloo pensó
un instante y luego preguntó:
—¿Conociste a algún Aureus?
—¡¿Aureus?! No, que nombre
raro.
Al día
siguiente, Bloo desobedeció las ordenes de Silver y se reunió otra vez con
Adámas; quien le prometió llevarla esa noche a conocer el verdadero ambiente
artístico. Bloo invitó también a Mari y juntas fueron a encontrarse con su
nueva amiga, luego de asegurarse de que Lini se quedara profundamente dormida
en la cama de Bloo. Las tres jóvenes fueron a un bar en un callejón del pueblo
frecuentado por bohemios y Mari previno a Bloo:
—Si te preguntan di que
tienes dieciocho años y olvidaste tu identificación.
La joven
morena comenzó a arrepentirse de haberse asomado a la vida adulta, pero ya era
tarde. Estaba rodeada de alcohol, tabaco y otras sustancias; y de "gente
que no se persignaba al pasar frente a la iglesia del pueblo". En poco,
Adámas se encontró con los caballeros del club de lectura y mientras los
saludaba Mari dijo a Bloo que fueran juntas a explorar el viejo caserón de
madera donde funcionaba el bar. Luego de escuchar algo de Jazz, y de aburrirse
soberanamente con esto, Bloo divisó una exposición artística en la azotea y
rogó a Mari que la acompañara a verla. Al acercarse, les llamó la atención unos
delicados retratos de damas y jóvenes hombres entre flores y vegetación. Bloo
iba a exclamar un "¡qué lindo!", cuando notó que el vestido de una
bella princesa estaba hecho con sus propias vísceras e intestinos extraídos,
que los galantes jóvenes entre lotos y parras estaban mutilados o tenían
personajes siniestros a sus espaldas y que la mayoría de imágenes trataban
sobre muerte, dolor, soledad, desesperación o ira. Mari leyó el nombre del
autor, “Petrus K.”, frunció la boca con disgusto y exclamó:
—Pues vaya mierda. Esto debe
ser obra de un loco traumado.
Una voz
masculina de acento extranjero se escuchó tras ellas:
—Carl Jung creía que la
perfección de la personalidad solamente se alcanza con la muerte. En realidad,
no hay nada de oscuro en estas escenas, al contrario...
Bloo se
volteó y advirtió con sobresalto que quien hablaba era “el dark”, que
contemplaba las obras de arte cerca de ellas con las manos en los bolsillos del
abrigo y gafas de lectura.
—...creo que estos trabajos
son una especie de mandálas que orientan al espectador a una meditación acerca
de la cúspide de nuestra existencia. Un ciclo perfectamente cerrado, una misión
cumplida, algo así como ver la crucifixión de Cristo o a Buda alcanzando el
paranirvana.
Mari le
dirigió una mirada retadora, se interpuso entre él y Bloo, y respondió:
—Deja de fumar hierba y vete
a molestar a otra parte.
—Soy budista de nacimiento,
señorita, por lo que evito los comportamientos destructivos como el alterar mi
propia conciencia intoxicándome. Usted también debería buscar algo de paz para
su vida....
Replicó el
hombre. Mari le dio la espalda y opinó:
—Tú me recuerdas a un
político que solía hablar en todos sus discursos sobre moralidad y valores
familiares. Lo respeté desde niña hasta que un día lo conocí en persona y me
pidió que le lamiera el ano mientras lo masturbaba. Desde entonces, cuando oigo
gente hablando acerca de lo buenos que son, no les creo.
El
extranjero esbozó una encantadora sonrisa y preguntó:
—¿Usted es “Red Lolita” ?,
¿la estrella porno que resultó ser menor de edad?
—Veo que eres otro
aficionado al sexo mórbido. No te hagas ilusiones conmigo, cerdo. Necesitarías
más dinero que el que puedas ganar en toda tu vida para obtener de mi lo que
viste en esas asquerosas cintas, ¿está claro?
Dijo Mari
con orgullo y él respondió serenamente:
—Pierda cuidado, nunca vi
sus aventuras en celuloide. No me siento muy atraído por mujeres que quizás aún
se coman los mocos u orinen la cama. Sé de usted porque su historia hizo eco en
los noticiarios de mi país y recuerdo que al escucharla me conmoví por su
patetismo. Es normal que luego de semejante experiencia sea tan desconfiada y
resentida. Los animales heridos siempre atacan a la mano que intenta ayudarles.
Ahora me retiro, no quiero incomodarlas más.
El hombre
emprendió la retirada y mientras iba alejándose Mari murmuró un insulto, dijo a
Bloo que la vería en un rato y fue a tratar de alcanzarlo. La joven morena
creía haberse quedado sola en la azotea cuando miró a una delgada chica de
cabello rubio algo desordenado, de espaldas a ella también mirando las obras de
arte, y le comentó:
—Vaya noche fría, ¿no cree
usted?
La joven no
respondió y Bloo se encogió de hombros, ignorándola. De pronto la sintió tras
ella, sin voltearse notó que una mano larga subía desde su cintura acariciando
su pecho y metiéndole una nota en el escote; para luego desaparecer. Bloo se
quedó petrificada y luego leyó el mensaje de la misteriosa joven rubia:
“Tienes quince minutos. Mana
se suicidará en la plaza, todos ellos son Mana”.
Inmediatamente
corrió a la planta baja del bar tratando de hallar a la chica que le dio el
mensaje y encontró un ambiente caótico, mesas y sillas estaban tiradas en el
piso y la gente se agrupaba en grupos comentando. Adamás estaba empapada,
llorando mientras Mari trataba de tranquilizarla. A una mirada de Bloo, su
vieja amiga de infancia explicó:
—Los tipos del club de
lectura intentaron atraer la atención de todos gritando tonterías sobre
culturizarse y no sé qué más. La gente se puso ruda, les lanzaron botellas y
algunos hijos de puta borrachos golpearon a los hombres y trataron de abusar de
las dos chicas. Logré sacar a Adámas del tumulto, pero al resto los echaron del
bar entre gritos y golpes. No sé si alguno o varios están heridos, pero hay
sangre en el piso...la otra chica, una loca vestida como monja, les dijo algo
de la inmortalidad y se fueron a la plaza; por suerte.
—¡La peor suerte, Mari!
Búscame ahí dentro de diez minutos.
Respondió
Bloo, mientras salía del bar corriendo rumbo a la plaza. Las solitarias calles
del pueblo transitadas por la bruma se le hacían interminables mientras corría
a una velocidad sobrehumana. Haciendo uso de su parte robótica, que estaba
equipada con cierta telepatía artificial, conectó sus pensamientos con el
soporte lógico de Silver y lo llamó; a la vez que comenzaba a tomar conciencia
de que ya no era una mujer sino una máquina propulsada por una mente humana. La
idea le llenó los ojos de lágrimas, pero el maldito tiempo de nuevo le negaba
incluso el derecho a sentir. Comenzó a cortar camino saltando sobre algunos
tejados gracias a sus capacidades mecánicas, cuando un presentimiento la hizo
girar en una esquina y encontrarse ante el Cadillac de Silver; quien le abrió
la puerta del copiloto preguntando:
—¿Qué ha sucedido? Recibí tu
llamado.
Bloo se
lanzó al interior del vehículo y exclamó:
—Obtuve cierta
información...tenías razón ayer. Debemos llegar a la plaza, todo el grupo se
suicidará gracias a la influencia de tu sospechosa. Ya no es necesario
averiguar cuál de todos ellos es Mana, posiblemente todos lo sean.
—¿Tienes un estimado del
tiempo con que disponemos?
—Quizás unos
segundos...nuestros intentos están casi oficialmente fracasados....
Silver
guardó silencio un momento con su típica frialdad y luego dijo:
—Desconozco el desánimo y el
rencor. Soy un robot androide. Solo debo señalarte que has sido muy ineficiente
en esta misión.
—En términos humanos...te
has enojado conmigo. ¿Me descartarás...o algo?
—Tengo una idea aun
inconcreta de lo eterno y perfecto, lo más cercano a lo que en esencia
considero como bello. Tus coincidencias con esa idea te hacen muy valiosa para
mí. Descartarte es inaceptable.
—¿Qué quieres decir?
—Te amo platónicamente. Esa
idea me ha dado un alma, aunque probablemente sea solo eso: una idea. Quizás
sea mejor así, amar sin instinto. Sin esa parte animal que los humanos reales
no pudieron arrancarse nunca.
Bloo se
quedó un momento aturdida, sin saber cómo reaccionar ante la gélida declaración
de amor de Silver. Antes de que pudiera contestarle, llegaron a la plaza.
Aparcaron de prisa y bajaron, vislumbrando entre la niebla y la oscuro una
escena espeluznante. En el centro de la plaza se contorsionaban varias siluetas
colgando de un gran árbol. Al acercarse más encontraron a la chica ya inmóvil,
mientras que los hombres del club de lectura habían recuperado el amor por la
vida en el último instante y luchaban desesperadamente por no morir ahorcados.
Silver sacó su Glock 17 y disparó a las cuerdas acertando con exactitud
maquinal, pero entonces descubrió que era imposible romperlas. Se dirigió a
Bloo diciendo:
—Se colgaron usando algún
tipo de material del futuro...no será fácil cortar esas cuerdas, habría que
deshacer los nudos. Derriba el árbol lo más pronto que puedas.
Bloo corrió
hasta el tronco del árbol y lo arremetió a golpes. Logró inclinarlo, pero no lo
suficiente para que los hombres tocaran el suelo, por lo que comenzó a tirar de
las enormes raíces tratando de arrancarlas, pero el proceso era demasiado
lento. Mari y Adámas llegaron poco después y trataron de sostener a los hombres
mientras Silver seguía disparando a las cuerdas sin lograr romperlas. Sus
esfuerzos por salvarlos parecían ser en vano, todos estaban perdiendo la
conciencia ya en la agonía. Bloo gritó a Silver:
—¡No lo lograremos nunca,
hay que volver y cambiar la historia!
El hombre
artificial respondió sin emoción mientras una lluvia de hojas caía a su
alrededor:
—No puedo viajar de este
punto cronológico a los momentos antes de sus muertes. Quebrantaría la segunda
regla de Prometheus. Tendremos que pensar en algo más.
Adámas
exclamó:
—¡Aureus puede ir al momento
exacto antes de que se cuelguen, transita por los túneles del tiempo
libremente! Puede incluso estar en dos lugares a la vez....
Luego de
eso comenzó a llamar a su marido a gritos mientras Mari y Bloo la miraban
confundidas. Silver la ayudó a sostener las piernas de un hombre y le dijo
gravemente:
—Señora, es imposible que
alguien pueda estar en dos lugares a la vez a menos que tuviera personalidades
múltiples, lo que por alguna razón misteriosa cuenta como dos o más individuos
pese a tener un mismo cuerpo. Es un caso raro que solo es posible en humanos
dementes, claro que un ciudadano enfermo no es lo apto para viajar por el
tiempo por lo que jamás se ha estudiado seriamente esta teoría. Pero se supone
que ese Aureus no necesita ningún aval de Prometheus. Naturalmente salta a
través del tiempo a voluntad. Si aparte de eso tiene un desorden mental,
estaría usted llamando a un poderoso psicópata capaz de vagar por el tiempo y
el espacio a voluntad propia... ¿entiende usted lo peligroso que es?
Adámas
murmuró, conteniendo el llanto:
—Sí...pero ayudará, sé que
hay algo de bondad dentro de esa vorágine que tiene por corazón... ¡Sé que está
cerca!, ¡nuestra raza se presiente entre sí por naturaleza!
Bloo los
miró tristemente y tragó saliva, ya exhausta de tratar de derribar el árbol; y
entonces vio con horror como la joven muerta se había colgado de tan mala
manera que la misma gravedad y el peso de su cuerpo le arrancaron la cabeza
haciendo caer el resto de su cadáver decapitado con un sonido espantoso de
carne chocando contra el piso. Sintió náuseas y estuvo a punto de vomitar
cuando de pronto algo así como una explosión o un rayo cortó el tronco del
árbol, derribándole finalmente. Las enormes ramas se desplomaron en el suelo
como una ola vegetal y Mari inmediatamente corrió y aflojó los nudos de los
cuellos de los hombres, salvándoles; entonces pudieron ver qué, o más bien
quién, había cortado el grueso y centenario árbol del centro de la plaza. Bloo
sintió que el corazón le dio un vuelco al ver a su siniestro visitante nocturno
recuperando una especie de larga vara luminiscente como al rojo vivo que
parecía enfriarse con un brillo azulado en las zonas que entraban en contacto
con sus manos. La giró para limpiarla y luego la redujo con un chasquido de los
dedos hasta un tamaño lo suficientemente pequeño como para curvarlo y
colocárselo en torno a una muñeca; donde dejó de resplandecer y tomó un color
negro metálico. Esa acción le dio escalofríos a Bloo, al hacerle recordar a la
madre de Lini que antes de intentar abusar de ella se quitó una sortija y la
convirtió en un látigo. Inmediatamente pensó que ese selenita no era como
Adámas, tenía el veneno de la luna. Todos parecieron inquietarse ante la extraña
aparición salvo la antigua reina lunar, quien se transfiguró adoptando rasgos
físicos selenitas mientras su ropa se envolvía en una luz enceguecedora
convirtiéndose en una túnica blanca. Luego sonrió con una expresión angelical
de absoluta paz y ternura, entrelazó las manos sobre el regazo, suspiró y dijo:
—Yo siempre te amé, Aureus.
Luego
palideció en cuestión de segundos hasta tomar un aspecto grisáceo, se había
convertido en una estatua de mármol ante el horror de Bloo y Mari. Silver
murmuró:
—Guarden la calma. Ahora veo
que no era una persona realmente, solo es una tumba. Transportó los restos
mortales de la reina junto a una copia virtual de los últimos pensamientos y
sentimientos que tuvo, y los transportó junto a ese mensaje al lugar donde
deseó estar por última vez. Por eso carecía de la maldad de su raza, su “mente”
solo contenía los pensamientos nobles que tuvo al encarar la muerte. Cumplió su
cometido y ahora finalmente se desactivó.
Bloo se
sentó en el suelo tratando de aceptar el hecho de que había estado hablando con
una muerta todo ese tiempo, mientras Mari mascullaba un “descanse en paz” y se
volvía a mirar al selenita recién llegado; quien parecía no compadecerse en lo
más mínimo por su esposa muerta y cuya mirada tenía un brillo siniestro.
Entonces Bloo se puso en pie de un salto y recuperando el valor ordenó a Mari:
—Vuelve a casa rápido y pase
lo que pase cuida de Lini siempre.
Mari
emprendió la huida a todo correr, mientras Bloo cubría su retirada dispuesta a
dar la vida de ser necesario por proteger a su hija adoptiva; pero el selenita
no puso cuidado en ella. Antes se dirigió antes a Silver con una sonrisa
burlona:
—El viejo SL30.
La
respuesta de Silver dejó a Bloo confundida:
—Aureus Lunae IV, nos
encontramos de nuevo.
—Ha pasado mucho tiempo
desde la última vez.
Respondió
el selenita y fue así como Bloo descubrió que Silver le había mentido. Él sí
sabía quién era el ser que la había visitado en febrero de 1992. Temerosa y
desconfiando de los dos, aprovechó el momento y se escabulló tratando de
escapar y volver a casa con Mari y Lini; pero entonces una mano le asió un
tobillo con fuerza descomunal. Tropezó y al voltearse vio con horror el cuerpo
decapitado de la muchacha del club de lectura tratando de detenerla. Pensó en
pedir ayuda a Silver, pero en ese momento él se había enfrascado en una feroz
lucha contra el selenita, ambos parecían estar dispuestos a destruirse entre
sí. Bloo no podía entender nada y decidió zafarse ella misma del cadáver,
imaginando que debía ser simplemente un reflejo postmortem. Pero entonces el
cuerpo trató de incorporarse y atacarla. Bloo hizo su mayor esfuerzo por
escapar, pero era casi imposible, la muerta viviente resistía cualquier golpe y
era terriblemente fuerte. Esto y el hecho de que no había rastros de sangre en
el cuello cercenado, hicieron sospechar a Bloo que estaba tratando con una
sirvienta robótica. Entonces se concentró en acumular todas sus energías en su
pecho y luego las expulsó, como una violenta explosión eléctrica; haciendo
convulsionar al falso cadáver y soltándose. Esperó un momento a que todo dejara
de chisporrotear en torno a ella, acurrucada con los ojos cerrados y
cubriéndose la cabeza con las manos, y cuando miró de nuevo a su alrededor notó
algunos incendios pequeños y a Silver haciendo movimientos erráticos; afectado
por la energía liberada. A lo lejos, pudo ver también al selenita, quien le
mandó un beso y se perdió en la noche. Se quedó un momento pensando ensimismada
y luego una voz mecánica salió de la cabeza cortada de la joven del club de
lectura, diciendo:
—El futuro para el proyecto
Evolución.
Bloo se le
acercó de un salto y le preguntó:
—¿De qué siglo vienes?,
¿quién te ha enviado?, ¿por qué envenenaste el pasado?
—Porque el Homo sapiens es
obsoleto, la era del Homo cosmos llegará y conoceremos un nuevo mundo de luz y
prosperidad.
—¡No fue así!, diles a tus
dueños que todo salió mal, los Homo cosmos enfermaron, son crueles, vacíos y
peligrosos. ¡Todos acabarán muertos!
La cabeza
no dio señal de haber entendido nada y repitió:
—El futuro para el proyecto
Evolución.
Y luego de
esto se prendió en llamas al igual que su cuerpo, incinerándose en minutos ante
el horror de Bloo.
Comenzaron
a emprender el camino de regreso a casa. Bloo no hizo ninguna pregunta a
Silver, pero tampoco estaba dispuesta a volver a permitirle el acceso a su
memoria, era obvio que él sabía mucho más de lo que quería hacerle creer.
Mientras, la gente del pueblo encontraba a Adámas; bautizándola como “la santa
patrona del pueblo” y llevándola dentro de la iglesia. Bloo y Silver no
pusieron ninguna objeción ya que les pareció que una iglesia era el mejor lugar
para que la reina descansara en paz. Sin embargo, no podían estar tranquilos.
Silver supuso que los sucesos de esa noche habían llamado la atención de los
supervisores de Prometheus y que seguramente ya estaban presentes, disfrazados
entre los curiosos. Debían volver pronto a casa y esconderse. Cuando finalmente
llegaron, la pesadilla de Bloo se hizo realidad: Mari no encontraba a Lini por
ninguna parte. La chica morena salió a la calle desesperaba, mientras la gente
se agrupaba en las esquinas comentando lo ocurrido. Gritaba con angustia el
nombre de la pequeña selenita sin saber qué camino tomar. Algunos hombres que
nunca había visto en el pueblo la miraron con sospecha y comenzó a temer lo
peor. Corrió tratando de perderse entre la muchedumbre, tenía poco tiempo antes
de que los otros selenitas percibieran la presencia de Lini; si es que aún no
la habían detectado. El corazón le latía desbocado y tenía las manos empapadas
en sudor frío, cuando vio un relampagueo sobre los tejados. Miró atentamente y
logró distinguir la silueta macabra de Aureus a la luz de la luna. Sintió que
los cabellos se le erizaban al darse cuenta de que él trataba de llamar su
atención con su vara luminosa y mostrarle algo, luego le temblaron las piernas
al imaginarse que lo que quería enseñarle era a Lini...quizás muerta. Estuvo a
punto de vomitar y desmayarse, pero hizo su mayor esfuerzo por trepar un muro y
acercarse al extraño hombre. Al tenerla cerca, Aureus se rio maliciosamente y
se escabulló a otro tejado. Bloo lo siguió y él volvió a hacer lo mismo varias
veces, como un gato callejero que no se deja atrapar, pero tampoco huye del
alcance de la vista de su perseguidor. La muchacha comenzó a sentir rabia y
estuvo a punto de llorar ante su impotencia y la burla del selenita, cuando de
pronto escuchó un llanto infantil. Miró bajo el muro en que estaba parada, ahí
había una caja entre un motón de basura a la que varias personas miraban con
intriga. Bloo bajó de un salto y apartó la caja de un manotazo. Dentro había un
cuerpecito acurrucado escondiéndose con una bufanda y un gran sombrero que
rápidamente reconoció como el que había pertenecido a Nana. Sintiendo mareos al
imaginar que bajo el sombrero encontraría a su bebé herida, se quedó mirándola
hasta que la pequeña criatura se levantó dejando un charco de orines y la miró
con lágrimas en los ojos; suplicando asustada pero sana y salva:
—Abrázame.
Inmediatamente
Bloo se olvidó de Aureus, de los supervisores y de la gente que las miraba; y
solo recogió a su pequeña y corrió a casa abrazándola con todas sus fuerzas. Al
volver no quiso dar explicaciones de cómo o dónde había encontrado a Lini,
tampoco reprendió a la pequeña por haber escapado de casa para buscarla; pese a
que Mari y Silver insistieron en que debería hacerlo. Bloo tomó un vaso de
leche y se fue a la cama diciendo que debía acostar al bebé. Mari la tomó de un
hombro y le dijo seriamente:
—¿No te das cuenta de lo que
acaba de ocurrir? ¡Casi nos han descubierto por culpa de ustedes dos!, las
cosas ya estaban mal, las calles probablemente están llenas de monstruos
extraterrestres, la mocosa se escapa y tú sales gritando para empeorar aún más
las cosas. ¡Lo que Lini necesita es una buena tunda, no leche!
La
respuesta de Bloo fue contundente:
—No me importa. Debía traer
a Lini a casa. Olvidas que solo es un bebé, apenas tiene treinta y seis meses,
sentía miedo y quería estar conmigo.
—Deja de contarle la edad en
meses...suenas como una de esas madres locas que se obsesionan con sus hijos y
los convierten en bombas de tiempo....
Replicó
Mari entre dientes. Bloo no le contestó más, se encerró en su habitación con
Lini, la cambió de ropa, bebió el vaso de leche y se cepilló los dientes a sí
misma y luego a la pequeña. Finalmente se metió a la cama con Lini en brazos y
comenzó a descubrirse el pecho para darle “su lechita” entre arrullos.
8. Sombra
El intento
de suicidio colectivo del club de lectura le costó caro a Silver, trabajó sin
descanso durante un año entero borrando los registros del suceso y sobornando
algunos funcionarios para que mantuvieran a la prensa alejada del caso; aun
así, el hecho pasó a la historia del pueblo con la adición de una “nueva imagen
de la virgen María” que no era otra cosa que la tumba de la reina Adámas, quien
según los pueblerinos salvó la vida de los jóvenes intelectuales; que desde ese
día fueron respetados por todos. Solo Silver y "su familia" sabían
que en poco tiempo todos los brillantes muchachos del club de lectura perderían
la razón inexplicablemente.
Tampoco fue
una época tranquila para Bloo. Luego de la impresión de conocer la identidad de
su visitante nocturno, y darse cuenta de que Silver ya sabía quién era, se
sentía insegura en todas partes y había comenzado a recordar en sueños algunos
detalles de sus noches con Aureus IV. Eran literalmente sombras de una vida
pasada, sensaciones indescifrables y visiones delirantes de sucesos que no
comprendía. Guardó silencio al respecto y en cuanto tuvo oportunidad preguntó a
Silver cual era el proceso por el cual un hombre y una mujer conciben un hijo.
Silver le explicó fríamente, sin omitir detalle. Desde entonces las castas
enseñanzas de su madre se confrontaban con las revelaciones de Silver, ante los
recuerdos de las inseminaciones salvajes que recibió de su pavoroso ex amante.
La simple idea literalmente la enfermó y estuvo vomitando varios días, en los
cuales no podía tocar ningún aparato eléctrico con las manos desnudas porque
hacía que toda la red de distribución de energía eléctrica del pueblo fallara; hasta
que se convenció de que "eso" nunca pasó. Pero los
sueños continuaron.
Así mismo,
Mari también experimentaba dificultades. Desde la peligrosa escapada nocturna
de la pequeña, Silver hacía lo posible por mantenerla lejos de Bloo; la
consideraba un riesgo y pronto ideó un plan de emergencia: robó las posesiones
de Adámas que estaban contenidas en su estatua-urna funeraria y se las entregó
a Mari; le interesaba especialmente darle una especie de zarcillo que muy pocos
Homo cosmos poseían, el aparato con que se disfrazaban de Homo sapiens, y un
brazalete de material transformable que abría los túneles de Prometheus y podía
ser usado como arma. Teóricamente, así Mari podría convertirse en una Homo
cosmos ciborg y aun sin un conector social podría pasar desapercibida entre los
selenitas pretendiendo ser una antisocial vagabunda del tiempo si fuera
necesario que viajara al futuro con Lini para devolverla a los suyos. De ese
modo Lini y Mari serían independientes de Silver y Bloo, aunque Mari ni
siquiera se atrevía a tocar los extraños artefactos del futuro. Por su parte,
Lini no se enteraba de nada; ya lucía como una niña de seis años pese a solo
tener tres y había desarrollado un alter ego: parte del día era simplemente
Lini y ocasionalmente era "el gatito", y cuando elegía esa
personalidad no prestaba atención a nadie que no se refiriera a ella como
"gatito". Tanto el gatito como Lini seguían jugando con alimañas en
el patio y Mari estaba harta de advertirle sobre posibles infecciones o
picaduras de insectos.
Gracias al
temor de Mari por las infecciones infantiles y ciertos cambios que había notado
en los genitales de su pequeña descendiente, hicieron una discreta visita al
pediatra que volvió a meter en líos a la extraña familia. Cuando regresaron
Mari y la pequeña selenita cubierta con el enorme sombrero puntiagudo de Nana,
una bufanda y gafas de sol, Bloo ya las esperaba impaciente. Lini la saludó
abrazándola y luego se puso a imitar un felino sobre el sofá, poco después Mari
se sentó sin fijarse cerca de ella casi aplastándola con sus anchas caderas y
"el gatito" emitiendo un sonido idéntico al de un gato en actitud
defensiva. Mari la miró desconsolada, se acomodó y dijo a Bloo:
—Según el doctor está sana,
los cambios en el coño son hormonales. Me dijo lo que ya imaginábamos: que es
posible que tenga bolas escondidas dentro de la barriga, que quizás no es Lini,
sino que Lino; y me recomendó hacerle una ultrasonografía. Dependerá de los
resultados considerar una operación de reasignación de sexo.
Bloo se
llevó una mano a la boca, asustada, y Lini sonrió ampliamente con cada ojo
mirando a la oreja de su respectivo lado. Silver comentó:
—Es innecesario operar a
Selenita. Esta aberración fue diseñada así, se los dije. Es una quimera fruto
de la ambición de mentes retorcidas. Perfecto en el error de su existencia. Un
monstruo, sin más.
Entonces
Bloo exclamó enérgicamente:
—Lini es un ángel, no
necesita tener un sexo definido. Además, los médicos de esta época no conocen
en detalle su anatomía. No podrían tratarla. Esperemos a que el tiempo, maldito
tiempo, nos muestre qué camino tomar con ella. Por ahora es mi bebé y eso es
todo. Mejor cuéntame, Mari, ¿qué más viste en el pueblo?
La
pelirroja se arrellanó en el sofá y respondió:
—No mucho, sin embargo, en
la sala de espera vi un caso curioso. Estaba ahí un camionero que había perdido
la razón la noche anterior, tenía fiebre y hablaba incoherencias. Lo poco que
la familia podía explicar sobre él era que tuvo un encuentro terrible con un
fantasma autoestopista. Dicen que su caso no es único. Los hombres conducen por
la carretera solitaria que baja del pueblo a la ciudad más cercana y entre la
noche montañesa ven a una joven pidiendo aventón. La recogen y una vez dentro
del vehículo la chica se transforma en un ente macabro. La describen de forma
descarnada, un ser tan horrible que les hace perder la razón. Pese a ser
obviamente otro chisme exagerado, la historia me gustó, suena como una especie
de fantasma justiciera y es menos infantil que la del duende del bosque.
—¡No hables así de los
relatos de mi madre!
Dijo Bloo
ofendida y Silver replicó fríamente:
—A mi parecer hay mucho más
detrás de esa historia de la autoestopista fantasma. En el futuro hay una vieja
leyenda sobre uno de los miembros de Alma Colectiva, le llamaban "la
sombra", el más polémico de todos. Era un escritor demente que por razones
desconocidas sabía los pasados vergonzosos de todos los demás miembros y se
convirtió en un crítico implacable de sus compañeros, pero su crueldad les
impulsó a superarse. Cuenta la leyenda que perdió la razón a causa de un
fantasma vengador, como el que ahora acecha la carretera. Nuestro próximo
objetivo está entre las víctimas de ese misterioso espectro, y el mismo debe
ser detenido antes que influya en "Sombra".
Fue así
como Silver y Bloo se convirtieron temporalmente en cazadores de fantasmas.
Como era su costumbre, Silver se hizo pasar por un detective del gobierno para
interrogar a los involucrados en el caso del fantasma; mientras Bloo rondaba
las carreteras cercanas del pueblo en busca de pistas. Los testimonios de las
víctimas eran confusos y no había rastros de mujer alguna en los autos de los
hombres atacados. Todos habían perdido el habla y los que no habían muerto
sufrían terribles fiebres. Ninguno mostraba señales de verdadera enfermedad
física, los hombres simplemente comenzaban a morir de un miedo inexplicable.
Finalmente, Bloo hizo un hallazgo mientras patrullaba en su bicicleta. Encontró
envoltorios de caramelo mojados por el rocío de la madrugada junto a un barniz
de uñas olvidado en una solitaria roca al lado de la autopista. Era un hecho
extraño, conocía bien esa zona y sabía que la única residencia cercana a ese
punto en cinco kilómetros a la redonda estaba en el terreno donde antes se
ubicaba la casa de su infancia. Pensó en la posibilidad de que la dueña del
barniz olvidado fuera una amiga del raro extranjero que había reconstruido la
casa, aunque el rosa intenso del frasco no parecía ser del gusto de una mujer
que se relacionara con un tipo obsesionado con la muerte. La única posibilidad
de obtener más información sobre ella era preguntándole al hombre.
Así, Bloo
caminó a la residencia por una vereda que conocía desde niña y llegó
sigilosamente justo cuando el hombre bajaba de una vieja camioneta con una
bolsa de comestibles. La chica se acercó rígida como un palo, lo miró al rostro
doblando la nuca ya que él medía dos metros y algo mientras ella a duras penas
sobrepasaba los ciento sesenta centímetros de altura, y saludó:
—Buenas...noches, ¡Digo
días! Quisiera hacerle...preguntas.
—Hola niña amiga de la
pelirroja peleona. Supongo que es imposible, pero creo que te conozco de alguna
parte, aunque quizás solo sea yo. Hay algo en este pueblo que no deja de
provocarme déjà vus... ¿Nos hemos visto antes?
Replicó el
hombre y Bloo sacó una libreta de notas que sostuvo al revés, preguntando:
—Dígame su nombre completo,
por favor.
—Te lo diré si tú me dices
el tuyo primero.
Dijo él un
poco desconfiado y Bloo musitó:
—Bronce, creo que, por mi
piel, pero me dicen Bloo.
El hombre
la miró dulcemente y dijo:
—Es un bello nombre, hice
algunos trabajos con bronce hace unos años y me fue muy bien. Es un material
muy hermoso que inspira calidez pese a ser frío metal. Ahora te diré mi nombre,
¿pero debo usar el real?
—¿Tiene uno de imitación?
Bloo se
sonrojó arrepentida de su torpe pregunta y él respondió amablemente:
—Para publicar mi arte uso
un seudónimo, Petrus T. Mi nombre real es Jarilo Marzanna, pero todos mis
amigos me llaman Pete. Llámame como quieras.
Un recuerdo
asaltó a Bloo y exclamó:
—¡Es el que dibuja muertos
con flores! Usted es un poco muy agradable para ser tan...desagradable... ¡No
es que lo sea!, quiero decir...es contradictorio.
Él se
encogió de hombros, dándole la razón con ese gesto y diciendo:
—Ser la unión de nuestros
opuestos nos hace ser nosotros mismo, ¿no lo crees? Tú me pareces tan familiar
que casi siento que hablo con mi hermanita pequeña. Creo te conozco de antes
pero no logro recordar... ¿Sigues siendo amiga de la pelirroja peleona?, suelo
encontrármela a menudo y siempre quiere discutir conmigo...
—¡¿Su novia lo visitó y usa
barniz de uñas rosa?!
Interrumpió
Bloo nerviosa y Jarilo Marzanna miró al cielo un momento, después dijo:
—Vaya pregunta. Desde hace
unos años dejé de preocuparme por tener pareja y estoy solo, lo más cercano que
tengo a una novia es esa pelirroja; dicen que pelear todo el tiempo es lo mismo
que estar casado. Pero a veces una chica rubia visita mi sótano por las noches.
No me he fijado en su ropa, cada vez que la veo pretendo no notarla para que no
se asuste; imagino que se ha fugado de alguna casa del pueblo y mi sótano es el
mejor refugio que encontró. No me molesta que se quede aquí, mientras no robe
nada.
Bloo dio
las gracias, le deseó nuevamente buenas noches, aunque aún no era medio día y
se fue corriendo. Regresó al pueblo en el Cadillac con Silver, silenciosa y
cavilando, hasta que dijo como pensando en voz alta:
—Me gustaría saber quién es
Aureus IV. No puedo soñar con un futuro sin saber cuál es mi pasado, tengo
miedo del pasado...De que regrese un día y me sorprenda.
—Ya sabes la respuesta. Es
el último descendiente de todas las monarquías de la Tierra y el heredero al
trono lunar. Pagó por tu nacimiento y eligió tus características físicas como
quien ordena un plato de comida. Es, en cierta forma, tu dueño.
Respondió
Silver secamente y Bloo continuó diciendo:
—Nunca me dijiste
exactamente porqué negaste que lo conocías.
—Te he dicho ya que me
pareció mejor mantenerte alejada de ese horrible recuerdo.
—No fue fácil para mi
enterarme de que después de todo no soy muy diferente a ti. Soy una muñeca de
carne y hueso que un selenita diseñó para darse placer. Solo quisiera me
permitieras enfrentarme una vez con él y decirle que tengo un alma...
La chica
detuvo su discurso abruptamente. Temía herir a Silver, aunque sabía que él no
tenía sentimientos; o al menos no debería tenerlos. Entonces el hombre
artificial dijo intentando mostrar enojo:
—¿Un alma?, yo me muevo,
razono y tengo deseos propios; ¿no es eso "un alma"? Para mí sí. Tu
cuerpo, así como el mío, puede pertenecer a nuestros dueños. Pero el alma es
libre, no se crea en un laboratorio, ni en una fábrica; es tuya y de nadie más.
Tu alma emergió de la carne, la mía de un recuerdo inmortal. Un alma al fin,
una voluntad propia. Aureus no ignora que tengas “un alma", solamente la
irrespeta.
Cuando
Silver trataba de poner emoción en sus palabras había algo que delataba sus
"sentimientos programados", a veces parecía un perfecto morador del
valle inquietante. Sin embargo, resultaba difícil determinar si esos gestos
prefabricados solo conformaban un efecto decorativo para acompañar su discurso,
o para entonces ya eran la reacción emocional de un ser convencido de sus
propias conclusiones. Bloo sonrió y no quiso seguir el tema, le dio una
palmadita en el dorso de la mano y pensó: "en fin, hay gente que besa a su
auto".
En los días
posteriores, Bloo siguió recorriendo las carreteras en busca de la
autoestopista fantasma. No obtuvo mayores resultados hasta que días luego se
encontró con un hombre flaco y calvo de gruesas gafas, vestido como un turista.
El hombre la saludo con un "¿has visto al fantasma?", y desde ese
momento comenzaron a investigar juntos. Bloo se presentó como una "agente
especial" del gobierno. Él le creyó gracias a una identificación falsa
hecha por Silver y dijo llamarse John Carlton. Dijo también que trabajaba para
una revista extranjera y estaba interesado en la historia del terrible espectro
que acechaba a los conductores de ese pequeño pueblo rural. Había encontrado
algunos viejos envoltorios de caramelos manchados con barniz de uñas del mismo
color que el del frasco que días antes encontró Bloo y sospechaba que quizás
estaban ante algo más grave que una historia de fantasmas.
—Una asesina serial, no mata
violentamente, sino que usa alguna neurotoxina.
Dijo
seriamente John, con sus ojos saltones y torciendo su largo y pálido cuello
para mirar a todos lados en actitud de alerta. Sacó una libreta de notas y
dijo, mostrándole a Bloo una serie de diagramas, mientras tomaban asiento en
una banca al lado de la carretera:
—Hay un patrón, ataca entre
la medianoche y las tres de la madrugada. Elige como víctimas a los camioneros
porque sabe que viajan solos, y en todos los casos han desaparecido los
caramelos o gomas de mascar que había en el vehículo.
Bloo
comentó, frotándose la nuca:
—Quizás les ofrece alguna
sustancia que los envenena y mientras los convence de probarla comen las
golosinas...
—La chica que se refugia en
casa del hombre que dices haber interrogado, ¿no podría tener contactos con el
bajo mundo? Quizás es una distribuidora de droga, algo que un camionero rural
querría disfrutar sin que su familia se entere; a solas con una mujer
desconocida. Creo que estamos muy cerca, Bloo...y ya tengo un plan. Tú y tu
compañero detective sigan vigilando al tal Pete, yo alquilaré un camión y el
día que la rubia aparezca avísenme inmediatamente. Yo mismo seré la carnada.
Usando la
telepatía proporcionada por sus implantes tecnológicos, Bloo se comunicó con
Silver fingiendo que pensaba un momento y luego de recibir indicaciones
exclamó:
—Iré contigo escondida en la
cabina trasera del camión, tú solo haz tu papel y yo me encargaré de cuidarte
las espaldas y mantener la comunicación con las autoridades.
Casi a la
media noche, Carlton ya estaba a bordo del camión alquilado y cenaba una
hamburguesa en una gasolinera de las afueras del pueblo. Bloo, escondida en una
cabina detrás del asiento del conductor, se comunicaba mentalmente con Silver;
pretendiendo usar un supuesto transmisor mientras ponía al tanto de todo a
Carlton. En ese mismo momento, Silver estaba detrás un árbol espiando a Jarilo
Marzanna. La casa de amplias ventanas de cristal de techo a piso y
perfectamente iluminada le facilitaba la tarea. Pete aspiraba y ordenaba su
dormitorio, al terminar descansó sentado en el piso; apoyando la espalda en la
pared y los antebrazos sobre las rodillas flexionadas mientras escuchaba
música. Silver reportó a Bloo:
—No parece esperar a nadie,
es muy apacible. Tanto que resulta extraño.
Bloo
preguntó mentalmente y hablando a la vez:
—¿Crees que deberíamos
cancelar la misión?
—No. Tengo varias sospechas.
Encontramos rastros de una mujer desconocida, pero no hay tal mujer. Lo próximo
que deberíamos buscar sería una peluca rubia. Es demasiado raro que un joven de
apariencia tan agresiva sea tan pacífico y hogareño.
—Dime si hace algo más...
Replicó
Bloo y luego dijo, dirigiéndose a Carlton:
—Mi compañero dice que
quizás no nos enfrentemos a un loco disfrazado y potencialmente peligroso.
El
periodista la miró por el espejo retrovisor y exclamó:
—Sea lo que sea, ¡prométeme
que tu compañero no tardará en llegar! Eres un poco pequeña para ser policía,
¿podrías dominar a un hombre?
—Una vez mandé a mi primo al
hospital de un solo golpe.
—Creo haber escuchado algo
así de ti, de hecho, tengo la sensación de haberte conocido antes pero no logro
recordar donde. Este pueblo es inhóspito, inspira confusión, incertidumbre. Me
aterra en cierta forma. Siento que el mal acecha...
Comentó
Carlton y Bloo preguntó extrañada:
—¿El mal?
—Sí...Y no pienses que soy
un mojigato, soy la persona con la mente más abierta del mundo. Acepté este
trabajo sabiendo el riesgo porque mi meta de vida es llegar siempre a la verdad
sin importar que tan desagradable sea. Pero cuando te hablo de un mal...me
refiero a que este lugar debilita, enferma, hace que el lado oscuro de los
hombres salga a la luz. Es decir, hace aflorar esa parte vulgar, vergonzosa...
¡Mira a estos campesinos!, parece que solos les interesa comer y reproducirse.
Son rudos, simplones, incultos...Es increíble que vivan así.
La chica se
echó a reír, diciendo:
—¡¿Ese es el mal?! Todos
poseemos una parte animal, simplona y sin buenos modales. Es algo natural, no
maligno.
—Apuesto a que hay una parte
de ti que no aceptas...Todos la tenemos. Dediqué buena parte de mi vida a
conocer esos esqueletos en los armarios ajenos y terminé encontrando varios en
el mío. No quiero volver a saber de esos malditos huesos...
—¡¿Realmente tu mayor temor
es ser vulgar?!
—Ser un bruto, hacer el
ridículo, la indignidad. En serio, Bloo, mi peor enemigo está dentro de mi como
algo potencial. Al menos yo lo conozco, ¿tú sabes cuál es el tuyo?
Bloo tuvo
la imagen mental de sí misma disfrutando al ser penetrada salvajemente por
Aureus, cerró los ojos con fuerza mientras un escalofrío le recorría la espalda
y dijo:
—Quizás tengas razón. Hay
cosas que es mejor nunca sacar del armario.
En ese
momento escuchó la voz de Silver en su mente.
—La mujer está en la planta
baja de la casa sin que Marzanna se dé cuenta. Debería haber desactivado mi
función de pestañeo, apareció en un abrir y cerrar de ojos. Está saliendo por
la puerta trasera. Distingo una cabellera rubia hasta los hombros, es de
complexión delgada, aunque no parece frágil. Diría que mide un metro, setenta.
La ropa parece concordar con el barniz rosa chillante. Se ve más infantil que
femenina, no logro ver su cara, pero no parece criminal.
—¿La reconoces?, ¿es una
chica del pueblo?
—Imposible distinguirlo, se
aleja de la casa y se dirige a la vereda que lleva a la carretera que va al
pueblo. Ahora es el momento.
—¡Arranca, Carlton!
Exclamó
Bloo firmemente. Condujeron a velocidad moderada por la brumosa carretera de
montaña mientras Bloo, escondida en la cabina bajo unas mantas, esperaba a que
el encuentro ocurriera. Llegaron hasta el pueblo vecino sin ver nada en la
carretera, para decepción de todos. Emprendieron el regreso y entonces, entre
la espesa niebla y la oscuridad, divisaron una figura esbelta haciendo señas
con una mano para que la llevaran. Bloo se escondió lo mejor que pudo y Carlton
paró, indicándole a la autoestopista que subiera. La ropa y el cabello
correspondían a la descripción de Silver, pero había algo extraño en esa mujer.
Subió en silencio al vehículo sin levantar el rostro por nada. Bloo sintió
escalofríos al reconocer a la joven rubia que vio hacía un año en la exposición
de arte del bar en la calle de los bohemios y Carlton dijo a la autoestopista,
algo nervioso:
—Usted no parece de por
aquí. Las noches son frías y húmedas, y los lugareños generalmente evitamos
salir a estas horas. ¿Señorita? ... ¿Está usted bien?
Bloo se
asustó y trató de alertar mentalmente a Silver, descubriendo con horror que de
pronto su avanzado sistema de comunicación futurista no servía. Carlton también
pareció advertir que algo no estaba bien, ya que orilló el camión, se estacionó
y dijo alarmado:
—Un segundo...Algo está mal,
lo siento, creo que...
De pronto
habló una siniestra voz andrógina, pero notoriamente masculina:
—Nada está mal, solo te
desconectaste de los demás y de su tecnología.
La
"persona" en el asiento del copiloto seguía con el rostro inclinado,
mirando la palma de su mano derecha donde flotaba una pequeña pantalla
holográfica en la que pulsaba diferentes símbolos. Carlton exclamó
atropelladamente:
—¡¿Qué me has hecho?!, ¡¿eso
es un ordenador de implante manual?!, ¡¡vienes de la Luna!! ¡¡Eres peor de lo
que imaginaba, eres un antisocial terrorista!!
Bloo se
paralizó de miedo, sin poder creer lo que escuchaba, y la voz siniestra se rio
diciendo:
—No, todo es legal. Yo puedo
desconectarte del resto de tus amigos porque me da la gana. Soy el hijo de tu
rey y puedo hacerlo.
Carlton
gritó:
—¡Es imposible!, el hijo del
rey Aureus III está muerto...¡¡Identifíquese y reconécteme con mi sociedad
ahora mismo!!, ¡soy el supervisor Damnum Umbra, jefe del sector 273—51! Vine en
una misión rutinaria de vigilancia, en poco notarán mi ausencia en los
pensamientos del resto de ciudadanos...Usted no puede ser...
Con
sobresalto, Bloo recordó a Umbra, el selenita que avaló su proceso de
transformación en ciborg. También dedujo con horror que la autoestopista era
Aureus IV, su "dueño". La situación no podía ser peor ni más extraña.
Quería gritar, pero guardó silencio mientras escuchaba a Carlton, o más bien a
Umbra, sucumbir ante el pánico de sentirse arrancado de la mente comunal de su
sociedad lunar. Bloo sabía que había más razones para aterrarse aparte de estar
mentalmente solos, estaban ante uno de los dementes más peligrosos de la
historia. Aureus IV se acomodó en su asiento y dijo:
—Eres viejo, Umbra, has
viajado por el tiempo muchas veces. Tu trabajo tiene sus riesgos, ¿cierto?
Muchos de tus compañeros han caído ya.
—Los cambios en la memoria y
la realidad, terminan destruyendo la mente...
—No la destruyen, solo la
retuercen y confunden hasta que luego ya no importa nada...Eres una bestia
arrastrándote entre los escondrijos de la historia.
Umbra
prácticamente sollozó diciendo:
—¿Por qué me dices esto?, yo
he sido fuerte y me he mantenido en pie...No quiero acabar como un payaso
monstruoso perdido en el océano infinito de los tiempos...
Aureus
observó:
—Te lo digo porque es
divertido ver a la gente perdiendo los estribos y siempre he querido ver a un
Cosmos enloquecer. Nadie sabrá de nuestro encuentro, los tuyos solo pensarán
que perdiste la cabeza y te abandonarán aquí. Serás afortunado pues tu cuerpo
Cosmos disfrazado de Sapiens te permitirá sobrevivir en esta época, a
diferencia de mis otras víctimas.
Umbra gritó
acuclillándose mientras Aureus se quitaba el brazalete, lo transformaba en una
vara como al rojo vivo y le golpeaba la frente con un extremo. Hubo un silencio
estremecedor y luego Umbra comenzó a convulsionar hasta quedarse lívido y
babeante. Aureus comenzó a revisarle los bolsillos, tomando una goma de mascar
y deteniéndose a hojear su libreta de notas. Bloo estaba paralizada de miedo,
no podía contactar a Silver y no entendía nada de lo que estaba pasando. El
corazón le latía como si fuera a estallarle en el pecho y tragó saliva,
haciendo un leve ruido que por desgracia Aureus advirtió. Trató de no mover un
solo músculo, pero él pareció olerla e instintivamente se escurrió hasta ella,
apartó las mantas que la cubrían y sonrió ante su hallazgo; mostrando una larga
lengua negra entre sus dientes afilados, en un gesto prácticamente animal. Una
fuerza interna le devolvió las fuerzas a Bloo que habló, recordando que ella
tenía lo suficiente para intentar defenderse de ser necesario:
—La economía en la Luna debe
estar muy mal para que su jefe de estado ande robando caramelos a los
camioneros en zonas rurales.
Él rio
divertido y luego dijo con una espeluznante sonrisa:
—¿Has oído del gato de
Schrödinger? Tú y yo estamos vivos y muertos.
Bloo seguía
siendo incapaz de contactar a Silver y se dio cuenta de que tendría que salir
del problema sola. El ver a su mayor temor vestido con ropa de mujer le dio
valor y entonces se percató de lo bajo y flaco que era realmente, incluso su
voz era casi femenina. Meneó la cabeza riendo para sus adentros y trató de
controlar la situación mediante el diálogo:
—No hay duda que eres un
tipo extraño. Eres Aureus IV, ¿no es así?
—Aureus Albert Margrethe
Juan Harold William Charles Isabel Henry Lunae. Aureus IV para los amigos. Me
gustan los caramelos que hacen los Sapiens en la tierra, me divierte
conseguirlos así. Estos juegos me ayudan a sacar...lo que siento.
Dijo él
como sin saber cómo explicarse mejor y Bloo habló de nuevo:
—Realmente no te comprendo.
Tienes toda la riqueza que podría soñar, viajas por el tiempo a voluntad y eres
consciente aun del pasado y el futuro anulados; imagino que con todo ese poder
deberías tener mejores pasatiempos.
—¿Eh? No viajo en el tiempo.
Voy a donde debo ir, pero no sé cómo lo hago, ni sé cómo controlarlo realmente.
Solo ocurre.
Respondió
el selenita con inocencia demencial. Bloo trató de hacerlo razonar:
—Sí viajas en el tiempo...De
alguna forma entras a los túneles sin darte cuenta y eso es lo que te está
enfermando, no sabes qué recuerdos son verdaderos y el futuro te es incierto.
Tu realidad cambia sin parar.
—¿Realidad?, ¿a qué te
refieres? ¿Y cómo pudiste olvidar mi nombre?, yo jamás olvidaría el tuyo. No me
esforcé mucho en elegirlo, discúlpame por eso. La primera vez que te vi solo
eras una escultura de bronce.
La chica se
acurrucó, cruzando los brazos con recelo:
—Sí...Adámas me contó un
poco la historia.
—Esa mujer no lo entendería
nunca, eras toda la belleza condensada en formas, el amor expresado en las más
delicadas curvas...
El selenita
comenzó a acercarse de más y Bloo trató de enfriar la situación:
—Entonces, Aureus, ¿has
visitado la tumba de Adámas?
—Ella no está muerta, la
historia cambió y esa estatua solo es un fantasma de un pasado borrado. Otro
objeto olvidado en un viaje en el tiempo, hay muchos así. No afectan en nada el
orden universal al no ser capaces de alterar la historia por su propia voluntad.
Solo será otro misterio que permanecerá irresoluto. Sobre Adámas...Si intenta
volver a involucrarse tendré que hacerla entender con estas...
Explicó
Aureus, mostrando sus largas uñas oscuras retráctiles:
—...que cortan lo que sea
sin problema...
Agregó
mientras le tocaba el rostro y el cuello a Bloo en una caricia casi letal. La
situación parecía empeorar segundo a segundo hasta que él recostó la cabeza en
el pecho de la chica y habló con siniestra melosidad, mientras se acariciaba
impúdicamente por sobre la ropa:
—Mi hermosa muñeca, voy a
follarte hasta que pierda el sentido.
Bloo lo
apartó de un empujón para luego decir:
—Aureus, no sé qué haya
sucedido entre nosotros en el pasado, ¡pero el ahora ya no es igual! No vamos a
repetir la historia.
Hubo un
incómodo silencio y luego él exclamó:
—Tienes que recordarlo en
sueños. Disfrutabas siendo mi amante, nunca tuve que obligarte a nada. Era
placer simple y sin fin, no puedes haberlo olvidado; los tiempos y las
circunstancias cambian, pero el amor permanece pese a todo.
La chica
tragó saliva y luego habló seriamente:
—He pensado durante todo
este tiempo, desde que supe de tu existencia o más bien desde que la recordé,
en como pude ser capaz de pasar tantos años a tu lado. Como podía aceptarte en
mi cama cada noche sin gritar de terror o correr a pedir auxilio a mi madre. Lo
que me dices ahora es algo que ya alguna vez imaginé, quizás yo disfrutaba
contigo. Quizás incluso llegué a decírtelo. Eras lo único que conocía
sobre...el tema, y no me sentía lista para buscar algo más. Y de haber sido
así, ¿realmente me hubieras permitido dejarte para elegir un novio a mi gusto?
Creo que, aunque no te amaba, la necesidad fisiológica se
satisfacía...Seguramente tienes razón, sentía placer y hasta cariño por ti al
creer que me apreciabas al desearme con tanto ardor. Pero con los años esa
ilusión se disipó y comencé a sentirme frustrada al estar con alguien que nunca
amé en realidad. No creo que haya muerto por mi debilidad luego de dar a luz a
nuestro primer hijo. Morí de tristeza, lentamente. Atrapada en mi pesadilla,
atada para siempre al hijo de un hombre que no amaba. Pienso en esa situación y
me doy cuenta de que no tenía otro escape que la muerte...Me cuesta aceptarlo,
pero me conozco bien. Yo me suicidé, Aureus, al igual que tú lo hiciste
destruyéndote con tu nación. Solo que yo lo hice lentamente, dejándome morir.
Quizás ahora estemos en el infierno por eso y ya todo esté perdido. De modo que
no te tengo más miedo, aunque me cueste la vida no quiero que me vuelvas a
poner un dedo encima.
Para ese
momento, Aureus daba la impresión de haber recibido una puñalada. Se había
encogido en un rincón de la cabina y la veía con un gesto de dolor que en poco
se convirtió en rabia. Se incorporó poniéndose en cuclillas como un felino
mientras su ropa se trasformaba en el traje negro con el que Bloo lo había
visto por primera vez en 1992. Convirtió su brazalete en una vara de brillo
asesino y dijo entre dientes:
—Mientes...Te gané
limpiamente...Esperé pacientemente hasta llegar a convencerte de que me dejaras
tocarte siquiera y cuando lo hice deseabas que sucediera tanto como yo. ¡Nunca
me aproveché de tu ingenuidad o tu debilidad física!, elegí conocerte cuando
teníamos la misma edad, esperé a que dieras siempre el primer paso... ¡¿Y ahora
me reprochas porque te seduje y luego te aburriste de mí?!
Bloo
disimuladamente comenzó a deslizarse hasta los asientos delanteros y,
respondiendo con un "ah-já", rompió de pronto el parabrisas saltando
a través del mismo y huyó corriendo en dirección de la casa de Pete; donde
estaba Silver. Un horrible alarido inhumano, animal, se escuchó a sus espaldas
y pudo adivinar que Aureus la perseguía; pero ella tenía la velocidad a su
favor. Corriendo a casi ochenta kilómetros por hora, Bloo estaba tentada a
voltearse y hacerle gestos burlones al selenita mientras se perdía en la noche
brumosa humedecida por una fina lluvia; pero un estruendo y una luz cegadora la
sobresaltaron haciéndole disminuir un poco la velocidad. En un principio creyó
que había sido un rayo, luego se fijó en que Aureus estaba usando su pértiga
como un boomerang, lanzándosela mientras giraba en un disco mortal que cortaba
ramas y hacía profundos surcos en el asfalto a su paso. Alcanzó a ver cuándo la
recuperaba y volvía a lanzarla, y decidió dejar de correr por la calle y
perderlo en los bosques donde él tendría menos visibilidad. Por desgracia, no
contó con el hecho de que Aureus estaba guiándose por el olfato y era capaz de
trepar árboles y saltar entre las ramas como un enorme gato siniestro. Comenzó
a sentirse desesperada y a desorientarse. Alcanzó a ver una roca de una media
tonelada y la levantó, apenas haciendo esfuerzo, para arrojársela a su
perseguidor. Aureus evadió el proyectil y desapareció de la vista de Bloo,
quien aprovechó el momento para tratar de buscar un claro en el laberinto forestal
en que se había metido. Por la espesura de la vegetación, dedujo que debía
estar en la mítica parte peligrosa de los bosques aledaños al pueblo; donde la
gente podía perderse durante días o para siempre. Llegó hasta un hermoso
manantial termal cubierto de bruma y rodeado de helechos, rocas y troncos
caídos, y se le ocurrió contener la respiración bajo esas aguas color turquesa
para que el selenita le perdiera el rastro. Cuando supuso que ya se habría
alejado, se asomó fuera del agua. Entonces vio bajo la luz de la Luna, su
hogar, al selenita riendo de una forma extraña. Aureus ya no corría, se inclinó
a tocar el manantial y de pronto Bloo comenzó a sentir que le costaba moverse,
el agua se ponía fangosa y trató de alcanzar la orilla con espanto. Bajó la mirada
y vio el agua convertida en una negra masa viscosa que se alzaba en hilos como
de tinta, que comenzaban a atarla hasta llegar a inmovilizarla completamente; y
sin embargo Aureus caminaba tranquilamente a través de esa trampa inesperada
hasta llegar a tomarla del rostro con ambas manos y decirle mientras le rozaba
las mejillas con los labios:
—Esta es mi casa en la
tierra, gracias por venir directamente a visitarme. Mi arma llegó a tocarte
varias veces mientras corrías, pero evidentemente no te hizo daño. Está
conectada con mi mente, solo destruye aquello que yo deseo destruir, pero es
inocua conmigo mismo y con mis seres amados. No tienes por qué temerme...
Bloo
forcejeó aún y gritó:
—¡Había sangre en mi cama
luego de tu primera visita en 1992, abusaste de mí y todavía pretendes que
tuvimos un romance! ¡Prefiero morir antes que...!
—Has olvidado muchas cosas.
Como el que nuestro hijo fue una realidad y cuando llegue su tiempo volverá a
serlo. Si una persona existió en determinado momento, puedes matarla, pero
nunca evitar que haya existido. De modo que es imposible cambiar la historia y
separar a los futuros padres de alguien, de una u otra manera los responsables
de traerlo al mundo volverán a hacerlo. Ya sea porque vuelvan a enamorarse, por
accidente, casualidad o por la fuerza...El destino hará lo suyo sin importarle
el método. Por eso, aunque la historia cambie, yo siempre existiré y siempre
volveré a buscarte. No importa cuánto te esfuerces en evitarlo, esta noche
dormiré contigo y me estrecharás entre tus brazos con el mismo amor que siento
por ti. El amor es lo único eterno en el universo, Bloo, recuérdalo...
Respondió
Aureus y desapareció hundiéndose en el estanque, mientras el agua volvía a su
estado natural y la mayoría de habilidades de la mitad mecánica de Bloo se
normalizaban nuevamente; siendo capaz de ubicar el camino de regreso a la
carretera gracias a esto. Antes de irse echó un vistazo al fondo cristalino del
manantial y al verlo vacío imaginó con horror a donde había ido el selenita: la
casa de ella. Recordó que en ese momento Mari y Lini estaban solas, su
prioridad se volvió el regresar lo más rápido posible al pueblo.
Pese a que
corría con una velocidad sobrehumana, sentía que cada paso que daba era lento y
pesado; imaginaba escenas horribles donde Mari intentaba enfrentarse a Aureus,
así como ella acababa de intentarlo, y era asesinada ante la indefensa Lini. O
peor aún, imaginaba a Lini muriendo a manos de Aureus; que desquitaría sus
celos en la supuesta hija del nuevo matrimonio de Bloo. Llegó a casa tumbando
la puerta de un golpe y se encontró a Lini acurrucada en un sofá, cabeceando.
Al verla, la pequeña corrió saltando de felicidad hasta ella y pidió la
levantara en brazos. Bloo la cargó cubriéndole el rostro de besos mientras
revisaba cada habitación en busca del temido intruso. Mari dormía y Silver
todavía no había vuelto. La joven Ciborg suspiró exhausta, las sienes le latían
y se sentía como si estuviera a punto de perder la razón. Decidió esperar el
regreso del hombre artificial en casa, cuidando del resto de la familia. Se
metió a la cama con Mari, que dormía como un tronco, y se dispuso a descansar
un poco con un ojo abierto y escondiendo a Lini en su pecho para protegerla. No
había señales de Aureus hasta que la pequeña selenita dijo algo que le heló la
sangre:
—Te amo, mi hermosa
muñeca...
9. Persona
Comenzaba a
salir el sol cuando Silver volvió y encontró la puerta principal del café casi
destrozada. Entró empuñando su fiel pistola Glock 17 y llamó a todas con un
grito sin emoción. Bloo se levantó de un salto y cubrió a las sorprendidas Mari
y Lini con las mantas para luego correr a encontrarse con él. A la luz de la
mañana, la chica notó que había dormido con los zapatos puestos y embarrada con
lodo del estanque. Silver guardó el arma y habló con su eterna frialdad:
—La Sombra apareció. Al
parecer era el reportero que se alió con nosotros ayer. Lo encontraron en la
carretera gritando. Tenía una impresionante base de datos acerca de los
habitantes de toda la zona y divulga todo sin piedad. Están a punto de
lincharlo, hace poco encontré su camión hecho trizas a unos cinco kilómetros de
aquí. ¿Qué sucedió anoche? La comunicación entre nosotros lleva horas cortada.
Ella se
frotó el rostro, confundida, y titubeó antes de decir:
—Recogimos a la mujer...que
era Aureus IV...y Carlton resultó ser un supervisor de Prometheus. Aureus lo
atacó, luego me descubrió y traté de enfrentarme a él, pero no pude contra sus
armas. Escapé y volví a casa para cuidar de las demás...Creo que él no piensa
dejarme ir tan fácilmente...
Silver
pareció sufrir algún desperfecto, vibró un poco y dijo:
—Hay que matarlo en su
infancia y evitar que llegue a dañarte de nuevo.
Entonces
Bloo palideció un poco, lo miró y preguntó pausadamente:
—Sería una buena idea. Pero
antes quiero saber algo. Los padres de Lini, Silver, ¿quiénes son? ¿Quiénes
eran tus dueños?
El hombre
artificial se congeló, luego respondió de forma tajante:
—No te revelaré esa
información.
Mirándolo
fijamente, Bloo comentó casi en un susurro:
—Sería horrible que me
hubieras llevado a criar a mi propio violador...Porque ahora lo amo. No puedo
matarlo. ¿Este es el destino?, ¿tiene que ser tan perverso?
Silver se
encaminó a reparar la puerta y respondió mirándola por sobre un hombro:
—Recuerda que la madre de
Selenita tenía un conector social. La familia real en la Luna no los usa.
Estaré trabajando en la entrada.
Afuera en
el parque del pueblo, Umbra gritaba las vergüenzas de todos con la inocencia de
un loco. La gente lo escuchaba entre furiosa e incrédula, mientras unos
policías intentaban alejar a los ofendidos que trataban de matar a golpes al
demente que no se preocupaba de gritar también cuantas amantes y negocios
corruptos tenían los agentes de la ley que muy a su pesar le estaban salvando
la vida. Pese a ser mitad de semana, el escándalo hizo que las calles del
pueblo estuvieran concurridas como si fuera un día festivo. La multitud se
amontonaba en el parque y otros más comenzaban a agruparse ante el café de
Bloo, tratando de averiguar que le había pasado a su puerta principal sin
obtener información del silencioso hombre de negro. Los chismosos, frustrados
por el mutismo de Silver, fueron a quejarse con la tía de Bloo; que
inmediatamente atravesó medio pueblo en bata de dormir hasta llegar ante “el
marido de su sobrina”, exigiendo explicaciones. Él le contó una breve historia
acerca de un ventarrón que la tía no creyó. Mientras tanto, Bloo se daba un
baño en la tina junto a Lini; que reía salpicando agua. La abrazó maternalmente
y le limpió el rostro mientras decía:
—¿Sabes?, lo primero que
hicimos juntas el día que naciste fue darnos un baño. Eras muy pequeña. ¿Tú no
recuerdas, Lini? Dime, ¿recuerdas a tus verdaderos padres?
La pequeña
meneó la cabeza y dijo:
—A mí me gusta vivir aquí,
pero al gatito le gustaría vivir en la Luna.
Bloo
preguntó con seriedad:
—¿Recuerdas la Luna?,
cuéntame de tu vida allá.
Lini se
chupó un dedo pensando, miró al vacío un rato y finalmente saltó fuera del
agua. Bloo salió de la tina y se secó intrigada. Cuando entró a su habitación,
encontró a Lini extendiéndole una hoja de papel garabateada. Había escrito con
crayones algo en alfabeto cirílico y justo abajo se dibujó a ella misma
tomándole la mano a un sonriente hombre enorme rodeado de corazones rojos. Al
dorso de la página puso la dirección completa de una residencia en algún punto
de Europa del este, junto a un nombre también escrito en alfabeto cirílico.
Bloo se rascó la cabeza:
—Lini, ¿qué dice aquí?, ¿y
quién es el hombre del dibujo?
—¡Es mi papá!, ¡debes
mandarle esto a su casa para que sepa que no lo mataré! Ahí está su dirección y
su nombre. ¡Cópialos en un sobre y envíalo!
Aún sin
poder entender que estaba sucediendo, pero con cierta corazonada, Bloo tomó la
extraña misiva, la metió en un sobre, se vistió y fue al correo del pueblo.
Afuera había un caos, el club de lectura apareció abogando por los derechos
humanos del demente Umbra y lo estaban llevando con dificultad al bar bohemio
para ocultarlo de la muchedumbre enardecida. Silver observaba todo de brazos
cruzados, desde la puerta del café, y dijo a Bloo cuando ella se detuvo un
momento a su lado para mirar el alboroto:
—Es desalentador. Ya ha
perdido la razón, no haremos nada con él. El destino se hace paso, a veces dudo
de si realmente somos capaces de manipular la historia.
La chica
respondió con un suspiro:
—Es difícil controlar algo
cuya naturaleza desconocemos.
Emprendió
el camino a la oficina de correos, pero al poco rato de andar se encontró con
su tía, que le exigió saber a quién iba a enviarle correspondencia antes de
arrebatarle el sobre. Entonces Umbra apareció sorpresivamente junto a ella,
ante las miradas curiosas de todos. Tomó a la tía de una muñeca y prácticamente
le torció el brazo para hacerla verlo a los ojos mientras le decía:
—Tú estabas envidiosa de tu
hermana mayor, decidiste celebrar tu décimo quinto cumpleaños acostándote con
su marido para quitárselo. El hombre, que ya era viejo, te rechazó e intentaste
obligarlo a complacerte amenazándolo con una pistola de juguete. Él creyó que
era real y sufrió un ataque al corazón cuya causa has ocultado todo este
tiempo. Te sientes culpable de ser quién eres, pero no puedes dejar de serlo,
por eso vives esta doble vida llena de resentimiento y mentiras.
La tía
guardó silencio completamente sonrojada, no supo que responder tras la
revelación de su secreto más vergonzoso. Por unos instantes se petrificó
sintiéndose desnuda frente a la multitud en la calle que la miraba con asombro,
hasta que reaccionó con furia y gritó a todos preguntando qué miraban. Después
fue directo a la oficina de correos con la frente en alto y sin pensar, entró a
las oficinas actuando, pretendiendo que no pasaba nada. Entregó el sobre
maltrecho sin darse cuenta realmente de lo que hacía y luego salió rumbo a su
casa, en la misma actitud extraña. Mari murmuró, viendo todo desde una ventana:
—Si lo que dijo fue verdad,
entonces estos son los instantes antes de que caiga el telón, se apaguen las
luces y la tía deba enfrentar la realidad o cortar con ella.
Pasaron
algunos días en los que Bloo evitó hablar con Silver y Lini se apartó de todos,
ya no actuaba como la niña de siempre; era "el gatito" todo el
tiempo. Mari no sabía exactamente que estaba ocurriendo, pero intuía que algo
andaba muy mal, por lo que se mantenía serena. Estaba segura que si no mantenía
los pies en la tierra y veía las cosas en frío, toda la casa se vendría abajo
en una tragedia de consecuencias inimaginables. Finalmente, un día apareció
Jarilo "Pete" Marzanna en el café y fue directamente hacia Bloo. Le
sonrió amablemente antes de decir con su marcado acento extranjero:
—Mis padres llamaron desde
mi tierra, me han dicho que mi hija está aquí.
Bloo lo
miró confundida, Lini llegó de repente a la puerta principal y se lanzó al
hombre sin previo aviso, abrazándolo mientras lo llamaba por su nombre.
Marzanna
era un artista de veinticuatro años que trabajaba como ayudante en una casa
funeraria para enriquecer sus conocimientos sobre anatomía humana y ganar algún
dinero por su propia cuenta. Provenía de una familia rica pero infeliz. Había
pasado seis meses internado en una clínica psiquiátrica por depresión y luego
fue arrestado bajo sospecha de haber cometido una serie de homicidios. Desde
1993, su vida dio un giro total, convirtiéndose en un joven dichoso y
perfectamente adaptado a la sociedad. Decidió mudarse a aquel pequeño pueblo
para respirar aire puro y llevar una vida tranquila lejos de las grandes
ciudades. Su cambio era un misterio, pero lo que más intrigaba a "la
familia" era porque conocía a Lini. Su explicación fue imprecisa:
—En realidad es la primera
vez que estoy con ella, ni siquiera sé su nombre o el de sus verdaderos padres.
Solo la había visto en sueños.
Bloo y Mari
lo miraron con escepticismo mientras Silver decía, palpándole la nuca y
haciendo que una pantalla holográfica apareciera flotando ante su occipucio. En
está, el hombre artificial pulsó unos símbolos; entonces sobre la ropa que
Marzanna traía se materializó un uniforme de mayordomo victoriano con las
insignias del reino lunar bordados en el abrigo y el cintillo del sombrero;
como si se tratara de un objeto marcado por su dueño. Silver anunció:
—No miente. Es un ciborg y
de hecho está registrado como parte de la bodega de mi dueña. Es un
"muñeco ayo", la versión masculina de las muñecas nodrizas. Debió ser
la primera elección para criar al hijo de la dama. Escuché que otro sirviente se
encargó de buscarle un tipo muy especial de "materia prima" a nuestra
dueña. Ella quería un hombre fascinante y peligroso, un atractivo asesino
serial, un artista torturado o un joven rico y vicioso. Al parecer, el señor
Marzanna cumplía todos los requisitos y fue escogido originalmente para criar a
Selenita, pero yo hice todo lo posible para hacer que mi dueña cambiara de
opinión y eligiera a Bloo para luego usarla en mis propios planes. Supongo que
no pude lograrlo en un pasado borrado por alguna razón desconocida. ¿Qué
recuerda de esos sueños, señor Marzanna?, ¿cuándo empezó a soñar con la Luna?
El aludido
comenzó a relatar:
—Los sueños comenzaron en
1993. Entonces estaba destrozado, odiaba a todos y al mismo tiempo deseaba
intensamente no estar solo. En mi furiosa confusión cometí crímenes espantosos,
o iba a cometerlos, realmente no lo recuerdo porque justo entonces soñé con una
luz que me envolvía y me llevaba lejos de este mundo. Investigué mucho en
libros y revistas sobre este tipo de experiencias sobrenaturales, las llamadas
"abducciones", dicen que son pequeños secuestros donde los seres
humanos somos estudiados por una cultura más avanzada que la nuestra. Pero en
mis sueños, que se repiten cada cierto día y cada vez con mayor detalle, no fui
raptado por un tiempo breve ni con fines científicos. En esos sueños puedo
recordar años y años de esclavitud en un mundo siniestro. Recuerdo haber
sufrido torturas, abusos humillantes, y tener bajo mi cuidado a esta pequeña
niña. Creí que eran horribles pesadillas, hasta que vi en la televisión de mi
país un reportaje sobre Mari; donde mostraban imágenes de este pueblo. Algo en
estos parajes me hizo sentir que la razón de esos sueños estaba aquí. Así que
dejé todo, vine, y efectivamente: aquí está la pequeña que yo crie. ¿Cómo llegó
a este pequeño poblado?
Bloo
respondió con duda:
—El futuro cambió...Sucedió
un accidente durante el nacimiento de la niña y acabó en mi casa. No sé mucho
más...Al igual que tú, solo puedo recordar en sueños fragmentos de los pasados
borrados. Algunos más claros que otros, pero nada concreto. Creemos que el
único capaz de recordar cada detalle de la historia con claridad es el loco rey
de la Luna, que anda merodeando la zona.
Jarilo
"Pete" Marzanna, guardó silencio y luego dijo a Bloo:
—Siento que mi deber, y
ahora el tuyo, es proteger a esta niña. Hay que regresarla a su tiempo antes
que sea lo bastante mayor como para que la acusen de traición o pueda contarles
a los demás selenitas exactamente que está haciendo Silver. Si el rey o sus
súbditos la encuentran aquí y descubren sus planes, nos matarán a todos; quizás
incluyéndola a ella. No sé cómo hacerlo, pero tendríamos que devolverla a sus
padres pronto.
Todos lo
miraron sorprendidos y Silver opinó:
—Tiene razón, nuestro éxito
peligra con Selenita aquí.
Mari
asintió con la cabeza y Bloo comenzó a llorar. Mientras tanto, Lini escuchaba
todo fingiéndose dormida. Últimamente había estado mostrando cierta malicia en
sus actos.
En los días
posteriores a esta charla, Silver trató de planear una forma segura para
devolver a Lini a la Luna y Bloo fue incapaz de ayudarle puesto que estaba
demasiado emotiva al darse cuenta de que finalmente tendría que separarse de su
pequeña. Mientras tanto, Lini seguía huraña y distante con todos. Sabía que
iban a enviarla de nuevo a La luna y mucho más. Solo buscaba la compañía de
Marzanna, que procuraba visitarla cada día para contarle historias hasta que se
quedaba dormida en la cama de Mari; ya que se estaba negando a dormir con Bloo.
Una noche, Mari se quedó escuchando la narración de Pete Marzanna hasta que la
pequeña se durmió; y entonces comenzó a platicar en voz baja con el extranjero:
—Te queda bien el papel de
padre y al mismo tiempo luces peligroso... ¿Quién eres en realidad?
Pete la
miró de reojo, mientras respondía con una sonrisa nerviosa:
—Yo podría decir algo
parecido sobre ti. ¿Eres la mamá de Lini o la niñera perversa?
Con un
gesto de disgusto, Mari replicó:
—Te delataste, ahora sé que
viste esas infamias. Dicen que los tipos más relajados e inofensivos son los
peores criminales. No te fíes, yo siempre estoy en guardia contigo, sospeché
que escondías algo malo desde la primera vez que te vi.
—Once años esclavizado por
asesinos, violadores, torturadores y toda clase de enfermos sádicos, son
suficientes para aprender a valorar tu vida y la de los demás.
Dijo el
hombre mientras la sombra de un recuerdo amargo se reflejaba en su mirada. Mari
besó la frente de Lini y preguntó:
—¿Qué sabes de la pequeña?
¿Siempre fue así?
Jarilo
Marzanna suspiró y comenzó a relatar:
—No obedecí a mis amos con
respecto a criarla como a una reina y alentarla a que fuera agresiva. La eduqué
como me educaron a mí. Con cariño, enseñándole a ser una buena persona. Por
desgracia yo estaba enfermo, deprimido por mi pasado y mi secuestro; mi
tristeza era tan grande que se impregnó en ella. Era una niña tímida y
silenciosa, siempre escondida detrás de mis piernas. Me alegra ver que con Bloo
ha crecido sana y feliz. Quisiera no tener que regresarla a la Luna, pero sé
que su muerte será espantosa si llega a ser víctima de su propia gente.
Mari lo
miró un momento y luego dijo seriamente:
—Parece que tus padres
fueron buenos contigo. Te querían, te educaron correctamente, tenías un buen
hogar... ¿Cómo acabaste metido entre tanta mierda?
—¿Por qué mis padres
tendrían que ver con eso? Lo que tú viviste se parece un poco a mi historia,
pero no quiero contarte toda mi vida como si fuéramos colegialas compartiendo
secretos. Basta con decirte que tuve mala suerte y tomé un montón de malas decisiones.
Pero ahora he llegado a un punto en que esos asuntos ya no me importan. Solo
quiero estar tranquilo, descansar y disfrutar de las cosas simples.
Respondió
Marzanna y, luego de un breve silencio, Mari preguntó:
—Quizás sea una pregunta
indiscreta...pero quisiera saber, ¿Lini te mató?... Escuché que al llegar a la
mayoría de edad asesinan a sus cuidadores.
—Poco antes de despertar,
siempre sueño con que vuelvo a la Tierra. Creo que nunca llegó a matarme. Le
enseñé a amar y eso salvó mi vida. Desde que encontré a Lini, los sueños han
ido reduciéndose y me siento más libre. Pero ahora un nuevo temor me ha surgido,
¿qué será de ella? Si regresa a la Luna estará a salvo, pero crecerá para
convertirse en un verdadero monstruo. No tenemos las herramientas para evitarlo
y me siento impotente ante el terrible futuro que le aguarda.
Justo
entonces Lini se levantó de golpe y avisó que se iría a dormir con Bloo,
mientras Mari y Marzanna intercambiaban miradas sospechando que había oído
todo. Poco después, Bloo y la pequeña ya juntas. Finalmente, Bloo decidió tocar
el tema del regreso a la Luna:
—Si tienes miedo...allá...de
noche, vuelve a buscarme a escondidas.
Lini la
miró con rencor y dijo:
—Quieres que vuelva con mi
padre para quedarte sola con el robot, lo prefieres, pero eres una tonta. Tú
nunca podrás escapar de mi...
Luego se
abalanzó sobre ella y le dijo, tomándola del cuello:
—Eres mía, ¡mi muñeca! ¡Para
eso naciste y no vas a cambiarlo!
Bloo la
miró atónita y sin comprender nada le dio un bofetón que la hizo caer de la
cama. Lini se levantó del piso mirándola a los ojos con rabia y chilló:
—¡Prefieres al SL30 más que
a mí!
Antes que
Bloo pudiera ir a recogerla y decir algo, la pequeña bestia se alejó de un
salto y se desvaneció en el aire como humo. Toda la casa se despertó entre
gritos, alarmados ante la repentina desaparición de Lini; mientras un apagón en
todo el pueblo anunciaba el dolor de una joven madre que había perdido a su
bebé.
La mañana
siguiente estuvo llena de tensión y tristeza. Silver estuvo al tanto de cada
noticia procedente de 3016, año al que se suponía que Lini tendría que haber
regresado pues los túneles del tiempo automáticamente enviaban a los viajeros
Homo cosmos perdidos al momento exacto en que deberían estar de acuerdo a su
edad en su época original; la cual era determinada por estudios genéticos
comparados con registros genealógicos. Pero pasaban las horas y no obtenía
señales de que en la Luna hubieran rescatado a la pequeña. Todos habían perdido
las esperanzas al medio día y Silver estaba realmente preocupado, temía que
Lini los hubiera delatado o hubiera ido al pasado a enredar aún más la
historia. Pero entonces recibió una noticia, congelándose como perdido en sus
pensamientos ante la mirada ansiosa de los demás, y dijo:
—Ya está hecho. Está con su
padre.
Pasaron
varios días en los que todo parecía incierto. Bloo lloraba sin tregua
extrañando a Lini y Silver vivía a la expectativa del próximo movimiento de
Aureus IV. No hubo cambio alguno hasta que un día el SL30 estaba apoyado en el
techo de su auto, espiando con unos binoculares a un sospechoso, cuando sintió
un tirón en una manga de su chaqueta. Se volteó mecánicamente y vio a la
"hermana mayor" de Bloo, algo asustada por la extraña conducta de
Silver. La mujer se había enterado de los últimos sucesos del pueblo por un
noticiario y, al llamar a sus amistades para saber cómo estaba su familia, supo
que corrían rumores sobre una sórdida doble vida de su tía. Alertada, tomó la
decisión de charlar con su cuñado-yerno para aconsejarlo sobre cómo mantener a
Bloo en el buen camino:
—Señor Light, espero que
usted haya tenido cuidado con la relación que Bloo tiene con nuestra tía. Usted
es mucho mayor que ella, debe orientarla.
Silver la
escuchaba con la mirada vacía y en silencio. La mujer siguió hablando sin
notarlo:
—Nunca estuve de acuerdo en
que Bloo tuviera una familia siendo tan joven, he cedido mucho. En parte le
reprochó a mi tía no haber sido intervenido...Se lo dije y ella reaccionó muy
mal. Vengo de su casa... ¡No sabe usted lo agresiva que se ha puesto! Por
cierto, ¿esa muchacha Mari sigue viviendo con ustedes?, me preocupa la
influencia que pueda tener en Bloo y en la niña... ¿Cómo se llama?
El hombre
artificial respondió fríamente:
—Está muerto. Nuestro hijo
murió.
La mujer se
llevó las manos a la boca murmurando:
—¡Pero que terrible!, una
madre adolescente siempre se arriesga a estas tragedias. Dígame, ¿cómo murió?,
¿fue por esa enfermedad que tenía?
—Si considera su fealdad
como una enfermedad me parece bien. Sí, se murió de feo.
Contestó
Silver y en ese momento escucharon un par de sonidos raros, la mujer no estuvo
segura de lo que eran hasta que vio un agujero en el capó del auto. Abrió los
ojos desmesuradamente y estuvo a punto de ser alcanzada por una bala justo en
la sien, de no ser porque Silver se tiró al suelo con ella y la llevó como pudo
detrás del vehículo mientras sacaba su arma y le decía sin ninguna emoción en
la voz:
—Guarde la calma.
Saltó sobre
el auto con agilidad sobrehumana, se conectó con el satélite de observación más
cercano y miró la zona desde el cielo; a través de un pequeño monitor
proyectado en una de sus retinas. Entonces vio una silueta agazapada tras unos
setos, escabulléndose hacia la hermana de Bloo. Silver inmediatamente fue en
esa dirección y sorprendió al tirador enfundado en un traje deportivo negro y
un gorro pasamontañas. El sujeto huyó despavorido hasta llegar a la iglesia del
pueblo. Silver lo seguía sin prisa, se notaba que era una persona mayor y no en
su mejor estado físico. Una vez dentro del edificio religioso, el pistolero
tomó a una joven novicia del cuello y le apuntó a la cabeza mientras se
escondía en una esquina. Cuando Silver entró, una alarma se proyectó en su
retina y supo que algo había cambiado en la historia según los datos de
Prometheus. Comenzó a actuar con cautela guardando su arma a fin de no llamar
la atención y se limitó a acercarse para ver que sucedía. Escuchó un disparo y
vio a un feligrés ensangrentado corriendo hacia fuera del templo, entonces la
alarma en su retina desapareció. El riesgo de cambio en la historia había sido
peligrosamente notorio por unos instantes y era suficiente como para que fuera
investigado por los empleados de Prometheus, pero Silver no estaba dispuesto a
salir del lugar sin neutralizar al sospechoso; estaba seguro de que debía ser
un futuro miembro de Alma Colectiva pues sus actos influenciaban la historia.
Buscó en su propia base de datos algo relacionado con una iglesia y recordó
entre sus apuntes la descripción de uno de los sueños de Lini: una persona con
una máscara de espejos en medio de una iglesia, posando de pie sobre un
pedestal; sin moverse hasta que su cuerpo comenzaba a temblar por no cambiar la
postura durante largas horas. Silver relacionó al personaje del sueño con el
pistolero enmascarado, pero cuando se asomó a ver de nuevo notó que el
sospechoso se había quitado el pasamontaña y se lo había puesto a la novicia;
para no ver su expresión de horror. De modo que no estaba seguro de si su
objetivo era la rehén o el misterioso tirador, que para su sorpresa resultó ser
la tía de Bloo. Silver tenía poco tiempo, así que decidió neutralizarlas a las
dos. Pero al apuntar a la mujer mayor, ella uso a la más joven como escudo y
gritó que la mataría. El SL30 meditó un momento. Ningún miembro de Alma
Colectiva había sido encarcelado bajo cargos de homicidio. De modo que, si la
tía mataba a su rehén, y ella resultaba ser el objetivo de Silver, sería
apresada de por vida y nunca formaría parte de la sociedad. Situación similar
sucedería con la novicia si moría y era su verdadero objetivo. De modo que no
podía dejar que matara a la muchacha o la historia volvería a cambiar
violentamente y los supervisores entrarían en alerta máxima. Apartó los dedos
del gatillo y levantó las manos, esperando a que la vieja se descuidara para
disparar. La tía intuyó las intenciones de Silver y gritó:
—Tire su arma lejos. La mía
esta vez no es de juguete, tírela rápido o le vuelo la cabeza a la chica.
Silver
dijo, con su voz carente de sentimientos:
—Pueden ser solo unos años
en la cárcel o el resto de su vida. Usted decide.
La mujer
sonrió y dijo:
—Así es...yo decido. Yo
pongo las reglas. ¡Ahora contaré hasta tres y si no tira esa pistola lejos de
usted mataré a esta puta!
Comenzó a
contar y Silver no tuvo más remedio que tirar el arma y emprender la retirada.
Ya se iba cuando la tía lo detuvo, diciendo:
—Light, sé que tu mujer y su
hermana me odian por lo que pasó con su padre. Nana estaba loca, otra mujer me
lo hubiera impedido...pero no hubo una sola persona que me diera un consejo,
una advertencia, y todo sucedió.
El hombre
artificial se volvió a mirarla y la mujer continuó diciendo:
—Ahora ya es tarde y solo
hay una solución...Tienes quince minutos, ve por el loco que se hace llamar
Umbra y haz que se retracte de lo que dijo sobre mí. Si no lo haces antes del
plazo que acabo de darte, esta perra se muere. ¡Rápido, ve y tráelo!
Silver
objetó:
—No me parece que sea
posible hacer que Umbra vuelva a ser un hombre razonable simplemente
pidiéndoselo. Por otro lado, creo que Bloo y su hermana estarán dispuestas a
perdonarla a usted si dialogaran...
La tía
cortó el discurso de Silver, metiendo el cañón del arma en la boca de la joven
y diciendo al mismo tiempo:
—¡El tiempo corre, no me
hagas convertirme en una asesina!
Silver
computaba lo más rápido posible las opciones que tenía para controlar a esa
mujer histérica, cuando de pronto escuchó una risita y luego una voz andrógina
diciendo:
—¿Sabes por qué dicen que
codiciar la pareja de alguien más es lo mismo que fornicarla?, es por lo del
gato de Schrödinger. La posibilidad basta. De modo que tú de hecho ya eres una
asesina. Lo eres y no lo eres, ¡la posibilidad ya existe!
La tía miró
de reojo y vio lo que parecía ser una muchacha rubia y larguirucha sentada en
una banca, hojeando un texto religioso con el cabello sobre la cara. Silver
trató de alertar a la vieja, pero ella solo metió más el arma en la boca de la
novicia y gritó:
—¿Quién eres, mocosa? ...Ven
aquí, las manos detrás de la nuca.
No hubo
respuesta y la tía comenzó a impacientarse, de nuevo grito ordenándole que se
acercara y solo obtuvo otra inquietante risita. La mujer hubiera seguido
chillando ordenes de no ser porque logró ver entre los adorables cabellos
dorados una larga y espantosa sonrisa inhumana. Se acercó un poco, ya algo
atemorizada, y al ver el espeluznante rostro de la supuesta joven gritó y trató
de dispararle; liberando a su rehén que corrió directamente a la calle. Aún no
terminaba de mover el brazo para apuntar cuando la "rubia"
desapareció de pronto y reapareció tras ella, y atrapándola por la espalda;
causándole tanto horror que cayó al piso desvanecida. Así quedaron solos Silver
y Aureus, dispuestos a reanudar su eterno pleito. Silver volvió a ponerse en
guardia, mientras el selenita decía recuperando su indumentaria negra:
—Estoy aquí porque he
decidido hacer lo que sea con tal de estar cerca de Bloo, aunque deba
soportarte a ti. Aunque deba traicionar a mi raza.
—Sabías que esa mujer era la
persona que buscábamos, pudiste haber evitado todo este escándalo. Pero lo tuyo
es crear el caos. Eres la suma de toda la vanidad y el egoísmo humano, un ideal
corrupto personificado.
Aureus
respondió con su voz andrógina y escalofriante:
—La naturaleza es perfecta y
yo solo soy un hombre más. ¿Qué puede haber de malo en la naturaleza humana?
Estúpida máquina, no puedes ver más allá de tu lógica moralista de niño de diez
años. ¿No te parece que hay algo raro en todo lo que está sucediendo? Umbra y
la tía de Bloo no eran miembros originales de Alma Colectiva, terminaron
siéndolo por un suceso que yo propicié en esta nueva realidad: la demencia de
Umbra. Entonces, si yo tampoco era parte de la historia original, ¿por qué
Prometheus no mueve un dedo ante estos cambios?
El
sirviente robótico calló un momento y finalmente dijo:
—Nuestra intervención no
altera el futuro. Nuestro plan fallará.
Una
patrulla sonó a lo lejos y Aureus se rio:
—Te falta tanto para
alcanzar el nivel de una mente humana. Olvidas a la sirvienta robótica
infiltrada en el club de lectura, ella era parte de un pasado creado a partir
de un primer cambio que se hizo en la historia original; y aún no sabes quien
la envió. Aquel o aquellos que mandaron a esa sirvienta siguen manipulando esta
época para que cada imprevisto encaje perfectamente en el camino que llevará al
exterminio del Homo sapiens. Y Prometheus no hace nada al respecto ya que
también es parte de este proceso de cambio universal. Sabes que el nuevo mundo
se originó aquí, en esta época, y por eso tantas prohibiciones y secretos
acerca de lo sucedido en este período de tiempo. Mi familia y mi gente ve
hipócritamente al pasado y dice: "fue un destino inevitable". La
realidad es que todo fue minuciosamente calculado y tú, y todo aquel que ha
intentado cambiarlo, ha fallado por una razón muy sencilla: son lógicos y al
serlo se vuelven predecibles, dan una ventaja al infiltrado del futuro que
desea aniquilar al Homo sapiens; sus detallados planes secretos luego son
apenas modificados por él y absorbidos por la historia que ha
escrito. ¿Crees que los que quisieron cambiar el futuro siempre fueron
idealistas rebeldes? Investiga.
Silver miró
al piso, buscando en la base de datos de su mente robótica, y
murmuró:
—En 2996 tu padre intentó
cambiar la historia con una campaña mundial de "reprogramación
mental" a finales del siglo XX e inicios del XXI, buscaba hacer que el
Homo sapiens se volviera más sensible y abierto a nuevas opciones para vivir en
paz con sus semejantes y su medio ambiente...Su idea no salvo al Homo sapiens
de su extinción y supuestamente así comprobaron que no fue culpa del Homo
cosmos. Según tu raza no fue un genocidio, sino un fenómeno natural debido a
que los Sapiens eran ineptos para sobrevivir más tiempo en la Tierra, simple
evolución. Durante milenios el Homo sapiens se dañó a si mismo con guerras y
destruyendo su propio ecosistema. En menos de mil años se volvió más estúpido,
más vanidoso y más indefenso; hasta prácticamente permitir ser destruido por
una nueva raza. Mi lógica que tanto criticas me dice que alguien los manipuló
para que sus propias debilidades los llevaran a ese extremo, y que tú y tu
cobarde familia conocen la identidad del asesino intelectual. Ahora, si
realmente amas a Bloo y a su gente, dime quien está jugando con el futuro.
El selenita
respondió con una mirada sombría:
—Nunca lo supimos. Quien lo
haya hecho está por encima de la mente única repartida en los cerebros
selenitas y de la realeza selenita. Quizás es un secreto que permanece
escondido en nuestras memorias, como una travesura infantil que nos avergüenza
y tratamos de olvidar. Después de todo, esa trampa que le hicimos al destino
nos permitió llegar a la cima de la escala evolutiva. Sin embargo, los últimos
hechos me indican que todos, Cosmos y Sapiens, vivimos en la obra maestra de
unos tiranos anónimos que aún controlan la historia a su antojo. Deja de pensar
organizadamente y de cuidarte las espaldas de los supervisores. Lo mejor es que
siembres el miedo y el desconcierto hasta que los que están jugando con nuestro
futuro terminen chillando de terror como todos los demás y así pierdan el
control.
Silver le
apuntó con su arma y exclamó:
—¿Cómo confiar en ti? Eres
uno de ellos. Tratas de convencerme de dejar mis planes y a cambio me aconsejas
acciones terroristas. Hasta el momento, atemorizar al pueblo tampoco ha salvado
a los Sapiens de la muerte.
Aureus
sonrió de una forma malévola y respondió:
—¿Quién dijo que esa fuera
mi meta o que yo tuviera alguna meta? Yo solo hago lo que me viene en gana
hacer, no me limito en nada. No sabré si el gato está vivo o muerto hasta que
haya visto dentro de la caja, mientras tanto haré mi vida.
El hombre
artificial disparó y Aureus volvió a desvanecerse en el aire. Silver corrió
fuera de la iglesia con la tía de Bloo en brazos y se encontró con varios
oficiales de policía. Les mostró su falsa identificación de detective y luego
de entregarles a la mujer se retiró. Volvió a su auto abaleado sin ver rastro
alguno de Aureus en el camino y tuvo un mal presentimiento. Condujo hasta el
café de Bloo y la encontró atendiendo clientes ayudada por Mari, como siempre.
Llegó la noche y todo pareció seguir tranquilo, las chicas se fueron a la cama
y Silver permaneció en su estudio rodeado de pantallas con datos de su interés.
Sin embargo, había procesos que consumían muchos recursos de su sistema
informático y le impedían trabajar bien. Ponía atención a cada sonido de la
casa y no dejaba de recordar las palabras de Aureus en la iglesia, además
pensaba en la posibilidad de perder el apoyo de Bloo si ella prefiriera
recuperar la relación con su viejo amante en lugar de cambiar el futuro. Se
podría decir que de alguna forma el hombre-máquina estaba distraído y quizás
celoso. Creyó escuchar algo y corrió a la puerta de la habitación de Bloo,
iluminada por la luz de la Luna que entraba por el patio central de la vieja
casa; no escuchó nada más y entreabrió para mirar que pasaba. Ahí solo estaba
la muchacha dormida. Tuvo la intención de volver a sus eternas investigaciones,
pero de pronto decidió que su prioridad de esa noche era vigilar a su compañera
y evitar que el monstruo del futuro se le acercara. Cuando Bloo despertó a la
mañana siguiente, lo encontró al pie de su cama como un maniquí modelando un
traje negro. La chica se frotó los ojos y no quiso hacer preguntas. "Es un
aparato viejo y falla de vez en cuando", pensó. Bloo tomó un baño mientras
Silver iba a preparar el desayuno y luego, cuando se sentaba a la mesa,
apareció Mari ojerosa con el cabello en desorden; ella bostezó y dijo:
—Desperté con una cosa
blanca y horrible dormida a mi lado. Alguien vaya a ver si es Lini y, si no lo
es, hay que matarlo y quemar su cuerpo.
14. Doncella
—Los dos están ofendidos,
cuando fui yo la que se despertó junto a un intruso.
Protestó
Mari, sentada en su cama mientras el SL30 y el selenita se miraban entre sí; a
punto de comenzar una lucha a muerte. Desde lejos, Bloo vio la figura siniestra
de Aureus y se acurrucó en la cocina temblando. Pensó que tenía tanto miedo que
se le estaban mojando las bragas, pero más que miedo era un peculiar
nerviosismo que por su inexperiencia no lograba reconocer. Mari exclamó:
—Solo tengo una pregunta:
¿esto es o no es Lini? Porque se le parece mucho.
Aureus IV
la miró ofendido y murmuró entre dientes:
—Mi nombre es Aureus Lunae,
como mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo.
Luego
Silver dijo:
—¿Qué buscas aquí? Bloo no
está interesada en relacionarse contigo. Ahora es libre de elegir y sucedió lo
esperado, no hay mujer en su sano juicio que quiera tener algo con el enfermo
deforme que aniquiló la raza humana por capricho.
Entonces el
selenita respondió con los ojos chispeantes de rabia:
—Tergiversas los hechos para
hacerme ver mal ante ella...Destruí el reino lunar por la misma razón que
ustedes cazan miembros de Alma Colectiva. Esa fue mi solución al futuro. Y no,
no estarán muertos en este futuro. Esta vez confesé a tiempo mis deseos a mi
padre y él me hizo ver que ahora que Bloo es un ciborg vivirá por mucho tiempo,
y lo único que debería importarme es estar junto a ella. Por permanecer a su
lado, estoy dispuesto a no delatarlos y colaborar con ustedes en su intento de
salvar a los Sapiens de su extinción. Si no lo logran, volveré con los míos y
nuestro reino prevalecerá por generaciones; hasta que la Tierra sea habitable
de nuevo y los Cosmos regresemos a repoblarla y a planear como expandirnos por
toda la galaxia. Al fin y al cabo, será la humanidad viva; aunque sea en su
peor forma.
Silver se
quedó un rato computando lo que acababa de escuchar y Mari opinó:
—¡No confío en ustedes dos!,
algo se traen y lo están ocultando. Pero respecto a lo que dice el
extraterrestre...Desde que conocí a Bloo, siendo ambas preescolares, ella nunca
fue el tipo de chica tímida y pasiva que se dejaría esclavizar fácilmente. Silver,
realmente no sabemos; quizás, ¡quizás!, ellos sí tuvieron un romance...
En ese
momento, Bloo irrumpió en la habitación, impulsada por lo que Mari decía, para
aclarar las cosas hablando roja como un tomate:
—Aureus no me gusta, ni me
gustaba. El único hombre que me ha interesado en la vida ha sido Silver y por
desgracia ni siquiera es un hombre, es un robot.
El selenita
se lanzó contra su rival en un ataque de celos asesinos, Silver lo contuvo con
su fuerza descomunal, pero Aureus era casi imposible de controlar por su
rapidez y agilidad; esquivó tres disparos del hombre de negro antes de cortarle
la mano con sus uñas afiladas y entonces trató de terminar de destrozarlo
usando su vara de fulgor mortal. Silver logró recoger su extremidad mutilada y
disparar con la otra mano al tiempo que intentaba volverse a colocarse la parte
cercenada sosteniéndola entre los dientes. Mientras tanto, estaban destruyendo
el patio interior de la casa y lo hubieran hecho por completo de no ser porque
en un momento Bloo se hartó y se metió en medio de los dos, expulsando toda la
energía de su generador psicoquinésico. La mayoría de aparatos eléctricos de la
casa explotaron, las plantas quedaron medio chamuscadas y Silver cayó al piso
repitiendo un mismo movimiento sin parar. Entre el humo de pequeños incendios,
Aureus intentaba ponerse de pie apoyándose en una columna y Mari yacía desmayada
en un corredor.
Luego de
reparar la mayor parte de daños, Silver se resignó a que Aureus sería parte de
"la familia". Bloo y Mari se sorprendieron por la confianza que
estaba poniendo en su peor enemigo, pero sus razones parecían ser lógicas:
Aureus era desleal a todos menos a Bloo, por lo que tampoco estaba de parte de
su propio pueblo; y, en ausencia de Lini, él se encargaría de guiarlos en sus
cacerías gracias a su memoria privilegiada del pasado y el futuro. Pero no pasó
mucho tiempo antes de que se hiciera evidente que Aureus Lunae IV era un hombre
muy perturbado. No era más alto que Mari, aunque tampoco más bajo que Bloo,
pero inspiraba temor. Durante el día observaba a todos con sus inquietantes
ojos de pupilas rojas y esclerótica negra, que quizás no se veían tan extraños
como cuando al ocultarse el sol los llevaba sin la película negra que los
protegía de la luz; viéndose casi totalmente blancos y de aspecto maníaco. A
partir de la media noche desaparecía hasta la mañana siguiente. Solo aceptaba
alimentos de Bloo, generalmente caramelos cuyos restos luego se lamía de las
manos como un animal. Se movía de forma felina, era común verle agazapado en
rincones oscuros como acechando; reptaba por la casa impidiendo ser notado
hasta el momento menos oportuno y más terrorífico, cuando se desvanecía en el
aire entre risitas diabólicas. Nadie sabía si era capaz de adoptar una
apariencia Homo sapiens para pasar desapercibido, cuando no vestía su siniestro
traje negro selenita se le veía ataviado con minifaldas y medias a mitad del
muslo; lo más inquietante era que lucía encantador así, de no ser por ese
rostro que helaba la sangre. Le gustaba bailotear al ritmo de música que solo
él escuchaba y si tenía calor simplemente se desnudaba, dejándose un brazalete
donde "comprimía" todo su equipaje; así descansaba en cualquier parte
si “la familia” se descuidaba. Razón por la cual a todos les quedó claro que,
pese a su espeluznante rostro andrógino y esbelto cuerpo lampiño que hacían
dudar, en realidad era un hombre adulto y se sentía sexualmente atraído por
Bloo; para horror y bochorno de los demás. Silver evitaba cruzarse con él y
Bloo aún no sabía cómo reaccionar; un día lo miró de lejos junto a Mari largo
rato, y finalmente dijo a su amiga:
—Mientras más lo veo más me
convenzo de que fue una violación.
—Toda chica sueña con un
príncipe, Bloo. Acepto que con él se da la excepción de la regla, pero si le
pones una bolsa en la cabeza y en una urgencia del cuerpo...
Opinó Mari
tratando de aliviar la tensión, sin éxito. Silver decidió no dejarse ver por el
pueblo durante un tiempo, sabía que los supervisores estarían vigilando la zona
y las cosas seguían revueltas por la reciente crisis mental que la tía de Bloo
había tenido. La mujer no fue encarcelada, pero la internaron en una
institución psiquiátrica. Mientras tanto, su hijo Laude vivía solo y cuando
podía iba mirar de lejos el café de Bloo o la estación de policía, el supuesto
centro de trabajo de Silver, como sospechando o esperando algo.
Sin
embargo, no sucedió nada verdaderamente relevante hasta una mañana en la que
aparecieron en el café dos estudiantes del instituto del pueblo. Mari preparaba
las mesas para ese nuevo día cuando los reconoció de inmediato y giró los ojos
con disgusto. Bloo los vio desde atrás del mostrador mientras preparaba el café
y los recordó también: era una pareja de hermanos, Eros y Siegfred, muy
populares entre los demás estudiantes. El chico era el mayor con dieciocho
años. Alto, de cabellos negros y ojos azules, extrovertido y apuesto. Destacaba
siendo el capitán del equipo de fútbol estudiantil, solía ser el alma de todas
las fiestas y corría la leyenda de que no existía chica que resistiera a sus
encantos. Incluso Mari había caído en sus redes alguna vez. Por el contrario,
su hermana menor Siegfred de dieciséis años era más bien introvertida; lo cual
no le impedía ser el sueño húmedo de todos los jóvenes del pueblo. Era una
muchacha tímida, de ojos verdes y cabello rubio corto con algunos mechones
enmarcando su rostro angelical. En contraste con su hermano, por alguna
misteriosa razón nunca había tenido un amorío. Bloo y Mari se miraron entre sí
preguntándose cuál de las dos se animaría a atenderlos hasta finalmente Mari
decidió ir de mala gana. Les entregó la carta del menú, se cruzó de brazos y
esperó. Eros la miró con una media sonrisa y saludó diciendo:
—¿Dónde está el "buenos
días, que van a ordenar"?
—Cuando lo encuentres
métetelo bien adentro del culo, hijo de puta.
Replicó
Mari y Siegfred pareció asustarse. Su hermano la tranquilizó diciendo:
—Tranquila, Ziggy, así
bromea Mari. ¿No estaban ustedes dos en la misma clase...?
La
pelirroja puso una mano sobre la mesa y dijo en un tono agresivo:
—Así fue hasta que abandone
la escuela. Igual, tu hermanita nunca me dirigió la palabra. Solía ignorarnos a
Bloo, a Laude y a mí.
—La maestra me recomendó no
juntarme con ustedes por sus bajas calificaciones...
Se excusó
Siegfred apenada y Mari comentó:
—Como personas no cumplimos
los estándares de calidad de la señorita perfección, espero que al menos
nuestra comida sea lo suficientemente buena para ella.
"Ziggy"
se ruborizó avergonzada y su hermano calmó la situación diciendo, mientras
reía:
—Mi hermana solo es rara,
Mari. Nuestra madre dice que fue raptada por un platillo volador antes que
Ziggy naciera, ¡de niña solía adivinar el futuro! De repente hace explotar
copas con la vista y puede hacer bolas de energía fútbol.
—Son Psyballs, Hermano...La
base de las construcciones energéticas...Es...serio. Y no me gusta que bromees
con esa historia de mamá...Es horrible.
Corrigió
Ziggy. Eros y Mari se miraron encogiéndose de hombros y él continuó diciendo:
—Mari, ¿por qué no mejor
hablamos de ti, y de mí, y de nuestras posibilidades?
Bloo
pretendía no escuchar nada mientras Eros continuaba apartando la atención de su
hermana, hasta que ella preguntó nerviosamente a Mari:
—Por favor, ¿dónde está el
baño?, necesito ir.
—Ahí, al lado del mostrador.
Está limpio, pero no esperes sea de mármol veneciano.
Respondió
Mari de mala gana y Ziggy corrió al lugar sin decir más. A solas intentó
vomitar, pero tenía el estómago vacío. Poca gente sabía cuánto sufría en su
intento de ser la adolescente perfecta: la mejor estudiante, la mejor hija, la
mejor hermana, la mejor amiga. El reproche de Mari la había golpeado
profundamente, no había sido la mejor compañera. En su mente había cometido una
falla gravísima. Se compuso el uniforme escolar, se lavó el rostro y trató de
sonreír ante el espejo; pero la piel le ardía enrojecida, no lograba
tranquilizarse. Salió del baño, vio el patio interno por una puerta lateral y
fue a tomar aire fresco. Llegó ante la fuente del centro y respiró hondamente
observando los altos arbustos y matorrales que formaban un pequeño laberinto en
el corazón de la casa. Notó que la tierra había sido removida recientemente y
se preguntaba que podría haber ocurrido cuando escuchó algo moverse entre el
follaje, volteó y quedó petrificada ante una mano larga y blanca que salía
sigilosamente de entre las hojas para apoyarse en el piso. Fue subiendo la
vista por la muñeca, el codo y el antebrazo desnudos hasta encontrarse con unos
ojos espeluznantes clavados en los suyos. Aureus sonrió de una forma demencial
en que solía hacerlo, entre cínica, irónica e inocente; se puso de pié
lentamente y se fue como si nada. Después, Ziggy se quedó un momento asimilando
lo que había sucedido, cruzó una pierna y ladeó su rostro pensativo. Luego se
levantó sumida en sus cavilaciones y volvió a la mesa con su hermano, que
seguía seduciendo a Mari y ya estaba por lograrlo. Siegfred se sentó y los
escuchó hablar un rato, luego preguntó sonriendo:
—¿Quién es el chico que está
en el patio?
Mari y Bloo
palidecieron. El silencio reinó por unos momentos hasta que Bloo balbuceó:
—Nadie, solo estamos Mari y
yo en casa, mi marido se fue a trabajar y… nadie.
La
jovencita rubia replicó:
—Pero hay un chico ahí
dentro. Está practicando algún tipo de meditación sin ropa.
El rostro
de Bloo se descompuso y Eros abrió la boca alarmado, dispuesto a entrar y
ajustar cuentas con el exhibicionista que había sorprendido a su hermana.
Rápidamente, Mari inventó una explicación:
—Es Aureus, un primo lejano
del marido de Bloo. El pobre está mal de la cabeza, tiene el síndrome de Ron
Jeremy, razón por la cual está loco y deforme del rostro.
Ziggy
sonrió dulcemente y respondió:
—Creo que no está enfermo,
solo es diferente. ¿Podría visitarlo algún día?
Todos la
miraron boquiabiertos y Eros adoptó una actitud paternal, diciendo:
—Hermanita, ese muchacho
Aureus no me parece seguro. Ahora toma tu desayuno.
La joven
rubia calló apenada, pero el recuerdo del selenita se le grabó en la mente como
grabado con fuego en el cerebro. Al caer el ocaso, Mari la vio deambulando
cerca del café hasta que Eros llegó a buscarla.
Silver supo
todo al caer la noche. Su respuesta fue fría, simple y reveladora:
—Dejen que se acerquen.
Ambos hermanos son posibles objetivos nuestros. Sus historias encajan con el
perfil de un miembro de Alma Colectiva. El joven Eros es un mujeriego consumado
y todo indica a que con el tiempo su hermana también aprenderá el arte de
manipular con el sexo, lo que les traerá serios problemas a la vez que se
mueven entre la crema y nata social del pueblo. Selenita tenía pesadillas con
un par espectros, masculino y femenino, bailando rodeados de títeres en un gran
salón de espejos. Los hermanos me parecen estar relacionados con esta extraña
visión, sin embargo, solo un Homo cosmos podría sacarnos de la duda.
Camuflado
en un rincón oscuro gracias a su traje negro lunar, Aureus lo miró con sus
pupilas rojizas brillando en la penumbra y dijo de mala gana:
—La chica me pareció
familiar, pero no estoy seguro. Quizás si veo al hermano.
—Se hospitalario con ella si
regresa. Si son ellos los neutralizaremos y borraremos de sus mentes el
recuerdo de haberte conocido. Y espero no repitas lo mismo que con Umbra,
Selenita. No vamos a dañar a los objetivos...todavía.
La
apariencia de Aureus se convirtió en un problema serio cuando él mismo dijo que
no tenía más que su ropa de la Luna y atuendos notoriamente femeninos en su
repertorio programado de prendas transformables. Bloo se vio obligada a
prestarle una sudadera y unos pantalones para hacer que se viera más
"normal". Lo hizo a regañadientes, no quería volver a estar a solas
con él en su dormitorio ni darle nada suyo; pero ella era la única que podía
prestarle algo de su guardarropa. Silver era muy alto y Mari muy voluptuosa.
Mientras buscaba, Bloo comentó con disgusto:
—Si no estuvieras loco
entenderías la diferencia entre ropa femenina y masculina. Es vergonzoso que
solo yo pueda prestarte algo de vestir ya que mi cuerpo es el más parecido al
de un chico. Y es tu culpa que sea una muchacha sin gracia, tú elegiste mi apariencia.
Bueno, tú eres horrible; tus gustos también lo son.
—¡Pero si eres
increíblemente bella! No hacía falta modificarte como ciborg...
Exclamó
Aureus extrañado. Luego se le acercó olisqueándola y agregó:
—Para mí eres omnipresente y
eterna, nunca dejaste de estar en mis pensamientos. Eres la compensación y el
consuelo de todas las amarguras de mi vida.
Bloo
respondió, sin voltearse a mirarlo:
—Toda tu vida se concentra
en este enamoramiento tonto, es morboso.
—Mi padre tiene un dicho:
"no hay plenilunio sin sizigia". El Sol, la Tierra y la Luna deben
estar perfectamente alineados para que haya Luna llena. La vida es igual: si no
estás en conjunción con alguien, tu vida no estará completa.
La muchacha
se frotó las sienes ya exasperándose, diciendo:
—Y para eso se ponen un
implante en la frente y piensan al unisonó...Hay algo más que me angustia...
¡¿Eres Lini?! Si eres Lini...es nauseabundo, hace apenas unos días estaba
arrullándote en esa cama y ahora quieres...Ahí mismo...
—¿Cómo sabes que quiero
hacerlo ahí? Me daría igual en el piso o la pared.
Ella por
fin lo miró y respondió indignada:
—Que una mujer tenga algo
con el niño que crio, sea o no suyo, no tiene nombre.
Aureus
apoyó un puño en la cadera, alzó un extremo de la boca en gesto sarcástico y
dijo:
—¿Entonces qué es el
incesto?
Bloo dio
unos pasos hacia atrás, sin poder creer lo que escuchaba, y salió de la
habitación a toda prisa. Ante la puerta se encontraba Silver arreglándose las
mancuernas de plata de los puños de su camisa, grabadas con el logotipo de la
casa Silverlight, una "S" y una "L"; luego entró a la
habitación y miró fijamente al selenita que dijo devolviendo la mirada:
—Nunca la obligué o la dañé.
Estábamos enamorados, créanlo o no.
En medio de
esa tensa situación apareció Mari anunciando la llegada de los hermanos. Silver
apartó a los dos de su camino y decidió salir él mismo a saludarlos en el café,
donde Bloo les tomaba la orden. Se acercó a Eros con respeto y dijo:
—Bienvenidos, supe que
mi...primo les hizo pasar un mal momento. Por favor, acepten un café y un
postre por cortesía de la casa, como muestra de mis disculpas.
Eros
respondió agradecido:
—¡Con todo gusto!, pierda
cuidado. Solo me gustaría saber más de ese primo suyo, ya que mi hermana sigue
tan entusiasmada con él que quizás deba darle una oportunidad. Dígame, ¿dónde
está el muchacho del jardín? Quiero conocerlo.
—Ha estado sobre ustedes
desde que entré a esta habitación.
Respondió
Silver con seriedad. Los hermanos miraron sobre sus cabezas y descubrieron al
selenita agazapado en una esquina del techo, mirándolos con una horrible
sonrisa. Eros ahogó un grito y Ziggy saludó alegremente con una mano. El
hermano mayor tomó un poco de agua, recuperó el aire y luego preguntó:
—¿Nunca han considerado
hacerle un exorcismo? Creo se está poniendo bizco...
Silver
contestó:
—Sufre de estrabismo, todas
las bestias cuya raza ha sido alterada genéticamente presentan algún defecto
como ese. Es signo de la pureza de su tara. No hay cura para él. Su morbidez
tiene únicamente dos soluciones: ignorarlo o matarlo. He intentado dispararle
en varias ocasiones, pero es rápido y letal.
Ya muy
alarmado, Eros volvió a preguntar:
—¿E-es peligroso?
—Yo lo comparo con Hittler.
Solo la inocencia de su estupidez lo hace menos ruin.
Explicó
Silver e inmediatamente Eros se excusó, pidió la comida para llevar y se fue;
arrastrando a su hermana con él. Todos creyeron que el asunto había terminado
ese día, cuando al caer el ocaso volvió a aparecer Ziggy sola. Esta vez Mari la
dejó pasar por órdenes de Silver y finalmente pudo hablar con Aureus, quien
luego de tenerla cerca durante más de cinco minutos comenzó a sentirse
profundamente repelido por lo invasiva que era con su agudo sentido analítico
que lo confundía al punto de asustarlo. Los días pasaron y la jovencita rubia
siguió visitándolos cada tarde sin falta, sin que el selenita fuera capaz de
identificarla como un objetivo debido a la incomodidad que le causaba el
tenerla cerca. Aureus ya estaba realmente fastidiado con las visitas, Silver no
le permitía estar desnudo, ni vestirse de mujer; por lo que pasaba buena parte
del día vestido como selenita y cuando venía Ziggy debía buscar lo más parecido
a un atuendo masculino para recibirla. Silver incluso llegó a exigirle que se
cortara su larga y desordenada melena rubia, pero él le respondió con un bufido
felino. Ziggy había notado la renuencia de Aureus, sin embargo, estaba segura
de que algún día iba a conquistarlo con su devoción. Solían ver juntos el ocaso
desde el tejado de la casa, y en una de esas ocasiones ella llegó a abrazarlo y
a preguntarle como una niña curiosa:
—¿Alguna vez hiciste alguna
locura por amor?
—Tuve relaciones con una
estatua de bronce y exterminé la humanidad.
Respondió
Aureus con macabra inocencia. Ziggy trató de no perder la sonrisa y opinó:
—En cierta forma me parece
muy lindo, poca gente sería capaz de sacrificar tanto por un amor. Es tan
romántico que alguien te ame más que a nada en el mundo...
El selenita
sonrió irónicamente:
—Poner la satisfacción de
tus propios deseos por encima de los derechos de todos los demás, ¿romántico?
La necesidad de hacerlo persiste en mí, y la única razón por la que no vuelvo a
perder el control es por miedo a ofenderle a ella...y quizás por no tener más
líos con mi enemigo: la máquina.
Ziggy se le
acercó emocionada y dijo con las mejillas encendidas:
—No sé mayores detalles de
la relación entre ustedes dos, sin embargo, me duele pensar en ello. Sé que
Bloo no está interesada en ti, y tú tienes...ansias. Me gustaría brindarte un
alivio, no dejas de fascinarme e intrigarme a la vez. No te lo diría nunca,
pero la desesperación me obliga a confesar...Es embarazoso...Solo piénsalo y,
si te decides, búscame mañana en mi casa a esta hora; la ventana de mi
habitación estará abierta...y yo esperando. Es algo que quiero darte solo a
ti...
Terminó de
hablar y bajó a toda prisa del tejado. Aureus se quedó un momento confundido y
después fue a contarle todo a Mari, a quien consideraba experta en el tema.
Ella lo escuchó fumando en un sillón y luego dio su consejo:
—Si quiere pasar la noche
contigo, fornícala y ya está.
Aureus
respondió, desde un rincón oscuro:
—No puedo, alteraría la
historia. Al escucharla hablar así la reconocí como el miembro de Alma
Colectiva que el robot busca. Se supone que ella perderá la virginidad con un
marido, que no soy yo, y él le romperá el corazón; hecho que la hará
convertirse en una mujer desalmada. Además, solo puedo hacerlo con Bloo.
—Hablamos de un revolcón de
una noche, santo de la fidelidad.
—Me refiero a ... que
mi...no se endura...a menos que sea ella. No funciona...
Mari alzó
la vista al cielo:
—Es decir que eres
impotente. Años y años de cruzar y mejorar genéticamente a los hombres y
mujeres más importantes de la Tierra para finalmente crear un alfeñique
paliducho, bizco, feo, loco e impotente. Eres la prueba viviente de que la
eugenesia y el transhumanismo estaban destinados a meter la pata y en grande.
—¡Puedo hacerlo, pero solo
con Bloo!
Respondió
Aureus indignado y prosiguió:
—Siempre me aterró la idea
de perder mi virilidad...Ríete si quieres, pero para mí es algo muy serio, un
derecho que me negaron mucho tiempo bajo el capricho de una madre represiva.
Nunca me atreví con mi esposa u otra mujer porque tenía miedo de que se rompiera
o algo...La única mujer a la que le confié mi intimidad fue a Bloo, porque la
conocía mejor que a ninguna otra y me sentía protegido por ella.
Exhalando
una bocanada de humo, Mari dijo:
—¡Vaya pedazo de idiota
inseguro que vino a ser mi descendiente! Olvida por un momento la misión de
Silver y no desaires a la chica, no cambiarás la historia de golpe por esto.
Solo apaga la luz y piensa que lo haces con Bloo. Aunque creo que ustedes los
Cosmos ven en la oscuridad...Pues bien, solo cierra los ojos y méteselo. Piensa
que quizás esta muchacha sea la cura para tu obsesión. Bebé, por algo la gente
suelta frases como "en el amor no hay que pensar" o "el amor
siempre te hará sufrir". Quieren decir que para tener pareja a veces debes
bajar tus expectativas, no puedes desperdiciar la vida esperando a la
"muñeca de tus sueños" que te mimará, debes conformarte con lo que
hay a la mano y ser lógico...
La lógica
no era una palabra que se podría relacionar con Aureus, quien antes de que Mari
terminara de hablar desapareció como tinta diluyéndose. Pasaron dos días sin
que nadie volviera a saber nada de él o de Ziggy, Mari comenzó a creer que se
habían fugado juntos y estarían retozando en algún escondite; hasta que una
noche Bloo se levantó a beber un vaso de agua, sentándose a la orilla de su
cama con los pies colgando un poco. De pronto sintió que le acariciaban un
tobillo. Se escondió bajo las sábanas asustada y finalmente se armó de valor y
miró bajo la cama sin bajarse de la misma. Así, casi colgada de cabeza, se topó
con la mirada siniestra de Aureus que dormitaba debajo de ella. Su grito
anunció a todos que el selenita había vuelto y solía pernoctar escondido ahí,
cosa que Bloo ignoraba.
Aureus
había pasado dos días perdido en una época que no reconocía, donde lo
confundieron con un demonio y le dieron caza. Se divirtió mucho con esa
aventura, pero finalmente se hartó de jugar y regresó a descansar bajo la cama
de Bloo. Entonces todos se preguntaron dónde podría estar Siegfred. Silver tomó
cartas en el asunto y fue a buscar respuestas en la estación de policía del
pueblo. Ahí supo que la chica había sido reportada como desaparecida por su
familia, pero la denuncia no fue tomada en serio ya que los adolescentes
constantemente escapaban de sus casas. Buscó respuestas entre los amigos y
conocidos de Ziggy, solo para descubrir que ninguna de las personas que la
frecuentaban llevaba una relación verdaderamente cercana con ella y que en
realidad Ziggy no tenía amigos; pese a ser la joven más popular del pueblo.
Entonces fue a la casa de la muchacha a interrogar a su familia sin obtener
mayores resultados, pero cuando ya se retiraba fue detenido por Eros en la
puerta; quien le dijo en voz baja:
—Detective Light, la
situación es peor de lo que parece. Ayer recibimos una nota donde nos piden una
fuerte suma de dinero a cambio de Ziggy, nos han dicho que no digamos nada a la
policía, pero no disponemos de la cantidad que nos exigen y nos han dado un
corto plazo de tiempo para recogerlo. Realmente no creemos que podamos
conseguirlo antes de lo acordado y creo que necesitamos ayuda pronto...
Silver lo
miró con frialdad y le respondió pidiéndole que guardara la calma, ya que él
trabajaría en el caso. Volvió al café y ahí revisó los registros de las
diferentes cámaras de seguridad que había instalado en el pueblo. Así supo que
la joven desaparecida había escapado de su casa de noche, probablemente para
buscar a Aureus, y fue interceptada por dos sujetos que la condujeron en
dirección a la zona del pueblo donde desafortunadamente Silver no había
colocado aparatos de vigilancia. Decidió ir inmediatamente al área y al solo
estacionar el Cadillac fue rodeado por unos diez hombres armados, uno de los
cuales hizo un disparo de advertencia para que se fuera, estaba en una zona
controlada por una pandilla de criminales. Sabía que era capaz de matarlos a
todos de ser necesario, pero no le convenía llamar tanto la atención. Volvió al
café y nuevamente revisó sus datos sobre el pueblo y las últimas actividades de
Prometheus en la región. Descubrió que los supervisores Homos cosmos tenían un
estado de alerta moderado y, esforzándose más que nunca en sus pesquisas, logró
identificar a unos supervisores infiltrados en el pueblo y comenzó a espiarlos;
logrando escucharlos decir en una conversación que solo estaban ahí para
estudiar qué podría estar alterando la historia conocida ya que, aunque esta
había cambiado levemente, Ziggy volvería sana y salva a casa pues solo había
huido con un novio. En ese momento, Silver obtuvo información que ni siquiera
Prometheus tenía; sabía dónde estaba Ziggy en realidad y que ni la policía
local ni sus padres y hermano serían capaces de rescatarla, por lo que la única
explicación lógica del retorno de la muchacha sería la intervención "la
familia". De modo que se habían convertido secretamente en parte de la
historia oficial aprobada por Prometheus. Convocó a todos en el campanario del
pueblo, incluso a Jarilo "Pete" Marzanna, y les mostró la zona en que
tenían cautiva a Siegfred mientras les explicaba la situación. Los demás se
miraron dudosos entre sí y finalmente Mari habló:
—¿Cómo se supone que vamos a
sacar a Ziggy de ahí? Tú, el extraterrestre y Bloo quizás se las puedan
arreglar bien ahí, ¿pero Pete y yo?
Silver
replicó seriamente:
—Marzanna puede
arreglárselas solo. He sabido que no será la primera vez que se ve en una
situación violenta. Usted deberá adoptar su apariencia Homo cosmos y confiar en
el arma que le entregué. Debemos sacar a esa joven viva sin importar los medios
que usemos. Ya sabemos que habrá éxito, en esta ocasión no vamos en contra del
destino sino siguiendo su cauce, de modo que no se preocupen por el proceso.
Simplemente actúen.
Mari volvió
a tomar la palabra:
—¿Cómo hago para
transformarme en Cosmos? ¿Dónde se enciende esto?
Silver se
le acercó, le tomó la oreja con el zarcillo que le había entregado y se la
haló; haciéndola transfigurarse en una versión Homo cosmos de sí misma; usando
la vestimenta negra de los selenitas, con los ojos siniestros y la piel pálida
de porcelana, pero conservando aún los cabellos rojizos. Bloo y Pete Marzanna
la miraron horrorizados, y Aureus la abrazó; comenzando a llamarla
"mamá" desde ese día. Luego de esto, Silver dijo a todos que debían
entrar en acción de inmediato. Los demás se miraron entre sí con dudas, pero
aceptaron seguir por la victoria pronosticada.
Se
dirigieron al lugar en el Cadillac, estacionaron a varias cuadras de la zona y
desde ahí se acercaron caminando a través de callejones solitarios. Al llegar a
donde pululaban más lugareños se ocultaron en una buhardilla abandonada y
Silver pidió al grupo dividirse para buscar en cada casa con mayor rapidez. Por
un lado, fueron él, Bloo y Aureus, ya que la competencia por estar junto a la
morena se estaba volviendo crónica; y por un tiempo les fue fácil registrar los
alrededores gracias a la agilidad felina del selenita, que rápidamente atrapaba
víctimas y las inmovilizaba, hasta que alguien tuvo la oportunidad de patearlo
en la entrepierna e inmediatamente se desmayó de dolor y miedo. Por lo que Bloo
tuvo que llevárselo cargado a un sitio seguro mientras le decía cada insulto
que conocía y Silver debió seguir solo. Por otro lado, fueron Mari y Pete.
Estos últimos fueron los que mejor se desempeñaron en la misión, ya que
mientras Silver, Bloo y Aureus iban irrumpiendo por las casas y sembrando el
terror entre los moradores que terminaban inconscientes por obra del hombre
artificial; Pete y Mari lograron explorar la zona y pasar desapercibidos, ya
que la coordinación exacta en los movimientos del cuerpo ciborg de Pete le
permitía moverse en perfecto silencio y Mari se limitaba a buscar pistas,
oculta en la oscuridad. En un momento, llegaron a un prostíbulo y encontraron
una habitación llena de jóvenes secuestradas. Luego de pensarlo un poco
decidieron liberarlas además de buscar entre ellas a Ziggy, Mari las sacó a
través de una ventana mientras Pete le cubría las espaldas desde lejos. La
pelirroja trató de ocultar el rostro en todo momento para no asustarlas
mientras buscaba a la desaparecida entre las chicas, sin encontrarla. Al salir
la última, le preguntó si había más muchachas raptadas en esa casa. Ella le
respondió que faltaba una que estaba en "la sala de entrenamiento".
Mari se volvió a mirar a Pete y él espero a que volvieran a quedarse solos.
Luego se le acercó y sacó de un bolsillo de su sobretodo un puñado de cuchillas
de las que usaba para tallar, la miró a los ojos y murmuró:
—Una vez me preguntaste
quien soy en realidad. Soy capaz de hacer lo que creas que sea mejor hacer en
este caso. ¿Qué decides?
Mari bajó
la vista, mientras convertía su brazalete en un arma cortante de fulgor azulado
cuya longitud alcanzaba casi un metro. Pensó un momento en que la posibilidad
de que tuvieran que matar a alguien existía y finalmente hizo un gesto a Pete
para indicarle que entraran por la ventana; él la siguió. La pelirroja caminó
entre los pasillos, tumbando puertas de una patada y arrancando cortinas,
mientras clientes y prostitutas huían espantados; hasta llegar a un cuarto
oculto bajo unas escaleras. Lo abrió destrozando la cerradura con su arma y
dentro encontró a una mujer mayor temblando en una esquina, tres hombres
confundidos cubriendo su desnudez con las manos y a una chica muy joven. Mari
apoyó la punta de su arma en el piso por un momento y se recordó a sí misma en
su primer trabajo fuera de su casa paterna. En ese instante, la mujer sacó una
escopeta de detrás de un sillón y le disparó. Mari trató de esquivar el ataque,
pero algunos perdigones le alcanzaron un brazo; y aunque no la hirieron
realmente gracias al material selenita que conformaba su ropa, si le provocaron
bastante dolor. La mujer de la escopeta se disponía a disparar de nuevo cuando
Pete le atravesó el corazón con una cuchilla, lanzándosela desde la puerta.
Mari se había olvidado de los tres hombres hasta que comenzó a ver como uno por
uno iba cayendo muertos. En un inicio no sabía por qué, luego notó que todos
tenían una cuchilla clavada en alguna parte de la cabeza. Marzana ocultó la
mirada bajo el ala de su sombrero de mayordomo y pidió a Mari que sacara a la
chica mientras él recuperaba sus cuchillas, no quería dejar evidencias; de esta
forma dejó claro que tenía experiencia en eso. Minutos luego, ambos se
reunieron en un callejón cercano y ahí Pete lavó las cuchillas en un caño de
agua roto mientras Mari decía totalmente nerviosa:
—La chica me juró que no le
contaría a nadie sobre nosotros, pero... ¡pero se lo merecían! ...Silver sabrá
evitar que sepan que fuimos los culpables de esta masacre... ¿Verdad?,
todo...todo estará bien. ¿Crees que afectamos el futuro?
—No me ha enviado ningún
mensaje diciendo que hicimos algo fuera de lugar. De todas maneras, ¿por qué te
preocupas? Si se lo merecían, entonces no deberías sentirte culpable. Mándame a
la silla eléctrica. ¿A cuántas chicas habrán violado y prostituido antes?,
¿podíamos esperar a que las autoridades competentes hicieran algo mientras
seguían abusando de la chica? Si no la sacábamos de ahí lo más pronto posible,
hubiéramos sido tan miserables como ellos. Y si no matábamos a todos, luego
ellos nos cortarían el cuello a nosotros. Es como el dilema de Heinz, Mari. Un
conflicto entre justicia y compasión...
Respondió
Pete en forma sombría. Mari masculló:
—¿Alguna vez habías
asesinado antes? ...Mejor no me respondas si no quieres...pero dime con
sinceridad, ¿realmente no sientes remordimientos ahora mismo?
Preguntó
Mari y Pete replicó:
—¿Le preguntarías lo mismo a
un soldado luego de acribillar a sus enemigos en batalla? Si yo no hubiera
llegado, ¿acaso los habrías matado tú?
Mari
titubeó un momento y después dijo:
—Sí...Sí y eso es lo que más
me mortifica. Estamos llenos de ira, tensión, resentimiento...No sé tus
razones, pero conozco las mías...yo tenía un buen futuro. Era la hija del
abogado del pueblo y la mejor de mi clase...
—¿Eras una buena estudiante?
Preguntó
Pete interrumpiéndolo con curiosidad, Mari explicó:
—Me eligieron como
estudiante modelo de la escuela dos años seguidos, hasta que...Tú sabes. Ahora
mi familia actúa como si estuviera muerta. No sé si realmente las rescatamos.
Luego de mi propia experiencia, quedé marcada para siempre y puede que con ellas
sea igual. ¿Qué mierda puedo ser ahora? Seguramente volveré al plató. Es lo
único en lo que podría sobresalir, es mi realidad...
Pete rio
para sus adentros y dijo:
—¿Vas a permitir que los
demás te digan quién ser? Tú eres aquello por lo que te esfuerzas y demuestras.
Si la gente dice que eres una fracasada y tú lo aceptas, lo serás. Pero no
culpes a los otros, fue tu decisión no contradecirlos. Además, dudo seas tan
buena en la cama...Sácate esa idea tonta de la cabeza. Tus admiradores solo se
excitaban al verte porque eras una mocosa sacada de una escuela secundaria,
¿qué podrías saber del sexo?
Entonces
Mari protestó:
—Lo mío...era instintivo,
innato. Vino con mi capacidad de crear soluciones ingeniosas a los problemas
cotidianos, uno de los cuales es la búsqueda del placer carnal. Para mí el sexo
es algo más cercano a la ciencia y al arte que a la torpe diversión que la
mayoría conoce. Me alegra que pienses que podría triunfar en algo más, pero no
menosprecies mi talento en “esa materia”.
Pete se
caló el sombrero y dijo:
—¿Piensas asombrar a un
bisexual que perdió la virginidad antes de los diez años? No eres la única con
una infancia arruinada y “talentos” peleados con la ley. Total, no voy a
juzgarte, nunca lo hice. La fórmula exacta de la moral no existe, no en un mundo
tan disparatado. Entonces, sabemos que yo soy un psicópata y tú una profesional
del sexo, no sé si algún día podremos regenerarnos, pero creo que al menos
tenemos cierto nivel de intimidad entre nosotros. Podríamos ser amigos, no
precisamente del tipo de amigos que follan, pero de los que pueden verse a los
ojos aun sabiendo las cosas terribles que hicieron y son capaces de hacer.
Ambos estamos cansados, tenemos mucho que olvidar; y una vida sencilla en un
pueblo tranquilo, con amigos confiables, es lo único que anhelo ahora.
Presa de la
confusión y el nerviosismo del momento, Mari trató de buscar refugio en la
amistad que Pete le estaba ofreciendo. Pero su idea distorsionada del cariño y
su necesidad de afecto en ese momento la llevaron a abalanzarse sobre él y
tratar de besarlo mientras lo hacía poner las manos sobre su cuerpo. Pete la
tomó de las muñecas y la apartó diciendo:
—¡¿Qué haces?! Pese a tu
desarrollo, sigues siendo una chica de secundaria. No quiero agregar un cargo
de estupro a los seis cargos de homicidio que me gané esta noche. Además,
mírate...luces como uno de esos selenitas...
Mari
consiguió zafarse de él y se quitó brazalete para luego convertirlo en una
cinta larga, mientras decía:
—Veo que, después de todo,
el tal Aureus ha sido bastante respetuoso con Bloo. Por desgracia para ti, yo
no soy como él sabiendo que tengo la tecnología de mi parte.
A
continuación, usó la cinta como un látigo y le envolvió los brazos para luego
arrastrarlo con dificultad hasta un poste telefónico, donde lo terminó de
inmovilizar. Pete se echó a reír y comenzó a burlarse por la desesperación con
que Mari intentaba intimar con él, hasta que ella le abrió el cierre del
pantalón y él se dio cuenta de que todo iba en serio. Trató de liberarse con
todas sus fuerzas, pero fue inútil. En tres segundos pensó bien la situación y
decidió que no sería mala idea consolar a la pobre joven esa noche.
Mientras
tanto, Silver era ya el único que seguía buscando a Ziggy; puesto que Aureus
estaba fuera de combate, Bloo había tenido que sacarlo de la zona, y Mari y
Pete desertaron para conocerse en el sentido bíblico. Todo el esfuerzo por
encontrar a la chica desaparecida parecía inútil hasta que Silver vio a una
joven vendedora de cigarrillos vistiendo uno de los delicados accesorios rosa
de Ziggy. Inmediatamente le preguntó dónde había conseguido ese adorno y ella
huyó corriendo. La persiguió hasta llegar a un callejón sin pavimentar donde
solo había dos casas y una de ellas era la vieja vivienda que el alcalde le
había donado a Umbra para que no deambulara por las calles. El demente se
bamboleaba en el pórtico de su residencia, mirando al visitante mientras
cantaba el jingle con que en el futuro se publicitarían a los
robots viajeros de la prestigiosa casa Silverlight:
—¡Es un auténtico
Silverlight!, ¡con la eficiencia y elegancia de siempre!
Silver lo
ignoró y se asomó a la casa del frente. Una vieja salió a recibirlo entre
insultos, negándose a decir donde estaba la chica de los cigarrillos; quien
apareció de nuevo con su regordete padre armado con un azadón. El hombre trató
de atacar a Silver y él lo esquivó sin pestañear siquiera, arrebatándole la
herramienta con una mano y levantándolo del cuello con la otra. El hombre tragó
saliva y murmuró, señalando a Umbra:
—Él la mató. Nosotros solo
tomamos el bolso que dejó tirado frente a su casa.
El hombre
de negro no lo liberó, lo arrastró del cuello hasta Umbra y preguntó secamente:
—¿Dónde está el cuerpo?
Umbra se
echó a reír y el hombre del azadón negó saberlo. Silver lo arrastró por toda la
nauseabunda casa buscando pistas sobre el paradero de la chica, sin encontrar
nada. Luego volvió a levantar al hombre del azadón estrellándolo contra una
pared y lo amenazó:
—Si usted me está mintiendo
será su cuerpo el que nunca más será encontrado.
—¡Se lo juro!, la pandilla
intentó secuestrarla en un inicio, pero él se la robo y la metió a su casa. La
oímos gritar toda la noche, sus lamentos fueron apagándose hasta desaparecer y
al día siguiente recogimos el bolso del frente de la casa. La pandilla la dio
por muerta, pero siguieron cobrando el rescate y nosotros mejor no nos metimos
en el asunto...
Balbuceó el
hombre. Silver lo lanzó contra el piso con tanta fuerza que lo desmayó.
Entonces vio algo extraño, un gran armario que había sido movido hacía poco; a
juzgar por el rastro que había dejado a su paso entre los desechos que cubrían
el suelo. Lo apartó rápidamente y detrás encontró una amplia sección de la
pared cubierta con cinta adhesiva. Golpeó la superficie y al oír un sonido
hueco la derribó de una sola patada. Dentro yacía Ziggy, sucia, atada y
aparentemente muerta. Pero entonces abrió los ojos y sonrió al reconocer a
Silver. El hombre de negro la sacó en brazos y la llevó a su casa paterna
mientras ella luchaba por mantenerse despierta. Entró sin responder a las
preguntas que le hacían, deposito a Ziggy en un sofá, sacó su arma y con rapidez
maquinal disparó a los padres y al hermano mayor justo en la frente. Haciendo
que todos cayeran desmayados. Eros ya estaba neutralizado, los padres
inconscientes y solo le faltaba Ziggy. Puso el cañón del arma sobre la frente
de la muchacha y disparó, pero entonces un resplandor azulado la envolvió y la
bala que contenía el aparato que debía implantarle rebotó sobre su piel. Ziggy
entreabrió los ojos y murmuró:
—Sé que lo haces por una
buena razón, lo presiento. Te ayudaré, pero antes dime algo... ¿Has oído la
historia de mi madre y el platillo volador? Solo quiero saber...si es verdad.
Si es cierto que hay hombres que no nacieron en la Tierra. Quiero saber toda la
verdad, sin importar que tan descabellada sea.
El SL30 la
miró sin lograr comprender por qué estaba sucediendo eso. Sin previo aviso, la
besó mientras ella simplemente se dejaba llevar; como una niña, como si ya
supiera que esa era la forma en que los robots SL tomaban muestras de ADN y las
examinaban. Después, Silver respondió fríamente:
—El 50% de tus genes no son
Homo sapiens. Tu verdadero padre es un selenita.
Luego se
sentó a su lado y comenzó a explicarle en qué consistía su misión y por qué
había decidido llevarla a cabo. Al terminar, la propia Ziggy le pidió que la
neutralizara y Silver lo hizo; sintiendo que había algún error en el proceso
que estaba ejecutando, aunque sabía que realmente no había tal. Su mente
robótica no conoció el nombre de la compasión hasta esa noche. Al salir el sol,
Ziggy y su familia despertaron confusos por el ruido de varias sirenas de
policía; mientras el detective Light explicaba lo supuestamente sucedido a sus
colegas: que Ziggy estaba secuestrada por un novio abusivo, pero logró escapar.
Unos paramédicos llegaron a revisar a Ziggy y luego la dejaron sentada,
envuelta en una manta; en un punto Silver se le acercó lo suficiente para que
ella le tomara una muñeca y le dijera en voz muy baja mientras los demás los
ignoraban entre el bullicio de reporteros, vecinos curiosos y policías haciendo
preguntas:
—Sé que no fue un sueño,
SL30. Pero también sé guardar secretos.
Incapaz de
formular una respuesta a las palabras de la muchacha, Silver la miró fijamente
y luego se alejó en silencio.
Poco
después, “la familia” supo que todo sucedió a a raíz del error de Ziggy al
escapar de su casa para buscar a Aureus; información que los supervisores de
Prometheus obtuvieron, aunque inexacta. Los pandilleros la vieron esa noche,
pensaron que les daría dinero fácil, pero todo se les complicó cuando el loco
Umbra les hurtó la presa. Fue así como la llevó a su casa y se sorprendió por
la amabilidad de la joven, pero en su delirio imaginó que para protegerla de
los secuestradores debía emparedarla viva. No se levantaron cargos contra Umbra
ya que era un enfermo mental, pero lo confinaron a un asilo psiquiátrico por
seguridad. La salud de Ziggy estuvo fuera de peligro en poco tiempo y toda la
calle frente al hospital del pueblo se llenó de ofrendas florales, osos de
felpa y cartas deseándole que se mejorara pronto. Un enorme retrato suyo
rodeado de velas se colocó ante la iglesia para que los vecinos fueran a rogar
por su pronta recuperación, de repente todos eran sus más cercanos amigos y
daban entrevistas sobre esto. Las noticias también mencionaron el macabro
hallazgo de varios cuerpos acuchillados que fueron lanzados en un arroyo
cercano, pero misteriosamente no se hicieron mayores averiguaciones del asunto.
Aureus probablemente ni siquiera se enteró de todo lo sucedido luego de
lastimarse su preciada hombría, pero estaba feliz ya que Bloo comenzó a ser más
condescendiente con él. Bloo de hecho ideó ponerle el viejo sombrero puntiagudo
de su madre con que disfrazaban a Lini y un abrigo raído olvidado por un
jardinero que llegó a cenar al café para disfrazarlo como un campesino y así
darle un poco más de libertad. La solución no fue tan buena como ella esperaba.
Aureus aceptó usar las prendas, pero las mezcló con lo que él consideraba
"bonito", esto era cualquier cosa de colores chillantes; así pasó de
ser un escalofriante ser andrógino similar a un alienígena, a ser un
escalofriante ser andrógino similar a un duende-espantapájaros-loco-alienígena;
por lo que Bloo siguió ocultándolo de los vecinos, aunque le permitía salir así
con ella para vagar por la montaña. La reacción de Silver ante todo lo sucedido
a causa de Siegfred fue la más extraña. Fue al hospital acompañado por Bloo,
solo para pedirle a Ziggy que por favor no volviera a poner un pie en su casa. La
chica aceptó con lágrimas en los ojos y pidió disculpas por su actitud. Luego
tomó la mano de Silver y la besó agradecida, diciendo:
—Realmente, casi no hemos
intercambiado palabras, Silver, pero has sido lo más parecido que he tenido a
un verdadero amigo. Me has salvado la vida. No lloro por tu prohibición. Solo
me entristece haberte decepcionado.
Por primera
vez en su "vida", el soporte lógico de Silver le indicó que en ese
preciso momento y con esa determinada persona era necesario el contacto físico
y no una respuesta verbal. Se acercó la ella, la abrazó unos segundos, luego la
soltó y se fue en silencio. Siegfred lo vio irse cubriéndose la boca para
ahogar el llanto. Bloo tuvo que correr para alcanzarlo y mientras lo hacía
deseó haber metido a Ziggy de regreso al agujero de donde la rescató su adorado
hombre artificial.
11. Padre
Con el
tiempo el reencuentro de Bloo con Aureus tomó un giro inesperado. Poco a poco
ambos comenzaron a congeniar debido al carácter inmaduro del selenita y a que
la propia Bloo también era bastante infantil. Ella no tardó mucho en deducir
que el famoso duende que buscaba con tanto ahínco siempre había sido Aureus IV
vestido andrajosamente con el sombrero de Nana, merodeando los alrededores de
un manantial perdido en los bosques que no era otra cosa que su guarida.
Resolver el misterio la decepcionó un poco, pero aún tenía razones para estar
metida en los matorrales: no podía dejar al selenita suelto y sin supervisión.
Las travesuras de Aureus hacia los lugareños iban desde juegos tontos de
escondite hasta trampas verdaderamente malévolas, induciendo a la gente a
perderse en el bosque; aparentemente no tenía ninguna compasión por sus
víctimas y Bloo sabía que era debido a que estaba casi completamente loco a
causa de su pasado, por lo que no podía culparlo realmente de su conducta. Cada
tarde iba tras él con la excusa de cuidar que sus juegos retorcidos no se
pasaran del límite, aunque en realidad ella también disfrutaba de las correrías
en el bosque. Gracias a esto estaba recuperando su niñez truncada por el
encuentro con Silver y comenzó a ver al selenita ya no como a un monstruo
temible sino como un simple chico inquieto con el que se divertía vagando en su
sitio favorito.
Mari estaba
más tranquila desde que Aureus dejó en paz a los camioneros, pero le preocupaba
que pasara tanto tiempo a solas con Bloo. Ella y Silver sabían que el selenita
no era tan caótico en sus actos como pretendía ser, había hecho renacer a Bloo
y no impidió que el SL30 la convirtiera en un ciborg; muy probablemente porque
el nuevo cuerpo fuerte y resistente de la muchacha le permitiría dar a luz con
toda seguridad. Él solo tenía que esperar el momento exacto en que su hijo
perdido tendría que ser engendrado nuevamente y hacer su parte. Silver y Mari
conocían esa posibilidad, aunque no la tomaban muy en serio ya que Bloo y
Aureus no mostraban ninguna conducta erótica entre los dos. Solo eran un par de
idiotas correteando entre los matorrales. Sin embargo, en realidad no había
forma de predecir qué sucedería el día en que se debiera concebir al hijo que
los dos tuvieron en el pasado borrado y nadie, excepto Aureus, sabía cuándo
llegaría ese momento.
Así pasó un
mes de relativa calma hasta una tarde fría y lluviosa en la que Aureus y Bloo
no se animaron a salir al bosque, sino que se quedaron jugando a las cartas
acurrucados junto al fuego de la hoguera mientras Silver los vigilaba
discretamente sentado en un sillón; fingiendo que leía un periódico local. Mari
se aburría esperando clientes y se quejaba de los demás por no preocuparse por
el café familiar, cuando respondió a una llamada que le devolvió el buen humor.
Era Pete avisándole que llegaría a verla y que tenía que pedirle algo muy
especial. Fue corriendo a su habitación y regresó en poco maquillada y vestida
con ropa sensual, cerró el café y pidió a los demás que se fueran de la sala de
estar para poder atender la visita a solas; pero Aureus tenía frío y se negó a
alejarse del fuego, Bloo quería seguir jugando con él y Silver no estaba
dispuesto a dejarlos solos. De modo que nadie se movió y Mari comenzó un
griterío que terminó cuando alguien tocó a la puerta y abruptamente adoptó una
actitud dulce y femenina mientras corría a abrir, más la escena idílica de la
joven novia recibiendo al novio terminó cuando abrió la puerta y se encontró a
Ziggy agitando una mano para saludarla con una amplia sonrisa. Tras el primer
impacto vio a Pete como nunca se lo hubiera imaginado: vestido en traje de
negocios con el cabello recogido sobre la nuca y sin ninguno de sus aretes
puestos, lucía casi exactamente igual a Silver. Luego de un breve saludo Ziggy
notó que Silver, Bloo y Aureus estaban incómodos por su presencia, por lo que
Pete procedió a explicar; mientras se desataba el cabello y la corbata, y
volvía a ponerse la docena de aretes que se repartía entre una ceja y las
orejas:
—Tengo una buena noticia,
acabo de cerrar un negocio muy importante con una compañía. Será un trabajo un
poco pesado modelando unas piezas para ensamblaje, pero es algo bastante mejor
remunerado que ser empleado de funeraria.
Silver
opinó:
—No comprendo su interés por
conseguir empleo en este pequeño pueblo, sus esfuerzos son innecesarios. Supe
que usted es el hijo mayor de un petrolero con una cuenta bancaria de 15,000
millones de dólares.
El resto de
los presentes, a excepción de Aureus que bailoteaba en una esquina perdido en
su mundo, miraron Pete con la boca abierta; Mari de hecho parecía verlo con
hambre. Pete alzó la vista al cielo y explicó:
—Más allá del dinero, el
hombre tiene necesidad de logro propio...Y mi padre casi me desheredó luego de
que me arrestaran por el asunto de los asesinatos. Además,
este es un trabajo interesante: un proyecto innovador que combina el arte, la
tecnología y lo liberal. Verán, esta compañía produce "muñecas de
amor"; algo así como una muñeca inflable pero hecha de materiales que
pretenden simular el cuerpo humano de la forma más perfecta posible. Incluso
usan partes electrónicas para que parezcan respirar o imiten la temperatura de
un cuerpo vivo. Yo me encargaré de esculpir los modelos, confeccionar las
piezas y prepararlas para que sean ensambladas en una fábrica. Cada muñeca vale
una pequeña fortuna.
Mari se
rascó la cabeza y dijo:
—Me suena morboso. Se trata
de hacer mujeres cuadrapléjicas artificiales para violarlas, parece algo
importado directamente de "Aureuslandia"...
Entonces
Bloo observó:
—Creo que Pete es la
conexión entre el verdadero Silverlight y este pueblo...Es parecido físicamente
a él y trabajará con lo que puede ser un precedente lejano de lo que serán los
androides como el SL30. Quizás tu nuevo trabajo influya en tu futuro hijo que
con el tiempo se convertirá en el padre de la robótica lunar.
Guardándose
la corbata en un bolsillo, Pete se rio diciendo:
—¿Es decir que soy el papá
de Silver? Me parece genial, se ve muy formal y todo.
Silver
objetó:
—No sabemos si Marzanna
realmente pudo escapar de la Luna y llegar a este pueblo en la historia
original, o si logró dejar descendencia. Sin embargo, su parecido físico con
Alloy Silverlight y su conexión con los robots humanoides son demasiado obvias
para ser una coincidencia.
Entonces
Siegfred se atrevió a decir, con timidez:
—Quizás tú tampoco eras
parte de esa historia original, Silver, quizás hay muchas cosas sobre nosotros
mismos que ahora ignoramos. No sé por qué, pero creo que todos en esta sala
estamos conectados de alguna forma...Esa es la razón por la que estoy aquí...por
la que le rogué a mi hermano le pidiera a Pete que me diera un empleo como su
asistente. Quiero estar cerca de ustedes...
Todos la
miraron sin saber que responder hasta que Mari protestó:
—No me gusta que esta chica
pase metida en tu casa, Pete. Y, a decir verdad, lo que realmente me molesta es
que no hayas pensado antes en mi como tu ayudante.
Luego se
sentó en un sillón cruzada de brazos. Pete se apoyó en el respaldo del mueble
en que estaba sentada y le dijo, besándole la frente:
—Tú eres la musa de este
pobre artista, cada curva que esculpa será inspirada en tus formas. No me
molesta que otros hombres tengan copias de tu figura mientras yo tenga siempre
la original. Ahora, sobre mi nueva ayudante, no te preocupes ya que soy un caballero
y además la señorita está comprometida en matrimonio.
El resto de
los presentes miró a Ziggy con sorpresa, a excepción de Aureus que seguía
bailoteando en una esquina ignorando a los demás. Mari exclamó:
—¡Pues en hora buena!
Cuéntanos quién es el afortunado, ¿cómo lo conociste?
Siegfred se
cubrió las mejillas con las manos avergonzándose de estar sonrojada, y
respondió:
—Tuve mucha suerte. No sabía
casi nada del amor, luego que Aureus me rechazara y que intentara olvidarlo con
Umbra, obteniendo resultados terribles...
En ese
momento todos la miraron sorprendidos, incluso Aureus, y ella siguió su relato:
—...me di cuenta que debía
abandonar la idea de tener un romance con un Homo cosmos. Desde entonces
comencé pensar en intentarlo con un Sapiens. Una tarde acompañé a mi madre a
visitar a una amiga y me presentaron a señor muy serio...Luego su madre me pidió
que lo visitara alguna vez, varias personas también me aconsejaron y… bueno,
nos vamos a casar. Él es el dueño de la tienda de informática del pueblo, se
llama Norman.
Todos
guardaron silencio hasta que Aureus dijo con indiferencia:
—Ya sé quién es tu novio, y
quien será. Te abandonará en cuanto dejes de ser una novedad pues es un
mujeriego empedernido y padre de más de algún bastardo, para colmo también será
miembro de Alma Colectiva. ¡Vaya elección, eres idiota perdida!
Al terminar
de hablar, volvió a su bailoteo con otra de sus risitas maliciosas. Pero lo que
no se imaginaba fue que su actitud iba a encender la ira de Ziggy, que aún no
sanaba las heridas causadas por su desprecio. La jovencita rubia se levantó de
donde estaba sentada y fue directo a él para darle un puñetazo con todas sus
fuerzas, a la vez que varios objetos de cristal en la habitación estallaban, y
luego decir:
—Mientes...Y si no mientes
eres estúpido o demasiado cruel. Si Norman tiene un hijo entonces lo adoptaré
como mi primogénito. No me importa que haya hecho en el pasado ya que ahora
está conmigo. Y si es un miembro de Alma Colectiva...
Se calmó un
poco y siguió diciendo, como con resignación:
—Si lo es entonces no
importa...Yo no soy como tú, Aureus. Prefiero que mi destino sea la soledad
antes que el destino de la humanidad entera sea la extinción. Silver...Si es
necesario que lo neutralicen háganlo, pero por favor investíguenlo muy bien antes
de decidir tal cosa.
El SL30 se
levantó de su asiento y dijo fríamente mientras se dirigía a su despacho para
comenzar su trabajo:
—Te prometo que en esta
misión pondré todo mi esmero y no actuaré hasta convencerte totalmente de que
mi objetivo es el correcto.
En los
siguientes días Silver descubrió que los recuerdos de Aureus parecían
acertados. El sospechoso, un informático flaco y medio calvo de casi cuarenta
años, no solo había tenido un hijo fuera del matrimonio; en realidad era el
presunto padre de al menos otros veinte niños que jamás reconoció como suyos.
Aparte de eso, el hombre aparentaba ser bastante normal y hasta algo aburrido.
Norman tenía un negocio propio que no daba lo suficiente para vivir, pero no
era un problema para él ya que sus padres se ocupaban de darle casa y comida,
era cliente frecuente de los prostíbulos de la zona y también tenía problemas
con el alcohol; cosa que atribuía a una tristeza crónica debida a su soledad.
Desde que se graduó de la escuela, hacía un poco de dinero extra dando clases
particulares de matemáticas y fue en ese punto que Silver detectó algo raro:
Norman únicamente aceptaba dar clases a jovencitas, todas ellas hijas de madres
solteras, además exigía lo dejaran a solas con las chicas para mejorar la
atención. Las madres no veían nada raro en la petición del hombre ya que lo
consideraban muy serio y paternal. Ahondando un poco sus pesquisas, Silver
encontró apasionados poemas de amor escritos en unos papeles tirados en la
basura de Norman; dedicados a nombres que correspondían a los de algunas de sus
clientas. También descubrió Norman que jugaba con los sentimientos de al menos
seis muchachas inexpertas a la vez, prometiéndoles un amor puro y paternal que
no eras más que un anzuelo; si alguna chica le reclamaba luego por su
infidelidad, o quería dejar de darle favores sexuales, podía llegar a golpearla
y amenazarla de muerte acusándola de ser cruel con un hombre que tenía una vida
tan triste y solitaria; táctica que, para sorpresa de Silver, funcionaba en
todos los casos.
Con esa
información recolectada, se reunió con Bloo, Aureus, Mari, Pete y Ziggy en la
torre del reloj de la vieja iglesia del pueblo; desde la cual podían divisar la
casa del sospechoso. Ahí les comunicó sus hallazgos y planes. El primero en
comentar fue Pete, que reaccionó con indignación:
—¿Un golpeador de mujeres y
padre irresponsable que exige compasión? Si lo matamos le haremos un favor a
esta comunidad, no será algo malo, es justo...
Mari dijo
entre en broma y en serio mientras encendía un cigarrillo:
—¿Seguro que no hiciste
nada raro antes de mudarte al pueblo?
—Nada que un fiscal pudiera
comprobar.
Respondió
Pete robándole el cigarrillo. Aureus dijo, agazapado cerca de Bloo:
—Realmente podríamos ir y
matarlo, si voy yo nadie sabrá quién lo hizo.
Silver
replicó:
—No mataremos a nadie, mucho
menos a un hombre respetado por su comunidad. Atraeríamos demasiada atención.
Ninguna chica se ha quejado en público de la conducta del sospechoso, de hecho,
dicen que les brinda la figura paterna que les hace falta y lo adoran por los
regalos que les hace a menudo. Luego de varios fracasos debemos volvernos más
organizados. La petición de Ziggy me ha hecho pensar en el riesgo de alterar el
destino más de lo exactamente necesario si neutralizamos inocentes. Es
peligroso. Debemos atacar solo a los sujetos que sean plenamente comprobados
como futuros miembros de Alma Colectiva.
Entonces
Bloo comentó:
—Lini a menudo soñaba con un
padre que visto a través de un caleidoscopio revelaba su naturaleza monstruosa.
Puede sea él, pero hay que actuar con cautela. Después de todo, ¿abandonar un
hijo será tan malo? Yo crecí sin mis padres...
De repente
Aureus se puso de pie y habló con una seriedad extraña en él:
—Que pueda dormir en paz sin
saber si sus críos están seguros o no, es terrible.
La chica se
quedó confundida por la respuesta del selenita y Silver dijo lentamente, como
sin ganas de admitirlo:
—En esta ocasión estoy de
acuerdo con Selenita, aunque debo recalcar que creo que su amor paternal no
nace de la moral y la virtud del sentimiento humano, sino del instinto animal.
Ahora bien, estamos casi seguros de que Norman es el objetivo correcto, pero
haremos las cosas aún más seguras. Siegfred, necesito que le lleves un regalo
decorativo a tu novio y le pidas que lo cuelgue en el centro de su casa. Bloo,
usaremos el mismo método de acercamiento que se aplicó con el club de lectura.
Ve a buscar tu viejo uniforme escolar.
El plan de
Silver era simple, volvió a matricular a Bloo en la escuela del pueblo para
pedir al sospechoso que le diera clases particulares y así ponerla al día con
los estudios. De ese modo avanzaba con su misión y hacía algo que por mucho
tiempo había tenido pensado: reanudar la educación de Bloo. La jovencita morena
no estaba contenta con la idea de Silver, odiaba ser una carnada y odiaba aún
más ir a la escuela. Tampoco Aureus estaba tranquilo con la situación, comenzó
a seguir a Bloo a la escuela sin dejarse ver por los demás, pero haciéndole
saber a ella que la estaba vigilando; para eso se valía de lanzarle
piedrecillas, terrones de tierra y a veces hasta ladrillos. Bloo soportó todo
pacientemente ya que Silver no estaba dispuesto a consentir que abandonara
nuevamente sus estudios, la necesitaba ahí para atraer a su objetivo. Y el cebo
funcionó. En poco Norman notó el nuevo rostro en la escuela, que solía merodear
a la hora de salida para recoger a Ziggy, y le dio su tarjeta a Bloo. Silver lo
llamó esa misma tarde para contratar sus servicios y dos días luego Norman
llegó y se entrevistó con él. Al descubrir que Bloo estaba casada se molestó un
poco, pero echó un vistazo a la joven morena, una verdadera muñeca de carne y
hueso, y aceptó el trabajo de todas maneras. Al día siguiente llegó a la hora
acordada y pidió quedarse a solas con Bloo para estudiar, como era su
costumbre. Silver les indicó se acomodaran en la sala de estar que tenían ante
el patio interno de la casa y los dejó solos. Al inicio todo fueron conceptos y
ejercicios matemáticos hasta que él dijo:
—Eres lenta con los números,
pero todo se aprende. Tu marido es algo mayor que tú y parece un hombre muy
reprimido, ¿tanta seriedad no te deja...insatisfecha?
Bloo lo
miró sin comprender y respondió:
—Cocina bien y sirve
bastante en cada plato.
El hombre
se rio y le dijo, acariciándole una mano:
—¿Estamos hablando de lo
mismo...?
Observando
desde una cámara oculta en una vieja lampara de araña de cristal del techo,
Silver comenzó a preparar su arma, casi seguro de que en unos momentos tendría
la prueba necesaria para neutralizar al sospechoso con la aprobación de
Siegfred; pero entonces una torta de tierra se estrelló en el rostro de Bloo y
Norman logro divisar una silueta escondiéndose entre el follaje del patio, el
delicado contorno de unas largas piernas y cabellos dorados. El sospechoso se
quedó embelesado un momento y luego retomó las clases como si nada. Cuando se
despedía de Silver le comentó:
—Había escuchado que usted
tenía una hija..."especial". Creí por un momento que era una hija de
usted y Bloo, pero veo que ella debe venir de una relación pasada. Es una rubia
maravillosa, aunque tímida y traviesa. Espero me salude la próxima vez.
La
intromisión de Aureus entorpeció toda la misión, después Norman parecía como
perdido cuando daba clases a Bloo y se dedicaba a mirar todo el tiempo al patio
con la esperanza de ver otra vez a "la rubia tímida y traviesa".
Silver riñó largamente al selenita por su falla y a la mitad de una de sus
largas discusiones escuchó a una mujer desconocida tocando a una ventana y
llamando a "Lini". Silver y Aureus se quedaron un momento confundidos
y luego el hombre de negro dedujo que esa mujer pensaba que Lini era Aureus y
quería hablar con ella, lo cual podría relacionarse con la misión. Silver tomó
al selenita del cuello con su fuerza sobrehumana y lo asomó a la ventana
cubriéndole la cara con el sombrero y una bufanda, usándolo como un títere
viviente mientras imitaba su voz con una perfección digna de la máquina que
era:
—¿Quién está ahí?, ¿vende
caramelos?
La voz de
la mujer, una vieja, dijo riendo:
—Soy una amiga, he venido
para aconsejarte.
Silver se
asomó un poco por detrás de Aureus y reconoció a la madre uno de los muchos
hijos ilegítimos de Norman, continuó la plática convencido de que estaba por
descubrir algo importante:
—Bien, amo los consejos.
Dime.
La mujer
comenzó a hablarle de Norman como de un hombre muy rico que le compraría todos
los caramelos que quisiera, y que a cambio solo tendría que jugar con él a algo
muy divertido y que se sentía muy bien. Ese juego era el sexo. La vieja explicó
lo que tendría que hacer "Lini" y le dijo que Norman lo esperaba al
día siguiente por la tarde en su casa. Le pidió que llegara solo y no le
contara a nadie o no sería divertido. Satisfecho con la información, Silver
tiró a un lado al selenita; se asomó a la ventana y le disparó a la mujer en la
cara, introduciéndole brutalmente en el cráneo otro de sus aparatos de control
mental. Luego le ordenó que volviera a casa y olvidara todo, ella obedeció en
silencio. Finalmente se volteó a mirar a Aureus, que seguía tirado en el piso
aún adolorido por el impacto contra el duro suelo, adoptó una de sus poses de
maniquí y sonrió en señal de éxito ante el repudio del selenita. Esa noche
volvieron a reunirse Silver, Bloo y Aureus en la torre del reloj para planear
que hacer. Bloo opinó, mientras se hacía sonar los nudillos y Aureus dormitaba
en su regazo:
—Vamos a encontrarlo por
sorpresa y lo neutralizamos. Con este último suceso tenemos evidencia
suficiente para actuar sin temor a equivocarnos.
Silver
replicó, siempre con su frialdad al hablar:
—Puede ser que la mujer solo
haya intentado sabotear el futuro matrimonio de Siegfred creando un escándalo.
Las personas hacen ese tipo de cosas por celos y ella tiene un hijo del
sospechoso, quizás estaba enojada por no haber sido elegida como esposa por el
padre de su vástago. Podría ser que al verse solo con una niña a la que
supuestamente le dobla la edad, el sospechoso no haga nada inadecuado. En tal
caso nosotros terminaremos siendo los villanos.
Aureus
preguntó, acomodándose en las piernas de Bloo:
—Entonces, ¿cuál es el plan
para la visita de mañana?
El hombre
artificial adoptó otra de sus poses maniquíescas y pensó.
La hora de
la cita con Norman llegó, Ziggy estaba informada de todos los acontecimientos y
avisó a su prometido que no podría ir a visitarlo esa tarde. Silver lo espiaba
desde una cámara oculta en una pintura obsequiada por la novia del sospechoso y
colgada en su sala de estar, donde se paseaba nerviosamente hasta que llamaron
a su puerta y abrió. Era Bloo. Norman la invitó a pasar de mala gana y ya
sentada en un sofá, ella le contó:
—Lini me dijo que usted la
había citado este día, sin embargo, al final decidió no acudir ya que prefirió
irse a jugar sola a la parte encantada del bosque.
Norman no
respondió, encogiéndose en un sillón mientras se mordía las uñas, y entonces
Bloo tragó saliva y soltó el anzuelo:
—¿Recuerda que usted me dijo
que podíamos hablar de...cosas íntimas?
El
sospechoso guardó silencio otra vez y Silver esperó atentamente desde su
despacho, mirando y escuchando todo en una de sus pantallas holográficas. A su
lado estaba también Ziggy, esperando ansiosa por la respuesta de su novio.
Norman se estiró lentamente como un reptil, miró a Bloo con una expresión rara
y dijo:
—Tú eres amiga de mi
prometida...No te me insinúes. Es vulgar. Vuelve a tu casa.
Ziggy
sonrió y Silver ordenó telepáticamente a Bloo que regresara. Luego dijo a
Ziggy:
—Ve por tus padres y pídeles
que te acompañen esta noche a visitar a tu prometido, si no lo encuentras,
pregúntales a los padres de él donde está y ve a buscarlo acompañada de todos.
Estará en peligro de muerte.
La muchacha
lo miró sin comprender nada, pero hizo lo que le pedía.
Poco
después en la parte más espesa del bosque, Norman corría entre luciérnagas y
arabescos dibujados por rayos de Luna en la niebla. Iba tras una risita
traviesa que lo había atormentado en sueños. Una figura delicada y grácil que
corría, se ocultaba y cuando estaba a punto de alcanzarla volvía a correr dando
incluso tiempo para que no le perdiera la pista y la siguiera. Al principio era
todo diversión entre los dos, pero conforme el hombre advirtió que realmente
estaban solos y la oportunidad era perfecta, comenzó a impacientarse.
Finalmente logró acorralarla en un estrecho claro del bosque, ahí le arrancó el
sombrero y descubrió el rostro más bello que pudiera haber imaginado.
Extasiado, acarició un poco sus cabellos dorados con las yemas de los dedos mientras
comenzaba a ponerse trémulo y finalmente la tiró al piso y comenzó a bajarse
los pantalones mientras decía:
—Se acabó el juego, hoy te
enseñaré a ser una mujer.
Entonces la
preciosa niña habló con la voz grave de Silver mientras materializaba una
pistola en su mano y le disparaba justo en la frente:
—No gracias. Me gusta ser un
robot.
El SL30 se
puso de pie mientras recuperaba su apariencia real, envolviéndose en un brillo
enceguecedor, ante la mirada de Bloo que se esforzaba por mantener inmóvil a
Aureus; tapándole la boca con una mano. Cuando finalmente lo liberó, el
selenita se deslizó con movimientos felinos hasta el hombre inconsciente y dijo
con una mirada siniestra:
—Hay que matarlo, seguro
cambiará la historia para mejor.
Silver lo
apartó de un manotazo y levantó a Norman para luego echárselo al hombro,
dirigiéndose de regreso al pueblo a la vez que decía:
—He dicho que no mataremos a
nadie. Soy el supuesto padre de esta supuesta familia. Creo que eso me hace a
mí el líder, Selenita. Así que obedece.
Por un
momento, Bloo tuvo una sensación extraña, pero rápidamente fue distraída por
Aureus que le lanzó una roca directo al rostro para que le pusiera atención
mientras le decía que los siguiera si no quería quedarse atrás.
Norman fue
encontrado por su familia tirado a la orilla de una calle y fue llevado a un
hospital donde lo trataron como si lo hubiera arrollado un vehículo. Las
radiografías detectaron una leve lesión en su cráneo, pero nada que realmente
pudiera poner su vida en peligro. Ante las pruebas de la conducta deshonesta
del sospechoso presentadas por Silver a Ziggy, ella decidió romper su
compromiso con el hombre; quien reaccionó con indiferencia. Norman nunca volvió
a ser el mismo luego de su presunto accidente. Para sobreponerse más rápido de
esa nueva decepción, Ziggy se volcó en su trabajo como asistente de Pete para
pasar el mayor tiempo ocupada y lejos de sus parientes y amigos que no lograban
comprender por qué había roto de pronto su compromiso con un caballero tan
decente. Bloo sintió pena por la mala suerte de la joven rubia y se volvió más
unida a ella en la escuela, yendo a ayudarle los fines de semana en el trabajo
con Pete. En uno de esos días en que ayudaba a Ziggy a encontrar un viejo
portafolio lleno de bocetos e ilustraciones que Pete había perdido desde que se
mudó, dejó caer un fajo de fotografías que el artista recogió y se puso a mirar
con nostalgia. En una de tantas imágenes vio algo que lo hizo chasquear los
dedos y exclamar alegremente:
—¡Lo he recordado!, ¡Mira
Bloo, de aquí es de donde te recuerdo!, fue mi primer trabajo serio. Ganó un
premio hace tres años. Era exactamente igual a ti.
La chica se
acercó intrigada y vio una fotografía en la que Pete posaba junto a una hermosa
estatua de bronce a tamaño natural de una muchacha idéntica a ella. Bloo le
arrebató la fotografía y preguntó:
—¿Dónde está esa escultura
ahora?, ¿alguien te la compró?, ¿recuerdas quién fue?
Pete se
llevó una mano al mentón, pensando, y respondió:
—Pues...la vendí poco
después de haberla terminado y no recuerdo el nombre del comprador, creo que
era un coleccionista extranjero. Es extraño, a veces la escultura suele
reaparecer en mis sueños, creo haberla visto en la Luna; casi siempre asociada
con eventos que sucedieron con la pequeña Lini. Me parece que le gustaba mucho
contemplarla y jugar cerca de ella.
Esa noche,
Bloo volvió a casa alterada, haciendo que las luces de la casa titilaran a su
paso y evitando encontrarse con Aureus o Silver. Tomó a Mari de un brazo y la
llevó a la calle para decirle al oído:
—Sospecho que hay micrófonos
y cámaras por toda la casa, y espero no haya más escondidos en nosotras mismas.
Necesito pedirte un favor. ¿Todavía tienes los aparatos del futuro que
pertenecieron a Adámas?
Mari
respondió afirmativamente mientras la veía ya preocupada y Bloo agregó:
—Ayúdame a contactarme con
el rey Aureus III y acompáñame al futuro, a la Luna. Necesito saber
urgentemente que ha sucedido con Lini. Creo...que de alguna forma tu novio Pete
es mi padre.
12. Niño
Luego de
tener éxito en su última misión, Silver y "su familia" tomaron un
momento para relajarse y mezclarse nuevamente entre la gente del pueblo. El
SL30 incluso comenzó a visitar algunos bares para tomar una copa y experimentar
la vida humana, aunque eso significaría para él tragar las bebidas y luego
extraerlas intactas de su cuerpo por un orificio en el ombligo. Durante esas
solitarias aventuras, nocturnas acabó en un club de desnudistas donde una de
las bailarinas se interesó especialmente en él. Luego de un rato de charla
superficial, acompañó a la mujer a su camerino. Una vez ahí, la mujer comenzó a
besarlo y acariciarlo febrilmente, mientras él parecía comenzar a poner cierto
interés en ella al corresponderle el beso y lamer fríamente distintas partes de
su cuerpo hasta llegar a sus rincones más íntimos. Entonces se detuvo y dijo
seriamente:
—Está infectada con Clamidia
y virus del Papiloma humano. Solicite tratamiento médico, no es recomendable
continuar con esta actividad.
La mujer le
respondió con una bofetada y Silver salió de su camerino con indiferencia. Fue
a una terraza, sacó un cigarrillo y comenzó a fumarlo solo para verse más
humano ya que no le hacía sentir nada. Había descubierto que, aunque le era
físicamente imposible conocer el placer, podía experimentar algo parecido a las
emociones que quizás algún día lo llevarían a alcanzar algún clímax similar al
producido por los deleites sensuales. Estaba comenzando a darle un significado
a la información obtenida por sus sentidos robóticos, aunque aún eran
interpretaciones muy rudimentarias. Las texturas, los aromas y los colores eran
clasificados como agradables si le recordaban de alguna forma a Bloo. En
cambio, todo lo que asociaba con Aureus lo consideraba como feo o molesto.
Secretamente envidiaba al selenita porque le sobraba lo que él no tenía: la
ardiente pasión animal por la vida que lo impulsaba incluso a volverse
peligroso. Cavilaba sobre estos asuntos cuando escuchó una siniestra risita que
le pareció familiar, y al bajar la vista vio la figura espectral de Aureus
escondida en la oscuridad; como un espantapájaros de pesadilla cuya horrible
sonrisa brillaba por debajo del sombrero. El selenita estrujó algo entre sus
manos y luego lo arrojó desde donde estaba, atinando justo entre los ojos de
Silver, y luego se perdió entre la noche como un gato. El hombre artificial se
reacomodó la nariz aplastada por el impacto y, una vez reparó su rostro, miró
qué le había lanzado Aureus. Era una roca envuelta en un papel, específicamente
un afiche anunciando el concierto de una joven estrella infantil. Silver
inmediatamente recordó que otro de los personajes recurrentes en los sueños de
Lini era un niño que caía al vació para estrellarse finalmente con un
gigantesco espejo. Entonces dedujo que ese niño señalado por Aureus estaría
relacionado con ese personaje y por lo tanto era el próximo objetivo.
Esa misma
noche, Bloo y Mari habían aprovechado la ausencia de Silver para ir a casa de
Ziggy a una supuesta pijamada; pero en realidad estaban tratando de hacer que
ella les diera información acerca de los Homo cosmos, apelando a su mitad
selenita. Por desgracia la jovencita rubia no podía recordar más que algunas
vagas visiones de la Luna y, antes que Mari la moliera a golpes, sugirió:
—Mi tío Sennet es
psicoanalista y sabe hipnotizar, al menos eso dice él. ¿Por qué no vamos a
verlo mañana y le pedimos que me ayude a recordar "mis vidas
pasadas"?
Mari la
levantó del cuello de su camisón rosa y gruñó:
—¿Tú tío vive en el pueblo?
Con la voz
ahogada, Ziggy chilló un débil "sí". Entonces Mari le ordenó que se
vistiera y las llevara a casa de su tío inmediatamente. El tío Sennet era un
hombre pintoresco, creía fervientemente en la reencarnación y era amante de
ciertas plantas que guardaba celosamente en su jardín. De joven fue un
rebelde hippie y tuvo fama de soñador, de viejo era conocido
por ser sabio en temas extraños; pero todos lo respetaban porque realmente era
capaz de hacer algunas demostraciones de hipnotismo cuando estaba de ganas y
tenía un voluntario que fuera influenciable, y en esos momentos Ziggy estaba
suficientemente motivada para dejarse hipnotizar. El temor a los golpes de Mari
era una buena razón. Las muchachas llegaron a la casa del anciano, a solo una
calle de la de Ziggy, y le dijeron que necesitaban su ayuda para una especie de
proyecto escolar acerca de las religiones orientales. El viejo Sennet aceptó
ayudarlas, aprovechando la ocasión para demostrarle a las jóvenes la existencia
de las vidas pasadas, y comenzó a tratar de hipnotizar a su sobrina para que
Bloo y Mari la entrevistaran. No fue una tarea fácil por la precisión que todas
tenían, por lo que el viejo pidió a las otras dos chicas se alejaran un poco
mientras él hablaba con la voluntaria y la tranquilizaba, induciéndola al
estado hipnótico. Luego de un largo rato, Ziggy finalmente logró activar la
parte de su corteza cerebral donde se almacenaba la información heredada de sus
ancestros Homo cosmos nacidos en el futuro. Entonces Bloo pudo comenzar a hacer
preguntas:
—¿Conoces la Luna?
Ziggy
contestó con los ojos cerrados, tendida en un diván:
—Sí. Mi padre nació ahí.
Bloo
continuó interrogándola, mientras el viejo Sennet escuchaba fascinado:
—Háblame de la Luna, ¿quién
la gobierna?
—El rey Aureus III.
—¿Existe una forma de
comunicarse con él, siendo un ciudadano ordinario?
Ziggy
respondió:
—Cualquiera puede hablar con
el rey, aun los antisociales. Somos una sociedad civilizada donde no existe la
violencia...no consentida. Basta con ir al palacio y pedir una audiencia con
él. Nuestra sociedad es simplemente perfecta.
El tío
Sennet hizo todavía más preguntas, sorprendido por la conexión de su sobrina
con otra de sus pasiones: los extraterrestres; y atraído por la forma idílica
en que la parte selenita de Ziggy describía lo que en realidad era un reino
sórdido. Entonces Mari pidió terminar la sesión excusándose con lo tarde que
era, no les convenía que más personas conocieran los secretos de "la
familia". Volvieron las tres a casa de Ziggy y discutieron hasta la
madrugada la posibilidad de visitar la Luna y dialogar con el rey. Corrían el
riesgo de que alguien reconociera a Bloo como el ciborg involucrada en la
misteriosa muerte de la madre de Lini, o que notaran que Mari en realidad era
una Sapiens disfrazada de Cosmos; pero finalmente decidieron aventurarse ya
que, pese a todo, contaban con la protección del hijo del rey. Si algo salía
mal estaban dispuestas a pedir el auxilio de Aureus IV, todo con tal de saber
qué había sucedido realmente con Lini; pues Bloo sospechaba que Silver estaba
ocultándoles algo terrible relacionado con la pequeña selenita.
Casi a las
tres de la madrugada salieron todas rumbo a un prado a las afueras del pueblo,
entre la bruma y el frío; ahí, Mari por primera vez intentó usar el extraño
brazalete lunar para viajar a través de los túneles del sistema Prometheus.
Tomó su apariencia Cosmos y comenzó a tratar de imaginar cómo usar el
artefacto. Sabía que debía controlarlo con la mente, pero le era casi imposible
concentrarse en activarlo. Entonces Ziggy rogó:
—Déjenme conocer la
Luna...Quiero ir con ustedes, puedo ser útil.
Bloo
intentó explicarle:
—Es imposible llevarte, no
es porque no queramos hacerlo, es que tu cuerpo no está preparado para soportar
un viaje a través de los túneles del tiempo.
—Quédate aquí, busca a
Silver y Aureus y distráelos con algo; eres experta en eso. Ahora...si solo
supiera como usar esta cosa...
Gruñó Mari
y la respuesta de Ziggy fue una sonrisa, cerró los ojos y comenzó a mover las
manos como empujando suavemente el aire y juntándolo ante su pecho; formando
una esfera. Al principio Mari y Bloo no entendían lo que hacía, hasta que
comenzaron a ver una materia extraña condensándose entre las manos de la
muchacha; un tenue halo eléctrico, casi imperceptible, que finalmente Ziggy
colocó sobre el rostro de Mari diciendo: "ábrete". Al contacto con su
piel, el misterioso orbe se desintegró entre miles de pequeños destellos y Mari
sintió una calidez recorriéndole todo el cuerpo; instantáneamente tuvo la
capacidad de pensar con mayor claridad. Se frotó el rostro con un escalofrío y
preguntó a Ziggy:
—¿Qué me hiciste?
—Es...es una psyball. Mi tío
me enseñó a hacerlas para liberar mi energía usándola en algo útil. Si no lo
hago de vez en cuando, rompo las ventanas al enojarme. A los Homo cosmos no los
afectan mis psyballs, desgraciadamente lo averigüé cuando casi morí emparedada,
pero en los Homo sapiens sí funcionan. Si la hago muy grande lastima, pero una
pequeña como esta te da fuerzas y te ayuda a pensar.
Las otras
dos chicas la contemplaron con extrañeza, desconcertadas antes los misterios
del universo, hasta que Mari dijo todavía con la mirada perdida en su estupor:
—Es increíble, pero no lo
entiendo y me importa una mierda.
Luego se
enfocó en activar el artefacto del futuro, notando que ahora le parecía ser más
fácil y diciendo:
—Creo que es algo intuitivo
de usar, probaré ahora...Igualmente tú no vas Ziggy, vete a casa con el robot y
el alienígena. Tú ponte tu ropa de niñera sexy del futuro, Bloo; cruza los
dedos y vamos ya.
Tomó el
brazalete transformable y lo convirtió en su arma, una especie de espada que
lanzó al aire varias veces sin lograr que alcanzara una altura adecuada;
haciendo que todas corrieran despavoridas en diferentes direcciones cuando el
proyectil volvía a tierra. Finalmente, después de varios intentos, la lanzó con
furia y comprendió que el recorrido del objeto podía dirigirse con la mente. El
arma subió al cielo en una trayectoria vertical perfecta, luego cayó de nuevo
en la mano de Mari convertida en un brazalete. Varias luces aparecieron en el
cielo y se unieron en una sola revelando la puerta al túnel de Prometheus.
Ziggy se alejó sujetándose las faldas del vestido que se levantaban por el
viento que hizo el haz de luz del túnel al tocar el piso, mientras Mari y Bloo
entraban a la claridad tomadas de las manos con temor. En poco comenzaron a
sentir que comenzaban a flotar y de pronto se vieron envueltas por el
torbellino multicolor de los túneles del tiempo. Mari observó todo fascinada
pero pronto recordó que no podían distraerse o perder tiempo, guiándose por la
intuición hizo aparecer una pequeña pantalla holográfica flotando sobre la
palma de su mano y ahí encontró información sobre los caminos del tiempo;
descifrando en poco el cómo llegar a la Luna gracias a que la tecnología
selenita funcionaba conectándose con la mente humana, casi adivinando sus
deseos. Finalmente dijo con nerviosismo:
—Me preguntan una fecha de
destino aquí...
Bloo
respondió, no muy segura:
—Año...A ver...Lini nació en
3013 y Aureus IV es un Cosmos joven adulto así que debe tener unos nueve
años...Vamos a 3022.
—¿Qué tiene que ver Aureus
en esto?, ¿por qué preguntarle al rey acerca de Lini? Sé que ella venía de una
familia poderosa y eso, pero no creo sea asunto de la realeza.
Opinó Mari
y Bloo confesó:
—Necesito hablar con el
padre de Aureus...porque sospecho que Aureus es Lini. Descubrí que Pete hizo
una estatua de bronce demasiado parecida a mí y esa estatua fue a parar a casa
de Lini. Recuerda que Aureus IV eligió mis características físicas guiándose
por una estatua de bronce que tenía en su jardín.
Entonces
Mari suspiró y decidió sincerarse también:
—Es algo que sospeché desde
que "Aureus" apareció en la casa. Se ve justamente como cualquiera
imaginaría que se vería Lini adulta, tiene sus mismas manías y gestos, a veces
se le desvían los ojos, le encanta vagar por el bosque como a Lini le encantaba
meterse entre las plantas del patio, se siente cómodo usando ropa femenina,
suele ir a buscarme si necesita consuelo e ignora mis consejos y ordenes como
solía hacerlo "el gatito". No necesita decírmelo, su conducta para
conmigo me dice que es Lini. A mí no me engaña su nuevo nombre, su nuevo sexo o
el que se ponga el traje negro BDSM. Aureus es Lini y por eso soporto sus
locuras.
Al oír
esto, Bloo bajó la mirada tristemente y Mari continuó diciendo:
—Yo te lo advertí. Esa no
era la forma correcta de criar a nadie, ahora solo mira en lo que se convirtió.
Pudiste haberlo educado para que olvidara el enamoramiento enfermizo que tenía
contigo, pero en cambio lo mantuviste pegado a tus tetas y mimándolo durante
años. Le agregaste un complejo de Edipo a su Pigmalionismo, el pobre es una
tragedia griega ambulante.
—No es realmente seguro que
sea él...Ella...Lo que sea...
Replicó
Bloo, agregando:
—La madre de Lini tenía un
conector social, si fuera la misma madre de Aureus entonces no debería tenerlo.
Quizás la estatua que hizo Pete no era la misma que estaba en los jardines de
Aureus, o quizás hicieron reproducciones de la escultura...
Una luz
blanca enceguecedora las envolvió y comenzaron a descender suavemente mientras
el resplandor blanco se disipaba y veían el paisaje decadente de la ciudad
lunar. Era una pequeña metrópolis hecha de metal y cristal ahumado con calles
transitadas por selenitas que enfundaban sus cuerpos esculturales, casi todos
tatuados o con modificaciones corporales, en trajes negros cuya estética era
descaradamente erótica. Mari murmuró con una media sonrisa:
—Es como el paraíso kinky...No
debería pensar en esto ahora, Lini está aquí...
De pronto
un selenita con el cabello teñido de verde y el pecho desnudo adornado con
aretes se materializó tras ellas, haciéndolas saltar de espanto mientras decía
a Mari:
—Antisocial, acabas de
romper una regla de Prometheus. La falta se agrava por tu rechazo al uso del
conector social. Tu llave para abrir los túneles de Prometheus quedará
confiscada.
Tras decir
esto se lanzó a Mari para arrebatarle el brazalete y ella trató de impedirlo,
pero el selenita logró arrancarle el aparato en un ágil movimiento y se
desvaneció como en un relámpago. Las muchachas se quedaron estupefactas y
finalmente Bloo habló:
—Creo que...Creo que estamos
atrapadas en la Luna.
Entonces
Mari rugió:
—¡Mierda, Bloo!, ¡más vale
que el papá de Aureus realmente sea bueno y nos regrese a casa o pasaremos el
resto de nuestras vidas con los culos rojos de tantos latigazos que nos darán
en este mundo de degenerados!
Comenzaron
a callejear buscando el camino a la residencia del rey, sin atreverse a
preguntarle direcciones a nadie; todos los ciudadanos parecían irradiar maldad
y la mayoría de ellos estaba practicando alguna aberración en público. Al
principio, Mari pensó que era sensual, pero a medida que comenzó a ver como
torturaban cruelmente a los Homo sapiens secuestrados con las más repugnantes y
enfermizas perversiones comenzó a sentir náuseas y querer irse de ese lugar lo
más pronto posible; preguntándose cómo había hecho Pete para aguantar nueve
años cautivo ahí. Por fin llegaron ante un vasto jardín de cristal que rodeaba
un imponente edificio y ambas dedujeron que ese era el palacio real. Una
selenita cuya única vestimenta era un exuberante juego de joyería las recibió,
preguntándoles que deseaban. Mari explicó que necesitaba "preguntarle algo
al rey" y la mujer les pidió la siguieran. Las condujo hasta un amplio
salón de cristal donde había algunos sillones de cuero negro y se retiró,
dejándolas a la espera de Aureus III. Las chicas tomaron asiento en silencio,
con el corazón latiendo sin control, hasta que llegó un selenita muy parecido a
Aureus, pero con entradas en la frente y el largo cabello echado hacia atrás;
recogido detrás de la nuca con joyas negras. Estaba desnudo salvo por unas
botas negras de plataforma hasta mitad del muslo y mitones del mismo color que
le cubrían hasta más arriba de los codos; en una mano traía una pequeña caja
dorada. Mari se aclaró la garganta tratando de no hacer ningún gesto y Bloo
miró a otra parte, ruborizada. El hombre advirtió la incomodidad de las damas y
discretamente hizo un gesto con la mano, materializando un largo faldón con
tajos laterales que cubrió sus partes íntimas. Era un selenita de porte
elegante pese a estar apenas vestido, su mirada inspiraba serenidad aun cuando
sus ojos eran parecidos a los de Aureus hijo. Se sentó ante ellas con
movimientos ceremoniosos, se fijó en Bloo y luego dijo sonriendo de una forma
enigmática:
—Señoritas, bienvenidas. Soy
Aureus Rex Lunae III. Me place conocer finalmente a la dama de bronce, supongo
futura madre de mi nieto.
Bloo tosió
atragantándose y Mari respondió por ella:
—Veo que usted está al tanto
de los asuntos de su hijo, señor.
El rey
selenita apoyó la cabeza en el respaldo de su sillón y dijo:
—Debo estar muy pendiente de
él...Es un muchacho difícil, especialmente por pertenecer a la nobleza.
Nuestros cuerpos Homo cosmos maduran rápidamente, pero nuestras mentes sin
conectarse al resto de la sociedad permanecen desarrollándose a la misma velocidad
de un Homo sapiens. Traten de comprender que mi hijo es un chico de nueve años
criado en un ambiente confuso y viciado, que recuerda una vida pasada siendo un
joven de dieciocho años que nunca encajó en su sociedad; que se enamoró y
perdió a su amor, por lo que terminó suicidándose y llevándose consigo a toda
su nación a la muerte. No puedo exigirle madurez y sabiduría cuando su vida ha
sido un desastre tras otro, realmente, yo tampoco sé qué hacer con él. No puedo
borrar su pasado ni obligarlo a olvidar, solo tratar de darle un presente y un
futuro pacífico para que descanse y madure poco a poco.
Luego Bloo
preguntó tímidamente:
—Señor, hace poco una niña
perdida en los túneles del tiempo regresó a la Luna, se hacía llamar Lini...Es
hija de una mujer que murió en circunstancias extrañas el mismo día en que la
niña nació. ¿Usted sabe algo de ella?
El monarca
apoyó los codos en las rodillas y entrelazó los dedos ante su rostro, pensando:
—Lini, Lini...No sabría qué
contestarle al respecto. Solo puedo decirle que espero que en estos momentos
ese niño sea muy feliz y esté justo en donde quiere estar.
Mari
preguntó entonces, con sospecha:
—¿Dónde está su esposa,
excelencia? La madre de Aureus IV.
El selenita
la miró con sagacidad, rio para sus adentros y finalmente respondió:
—No me gusta hablar al
respecto. La perdí hace varios años atrás en un accidente, relacionado con
asuntos delicados de nuestra nación. Ustedes saben que mi hijo y yo tenemos un
pensamiento que discrepa con los ideales de nuestra sociedad lunar, simpatizamos
con los Sapiens. Por esa razón tuve muchos problemas con ella. Era una gran
patriota, fiel al pensamiento del colectivo lunar, descanse su alma en paz
—¿Usaba un conector social?
Inquirió
Mari y el monarca se llevó una mano a la frente expresando fatiga mientras
decía:
—Es un tema muy doloroso
para mí, por favor, hablemos de algo más. ¿Cómo está mi querido hijo?, ¿les ha
dado problemas?
Rápidamente
Bloo respondió:
—Se le ve contento...Adámas,
su prometida, ¿está bien?
Aureus III
suspiró con decepción y dijo:
—Hubo fuertes discusiones
entre ellos dos...El compromiso se rompió y acordamos que yo la tomaría por
esposa en un par de meses para tener así otro heredero al trono, ya que mi
primogénito renunció a este. Me pareció buena idea y Adámas aceptó de buen agrado.
Somos grandes amigos y, después de todo, nunca la tocaré sexualmente; soy
homosexual y engendro a mis hijos por medios artificiales. Igualmente fue un
escándalo en la nación, pero de todas formas el pueblo consideraba a mi hijo
incapaz de gobernar. Es demasiado inmaduro e impulsivo. Yo solo deseo que el
chico sea feliz y si su felicidad está en el pasado pues que así sea.
Entonces
Mari repuso:
—Quiere decir que Aureus IV
nunca volverá a la Luna. Se quedará con nosotros.
El rey
Aureus III respondió con resignación:
—Es imposible hacer que
Aureus obedezca órdenes. Él solo sigue a su corazón.
—Pues su corazón de burro se
romperá, puesto que Bloo y yo estamos atrapadas en la Luna y no podemos volver
con él. Un tipo nos confiscó el aparato para entrar a los túneles del tiempo.
Protestó
Mari y el monarca se disculpó diciendo:
—Siento que su recibimiento
haya sido tan hostil, pero en la Luna hay leyes muy estrictas. Son pocas, pero
las seguimos al pie de la letra. Pese a la impresión negativa que pueda
causarles nuestra sociedad, vivimos en un ambiente "pacífico". Ya que
todos piensan lo mismo, desean lo mismo y saben lo mismo; no existe la envidia
o la codicia. De modo que los asesinatos y robos entre Homo cosmos
prácticamente no existen. Las pocas veces que se han reportado hurtos, han sido
a causa de Homo cosmos antisociales; ciudadanos que se han extirpado el
conector social. Nuestra gente tolera a los antisociales porque son muy pocos y
su rebeldía les inspira curiosidad, pero aun así los vigilan con recelo. La
conducta del supervisor de Prometheus con usted fue muy natural, todo
antisocial viajero en el tiempo pierde su derecho a viajar a la primera falta
que cometa. Pero no se preocupen, yo les daré una de mis propias llaves para
abrir los túneles y que así regresen a casa...Por cierto, señorita Bronce,
tengo un obsequio para usted en esta pequeña caja dorada; pequeño pero muy
curioso.
En ese
momento, Aureus IV le mostró la pequeña caja que traía consigo y siguió
hablando:
—Me costó mucho elegirlo, es
obvio que usted no siente atracción por las riquezas y no hay forma de comprar
su favor. Pero yo lo necesito. ¿Qué ofrecerle a usted?, ¿cómo pagarle un
sacrificio de vida? No hay precio demasiado alto para un padre angustiado. El
contenido de la caja es este relicario, que en realidad es un aparato, permite
a su portador moverse a gran velocidad por unos momentos en los que tendrá la
sensación de congelar el tiempo. Es muy sencillo de activar, se controla con
los pensamientos; pero solo funcionará una vez en la vida y matará a su
portador al terminar de usarlo. Por esta razón nadie ha tenido la ocurrencia de
echarlo a andar, su belleza consiste solamente en poseer el poder de parar los
relojes contenido en una joya. Pese a ser mortal, vale más que cualquier otro
tesoro que exista en su época, y creo que usted lo apreciará; he sabido que
siempre ha soñado con parar el correr de las horas, ahora tiene la posibilidad
en sus manos; aunque al volverla una realidad también la perderá.
Bloo tragó
saliva tomando el objeto oval con el emblema del reino lunar, y de la familia
Lunae, tallado en oro; esa era la única salida verdadera a todo y aunque no
quería tomarla estaría en su poder. En sus manos estaba la decisión personal
definitiva y la embargó una emoción extraña, por lo que rápidamente cambió de
tema:
—Gracias, es hermoso, lo
acepto. ¿No se siente solo aquí sin su hijo y su esposa?, debe ser difícil
vivir en un mundo donde es casi el único que piensa diferente a todos los
demás.
Aureus III
respondió:
—A veces es muy duro, nadie
me comprende, nadie comparte conmigo. Mi función como rey es decorativa.
Simplemente avalo todo lo que mi pueblo decide y les doy una falsa sensación de
estar haciendo lo correcto. Es lo que hizo mi padre y mi abuelo antes que yo.
Ser el confidente y adulador de un pueblo hedonista. Mi hijo no aceptó este
deber y se rebeló. Lo comprendo, se requiere de mucha paciencia y fortaleza
para mantenerse sereno ante las cosas que suceden aquí cada día; hechos que
superan con creces los límites del mal gusto, de lo vulgar y lo abominable.
Debo actuar con excesiva cautela si deseo hacer valer mi opinión en las
decisiones de mi pueblo, debo renunciar a mis propios deseos incontables
veces...Por eso no le reprocho nada a Aureus IV. Supongo soy un padre blando,
no me atreví a condenar a mi hijo a la misma cárcel en que vivo yo. En
realidad, el camino que él ha tomado no está lejano al que le deseaba desde que
supe que iba a nacer. Es así como actúo, sutilmente, manteniendo un perfil
bajo.
Mari lo
miró un momento y luego dijo:
—Sospecho que...el robot SL
averiado y el defecto en el generador de energía de Bloo, que misteriosamente
no fue detectado por los meticulosos confeccionadores de ciborgs de Prometheus,
no eran del todo una casualidad. ¿Será posible? Tarde o temprano le ayudarían
solucionar los problemas con su esposa...
El monarca
se encogió de hombros y mostró las palmas de las manos:
—Señorita, todos hemos
lanzado una piedra al pozo de los deseos. Algunos sueños se cumplirán otros no.
El destino es un enemigo que se adelanta a cada uno de nuestros movimientos,
¿de qué otra forma se podría derrotar a un oponente así?
Mari
decidió que ya habían hablado suficiente con él y le pidió a Bloo que
regresaran a casa. Se despidieron de Aureus III con respeto y salieron a los
jardines del palacio para abrir un túnel de Prometheus. Bloo buscó la estatua
de bronce hecha por Pete, pero no logró encontrarla debido a la precisión que
tenían por regresar, sin embargo, le pareció ver la glorieta donde ella y
Silver se habían escondido de la madre de Lini aquel horrible día en que ella
estuvo en la Luna por primera vez. Ya de regreso en la Tierra, a pocos segundos
luego de haber desaparecido bajo el haz de luz del túnel, Ziggy las recibió
sorprendida por la brevedad del viaje y preguntando:
—¿Encontraron al bebé
selenita?
Bloo
respondió como dudando de sus propias palabras:
—Lini está bien. Ahora solo
quiero saber si realmente debo confiar en Silver...
A la mañana
siguiente, el SL30 ya había investigado bastante sobre el niño señalado por
Aureus; descubriendo que tenía relación con la mayoría de los miembros de Alma
Colectiva; tanto los ya identificados como los que todavía estaban bajo
sospecha. Este nuevo objetivo, simplemente llamado "Bebé", había
amasado una verdadera fortuna gracias a su talento musical. El chico tenía
nueve años y, según los pronósticos de Silver, tarde o temprano su carrera
artística fracasaría y se vería orillado a buscar consuelo uniéndose a la
sociedad de Alma Colectiva. La misión no era sencilla. Bebé estaba acompañado
de varios adultos todo el día y raramente salía de su casa, una enorme mansión
custodiada por perros en las afueras del pueblo. Silver trataba de idear como
acercarse a su objetivo mientras veía en una de sus pantallas holográficas los
videos musicales del joven talento: bochornosos bailes y canciones repetitivas
acerca de las maravillas de la infancia. Aureus apareció de pronto reptando a
sus pies, se agazapó bajo una mesa y preguntó con desconfianza:
—¿Dónde está Bloo? Es sábado
y se supone saldríamos juntos al bosque.
—Fue a casa de su amiga
Ziggy, hoy probablemente irían a la playa juntas.
Respondió
Silver fríamente y luego agregó:
—Por esta vez la
reemplazaremos con el otro ciborg, necesito recargarme de energía antes de
entrar en acción. Tú ve y aliméntate con azúcar de la cocina para que tus
funciones vitales sean optimas; te necesito vivo por ahora.
Poco
después le ordenó que se metiera al asiento trasero del auto y condujo hacia la
casa de Pete para recogerlo. Media hora luego, los tres estaban observando la
mansión de "Bebé" desde el Cadillac negro estacionado tras unos
pinos; mientras Aureus canturreaba despatarrado en asiento trasero y Silver
miraba fijamente a la residencia con un gesto duro, tomado de la mano de Pete
para recargarse de energía con el generador psicoquinésico del ciborg. Pete se
apretó el entrecejo con dos dedos pensando en qué pasaría si una patrulla de la
policía se acercaba por casualidad. El plan de Silver era sencillo pero
arriesgado: esperarían a que la mayoría de adultos saliera de casa a una
reunión de amigos esa noche para burlar la vigilancia de los pocos que
quedarían a cargo y neutralizar a Bebé. En caso de que los mayores regresaran
antes de lo previsto, Pete estacionaria el Cadillac en mitad de la calle y
obstaculizaría el paso retrasándolos con cualquier pretexto. Una vez cayó la
noche y vieron desde su escondite que el automóvil familiar partía, Silver y
Aureus se escabulleron hasta los muros que cercaban la residencia. Silver
cambió su elegante traje por ropa de trabajo negra, guantes y un pasamontaña
para cubrirse la cara. Miró hacia lo alto del muro, luego a un árbol cercano, y
advirtió al selenita:
—El alambrado de arriba está
electrificado, entra con cuidado y ábreme la puerta.
Aureus
obedeció de mala gana, evaporándose en el aire y volviendo a aparecer dentro
del terreno cercado. Antes que pudiera terminar de mirar a su alrededor,
escuchó ladridos y vio dos enormes perros corriendo hacia él. Trepó a un árbol
de un solo salto y se sentó en una rama, activando el ordenador implantado en
su mano para reproducir desde ahí un sonido inaudible que hizo correr a los
canes mientras aullaban. Esperó un momento colgándose de cabeza y, cuando no
escuchó nada más, se deslizó hasta la puerta principal para abrirla. Silver
estaba ya esperándole ahí, mientras pulsaba diferentes símbolos en una de sus
pantallas holográficas flotantes; diciendo:
—El camino está libre.
Desactivé temporalmente las alarmas y las cámaras de video. Fuiste eficiente
con los perros, sin embargo, lamento que no te hayan destrozado.
Aureus bufó
como un gato furioso, recordó que esa era la única manera de disfrutar de la
compañía de Bloo y siguió a Silver con resignación. Entraron a la mansión a
través de un respiradero del sótano y comenzaron su búsqueda desde el primer
piso. Ahí descubrieron que había docenas de adultos empacando un producto
blanco. Silver tomó un paquete sigilosamente y lo abrió para tratar de
comprender que estaba pasando. Probó el contenido al igual que Aureus, quién se
encogió de hombros y dijo simplemente:
—Esto...lo usan en lugar de
azúcar en la Luna. Me gusta comerlo a puñados.
Silver sacó
su arma, empujó al selenita tras unas cajas y salió de su escondite
anunciándose ante todos con un grito sin emoción:
—Es una redada. Entréguenme
al niño. Los refuerzos ya vienen en camino.
Todos se le
quedaron mirando sin entender nada. Algunos empezaron a levantar las manos en
tanto que otros más intercambiaron miradas y comenzaron a tomar barras de
hierro o cuchillos para armarse. Silver les advirtió:
—Mantengan las manos en alto
y no se muevan o se arrepentirán. La puerta principal está abierta y nuestros
refuerzos están entrando al edificio ahora mismo, se usará la violencia de ser
necesario.
Pasaron
otros agónicos minutos hasta que uno de los hombres comenzó a resoplar, justo
entonces se abrió una puerta y entró Pete. Sin darse cuenta de lo que sucedía,
se metió a la habitación diciendo tranquilamente:
—¡Hola! ¿me llamaron?,
llegaron los refuerzos.
Entonces
comenzó el desastre. Algunas mujeres gritaron escapando por las ventanas y
otros más se metieron bajo las mesas tratando de esconder los paquetes. Uno de
los hombres sacó armas de uso militar que repartió entre sus amigos y disparó a
Silver mientras Pete se refugiaba de las balas tras una columna. Los
proyectiles impactaron al SL30 sin hacerle mayor daño. Caminó hasta los
horrorizados tiradores y estos, al ver que ese monstruo enmascarado de casi dos
metros era inmune a las balas, optaron por golpearlo con las armas. Comenzaban
a doblegar al robot mediante la fuerza bruta y entonces Pete intervino para
ayudarlo. Al ser un ciborg, Pete tenía una resistencia y fortaleza sobrehumana;
pero incluso para él era difícil mantenerse en pie mientras recibía culatazos.
En lo peor de la lucha, Silver se sacudió el polvo y salió de la habitación con
indiferencia mientras decía a Pete:
—Contrólelos durante una
media hora hasta que llegue la policía. Por cierto, le han disparado en las
piernas; debería usar su vestuario lunar, es a prueba de balas. Debí decírselo
antes. Iré a buscar a nuestro objetivo. Pida apoyo a Selenita.
El jadeante
Pete lo miró incrédulo, con el cabello en desorden mientras un hombre trataba
de ahorcarlo y otro le pateaba el estómago rabiosamente. Apartó a los atacantes
con su fuerza descomunal pero ya sin aliento, hizo aparecer su uniforme de
mayordomo victoriano y los hombres lo miraron confundidos y ya asustados. Pete
llamó a Aureus con balbuceos, las luces se apagaron y la situación empeoró con
todos moviéndose a tientas en la penumbra. Uno de los hombres armados trató de
encontrar un estante donde buscar una linterna y entonces una vara de luz giró
ante él, iluminando el rostro de pesadilla del selenita. Los gritos de pleito
cambiaron por gritos de horror, mientras Silver subía las escaleras revisando
cada habitación hasta llegar a una acondicionada para un niño. Estaba por
abandonarla cuando escuchó un leve gemido. Se asomó a un armario y abrió sin
dejar de apuntar con su arma, encontrando a Bebé, su objetivo. El chico salió a
gatas, con lágrimas en los ojos. Miró a Silver como a un gigante, sin poder ponerse
de pie por la emoción y dijo:
—Señor policía, no me
arreste...Yo sabía que papi y mami hacían cosas malas...pero necesitaban dinero
para que yo fuera una estrella...Mi mami me dijo que solo sería hasta que mi
fama saliera del pueblo, pero yo sabía que la ley siempre atrapa a la gente que
hace cosas malas... ¿Me perdonará usted?
Silver le
contestó con su gélida serenidad:
—Guarde la calma.
Luego pateó
al chico para tumbarlo y tener mejor visibilidad de su frente, y disparó.
Como tarde
o temprano iba a suceder en la historia original, la carrera artística de Bebé
se hundió luego que sus padres fueran encontrados culpables de liderar la mayor
red de narcotráfico de la zona. A la vez se descubrió que varios funcionarios y
representantes de la ley del pueblo estaban involucrados en el negocio, y la
corrupción iba más allá de los burócratas regionales. Incluso los más altos
líderes del país no entendían como había ocurrido tal redada, pero
inmediatamente tomaron el crédito diciendo que todo había sido un complicado
operativo de las fuerzas del gobierno contra el vicio. El detective Light
siguió en el anonimato, según él porque así lo exigían "sus superiores del
servicio de inteligencia secreto o algo así"; y aquellos que quisieron
indagar más en quién era él, o para quién trabajaba realmente, sufrieron
inexplicables trastornos mentales de forma repentina. Otra misión había sido
exitosa para "la familia" y solo les había costado una costilla rota
y medio cuerpo magullado de Pete, quién tuvo grandes dificultades en el
hospital para explicar cómo se hizo las lesiones. Días luego, Bloo leyó las
noticias del evento en voz alta mientras todos estaban reunidos en la sala de
estar ante el patio interno de la vieja casa:
—Los sospechosos fueron
contenidos por algunos agentes encubiertos mientras las patrullas llegaban.
Cuando fueron capturados, mostraban signos de intoxicación al hablar de haber
sido atacados por un marciano y un mayordomo. Así mismo, los capturados presentaban
señales de violencia extrañas; como zarpazos y uno de ellos denunció haber sido
agredido sexualmente... ¡¿Eh?!
Pete negó
con la cabeza mirando a Silver de forma acusadora, el hombre artificial culpó
al selenita y Aureus les recordó a todos que él solo "se aparearía"
con Bloo; aviso que a ella le dio escalofríos. Esa noche, Silver llevó a su
supuesta joven esposa a cenar fuera; disfrutando de su nuevo estilo de vida
"humano". Miraban a la Luna llena desde un balcón del restaurante
mientras Bloo terminaba su refresco, cuando él preguntó:
—¿Puedes seguir con esto?
Eres muy joven todavía y la responsabilidad es pesada.
Bloo bajó
la mirada y respondió:
—Ya casi tengo diecisiete
años, Silver. No se puede ser niña para siempre.
—Tampoco puedes actuar como
un adulto formal todo el tiempo. No eres un SL.
Replicó el
SL30, alborotándole el cabello con una mano. Luego puso uno de sus brazos sobre
los hombros de Bloo, por primera vez desde que se conocieron. Ella sonrió, no
estaba muy segura de sus sentimientos por el hombre artificial, pero en ese
momento era inmensamente dichosa a su lado; pese a que estaba consciente de que
no podía confiar del todo en él. Hubo un momento de apacible silencio mientras
Bloo se recostaba en el pecho de Silver y luego ella preguntó:
—¿Trataste bien al niñito?
Es una tragedia todo lo que le pasó, realmente siento pena por él. Espero que
hayas sido cuidadoso.
—Fui...eficiente.
Respondió
Silver y no dijo más. Bloo suspiró mientras lo veía, después miró a la Luna y
luego al regalo que había recibido de Aureus III, colgando de su cuello como un
dije. Pensamientos oscuros nublaron ese momento de cálida paz y a lo lejos le
pareció ver una figura fantasmal observándolos debajo de un sombrero
puntiagudo. Era más que probable que padre e hijo se pondrían al tanto de todo
y a esas horas Aureus III ya sabía que Bloo había ido a la Luna a preguntar por
él. Realmente no sabía que esperar o hacer en el futuro, pero el corazón le
decía que el lugar más seguro siempre iba a estar entre los brazos de Silver.
10. Sizigia
El invierno
llegó al pueblo con días enteros de lluvia torrencial. Cuando no había tormenta
la niebla invadía todo, incluso cubriendo con su velo blanquecino el patio
interior de "la familia". En una de esas noches frías, Bloo estaba
teniendo dificultades para conciliar el sueño. Pese a su naturaleza ciborg, las
hormonas de la adolescencia seguían afectándola y no podía aliviarse pues
Aureus podría estar bajo su cama; invadiendo su privacidad como siempre.
Realmente, esto no la molestaba, veía en el selenita a un buen amigo que no la
juzgaría; algo así como un perro. Podía despertarlo y ordenarle que se fuera,
pero quiso probar los límites de la confianza entre los dos. Lanzó un animal de
felpa bajo la cama para que Aureus despertara y lo invitó a subir, él aceptó
encantado; se acurrucó entre las mantas y Bloo esperó un momento, suponía que
Aureus se encargaría de hacer aquello que ella por pudor no debería, pero él
sinceramente había cerrado los ojos esperando quedarse dormido; sin importar
cuanto Bloo tosiera o se abriera botones del pijama. Por fin, la pasividad del
selenita la intrigó y terminó preguntándole:
—¿Por qué nunca has
intentado tocarme? Se supone que yo te gusto.
Aureus la
miró extrañado, respondiendo nada más:
—No me dejas.
La chica no
supo que más decir. Pensó un rato y por fin comentó:
—Me alivia saberlo, estamos
aquí solos, y yo no traigo ropa interior debajo... ¿Seguro que no harás nada?
El selenita
siguió mirándola desconcertado, luego se removió tocando algo bajo las mantas y
pareció relajarse un poco más. Bloo empezó a impacientarse, se subió a
horcajadas sobre Aureus y lo atrapó de las muñecas para inmovilizarlo; podía
sentirlo por debajo de la ropa y disimuladamente trató de presionarse más
contra él. Le hubiera dado lo mismo usar una almohada, pero debía guardar las
apariencias. Se apresuró mientras el selenita no terminaba de entender qué
estaba pasando y ella lo regañaba:
—¡No hagas eso en mi cama!,
¡es de mal gusto!, ¡imagina si Silver se diera cuenta! No puedes hacer esas
cosas en público, ¿qué van a decir...?
Pudo sentir
como Aureus colaboró poco antes de que se tensara y la humedad entre los dos se
volviera mayor. Ella también alcanzó el clímax en ese momento. Después se
tendió junto a él, estando los dos todavía con la respiración agitada, y le
dijo a la vez que le acariciaba un poco el cabello:
—Esto debe ser un secreto,
Aureus Lunae, no se lo cuentes a nadie. No es que hayas hecho algo malo, es
solo que...Fue raro.
A la mañana
siguiente, Mari necesitó pedirle prestada una falda a Bloo. Abrió la puerta sin
llamar y la encontró dormida sobre su espalda con el selenita recostado en su
pecho mientras ella lo abrazaba. Se acercó sigilosamente a ver si estaban
desnudos bajo las sábanas y entonces su amiga despertó. Hubo una fuerte pelea
entre las dos a causa de la intromisión de Mari y desde ese día no se
dirigieron la palabra. Mari se alió con Silver quejándose en el despacho de él
sobre lo hipócrita que era Bloo al negar que esa noche "había pasado
algo" y Bloo se apoyó en Aureus, con quien pasó largas horas en el bosque
hablando de lo chismosa que era Mari y volviendo a "comportarse raro"
cada vez que las hormonas se les alborotaban. Silver, más preocupado por
prevenir las relaciones sexuales interespaciotempororraciales que por los
pleitos de amigas, ideó una solución para la peligrosa cercanía entre el
selenita y la chica ciborg: volvió a invitar a Ziggy a visitarlos animándola a
pasar más tiempo con Bloo y a volver a probar suerte en el amor con Aureus. La
idea de Silver funcionó, Ziggy se encargó de frustrar cualquier otro avance
amoroso del selenita, pero Bloo y Mari siguieron peleadas.
En uno de
esos fines de semana solitarios para Mari, la pelirroja decidió ir al callejón
bohemio a comprar algún regalo para su novio en una tienda de antigüedades
situada al lado de la galería de arte del pueblo. Al acercarse al sitio comenzó
a ver más turistas de lo normal y afiches que anunciaban una importante
exposición de un elogiado talento artístico local que se había revelado al
mundo hacía poco. Llevaba rato ahorrando para comprarle una vieja escultura
victoriana a Pete, pero se le ocurrió conseguir una biografía del artista cuya
exposición anunciaban e ir a pedir un autógrafo. Pensó que sería más barato y,
si el tipo realmente era bueno, con el tiempo cualquier objeto autografiado por
él sería valioso. Entró a la galería y compró una biografía en un quiosco
instalado en la entrada. Comenzó a hojear el libro mientras se dirigía al salón
de la exposición y al ver las primeras ilustraciones le parecieron extrañamente
familiares. Siguió caminando y al llegar a la exposición vio que consistía en
una pared negra cubierta con docenas de hojas de una libreta de dibujo
enmarcadas sobriamente. Había algo en esas obras delicadas y a la vez macabras
que la hacía sentir inquieta, siguió sin saber que era exactamente lo que le
molestaba hasta que comenzó a reconocer varios bocetos de obras hechas por Pete
y finalmente se encontró con los dibujos en los que se basó la estatua de
bronce que inspiró el nacimiento de Bloo. Exclamó una obscenidad y corrió rumbo
a la casa de su novio.
Para ser
alguien que luego se hizo fama por plasmar la muerte y la soledad en su arte,
Pete era un hombre muy dulce. Todos estaban acostumbrados a su andar
despreocupado, a que saludara guiñando un ojo con una sonrisa y a ser tratados
con una cortesía impecable por parte de él. Mari casi no pudo reconocerlo
cuando se quedó mudo y pálido con una mirada vidriosa, hojeando bruscamente las
hojas de la biografía que ella había comprado. Encendió un cigarrillo con manos
temblorosas por la furia apenas contenida y dijo mirando la tapa del libro:
—Justo Del Cid, lo conocí
cuando recién me mudé al pueblo y comencé a explorar el ambiente artístico de
la zona. Nunca lo relacioné con la pérdida del viejo portafolio donde guardaba
mis proyectos de estudiante, pero aquí está...Me robó cientos de bocetos e
ilustraciones que hice en Europa y que traía cuando me mudé a este lugar.
Mari
preguntó confusa ante lo que estaba ocurriendo:
—¿Un tipo que apenas
conocías robó tus dibujos y los publicó como propios? Nene, este tal Del Cid es
hijo de un famoso pintor de este país, tiene contactos y no creo le haga falta
robar arte de otros. Cualquier mierda que haga será un éxito con toda la publicidad
que se puede pagar. Tú solo eres un inmigrante melenudo acusando a un tipo
respetable, nadie te creerá. ¿Tienes pruebas...?
—¡¿Pruebas?!
Casi gritó
Pete y agregó:
—¡¿Acaso no reconoces los
trazos de tu futuro marido?!
"Oh,
¡ha dicho mi futuro marido!", pensó Mari sintiéndose inmensamente dichosa.
Sonrió atontada hasta que un portazo la devolvió a la realidad y escuchó la
vieja camioneta de Pete arrancando. Gruñó otra obscenidad y corrió al teléfono
para llamar a Silver y a Eros, el hermano de Ziggy, para alertarlos sobre lo
que podría ocurrir esa noche en la galería de arte. Cuando Pete llegó a la
exposición ya había al menos cien personas concurriendo el evento mientras un
cuarteto de cuerdas tocaba para todos. Se abrió paso entre la muchedumbre hasta
reconocer a Del Cid rodeado de pequeñas celebridades locales, era un hombre
grueso y rubio cuyo rostro ancho de nariz respingada recordaba vagamente a un
cerdo. Del Cid también lo reconoció de lejos y se volteó cubriéndose
disimuladamente el rostro y tratando de huir. Eso fue la gota que derramó el
vaso para Pete, corrió tras él apartando a quienes estaban en su camino a
empujones y le cayó encima como queriendo molerlo a golpes. Silver y Eros, que
recién llegaban, supieron exactamente dónde estaba Pete gracias al escándalo;
corrieron a separarlo del otro artista que ya sangraba de la nariz y tenía un
labio partido, mientras Pete seguía insultándolo y gritándole que era un
ladrón. Del Cid se levantó con ayuda de un joven en uniforme militar y
balbuceó:
—Está loco, está
drogado...Lo que dice no tiene sentido. Ni siquiera conozco a este extranjero,
¡mañana mismo lo denunciaré a las oficinas de inmigración!
Pete siguió
insultándolo mientras Silver lo sujetaba con tranquila indiferencia y Eros
intervenía, dirigiéndose a Del Cid con seriedad:
—Perfecto. Las cosas se
arreglan pacíficamente. Usted denuncie a Pete que él solo necesitará mostrar
sus papeles en regla. Luego lo demandará a usted y espero tenga razones
suficientes para probar que estas obras de arte son suyas.
Con una
risa sardónica, Del Cid replicó:
—¡Pues nos veremos en la
corte! Tengo dinero para pagar el mejor abogado de la región. No saben con
quien se están metiendo.
—Ya lo sabremos.
Exclamó
Eros y después le dijo a Silver que se retiraran, arrastrando a Pete para
sacarlo del lugar. Ya fuera, invitaron al iracundo artista a un trago para que
se calmara un poco y luego Silver le sugirió pasar esa noche con Mari ya que se
encontraba en tal estado de ira y frustración que no era buena idea dejarlo
solo.
Llegó el
amanecer y Pete seguía llorando de rabia en silencio ante la mirada vacía de
Silver; sentado en la cocina frente a una botella de vodka mientras fumaba
escondiendo el rostro entre sus largos dedos, apoyando los codos sobre la mesa.
Mari se estaba quedando dormida a su lado ya sin saber que más decirle para
consolarlo. De pronto Aureus apareció de un rincón oscuro, reptó hasta llegar a
recostar la cabeza sobre las rodillas de Pete y opinó con una de sus sonrisas
demenciales:
—¿Quieres que lo mate? No
vale la pena regresar en el tiempo y evitar su ofensa.
Pete lo
miró de reojo y respondió entre dientes mientras le rascaba la cabeza:
—No te preocupes, pequeño,
yo puedo hacerlo solo...
Entonces
Silver objetó:
—Desechen las ideas
homicidas. Este sujeto tiene todas las características de un futuro miembro de
Alma Colectiva. Investigaré más sobre él para corroborar si tiene alguna
relación con los personajes recurrentes de los sueños de Selenita y, si es así,
su vida deberá ser preservada en pro de nuestra misión. Marzanna, todo ataque
que haga en contra de Del Cid de ahora en adelante deberá ser solo en el plano
legal.
Luego se
retiró y, al quedarse solos, Mari se levantó para abrazar a Pete por la espalda
y preguntarle con ese raro aire maternal que la caracterizaba:
—No imaginaba que una
tontería así pudiera afectarte tanto. Realmente no es tan grave, harás mejores
cosas en el futuro. Déjale a Del Cid tus sobras.
Pete guardó
silencio un momento mientras seguía peinando con los dedos los cabellos rubios
y alborotados de Aureus, que aún estaba recostado en su regazo como un niño, y
después empezó a explicar sus razones en voz baja:
—Cuando tenía nueve años, la
maestra de arte de mi escuela dijo a mi madre que era necesario me buscaran un
instructor profesional para ayudarme desarrollar mis habilidades en serio. No
sé porque razón mis padres rechazaron las propuestas de tutores de la maestra y
me hicieron acudir a una supuesta academia de arte propiedad de un amigo de la
familia, creo fue porque el tipo se ofreció y mi madre no quiso ofenderle
rechazándolo.
Hizo una
pausa como dudando de seguir y continuó:
—Desde que llegué y vi sus
obras, me sentí desanimado. No era muy...profesional en su trabajo, aunque no
carecía de presunción al hablar. Nunca he vuelto a escuchar una verborrea
pseudointelectual más grave que la suya. Yo realmente no quería estar ahí, tenía
nueve putos años y lo acepté porque mi madre me lo ordenó. Mis padres tampoco
pusieron mucho cuidado en el tipo, no sabían nada de arte y tenían un hijo que
dibujaba como una máquina; solo querían ayuda. Los primeros días en compañía
del "maestro" fueron aburridos. Él parecía más interesado en
enseñarme a tomar los lápices que en cualquier otra cosa. Pasé horas enteras
con él sentado a mi lado, hablándome a la oreja mientras me tomaba la mano y me
hacía dibujar tediosos círculos. Luego me dijo que dibujara lo que quisiera y
empecé a inventarme personajes, guerreros, dragones y esas cosas. Él elegía los
mejores y los guardaba, luego me iba a casa. Con el tiempo todo comenzó a
ponerse más loco...Me hacía quedarme hasta tarde, cuando todos los demás chicos
ya se habían ido, y metía las manos en mis pantalones mientras yo estaba en la
mesa de dibujo.
Hizo una
pausa para beberse un vaso de vodka de un solo trago mientras Mari le daba unas
palmaditas en el pecho para tranquilizarlo y Aureus escuchaba todo sin
inmutarse, ya que en su mundo esas situaciones eran completamente normales.
Pete siguió hablando:
—Me era realmente difícil
excitarme con él y eso lo enfurecía. Me sentía asustado, avergonzado y
confundido; creía que todo era mi culpa y que empeoraba la situación al no
complacer al viejo. Otro chico, que también había tenido la desgracia de
quedarse luego de las clases, me aconsejó que me imaginara que el maestro era
una chica...Pero su mano velluda y enorme no ayudaban a la fantasía. ¡Sin
embargo lo conseguí! … Aquella vez yo debía ser su zorra y lo hice. Esa
navidad, él organizó una exposición donde vendería una nueva colección de arte
que llamó "Cuentos De Hadas"...No recuerdo por qué asistí, pero fui
al sitio acompañado de mi madre y mi hermanita. Cuando llegué, vi que la
mayoría de las obras eran mías pero firmadas por él; en mi cabeza de niño
idiota de nueve años no pensé que fuera malo que mi maestro vendiera mi
trabajo, de hecho creí que era un honor hasta que él me tiró de una oreja para
llevarme tras unos estandartes y me amenazó: "si le dices algo a tu madre
acerca de quién hizo los dibujos le contaré lo que haces conmigo cuando te
quedas luego de clases". Me dio pánico...Por alguna razón yo creía que
realmente era mi culpa y me callé. Las cosas siguieron igual por casi un año
hasta que el maestro comenzó a insistir a mis padres que le dejaran
"enseñar arte" también a mi hermanita. Entonces finalmente hablé
porque no quería que él la tocara o que ella lo viera tocando a su hermano
mayor. Para mi sorpresa, me creyeron y el tipo fue puesto inmediatamente bajo
arresto; aunque el daño ya estaba hecho y mi vida comenzó a ir cuesta abajo
desde entonces hasta que me secuestraron los selenitas. Creí que todo estaba en
el pasado, pero cuando vi lo que me había hecho Del Cid todo volvió a mi
cabeza...Tengo la oportunidad de hacer algo esta vez, Mari, y lo voy a hacer en
grande.
Mari no
dijo nada, simplemente lo abrazó besándole una mejilla en señal de aprobación;
pero tuvo un mal presentimiento.
A la mañana
siguiente, Pete se despertó sereno como siempre, aunque actuando con una
frialdad un tanto maquinal que hizo a todos estar todavía más seguros de que él
sería el padre de Alloy Silverlight en el futuro. Salió de la ciudad a primera
hora y tomó un vuelo a su país. Durante una semana no supieron más de él y las
cosas siguieron como siempre salvo porque Mari y Bloo seguían peleadas, hasta
que Pete regresó de su viaje acompañado por varios caballeros de aspecto grave.
Llegaron una tarde en un automóvil de cristales ahumados y se llevaron a Mari a
casa de sus padres, donde con una buena suma de dinero lograron que la familia
se reconciliara. Antes que la pelirroja pudiera entender que sucedía, se vio
vestida de colegiala católica, despojada de todos sus aretes y cigarrillos, e
inscrita de nuevo en la escuela. Ella era parte de un proceso para limpiar el
pasado de Pete antes de que sus abogados atacaran a Del Cid con todas sus
fuerzas. Lo que sucedió en las próximas semanas fue todo un circo. Pete apareció
en las noticias locales vestido en traje de negocios, con el cabello recogido
en una trenza y gesto de mártir eslavo. Las pruebas del fraude de Del Cid eran
contundentes, pero no contentos con la victoria, los abogados planeaban hundir
al farsante humillándolo públicamente al mostrarlo como un villano desalmado
que se había aprovechado de un pobre muchacho extranjero, bondadoso y
trabajador, que había llegado a esas tierras buscando fortuna honradamente. El
público hizo su veredicto, la gente se volcó apoyando al apuesto y simpático
Pete que en poco volvió a lucir sus sonrisas coquetas. Parecía irle bien en
todo, estaba ganando el pleito legal, la familia de Mari hacía los trámites con
sus abogados para consentir legalmente el que su hija contrajera matrimonio con
él y así enterrar su pasado como estrella pornográfica, la gente vapuleaba a
Del Cid cuando se aparecía en público y entonces Pete recibió una visita
inesperada. El joven en uniforme militar que acompañaba a Del Cid en la galería
de arte y lo ayudó a ponerse de pie cuando Pete lo golpeó, pidió hablar
personalmente con él. Los guardaespaldas pagados por la familia Marzanna se
negaron a dejarlo pasar en un principio, pero Pete creyó que ya había sido
demasiado arrogante con los Del Cid y aceptó entrevistarse con el joven, luego
que revisaran que no portara armas. El visitante se le acercó quitándose una
gorra y mostrando su rapado militar, pidió los dejaran a solas y le dijo en voz
baja:
—Usted no me engaña, no es
como mi hermano. Usted es uno de esos vagos que infestan la calle bohemia. He
escuchado cosas de usted, Marzanna, cosas terribles...Bajo la camisa esconde la
espalda y los brazos tatuados, tiene aretes en partes indecibles, consumió
sustancias ilegales y lo peor...
Dijo
acercándose un instante hasta el oído de Pete para decir con pesadumbre:
—Alguna vez tuvo relaciones
indecorosas... ¡con otros hombres!
Luego se le
alejó bruscamente apartando la mirada y Pete guardó silencio por respeto a la
forma de pensar de ese joven. Metió las manos en los bolsillos traseros del
pantalón y esperó pacientemente a que el visitante, el hermano de Del Cid,
terminara de decir aquello por lo que había venido. El joven tomó aire y
sentenció:
—Deje de una vez a mi
hermano en paz. Ya se ha vengado. Deje el juego de una vez o le juro se
arrepentirá. Usted no sabe de lo que es capaz mi hermano.
Luego se
fue sin despedirse y de alguna forma Pete tuvo la impresión de que era un buen
hombre pese a todo, la ingenuidad de la gente conservadora le inspiraba
confianza, por lo que no le contó a nadie sobre la amenaza velada que acababa
de recibir.
Luego de
algunas semanas y de sacarle una buena cantidad de dinero a la familia Del Cid,
el pleito legal fue concluido; pero la pelea terrible que Mari y Bloo habían
tenido aún no se resolvía y seguían enojadas entre sí. En esos días, Mari pasó
a ser legalmente la esposa de Pete; por lo que se mudó a vivir con él
despidiéndose efusivamente de Silver y Aureus, pero ignorando a Bloo, quien
también ignoró su partida. Ambas se sintieron culpables de no estar juntas en
ese momento en que la vida de Mari cambiaría radicalmente, eran como hermanas
desde que tenían memoria, pero el orgullo pudo más que el cariño. En realidad,
la partida de Mari fue casi tan dolorosa para Bloo como cuando se separó de
Lini, y para tratar de apaciguar la tristeza comenzó a pasar el mayor tiempo
posible con Ziggy. Las vacaciones escolares llegaron y mientras Mari disfrutaba
de una modesta Luna de miel en su nueva casa, Bloo salía sola de compras en el
pueblo. Estaba eligiendo unas frutas al costado de una calle cuando Ziggy y
toda su familia aparecieron en un automóvil invitándola a ir con ellos a pasar
unos días en la playa. Bloo sonrió disculpándose:
—Me encantaría ir, pero
ustedes ya van de camino y yo tendría que ir a mi casa para elegir algo de ropa
y avisar a mi familia. Y seguramente Silver y mi...cuñado no estarán de
acuerdo...
Entonces
apareció tras ella Justo Del Cid y dijo, con voz mimosa:
—¡Qué triste sería perderse
un viaje a la playa! Mi familia tiene una tienda de ropa justo al otro lado de
la calle y su esposo, el detective Light, suele pasar por aquí a menudo. ¿Qué
tal si para fomentar la amistad entre todos nosotros le regalo a usted lo
necesario para el viaje y luego le contamos al señor Light? Es mejor pedir
perdón que pedir permiso. No serán más de cinco minutos, solo tiene que
acompañarme al local mientras ellos esperan.
Eros lo
miró con recelo desde el vehículo de su familia, pero su madre y Ziggy animaron
a Bloo a ir con él hombre rápido. La sonrisa de Del Cid se amplió aún más.
Las horas
pasaron y Bloo no aparecía en casa. Aureus comenzó a inquietarse, fue a
buscarla por todo el pueblo olfateando el aire en los tejados sin poder
detectar el aroma de "su adorada muñeca". Cayó la noche y Aureus ya
estaba fuera de sí. Bloo no estaba y al sonar las doce campanadas del reloj de
la iglesia anunciando la media noche ya había enloquecido totalmente. Merodeaba
las calles como una fiera rabiosa y cada vez que comprobaba que Bloo no estaba
en alguna parte lanzaba alaridos espeluznantes que llenaron de terror al pueblo
entero. Silver también salió en búsqueda de Bloo, pero no había terminado de
sacar el Cadillac de la cochera cuando uno de sus compañeros de la estación de
policías llegó y le pidió bajara del auto para decirle, tomándole un hombro:
—Light, debes ser fuerte.
Recibimos una llamada anónima de alguien avisándonos que han arrojado un cuerpo
detrás de la iglesia. Es tu mujer, está muerta.
Silver
llegó a la escena del crimen con su frialdad eterna mientras intentaba una y
otra vez conectarse con los pensamientos de Bloo sin éxito. Traspasó el cerco
policíaco y se inclinó para ver el cadáver. El cuerpo estaba irreconocible, con
partes carbonizadas y destrozadas como por hachazos. Sin embargo, se le podía
observar el largo cabello negro, la piel bronceada, la delgadez y las ropas con
que Bloo había salido esa mañana. Silver mojó un dedo en la sangre, la probó y
se levantó diciendo a otro detective:
—Es la ropa de Bronce, pero
no es ella. Aunque de hecho sí está desaparecida.
Los
oficiales se miraron entre sí sintiendo compasión por Silver, mientras los
gritos de furia y dolor de Aureus resonaban a lo lejos entre la bruma de las
tres de la madrugada. Otra llamada anónima guio a la policía hasta Pete. Mari
se opuso a que registraran la casa antes de hablar con sus abogados, ya que los
policías se negaban a decirle por qué estaban ahí; pero Pete decidió que no
había ningún problema en que los oficiales entraran puesto que él era inocente
de cualquier cargo. Los agentes de la ley hurgaron meticulosamente entre sus
cosas hasta que alguien encontró lo que parecía ser sangre en una sierra
eléctrica y luego hallaron el dibujo de un cadáver femenino que curiosamente
estaba en la misma posición que el hallado detrás de la iglesia, además de
mostrar las mismas lesiones. Pete fue arrestado inmediatamente y cuando Mari
preguntó el motivo un policía explicó:
—Se le acusa de asesinar a
la joven esposa del detective Silver Light. La encontraron destrozada detrás de
la iglesia. Yo que usted tendría cuidado, señora Marzanna. Según nos
informaron, su marido estuvo acusado de asesinato en su país natal.
A primeras
horas de la mañana los abogados de la familia Marzanna estaban pagando la
fianza de Pete y trabajando en el caso, pero Justo Del Cid ya había hecho un
escándalo en los medios. Ahora todo el país hablaba de la obsesión de Pete por
la muerte y de que era sospechoso de ser un asesino serial en su país de
origen. Cuando por fin salió de la cárcel custodiado por dos guardaespaldas, la
gente lo miraba con miedo. Pidió a sus guardianes que lo dejaran solo y fue a
casa de Silver. El SL30 lo recibió en la sala de estar. Ahí estaban Aureus y
Mari en su versión selenita, juntos en un rincón, viéndolo con dolor y como
dispuestos a atacarlo. Pete los miró y exclamó:
—¡Ustedes dos son las
últimas personas que esperaría desconfiaran de mí!
Entonces
Silver opinó:
—En realidad nadie debería
desconfiar de usted, Marzanna. Ese cuerpo no era el de Bloo y en todo caso es
ilógico que un ciborg alterada para ser apta en el combate sea asesinada por un
solo hombre, ¿no les parece?
Mari
replicó:
—Pero él no es un hombre
simplemente. También es un ciborg, Silver
—Pero un ciborg común no
iguala la fuerza, resistencia y velocidad de Bloo. Es imposible que él la haya
asesinado sin ayuda. Para hacerle el daño que presenta ese cuerpo se
necesitarían varios hombres y un martillo hidráulico.
Dijo
Silver. Después Aureus murmuró:
—Si no está muerta, ¿dónde
está?, ¿por qué no nos dice nada? No puedo olerla en el pueblo y tú no puedes
conectarte con ella. ¿Y quién es la mujer muerta?
Pete se
desplomó en un sofá, diciendo:
—Tampoco sé cómo llegó esa
sangre a mis herramientas o quien hizo el dibujo que encontraron en mi casa.
Tiene mi estilo, ¡pero no es mío! Alguien quiere inculparme y debe ser Del
Cid...Su hermano llegó a verme hace poco y me dijo algo así como que yo no sabía
de lo que su hermano era capaz, no creí que llegaran tan lejos y por eso no les
conté a ustedes. Pero deben creerme, es lo que sucedió.
Aureus y
Mari seguían mirándolo con sospecha y Silver les pidió esperaran ahí mientras
él volvía a la estación de policía y buscaba respuestas.
El SL30
tenía la certeza de que la muerta no era Bloo, puesto que había analizado el
ADN del cuerpo y este no concordaba con el de su amiga. Sin embargo, no tenía
como comprobarlo a sus compañeros detectives de la época ya que obtener un
examen de ese tipo era algo casi imposible para los sencillos policías de esa
región en 1994. Los análisis dentales o de huellas dactilares tampoco eran
posibles ya que el cadáver tenía el rostro y las manos prácticamente molidos,
lo único que podía hacer era investigar si alguien más había desaparecido
recientemente y encontrar el paradero real de "su esposa". La hermana
de Bloo y su primo Laude fueron informados del presunto asesinato, pero,
contrario a lo que todos esperaban, Laude estuvo de acuerdo con la opinión de
Silver acerca de que la muerta no era Bloo; convenciendo a su prima mayor de
permanecer tranquila y esperar los resultados de la investigación de su cuñado.
Al caer el sol, Silver había descubierto que la familia de Ziggy eran los
únicos que tampoco estaban en el pueblo ya que habían salido de vacaciones.
Algunos testigos habían visto a Bloo charlando con ellos en el mercado horas
antes de que el cuerpo fuera descubierto, pero ninguno estaba seguro de qué
había pasado luego. Entonces fue a la funeraria del pueblo y supo que el día
anterior habían robado el cadáver de una pequeña mujer morena de largos
cabellos negros. Con esta nueva información, Silver volvió a casa y contó todo
a los demás. Mari escuchó sus hallazgos y opinó con escepticismo:
—En el mejor de los casos la
tonta de Bloo se fue de vacaciones con Ziggy sin avisarnos y sin equipaje.
Entonces alguien robó un cadáver, lo vistió con las prendas de Bloo que obtuvo
de alguna forma que desconocemos, lo destrozó y lo depositó detrás de la
iglesia. Luego plantó pruebas falsas en la casa de Pete y lo acusó de matar a
Bloo. ¿Qué se supone que hará el mentiroso cuando Bloo regrese?, ¿decir que
resucitó? El plan es más tonto que todos los de Silver, Bloo y Aureus juntos; y
no me contradigan, son un trío de idiotas y por eso el futuro está condenado.
Hablando de
forma melancólica y con una mirada sombría que nunca antes había mostrado, Pete
respondió:
—Ya no importa si soy
inocente de este crimen. Mi pasado ha vuelto. Todos me llaman loco y me asocian
a los asesinatos en serie de mi adolescencia. Comparado a mí, ser un simple
ladrón de arte es casi honorable.
Después se
levantó y se fue como un muerto en vida hacia su casa. Mari tuvo la intención
de ir tras él, pero luego desistió y volvió a sentarse en el piso junto al
selenita, mientras encendía un cigarrillo. Tragó saliva y preguntó a Silver,
secándose una lágrima:
—¿Qué haremos si realmente
es un asesino serial?, ¿pueden volver en el tiempo y evitarlo?, ¿hay una forma
de lavarle el cerebro para que ya no mate?
Entonces
Aureus le contestó:
—Legalmente Pete, Bloo y el
robot son míos. Soy yo quien debe decidir el futuro del ciborg...y no quiero
que exista nadie que sea capaz de dañar a alguien como Bloo. No importa si
pueden cambiarlo o no, lo mataría si fue él.
Mari guardó
silencio y Silver respondió:
—En ese caso tendrías que
matar a todos los seres humanos porque todos son capaces de cosas horribles.
Les aseguro que ese cadáver no era el de Bloo y si ella no contesta a mis
llamados debe ser porque esa es su decisión. A menos que alguien del futuro la
haya robado y alterado. Necesitamos encontrarla urgentemente.
Luego de
ponerse de pie, Mari dijo:
—A estas alturas, ya todos
en el futuro deben saber que "la novia" de Aureus IV es Bloo. Si
alguien la tocó, debe tener algo de poder en la Luna; estar relacionado con
Alma Colectiva, con aquellos que están interesados en que el Homo sapiens se
extinga. Quizás se dieron cuenta de que alteramos las cosas con el club de
lectura. No puede ser que esto sea tan sencillo como que "se fue de
vacaciones y se le olvidó avisarnos". ¿Qué relación tiene Del Cid con Alma
Colectiva según tus investigaciones, Silver?
El hombre
artificial contestó:
—Lo relaciono con otro
personaje de los sueños recurrentes de Selenita.
Aureus
agregó, como explicando:
—La estatua de un héroe en
una galería de arte. Parece estar hecha de resistente metal cromado, pero de
pronto recibe una pedrada y se rompe en mil pedazos como si fuera cristal. Solo
la cabeza queda completa.
Tras
meditar un momento, Mari los miró preguntando:
—Si después de todo Bloo
sigue viva y los Del Cid solo están empeñados en hacerle la vida imposible a
Pete... ¿Qué haremos él y yo luego de que esto se aclare?
Silver
respondió fríamente:
—Aunque neutralicemos al
objetivo, su familia seguirá empeñada en hacer sus días miserables y
posiblemente se ensañen aún más cuando Justo Del Cid pierda la razón. Tendrían
que mudarse o tener mucha paciencia. Por más ayuda que reciban de los padres de
Marzanna, están en el territorio de Del Cid y él lleva la ventaja.
Mari golpeó
la pared con un puño y exclamó:
—De cualquier forma,
nosotros perdemos y nuestra vida será desdichada como originalmente debía
ser...Maldito destino, ¿cómo escapar de él?
—Cambiándolo.
Dijo Silver
y se retiró de la sala.
En los días
posteriores, intensificaron la búsqueda de Bloo y la familia de Ziggy; Silver
incluso viajó al lugar donde se suponía irían a vacacionar sin poder
encontrarlos. Aureus vagaba por los alrededores del pueblo tratando de percibir
el aroma de su amada día y noche, cuando se cansaba iba a llorar en el regazo
de Mari y luego volvía a su búsqueda. Mari tampoco podía estar en paz, la
impotencia de saber que en esos momentos su mejor amiga podría estar pasando
tormentos horribles la consumía; no podía dormir, no quería comer. Ver al
selenita desesperado la hacía sentirse peor y, por si todo esto no fuera lo
suficientemente desalentador, su marido parecía haberse rendido ante la vida.
Pete no quiso volver al pueblo, se negaba a recibir visitas, salía a veces para
pasearse entre los árboles sumido en pensamientos oscuros o a mirar el ocaso a
solas, sentado al borde de un precipicio. La gente le tenía miedo y corrían
rumores estrafalarios sobre él, como que unos niños lo habían visto enterrando
esqueletos en su patio trasero o que una vieja lo sorprendió hablando con el
diablo en una encrucijada de caminos. Mari ya no sabía si creerles o no, puesto
que Pete actuaba cada vez más extraño. Una tarde lo encontró tumbado sobre una
de sus mesas de trabajo tratando de cortarse la piel entre los dedos de la mano
izquierda con unas tijeras. Cuando le preguntó por qué hacía tal cosa él
contestó:
—He dejado de tener
esperanzas, pero también de sentir angustia, no podría caer más bajo ni salir
de este agujero así que...Ya nada importa en realidad. Creo que simplemente ya
no puedo sentir, estaba comprobando si realmente es así...
Mari le
arrebató las tijeras y luego lo abrazó rudamente, obligándolo a ir a la cama.
Las cosas parecían ir acercándose a un punto de quiebre inminente y por fin una
tarde, mientras Aureus vagaba por las líneas de un tren, secándose las lágrimas
con las mangas de la camisa como un niño monstruoso, el viento sopló trayendo
el perfume de Bloo. Corrió en dirección a la fuente del aroma saltando entre
ramas y tejados de casas cercanas, apareciendo y desapareciendo en diferentes
puntos; sembrando el terror entre quienes tenían la desgracia de encontrárselo.
Así viajó varios kilómetros hasta llegar a una carretera y detenerse en mitad
de la calle olfateando el viento, sin preocuparse de los camiones que casi
chocaban al tratar de esquivarlo o de atropellarlo ante el terror de su figura
desgarbada y espeluznante. En esos mismos instantes, Eros venía conduciendo el
automóvil familiar mientras sus padres dormían atrás y Ziggy, sentada en el
asiento del copiloto, entonaba una canción junto a Bloo; quien desde el asiento
trasero se asomaba para apoyarse en el hombro de la rubia. Eros apartó la
mirada de la carretera un momento para decirle a Bloo que se sentara
correctamente y se pusiera el cinturón de seguridad, y cuando se volteó
apareció frente a él una escalofriante silueta humanoide. Frenó instintivamente
dando un grito de sorpresa y terror en una acción tan brusca y repentina que
Bloo salió disparada desde el asiento trasero, atravesó el parabrisas y se
estrelló contra el pavimento, rebotando algunos metros como una muñeca de trapo
hasta quedar tirada en mitad de la carretera. Eros, Ziggy y sus padres la
miraron horrorizados olvidándose de sus propios golpes; Bloo no se movía y para
colmo el selenita corrió a ella y la levantó violentamente del suelo para
besarla en la boca con gran pasión, y luego corrió alegremente al automóvil
arrastrándola; la muchacha tenía ambos brazos y una pierna retorcidos de forma
grotesca. Los padres de Ziggy gritaron espantados y Aureus simplemente se paró
ante la ventanilla y dijo a Eros con una gran sonrisa:
—Se me rompió. ¿Hay algún
lugar donde puedan ponerle uno de esos vendajes de yeso para que vuelva a
soldarse sola?
Eros tomó
aire, salió del auto y preguntó a Bloo:
—Amiguita, ... ¿puedes
oírme?...
La chica
ciborg abrió los ojos sin mostrar dolor, se paró en la pierna que tenía
intacta, agitó los miembros rotos y colgantes como para comprobar que estaban
dañados y respondió:
—Estaré bien en una semana o
dos.
Poco
después, Silver restablecía comunicación con Bloo. Ella simplemente había
aceptado pasar unos días con Ziggy y su familia en la playa, y tuvo la mala
idea de evitar comunicarse personalmente con Silver para avisarle sus planes
pues pensó que la reprocharía; así que le pidió a Del Cid que se lo dijera por
ella. Sin imaginarse todo el problema que acarrearía esto, se le ocurrió además
que disfrutaría mejor el viaje si cortaba toda comunicación con Silver y el
pueblo; aun cuando al llegar al destino acordado se dieron cuenta que el lugar
ya estaba muy lleno y decidieron ir a otra playa cercana. Silver informó todo
lo sucedido a la policía y a Mari, mientras otro detective iba a interrogar a
Del Cid a su residencia y el propio Silver iba junto a un agente de policía
hasta un pueblo cercano donde Bloo recibía asistencia médica acompañada por
Ziggy, su familia y Aureus oculto tras su sombrero y una bufanda. Mari y Pete
por fin pudieron suspirar aliviados. Luego de la llamada de Silver avisándoles
que Bloo estaba a salvo, hicieron el amor con desenfreno hasta quedar
exhaustos; como tratando de expulsar en sus fluidos la tensión de las semanas
pasadas. Durmieron un rato desnudos en el piso hasta que Pete dijo que sería
buena idea ir a visitar a Bloo y de paso saludar a Eros y Ziggy en su casa.
Mari aceptó hacerlo y, luego de un baño juntos y otro breve encuentro sexual,
bajaron al pueblo en la vieja camioneta. Iban a detenerse primero en casa de
Ziggy, para ver si ya habían regresado del hospital; pero Pete dijo entonces
que sería descortés solo llegar a visitarlos con las manos vacías. Así que
fueron a una floristería sin lograr encontrar un lugar donde estacionarse
cerca. Pete se aparcó a unas calles del establecimiento, besó a su esposa y la
dejó esperando en la camioneta mientras él hacía las compras. Casi llegaba a la
floristería cuando recordó que no sabía cuáles eran las flores favoritas de las
chicas, así que regresó a preguntarle a Mari; cuando lo hacía pasó a su lado
Del Cid conduciendo mientras discutía con su hermano. Iban tan enfrascados en
su debate que no se fijaron en que Pete pasó al lado y se les quedó mirando con
resentimiento hasta verlos estacionarse a unos metros y bajar, Del Cid cargando
unos estuches largos y su hermano forcejeando con él. Algo le hizo hervir la
sangre a Pete y quiso ir y ajustar cuentas personalmente con su rival de nuevo.
Se acercó a los dos hombres mientras los veía entrar a una casa abandonada y
entró tras ellos hasta alcanzarlos en un segundo piso. Del Cid estaba apostándose
en una ventana, desde la que se podía ver la casa de Ziggy, tenía un rifle y
apuntaba mientras su hermano trataba de hacerlo entrar en razón. Pete los miró
sin entender que sucedía y Del Cid notó su presencia, se puso de pie de un
salto mientras su hermano decía tristemente al recién llegado:
—Se lo dije, usted no sabe
de lo que mi hermano es capaz...Ayúdeme a detenerlo, quiere alargar lo de la
esposa de Light y su mentira ya no puede ir más lejos...
Pete
intentó hacer que Del Cid le entregara el arma y el hombre le apuntó
ordenándole que se alejara, en un movimiento rápido Pete se apartó de la mira
del rifle y logró ponerse al lado de Del Cid y tratar de arrebatarle el arma.
El hermano de Del Cid también hizo lo posible por inmovilizarlo, pero el hombre
se retorcía golpeando con los codos y dando patadas; hasta que durante el
forcejeo soltó un disparo y Pete retrocedió. Del Cid aprovechó la oportunidad
para zafarse y volvió a disparar sin atinarle, después lo intentó una segunda
vez. Entonces su hermano se interpuso ante Pete abriendo los brazos y pidiendo
que tirara el arma, Del Cid disparó directo al cuello del joven uniformado.
Pete lo recogió quedando los dos bañados en sangre mientras Del Cid dejaba caer
el arma mordiéndose las uñas. Las sirenas de una patrulla ya se oían cerca y el
tirador rompió en llanto diciendo a su hermano:
—Perdóname...Sabes que no
quería hacer esto, ¡no quiero ir a la cárcel!
Con sus
últimas fuerzas, el joven militar balbuceó:
—Perdóneme usted, Marzanna,
el amor entre hermanos es sagrado. No te preocupes hermanito, yo jamás
declararé en tu contra.
Tras decir
esto perdió el conocimiento y los policías entraron al lugar. Del Cid comenzó a
llorar histérico y a decir que Pete había intentado matarlos a él y a su
hermano. Pese a que Pete negó todo, fue puesto bajo arresto mientras Del Cid
era llevado a un centro médico debido a su grave estado emocional. Su joven
hermano fue llevado inmediatamente a la unidad de cuidados intensivos y se
hablaba de que tenía el esófago perforado y la columna vertebral hecha añicos a
la altura de la nuca, aunque podían salvarle la vida probablemente quedaría
tetrapléjico y en coma por un tiempo indefinido. Casi a media noche, Silver
consiguió sacar a Pete con la ayuda de la familia Marzanna que le anunció a su
hijo que desde ese día quedaría desheredado y no volverían a solventar los
gastos de su vida desenfrenada en ese pueblo. Mientras se despedía de él frente
a su casa, Silver le reveló una buena noticia a Pete:
—Según mis investigaciones y
la interpretación de los sueños de Selenita, Justo Del Cid no era el futuro
miembro de Alma Colectiva. Nuestro objetivo era su hermano, un héroe cuyo
cuerpo fue roto de un solo impacto como si fuera de cristal. Supongo que en el
futuro ese joven militar despertará, se rehabilitará y se convertirá en un
intelectual que inspirará a todos con su tragedia y su lucha por superarse. De
modo que, ahora que sabemos el final de la historia, podemos mover un poco las
piezas buscando no alterar mucho el resultado.
Pete, ya
harto de todo lo que había vivido a partir de las trampas mal planeadas de su
enemigo, lo miró sonriendo con un aire maníaco.
Mari
despertó con los primeros rayos del sol. Su esposo se había levantado antes que
ella, besó su anillo de bodas dando gracias a Dios de que no fuera un asesino.
Era un domingo precioso y luego de tomar una taza de café mirando a Pete
trabajar con unos moldes de yeso se puso un largo vestido amarillo lleno de
encajes, se colgó una guitarra sobre la espalda y bajó al pueblo en bicicleta.
Todo le parecía extraño y comenzó a discernir que mucho de lo que recordaba era
parte de un sueño. Llegó a casa de Bloo y se sentó en el patio interno con
ella, charlando mientras asaban mazorcas tiernas en una hoguera hecha con hojas
secas:
—Bloo, he tenido un sueño
horrible. Soñé que Pete se veía envuelto en un lío legal turbio en el que
estaba involucrado un objetivo de Silver...Un militar.
Sin ponerle
mucho interés, Bloo respondió:
—Son recuerdos que tu cabeza
revive cuando estás dormida. El último objetivo neutralizado fue ese joven
militar que perdió a su hermano mayor diez años atrás. Del Cid, el que da
charlas motivacionales en las escuelas.
Mari la
miró extrañada y preguntó:
—¿Su hermano muerto?, ¿no es
un artista famoso del pueblo?
—No. Hace diez años atrás,
el chico recibió un pequeño cofre hecho por un misterioso artista que se lo
obsequió a sus antepasados a finales del siglo XIX. El artista era un
extranjero raro que nadie había visto antes en el pueblo, la familia lo tuvo en
gran estima y no se negó cuando él les pidió que guardaran un regalo para un
niño que nacería dentro de cien años. Fue un hecho extraño que marcó a Del Cid,
durante un siglo ese cofre estuvo guardado específicamente para el primogénito
de esa generación de la familia; se suponía era algo maravilloso que nadie más
tendría que ver y por eso el regalo permaneció sellado todos esos años. Cuando
el muchacho elegido finalmente lo abrió, un mecanismo le lanzó varias navajas
de las que se usan para tallar. Lo que pasa es que tú has confundido las cosas
en tu sueño, el artista no era el chico sino el loco que preparó la trampa
asesina oculta en el cofre. Lo mató un artista victoriano asesino, nadie sabe
por qué razón planeó algo tan cruel y nunca supieron quien fue en realidad. Da
miedo, ¿verdad?
Dijo Bloo,
mientras Mari se rascaba la cabeza confundida y decía:
—¡Qué raro!, en mi sueño
estaba vivo. Y arruinaba nuestro matrimonio, hasta lograba que los padres de
Pete nos retiraran su ayuda económica.
Bloo la
miró seriamente, recordándole:
—También olvidas que eso si
fue verdad...Luego de tu boda y el escándalo que se hizo por la fiesta con los
motociclistas desnudos, sus padres y los tuyos los desheredaron. Esa es la
razón por la que ahora él se esmera más que nunca en su trabajo y tú tuviste
que aceptar esa oferta de empleo como cantante en ese rancio restaurante de
comida ranchera.
Mari se vio
a si misma sorprendida, vestida de forma extrañamente cursi para su gusto, y
exclamó una obscenidad.
13. Héroe
Pasaron los
meses y la temporada escolar volvió. Bloo cumplió dieciocho años sin que
alguien lo celebrara ya que ese año no fue bisiesto, pero al menos tuvo la
alegría de verse nuevamente en un salón de clases con Mari. Alumnos y maestros
parecían algo incómodos con la presencia de la jovencita que hizo portada en
los periódicos por su incursión en el cine para adultos y su precoz matrimonio,
pero no era algo que se comentara en público. Mari no tardó en ser otra vez una
de las mejores estudiantes de la clase, llegando incluso a superar a Ziggy que
últimamente estaba muy dispersa, pero su buen desempeño académico no mejoraba
las cosas: se habían convertido en un trío de “chicas malas”. Bloo era mal
vista por estar casada con un “policía” mucho mayor que ella y Ziggy tampoco
tenía buena reputación luego de haber roto su compromiso con un caballero
respetable de la comunidad. Se reunían a la hora del almuerzo, en una pequeña
arboleda detrás de la escuela, y ahí trataban de sobrellevar juntas la
situación. En una de esas charlas, Ziggy comentó a sus amigas:
—Es como sí...tras habernos
involucrado con un hombre nos hubiéramos vuelto maduras, astutas y peligrosas
por arte de magia; no entiendo su desconfianza. Hablan de mi como de una mujer,
pero aún me siento niña. De hecho, según el sentido que le dan a esto, en
realidad sigo siendo “niña” pero ellos asumen que no...
Mari la
miró sorprendida:
—¿Todavía no te desfloran?
Creí que, si Umbra no lo había hecho, el tal Norman sí.
—Realmente el señor Umbra no
se interesó en mi cuerpo, sino en mi alma...Y con Norman no sucedió porque
estaba decidida a esperar hasta el matrimonio. Ahora ya no sé. Creo que si
encuentro al muchacho y el momento perfecto...
Replicó
Ziggy sonrojada y Mari opinó:
—De ti no sé si creerlo o
no, pero con Bloo puedo apostar que sigue virgen y casta. Las únicas dos
opciones que tiene para no estarlo son un asco.
Ziggy
objetó, cubriéndose la boca como avergonzada de sus palabras:
—Pues, con Aureus yo con
todo gusto...
Entonces
Mari respondió con una carcajada:
—¡Ay, por favor!, Lini tiene
cara de niña de Chernóbil, ojos desviados, es flaco y está loco. ¡Lo único
bueno que tiene es la fortuna del padre! Toma nota, Bloo.
—No lo llames “Lini”,
además...
Protestó la
aludida y prosiguió:
—...nosotros no
comprendemos, Mari. Ziggy es parte Homo cosmos, entre ellos seguro se ven
hermosos. En todo caso no creo que Aureus sea el indicado para algo como una
primera vez. Tendría que ser un tipo con experiencia, maduro... ¡cuerdo!
Supongo que a todas les va mal la primera vez, así que prefiero todavía no
meterme en un asunto tan serio. Realmente no sabría qué hacer en tal caso y
creo que por eso todas las chicas terminan en manos de algún viejo
conquistador.
Mari sonrió
con melancolía y dijo, encendiendo un cigarrillo que escondía en el sostén:
—La primera vez que lo hice,
creí que era un trabajo de actuación "serio", nada más. No entendía
muy bien cual era mi papel...Solo sabía que era algo relacionado con el placer.
Me mantuve serena y educada todo el tiempo, eran cinco tipos tontos, fueron
rudos y desconsiderados conmigo; pero en ningún momento demostré dolor o miedo.
Mi seguridad los amedrentó y lo que sería la dominación de una virgen asustada
terminó siendo el espectáculo de cinco hombres sometidos por una joven mujer.
Así hice mi propio camino y descifré el misterio más sobrevalorado de la
humanidad. Ahora creo que la primera vez tendría que ser la mejor de todas, no
la torpe iniciación a lo que será una rutina tediosa donde tu cuerpo se rebaja
al nivel de un juguete para alguien más. Debería ser algo así como descorchar
una botella de vino caro con un buen amigo.
Exhaló el
humo del cigarrillo y continuó diciendo:
—Pero ustedes dos...mejor no
corran a por ser desvirgadas. El cuento ese de que maduras cuando te la meten
es eso, un cuento. Maduras con los golpes de la vida, no con el nabo de un
hombre; que ni siquiera es la única herramienta para satisfacerte. He pensado
que realmente solo hay dos buenas razones para entregar tu intimidad: amor o
mucho dinero. Y me refiero a mucho dinero.
Las otras
dos muchachas callaron meditando y finalmente Ziggy confesó:
—Lo que dices es
interesante, pero siendo sincera...Tengo demasiada curiosidad, no podría
negarme. Y en verdad me gustaría que el primero fuera Aureus.
Bloo y Mari
guardaron silencio un momento hasta que la pelirroja dijo con picardía:
—Aureus Lunae IV...Es qué...
¿Se lo imaginan acabando...?
Luego
agregó, haciendo un bizco y aferrándose a un árbol con movimientos explícitos
mientras imitaba la voz del selenita:
—¡¡Ji jiji, no sé si me
estoy acabando porque siempre ando así de trastornado!!
Luego Bloo
y Mari estallaron en carcajadas sin poderse contener, por lo que Ziggy se
sintió profundamente ofendida. Tomó su maletín de útiles escolares y se fue
corriendo sin despedirse.
Ziggy
estaba atravesando por una adolescencia difícil, quería respuestas, pero ya
sabía suficiente como para darse cuenta de que no cualquiera podría responder
sus preguntas. En esos momentos solo la fría compañía de Silver le inspiraba
confianza, el hombre artificial solía escucharla con respeto y paciencia
maquinal para luego darle consejos totalmente basados en el razonamiento lógico
que para Ziggy complementaban a la perfección su perspectiva intuitiva y
sentimental de la vida. Silver también "gustaba" de la compañía de
Ziggy, valoraba la dulce espontaneidad e inteligencia de la chica, aunque
expresar su aprecio por ella le costaba el tener que obligarse a imitar
conductas demasiado humanas para él; como sonreír o inventar alguna caricia
para reconfortarla. No era algo para lo que estuviera programado originalmente,
pero le interesaba cultivar esa amistad. Esa vez, cuando Ziggy llegó a llorar
al regazo de Silver contándole lo que Mari y Bloo habían hecho en la escuela,
él le dio algunas palmaditas en la cabeza y dijo:
—La mente humana divaga
demasiado, se pierde en largas cavilaciones sin sentido acerca de cosas vanas.
Es signo de que tienes demasiado tiempo libre, pese a ser una estudiante
dedicada y tener un empleo de medio tiempo. Realmente es fascinante la cantidad
de energía que posees. Podrías ayudarme en mis investigaciones, hay una joven
de dieciséis años que he estado vigilando desde hace tiempo, pero no encuentro
la forma de acercarme a ella sin que sea sospechoso. Lo mejor sería que otra
mujer de su misma edad la contactara.
Ziggy se
acurrucó poniendo atención y replicó:
—Puedo hacerlo, ¿la he visto
en la escuela?
—No, recibe educación a
distancia. Según he averiguado, es hija única y su madre la sobreprotege en
exceso; al punto de negarle el ir a la escuela como cualquier joven. Ella es el
interés romántico de nuestro último objetivo, el joven soldado Del Cid. Se unió
hace poco al club de lectura del pueblo, visitó a Umbra y a la tía de Bloo en
la clínica psiquiátrica, visita a la madre de tu ex novio para aprender a tejer
y también llevó juguetes al pequeño hijo de los narcotraficantes que
sorprendimos aquella vez y quedó en manos de una institución del estado. Como
puedes ver, por alguna razón esta joven es sospechosamente amable con los
miembros de Alma Colectiva. Necesito saber por qué lo hace, quien es en
realidad y qué es lo que pretende.
Explicó
Silver y Ziggy aceptó el trabajo con entusiasmo. Lo abrazó, le besó una mejilla
diciendo que haría su mejor esfuerzo y se fue corriendo a planear como entablar
amistad con el posible objetivo. Silver la vio irse, casi no forzando una
sonrisa para expresar su aprobación hacia la conducta de la muchacha; luego se
asomó a ver fuera de su despacho. La casa estaba vacía y una alerta se activó
en su mente robótica al recordar que Bloo estaba de pronto hablando de temas
sexuales y pasaba mucho tiempo a solas con el selenita.
A esa misma
hora, Bloo y Aureus estaban en lo más profundo del bosque, llegando al
manantial escondido en el cráter de un volcán extinto donde el calor del fuego
ancestral aún se ocultaba bajo las mansas aguas de color turquesa cubiertas de
bruma blanquecina y rodeadas de helechos. Bloo se sentía extrañamente inquieta
en esa época. La idea de que Mari se hubiera ido a vivir con un hombre la
confundía, asustaba y fascinaba; sin poder entender por qué. Su atracción por
Silver se había intensificado, pero no sabía exactamente que quería de él, le
daba vergüenza intentar besarlo, aunque deseaba ser algo suyo. Sus ansias se
aliviaban en las correrías con Aureus, con quien podía ser ella misma y decir
lo que le viniera en gana. Sabían que nadie los vería ahí, donde solo ellos dos
conocían, y aprovechaban para el momento para hacer juegos más íntimos.
Bloo tenía razones para apreciar la experiencia en un amante potencial, estaba
disfrutando el que Aureus supiera de antemano cómo le gustaba que él la tocara.
No la entusiasmaba mucho el cuerpo aniñado del selenita y mucho menos su rostro
andrógino desfigurado, pero era un macho humano del cual podía disponer. El
deseo de Aureus por Bloo hervía a fuego lento, pero se reprimía por el temor a
espantarla, prefería adoptar un papel pasivo y dócil, conformándose con que
ella lo manoseara y le dejara obrar igual con ella. A solas en aquel manantial,
les gustaba lavarse mutuamente y pretender que no era una situación erótica
mientras Bloo se perdía en acariciar los estilizados músculos delineados bajo
la tersa piel blanca del selenita y él era feliz amasando las curvas de su
compañera mientras tenía una erección completa que ella observaba absorta sin
atreverse a preguntar al respecto. Pasaban largo rato así, juntos pero ensimismados,
hasta que se besaban sin que ninguno de los dos cerrara los ojos o dijera una
palabra. En esa extraña complicidad que no era romántica pero tampoco
reconocían como sexual, entrelazaban sus cuerpos ardorosamente hasta alcanzar
el clímax por el simple contacto de sus pieles húmedas y desnudas. Luego
sencillamente salían del agua, se vestían y seguían jugando como niños
revoltosos. Nunca llegaban a la penetración, pero el placer era suficiente como
para que ambos supieran que era mejor simplemente disfrutar y no hablar del
tema, ni siquiera entre ellos dos. Sin embargo, esa tarde las cosas fueron un
poco más allá, estaban metidos en el centro del manantial charlando acerca de
monstruos y fantasmas mientras llegaba el mejor momento para iniciar sus juegos
secretos; cuando Bloo preguntó, mirando al fondo del agua:
—Una vez me dijiste que
vivías aquí. ¿A qué te referías?
Aureus
respondió:
—Hay una pequeña
"residencia de veraneo" de mi familia escondida bajo nosotros, esta
es la puerta. Ha estado en este mismo lugar desde hace siglos, mucho antes de
que existiera el pueblo. Yo era un niño cuando mi madre me trajo aquí por
primera vez. Si te fijas, en el fondo hay un círculo con el emblema lunar; esa
es la entrada.
Bloo se
inclinó sin lograr ver nada y buscó a su alrededor. Entonces Aureus tuvo la
ocurrencia de guiarla en la dirección correcta halándola de un pezón. Bloo
pretendió ofenderse y luego vengarse succionándole a él los pezones. La
supuesta lucha siguió hasta llegar a una orilla y acorralar al selenita contra
unas rocas, donde él le apostó su cena a que podía seguir soportando "la
tortura" sin problemas. Bloo se creyó que lo decía con verdadero espíritu
competitivo y trató de aumentar la dificultad mordiéndolo un poco. Él se echó a
reír y entonces sucedió lo que ambos deseaban, pero no se atrevieron a hacer
antes. Con la excusa de hacer "el reto" más complicado, Bloo se
arrodilló y comenzó a "torturar" su hombría. Aureus la miró estupefacto,
sin poder creer lo que ella estaba haciendo por su propia iniciativa, gimió
cerrando los ojos mientras se recostaba en la roca y se sintió desfallecer por
la emoción. En la mente de Bloo la reacción de Aureus era signo de que le
estaba ganando, sin entender aun lo que pasaba en realidad, y aumentó la
intensidad de su juego hasta que él comenzó a sentir la imperiosa necesidad de
verter su semilla; y lo hubiera hecho de no ser porque una vocecita chillona
los hizo saltar del susto y parar sus juegos íntimos. Ziggy había llegado al
manantial y los veía aterrada:
—Pero … ¡¿qué está pasando?!
El selenita
la miró con verdadero odio y Bloo gritó ruborizada:
—¡¡Puedo explicarlo!!, ¡¡no
es lo que parece!!
Con los
ojos muy abiertos y algunas lágrimas asomando, Ziggy se cubrió la boca y dijo;
retrocediendo con temor:
—No sé ni qué es lo que
parece...Están sin ropa...pero no hacen lo que se supone, sino algo...extraño.
Creo...creo que ustedes son dos degenerados.
Entonces
Aureus se hartó y le respondió furioso:
—¡Es sexo oral, idiota! ¡Si
te asusta quédate tranquila, nadie quiere tenerlo contigo!
Bloo lo
miró pálida y boquiabierta al darse cuenta de lo que había hecho, y corrió a la
orilla para huir mientras se ponía la ropa en el camino. Aureus se desvaneció
en el aire como solía hacerlo y la joven rubia se quedó mirando al agua. Ella
solo había ido a ese lugar, guiándose por su instinto selenita para presentir a
sus semejantes, tratando de pedir la colaboración de Aureus para reconocer al
próximo objetivo.
Ziggy
volvió a su casa, tomó un largo baño y se metió a la cama tratando de olvidar
lo que había visto. "Mejor que se quede con ella", pensó y cerró los
ojos cubriéndoselos con las manos como tratando de borrar el recuerdo. De
pronto escuchó la voz de Aureus:
—Por tu culpa Bloo no me
dirige la palabra y se fue a dormir con los Marzanna.
Abrió los
ojos y lo miró al pie de la cama con su vestimenta selenita y una expresión
fría. Él habló de nuevo mientras la miraba fijamente con esos extraños ojos de
parpados, esclerótica e iris negros, pero pupilas rojas y refulgentes:
—¿Qué tal si te hago pagar
obligándote a terminar lo que hacía ella? Para ti es muy importante la raza,
¿verdad? Los hombres selenitas puros estamos genéticamente diseñados para
producir semen con olor y sabor agradable. Yo tengo sabor a manzana, ¿quieres
comprobarlo?
La muchacha
se encogió con miedo. Él se sentó a la orilla de la cama y rio
diciendo:
—Es una broma, no me
atrevería a nada por el estilo contigo. Solo vine para sacarte los ojos y así
quitarte lo curiosa de una buena vez. Y eso no es una broma.
A
continuación, sacó sus largas uñas negras retráctiles y Ziggy exclamó
atropelladamente:
—¡Puedo ayudarte a recuperar
a Bloo!, no solo a que vuelvan a ser amigos y jugar a sus cosas en el estanque,
¡ayudarte a que vuelvan a ser como en el pasado borrado! Con su hijo, viviendo
juntos, ¡sin Silver molestándote!
Aureus
retrajo sus uñas y la miró esperando escuchar más, ella tragó saliva y explicó:
—Existe un método para hacer
que los Sapiens recuerden sus pasados borrados. Si sometemos a Bloo a ese
proceso podríamos lograr que ella recuerde su amor por ti y así vuelvan a estar
realmente juntos. Yo puedo hacerme cargo de convencer a Bloo para que explore
su pasado si a cambio me ayudas con el próximo objetivo. Tú podrías decirme si
es un futuro miembro de Alma colectiva o no con solo reconocer en ella alguna
pista. Nunca te tomas nuestra misión en serio, hazlo esta vez...
—¿No te parece más
importante pedirme que te deje conservar la vista?
Preguntó él
con un gesto de reproche y ella replicó:
—Si aceptas mi trato tendrás
que respetar mi integridad física. Piensa que si me dejas ciega será muy
difícil que termine la misión y que Bloo se anime a reanudar su relación
contigo. Nadie quiere tener un novio que le saca los ojos a sus amigas.
Él sonrió
maliciosamente y se desvaneció en el aire. A la mañana siguiente Ziggy despertó
sintiéndose observada. Se volteó y vio a Aureus otra vez al pie de su cama,
mirándola como perdido en sus propios pensamientos. La muchacha guardó silencio
entre asustada y confundida hasta que él habló, totalmente indiferente a las
reacciones de la chica:
—Entré a la casa de la
sospechosa ayer y la espié un rato desde su armario. La reconocí como un
miembro de Alma Colectiva, pero es extraña. No duerme, no come, ni siquiera va
al baño. Al parecer antes era una Sapiens normal, pero un día cambió sin motivo
aparente. Todo parece indicar que es una adivina.
Ziggy
preguntó, sentándose en la cama:
—¿Es decir que tiene poderes
extrasensoriales?
El selenita
respondió hablando con lucidez y seriedad, revelando así que su conducta
alocada de siempre no era del todo sincera sino una excusa para evadir las
responsabilidades de su título nobiliario y su edad adulta:
—No, un adivino es un tipo
especial de sirviente robótico usado por Prometheus. Son robots enviados a
determinada parte del pasado o el futuro para descifrar misterios históricos o
pronosticar las consecuencias de decisiones delicadas en el futuro; los envían
a una fecha cercana al evento que desean investigar y ahí son colocados en
lugar de un ciudadano ya existente que es desechado en secreto. Básicamente son
máquinas espías que reemplazan a personas normales. Su uso está regulado
estrictamente y todas sus acciones son del conocimiento público de los
ciudadanos selenitas desde 3001. Sabía que existían tres adivinos: A1 y A2, que
son usados para investigaciones arqueológicas, y A3 que se usó una sola vez
para saber los efectos de cierta droga luego de diez años de uso. Pero ella no
es ninguna de estos. La ley dice que todo adivino ilegal que sea detectado debe
ser destruido. Fui a contarle lo que vi al SL30 y me dijo que la eliminara sin
llamar la atención, de forma que parezca accidental. Pero antes quiere que
sigas la idea original de acercarte a ella y averiguar quien la mandó. Creo que
la máquina tiene razón respecto a los planes esta vez, solo por eso estoy
cooperando con él y contigo.
Luego miró
a una ventana lánguidamente y agregó:
—Espero realmente puedas
hacer que Bloo me deje acercarme a ella de nuevo. No tienes idea de cuanto la
deseo.
—Haré mi mejor esfuerzo,
pero creo que no hay destino que valga contra el libre albedrío de cada quien.
Si una persona quiere y puede hacer algo, lo hará. Puede que tu amor por ella
sea grande, ¿pero será más grande que el de Bloo por Silver?
Entonces
Aureus comentó con algo de preocupación:
—Ahora que es un ciborg,
cada vez que la hago sentir placer me electrocuta; pero no me importa...La
quiero así. Haz todo según lo que te he dicho y más te vale que me hagas volver
con mi mujer antes que la máquina me la robe.
Ziggy
aceptó las indicaciones animosamente asintiendo con la cabeza. Aureus se
despidió de ella con fastidio y desapareciendo.
La próxima
acción de Ziggy fue tratar de encontrarse con la joven sospechosa, por ello se
inventó una excusa para ir a la casa de su ex futura suegra el viernes; cuando
el posible objetivo iría a tomar clases de bordado. Ya casi en la puerta de la
casa de Norman se acobardó pues sabía que ya no era bienvenida allí, y mientras
trataba de convencerse a si misma de entrar fue sorprendida por una primorosa
mano que emergía de una empuñadura de encaje; ofreciéndole un clavel blanco. Se
volteó encontrándose con la sospechosa, una muchacha de aspecto angelical y
largos cabellos negros rizados, quien le comentó sonriendo:
—Parece que estás a punto de
hacer algo que te resulta difícil. Creo que todo es más sencillo si lo adornas
con pequeñas alegrías, espero que esta flor te brinde una.
La joven se
llamaba Perséfone, pero prefería se refirieran a ella como Persi. Era el ser
más adorable y bondadoso que Ziggy se pudiera imaginar. Rápidamente trabaron
amistad y se contaron sus vidas mientras paseaban alrededor de la plaza del
pueblo. Persi dijo de sí misma que era una chica algo tímida y enfermiza que
solía evitar a toda costa los conflictos, por lo que solía ser siempre
controlada por los deseos de su madre; que la sobreprotegía y presionaba para
que fuera una buena hija. Ziggy se sintió inmediatamente identificada con ella
y le contó cuanto sufría tratando de hacer lo correcto y agradar a todos sin
llegar a satisfacer a nadie. Pronto olvidó que Persi era una enemiga potencial
y le contó sus desventuras amorosas apenas escondiendo el hecho de que Aureus
no era un ser humano común y corriente. Su misteriosa nueva amiga dejó de
hablar acerca de su propia vida y se enfocó en tratar de hacer que Ziggy le
contara mayores detalles acerca de la verdadera naturaleza de Aureus y Umbra,
poniendo especial interés en por qué Aureus había llegado al pueblo y qué era
lo que estaba haciendo ahí. Ziggy tuvo grandes dificultades para evadir esas
preguntas, pero aun cuando se sintió coaccionada no dejó de pensar que Persi
era una persona maravillosa luego de despedirse de ella. Ese sábado pasó todo
el día contándole a Pete lo dulce y amable que era su nueva amiga, mientras el
artista pretendía escucharla asintiendo con la cabeza a cada tanto y
dirigiéndole una mirada atenta; escondiendo unos audífonos para escuchar música
bajo su larga cabellera negra. Al terminar su trabajo de ese sábado, bajó a
encontrarse de nuevo con su querida nueva amiga, olvidándose de ir a visitar en
el camino a Silver y hasta ignorando haber visto al selenita observándola desde
un tejado. El domingo invitó a Persi a un día de campo, tuvo la idea de invitar
también a Bloo y Mari, pero luego se arrepintió y decidió no hacerlo al
recordar lo rudas que eran las dos. La plática con Persi siempre iba en
dirección a saber más detalles sobre los amigos de Ziggy y por este motivo las
situaciones engorrosas se volvieron algo habitual en su amistad; hasta que una
tarde, luego de varios días de ser las mejores amigas de todo el pueblo,
apareció la manzana de la discordia.
Ziggy y
Persi jugaban a girar tomadas de las manos en un hermoso prado mientras las
mariposas volaban ante la hierba agitada al paso de las dos doncellas, cuando
de pronto Persi vio algo y soltó a Ziggy; haciéndola caer en la hierba. Ante
ellas había un tablón de anuncios con inscripciones para clubes sabatinos en la
escuela del pueblo. Haciendo caso omiso del popular club de lectura, Persi se
emocionó con el club de cocina; en el cual solo estaban inscritos los nombres
de dos personas. Anotó el suyo y Ziggy hizo lo mismo sin pensarlo dos veces.
Llegó el sábado y las dos amigas fueron a la escuela del pueblo para unirse al
grupo. Los únicos dos miembros originales ya habían llegado. Estos eran una
chica alta y robusta llamada Flora, que mostraba experiencia y habilidad en la
cocina y en la vida por su carácter maduro; y un adolescente rubio de ojos
dorados, arrebatadoramente bello y delicado cual príncipe, pero torpe y
perezoso como un burro. Por los gritos con que su compañera le llamaba la
atención supieron que se llamaba Albert y se dedicaba a impacientar a Flora
comiéndose el azúcar y bailoteando en torno a ella. Ziggy se sintió un poco
decepcionada al conocer a sus compañeros, pero Persi en cambio se mostró feliz
de estar ahí y comenzó a juguetear con Albert, comportándose de una forma
traviesa e irreverente que Ziggy jamás hubiera imaginado de ella. Llegó el
presidente del club, que también era el hijo del pastelero del pueblo, y
comenzaron las actividades de ese sábado. Acordaron hacer parejas para trabajar
y Persi ignoró a Ziggy uniéndose rápidamente a su nuevo amigo, Albert. Flora
notó el desencanto de la jovencita rubia y le dijo en voz baja, mientras se
ponía un delantal:
—La gente suele
desilusionarnos de vez en cuando, no lo tomes tan en serio. Yo realmente le
agradezco a tu amiga que me haya librado de esa cruz. Albert solo se unió al
club para comer gratis. Realmente de él nada más sé que es hijo de un hombre
importante, pero por lo poco que lo conozco puedo decirte que es un idiota.
Ziggy
respondió tristemente:
—También es muy
atractivo...La apariencia suele valer más que la personalidad.
En los días
postreros Persi comenzó a invitar a Albert a cada salida que tenían con Ziggy.
Los dulces paseos en los prados aledaños al pueblo cambiaron por pequeñas
fechorías que Albert planeaba con Persi como cómplice, mientras Ziggy hacía el
mal tercio. El chico se divertía cambiando los rótulos de señalización de los
caminos para confundir a los viajeros, cometía hurtos menores en la dulcería
del pueblo, hacía bailes obscenos ante las ventanas del convento detrás de la
iglesia y rompía ventanas a pedradas para luego huir corriendo. Ziggy estaba
horrorizada con el nuevo amigo de Persi, pero siempre la seguía a todas partes
por lealtad. Durante las clases de cocina era peor, Albert incendiaba o
derramaba algo y Persi corría a defenderlo al estilo rebelde revolucionaria si
el presidente del club le llamaba la atención. Ziggy observaba todo con
disgusto y una vez Flora le comentó:
—Por momentos parece que
estuvieras celosa de tu amiga, ¿acaso también has caído rendida bajo los
encantos de nuestro Adonis incendiario?
Ziggy no
respondió, quedándose pensativa, desde ese momento sintió curiosidad por sus
propios sentimientos reprimidos. La próxima vez que salió con Albert y Persi,
empezó a reírse también de las tonterías del chico y a jugar con él. Persi
reaccionó con enojo. Comenzó a interponerse entre ella y Albert para que no
caminaran juntos, y lo hizo con tanta insistencia que Ziggy terminó enojándose
y apartándola de un empujón. Albert no opinó nada al respecto, limitándose a
mirarlas preocupado; con angelical inocencia. Desde ese momento ambas se
declararon enemigas y no se hablaron más.
Cada una
siguió su vida aparte hasta el otro sábado, cuando la escuela comenzó a
organizar un festival para la próxima semana; donde cada club sabatino haría
una pequeña exposición de lo que hacía. El club de cocina decidió que haría
un pie de manzana y refresco de naranjas y fresas para ese día
especial. Flora se iba a encargar de hacer el postre con la mínima ayuda de
Albert, Persi haría la decoración y Ziggy se encargaría de preparar el
refresco. Desgraciadamente, Ziggy tampoco era un prodigio en la preparación de
alimentos y terminó haciendo un brebaje frutal ácido y espeso. Sin embargo, fue
optimista y pensó que al fin y al cabo todos eran aprendices inexpertos y
cualquier cosa que ella hiciera no podría ser tan mala como lo que haría Albert.
Pero al llegar se encontró con que Persi había decorado el cubículo destinado
al club de cocina con el mejor de los gustos, además todos comentaban el aroma
delicioso que despedía el pie de Flora desde el horno. Ziggy guardó silencio
esperando a que Albert quemara algo o tirara el postre cuando lo trajera al
cubículo, pero lo entregó en perfecto estado y cubierto con una salsa de
manzana que había hecho él mismo y, que luego de ser probada por las tres
chicas con desconfianza, resultó tener un sabor exquisito. Entonces todos se
voltearon a mirar a Ziggy y le preguntaron acerca del refresco. Ella puso la
jarra en la mesa, completamente ruborizada, Flora fue la primera en beber un
vaso. No pudo evitar escupir el primer trago y correr al baño a lavarse la
boca. Albert se asomó a ver el contenido de la jarra, encontrando un líquido
fangoso de olor caustico en su interior. Entonces Persi sonrió burlona:
—¿Cómo pensabas darnos a
beber ese veneno a todos? Estás loca.
La
jovencita rubia le respondió con una bofetada y luego se dispuso a salir del
local diciéndole seriamente:
—Te espero a las cuatro en
el prado de las flores...para arreglar cuentas.
A las
cuatro en punto exactas, Ziggy ya esperaba acurrucada entre la hierba cuando
Persi llegó seguida por Albert. Las dos muchachas corrieron a atacarse entre
gritos agudos y comenzaron a jalarse el pelo y darse pataditas en las rodillas,
mientras Albert las veía preocupado al principio y luego abochornado por la
torpeza de la pelea. Se revolcaron un poco en la gritando hasta que de pronto
Ziggy se hartó, se alejó corriendo mientras Persi la perseguía y subió a un
árbol donde hizo una de sus curiosas "psyballs" y se
la lanzó a su rival; que se le quedó mirando desconcertada y luego comenzó a
emitir un zumbido extraño. Después su piel se enrojeció calentándose a una
temperatura antinatural y finalmente se contorsionó violentamente mientras le
estallaban los ojos y quedaba congelada en una posición extraña; rígida como
una estatua. Aureus Albert Margrethe Juan Harold William Charles Isabel Henry
Lunae, en su forma sapiens, se acercó a revisarla y luego dijo haciendo
aparecer una pantalla holográfica sobre su mano; mientras digitaba en esta unas
ordenes:
—La máquina tenía razón,
tienes demasiada energía. Esperaba que sobrecargaras al robot al enfurecerte,
pero no que la hicieras explotar. Tiene una personalidad artificial muy
convincente, casi parecía estar realmente enojada contigo.
Ziggy lo
miró confundida y él siguió hablando, mientras le abría la frente a Persi y le
introducía una pequeña placa en una de las ranuras que tenía en el exterior de
su cráneo metálico:
—No la vamos a destruir,
solo le instalaremos este aparato para seguirle los pasos secretamente y
apagarla cuando sea necesario. Ahora larguémonos de aquí y pretende que no
entiendes que sucedió. El robot se autoreparará en un par de horas. Podemos
considerar a esta señorita como neutralizada. La salsa estaba buena, ¿no?
Desde ese
día, Silver consiguió una espía involuntaria en el robot que había reemplazado
a “Persi” y Ziggy tuvo aversión a las manzanas.
15. Viejo sabio
Los últimos
eventos ocurridos dieron a Ziggy nuevos ánimos para intentar convencer a Bloo
de recordar su pasado borrado. Lográndolo al hacerle ver que así podría decidir
si lo mejor era quedarse con Mari y Pete, o era seguro volver a la casa del
pueblo con Silver y Aureus. De ese modo, logró cumplir su promesa y estar a
salvo del selenita al menos hasta que Bloo decidiera que hacer luego de
recobrar las memorias de la historia que no pudo ser. El tío de Ziggy, Sennet,
las recibió en secreto ya que Bloo dispuso que nadie más supiera lo que iban a
hacer. Pasaron largo rato construyendo un ambiente de paz y confianza en el
despacho del anciano, un lugar que daba la impresión de ser un pequeño museo
cuyas paredes estaban tapizadas por fotografías antiguas y dibujos extraños
hechos por el mismo Sennet e inspirados por aquellos sueños que él consideraba
proféticos. Una fina llovizna comenzó a caer afuera mientras el viejo tocaba
una vieja guitarra y Bloo comenzaba a dormitar arrellanada en un diván. Sennet
explicó a Ziggy lo que estaba a punto de presenciar:
—La reencarnación es la
respuesta a muchos pesares que nos aquejan a lo largo de la vida sin que
logremos encontrar una razón lógica, hay tragedias que llegan a marcarnos al
grado de seguir atormentándonos aún después de la muerte. Ahora ayudaremos a
Bloo para que entre en un estado mental donde pueda revivir el momento en que
se produjo el trauma que todavía le causa angustia y así sea capaz de
superarlo, dándolo por concluido de una vez por todas.
Entonces
Bloo preguntó adormilada:
—Pero... ¿Y sí descubro algo
demasiado horrible y me siento peor? A veces tengo miedo, me embarga una rara
inquietud al pensar en mi vida anterior a esta.
El anciano
respondió, dejando la guitarra y aclarándose la garganta:
—Si me dices que esos
recuerdos olvidados te generan ansiedad, es probable que se deba a que viviste
un hecho muy cruento. Quizás fuiste la víctima de un crimen que permanece
impune. La meta será recordar quién fue el culpable y denunciarlo al menos ante
nosotros. De ese modo, lo que sea que te haya dañado no quedará en el olvido y
tendrás cierta justicia para tu pasado. Quiero que te relajes, no tengas
vergüenza de expresarte tal como eres, te prometo que recordarás absolutamente
todo lo que pase durante esta sesión; en ningún momento debes sentirte obligada
a nada. Solo deja que tu mente fluya a través del río que desemboca en el
profundo y oscuro océano de tu subconsciente, donde los monstruos se ocultan
bajo la superficie serena. No les temas, eres ama y señora de todos ellos,
respira hondamente y siéntete ligera como una pluma...
Reclinándose
en un sillón y mirando al techo, el viejo Sennet siguió hablando en un tono
reconfortante mientras Bloo cerraba los ojos y comenzaba a sentirse adormecida:
—Imagina que estás en las
playas de ese basto mar, pero no son aguas inhóspitas, al contrario; sus suaves
olas son cálidas y la arena es tersa bajo tus pies. Te recuestas flotando sobre
ese lecho líquido y comienzas un placentero viaje mientras cada parte de tu
cuerpo se relaja, cada vez más y más, hasta volverte una con las mansas aguas.
Eres agua, agua en calma, te hundes mezclándote con la inmensidad azul,
sintiéndote libre. Eres una suave corriente que se desliza hasta lo más
profundo, ahora dime, ¿qué es lo que ves en el fondo olvidado de ese océano?
Bloo
suspiró, guardó silencio un momento y luego dijo:
—Soy una niña de doce años,
vivo en la montaña, al lado de una plantación de café. Me gusta explorar los
bosques aledaños, pero últimamente he tenido un mal presentimiento, una
sensación fea. Alguien me observa.
El anciano
preguntó, con voz tranquila:
—¿Quién te observa, Bloo?
Hubo otro
breve silencio y después Bloo respondió:
—No puedo mirarlo, pero sé
que es él. Teme que yo lo vea y yo tengo miedo de verlo.
Tío y
sobrina intercambiaron miradas, y Bloo continuó diciendo:
—Hoy volví a casa de la
escuela y después de la cena me divertí en mi habitación con los juegos de
video que mi hermana mayor me trajo de la ciudad. Jugué hasta muy tarde y luego
me dormí, pero entonces él llegó. Lo veo ahora y me aterra...
—¿Quién es, Bloo?, ¿lo
conoces?, descríbemelo.
Solicitó
Sennet intrigado, Bloo contestó:
—Él...es horrible, su
aspecto es horrible. Si no lo tuviera enfrente no podría creer que tal
aberración de la naturaleza existe. Sonríe, quizás no sea con maldad, pero la
fealdad de sus facciones hace que todo en él parezca siniestro, ...o quizás sea
la maldad en él lo que hace que se vea desagradable...
—Dime como es esa persona.
¿Por qué piensas que es malo?
Insistió el
anciano y Bloo exclamó:
—¡No sé! Es como ver a una
fiera, un animal salvaje. Presiento que es capaz de hacer mucho daño...Le temo
y por eso no me gusta. Nunca había visto algo así. Se sienta en mi cama y
acerca ese rostro macabro al mío, me dice que estoy soñando mientras siento su
respiración en mi oreja, ¡es real! Entonces él...
Volvió a
guardar silencio y Ziggy miró a su tío con preocupación. Sennet observó a Bloo
atentamente mientras ella rechinaba los dientes sin poder seguir hablando.
Parecía estar sufriendo y su amiga se puso de pie para tratar de despertarla,
pero su anciano tío la detuvo, sacó su guitarra y comenzó a tocar de nuevo para
tranquilizarlas. Una leve lluvia comenzó a caer y Ziggy tomó asiento de nuevo,
envolviéndose en una manta al calor de la hoguera. Bloo recobró la calma y
entonces el anciano preguntó, sin dejar de tocar la guitarra:
—Y bien, Bloo, ¿qué pasó
luego?
Bloo
respondió con pesar:
—Besó mi oreja. Comienza a
peinarme con los dedos, me abraza. Dice que quiere hacerme un hijo, desea una
personificación de nuestra unión, la prueba definitiva de nuestros cuerpos
fundidos en uno solo. Me horroriza la forma en que me habla, ¡no quiero unirme
a un ser tan espantoso!, lo aparto de un empujón y cuando él trata de
contenerme entre sus brazos le muerdo una mano con todas mis fuerzas, ¡hasta
hacerlo sangrar! Él no se defiende, solo parece estar sorprendido, tomo la
lampara de mi mesa de noche y lo golpeo una y otra vez hasta dejarlo tendido e
inconsciente sobre la cama. Ahora me da lástima...Lo cubro con una manta y me
duermo a su lado. Despierto y él ya no está...Quizás todo fue un sueño, pero
hay sangre en mi cama. Ahora recuerdo, es la sangre de Aureus, él sí estuvo
ahí.
Entonces
Bloo comenzó a hablar, como si con cada palabra los recuerdos se volvieran más
claros en su memoria.
En aquel
pasado borrado de 1992, Aureus IV por fin tuvo la oportunidad de hacer realidad
su extraño sueño de procrear con la estatua de su jardín. Pese a que el primer
encuentro con Bloo fue muy malo, su corazón enamorado no estaba dispuesto a
rendirse fácilmente. Todavía estaba muy lejos de los maullidos, las risas
maníacas y los bailes al desnudo en público. En ese pasado, Aureus aún tenía lo
suficiente para ser llamado "normal"; pese a que todos en la Luna
sabían que al príncipe Aureus Lunae IV no le gustaban las mujeres, sino que
solía hacerle el amor apasionadamente a una estatua de bronce o a un robot con
apariencia similar a la de esa estatua; cosa que realmente no le preocupaba a
nadie ya que en esa sociedad liberal todos los fetiches y perversiones eran
tolerables. Bastaba con que engendrara un hijo a su legítima esposa, Adámas, y
así cumpliría su misión como macho de esa realeza decorativa. Sin embargo,
había algo que los selenitas no aceptarían jamás y eso era tener un mestizo
como heredero del trono. Los Homo cosmos no aceptarían que la nobleza mezclara
sus perfectos genes diseñados por expertos científicos con los genes
defectuosos de una Homo sapiens, la simple idea de la posibilidad de un rey
mestizo era una ofensa grave para esa sociedad y Aureus lo sabía; pero su amor
retorcido era más fuerte que la razón. Aureus Lunae IV era un joven silencioso
y raro. Vivía a la sombra de una cruel madre dominante y un padre que
compensaba su desinterés por la familia siendo demasiado complaciente. Sus padres
pensaron que sería divertido tener un hijo que en su infancia fuera niña y de
adulto un hombre, de modo que en los primeros años de su vida fue criado como
chica por el mismísimo Jarilo Pete Marzanna; quien, pese a estar en la Luna
secuestrado y recibir un trato inhumano, amó a "la pequeña selenita"
que le fue encargada como si fuera su propia hija. Aureus veía a su ayo ser
insultado y maltratado por su madre cada día, esto le partía el corazón ya que
Pete era su héroe; el hombre grande y fuerte que lo cuidaba, lo mimaba y había
esculpido la estatua más bonita de la ciudad; pero no podía hacer nada para
defenderlo estando él también temeroso de los demás Homo cosmos. El tierno
apego entre los dos llenó de vergüenza a la reina, que esperaba con impaciencia
el día en que el ayo fuera asesinado por su hijo durante su ceremonia de
iniciación a la vida adulta; restableciendo así el buen nombre de la familia.
Pero cuando Aureus se acercó a la mayoría de edad y comenzó a mostrar las
primeras características masculinas, apeló a la autoridad de su padre para
salvar de la muerte a Pete regresándolo a la Tierra; el rey cumplió sus deseos
como siempre, liberó al ayo en secreto y padre e hijo le ocultaron la verdad a
la reina; quien desde entonces se enemistó con los dos, acusándolos de traición
y llevando a cabo una idea que había acariciado durante años: implantarse un
conector social para que toda la sociedad lunar los vigilara más de cerca a
través de ella.
Poco
después de separarse de Pete, Aureus se sintió más solo que nunca y pasaba
largo rato recordando a su ayo mientras veía la estatua de bronce que él había
hecho años atrás. Fue entonces cuando la belleza de la estatua comenzó a
distraerlo de su tristeza, hasta que un día se le ocurrió tocarla y finalmente
abrazarla. Las delicadas curvas de bronce calentadas por el sol que bañaba el
jardín lo excitaron y terminó masturbándose con ella. La extraña relación
sexual se repitió cada vez con más frecuencia hasta que Aureus comprendió que
estaba enamorado. El tiempo pasó y al cumplir los nueve años de edad
reemplazaron su frustrada ceremonia de madurez por otra de coronación y una
boda con Adámas, la tataranieta del creador de los túneles espaciotemporales de
Prometheus; ya que el rey padre deseaba retirarse a descansar abdicando al
trono en su hijo. El matrimonio nunca se consumó y la pareja no se ponía de
acuerdo en cuanto a una fecha para concebir su primogénito en un laboratorio,
por lo que la reina madre constantemente se quejaba de su hijo y su nuera.
Adámas sufría por las burlas de su suegra, pero su marido parecía ser inmune al
maltrato verbal. Luego de años y años de oír a su madre denigrándolo, Aureus
había desarrollado cierta insensibilidad emocional y prefería gastar los días
acariciando su estatua favorita. Si no estaba en el jardín, permanecía retraído
cerca de los suyos con una mirada fría; desconfiaba de todos y cuando enfurecía
podía ser tan sádico y violento como su madre, pero debajo de esa capa de hielo
escondía una inmensa necesidad de cariño que le ardía en el pecho. Él no quería
las relaciones intelectuales y refinadas que se acostumbraban en la Luna,
soñaba con que alguien lo abrazara y le dijera que lo amaba; pero sabía muy
bien que esas actitudes eran para los Homo cosmos lo que a los Homo sapiens era
el que entre los hombres prehistóricos se espulgaran entre sí para demostrarse
afecto. Por eso renunció a la idea de que algún día una mujer Cosmos se
rebajaría a tratarlo con ternura y se refugió en la fantasía, imaginando que la
estatua del jardín era una muchacha Sapiens de sentimientos nobles como Pete;
con la que podría sentirse realmente amado y protegido. Viajaba al pasado y
veía con envidia a las parejas Sapiens. Así, poco a poco fue convenciéndose más
de que era necesario que su estatua se convirtiera en una amante real, viva,
que lo amara en verdad. Pero a sus doce años de edad ignoraba que, al no ser
una estatua o un robot, una chica de carne hueso no se enamoraría a primera
vista de un extraño con aspecto pavoroso que se apareciera de repente en su
cuarto.
El día
posterior al primer encuentro entre Bloo y Aureus aconteció tal y como ambos lo
recordaban en la actualidad, salvo que en ese pasado borrado Silver nunca
apareció en el pueblo; por lo que, luego de vagar hasta tarde en la carretera,
Bloo simplemente volvió a casa; otra vez recibió la visita del selenita, lo
golpeó de nuevo, se durmió, despertó, fue a la escuela y al regresar a su hogar
se encontró con que había visitas. Un muchacho de su misma edad había llegado a
platicar con Nana y pedirle permiso para ser el novio de su hija. Cuando la
chica lo vio creyó que estaba soñando, su día pasó de monótono a ser un sueño
hecho realidad. Su pretendiente era un muchacho de aspecto angelical, con una
preciosa cabellera rubia cayendo desde debajo de un gorro y unos maravillosos
ojos dorados mirándola con amor detrás de un par de gafas. Era el adolescente
más bello que podría haberse imaginado y no necesitó muchas presentaciones para
gritar "¡lo acepto!" y correr a sentarse a su lado y tomarle una mano.
Nana la miró sorprendida y preguntó:
—¿Pero no esperarás al menos
a saber su nombre?
Entonces
Bloo respondió embobada:
—¿Cómo se llama? ¡Creo que
este será el mejor cumpleaños de mi vida!
—Su nombre es Aureus
Albert...Juan Harold William... ¡Es tan largo que lo olvidé!
De pronto
Bloo sospechó algo y lo miró atentamente, Nana continuó diciendo:
—Ya que tú lo correspondes y
Aureus Charles Henry parece un niño educado, les doy permiso de ser novios.
Pero nada de ir a donde no los vea y cero besitos.
—Gracias señora, le prometo
que estaremos siempre a la vista y no besaré a su hija.
Replicó
Aureus y a continuación abrazó a Bloo y le apartó la camisa para apretarle los
pechos. Nana ni siquiera pidió una explicación, lo sacó a escobazos y le gritó
que si volvía a verlo cerca de su hija lo molería a palos. Bloo se fue a su
habitación desilusionada, tiempo después escuchó golpecitos en su ventana. La
abrió y se encontró con Aureus esperándola agazapado en unos arbustos, en una
accidentada recreación de Romeo y Julieta. Él preguntó, a la vez que se trataba
de cubrir con la bufanda y el abrigo:
—¿Qué hice mal?, no te besé.
¿Serás mi novia, aunque tu madre no te deje?
Bloo se
sentó en la ventana y respondió con coquetería:
—Bueno...solo unos días para
probar. Mi madre quizás te perdone luego.
—Está bien, no parece muy
mala. Mi madre es mucho más estricta y enojada.
—¿De dónde me conoces? No te
había visto antes.
—Me viste ayer y anteayer,
pero estabas de mal humor y yo tenía mi apariencia real. Esta no es del todo
falsa...Es más bien como sería yo si los Homo sapiens nunca hubieran
evolucionado...Me siento algo ridículo así, ¿elegí bien la ropa?
La ventana
se cerró de golpe mientras Bloo gritaba asegurándola con cerrojo. Así, Aureus
aprendió que al menos Bloo se sentía atraída por su versión Homo sapiens y optó
por usarla siempre que ella lo viera. Después de todo, él también se había
enamorado primero del aspecto físico de ella y poco a poco fue empezando a amar
también su alma. En las semanas siguientes Bloo fue visitada cada noche
religiosamente por Aureus. Él llegaba, tocaba la ventana, le ofrecía algún
regalo, Bloo lo aceptaba alegremente y luego le cerraba la ventana en la cara.
Las visitas continuaron durante un año entero hasta que ella comenzó a tenerle
confianza y quedarse platicando un rato con él antes de cerrar. Lentamente
fueron haciéndose amigos y casi al mismo tiempo la pubertad llegó para Bloo,
alborotándole las hormonas. La tensión sexual entre los dos era evidente pero
no pasaban de ser amigos cada vez más íntimos, Bloo le permitió el acceso a su
habitación y lo dejaba jugar con ella a los videojuegos hasta tarde en la
noche. Aureus también comenzó a tenerle más confianza y a comportarse como
realmente era por primera vez en su vida; inmaduro y revoltoso, pero siempre
dócil con ella. Una noche comenzaron a pelear por hacerse trampa entre sí en
los videojuegos, iniciaron una guerra de almohadas y luego de cosquillas hasta
que él fue a parar sobre ella en la cama. El primer beso fue de ingenuo amor
entre mejores amigos, el segundo fue más romántico e íntimo y al tercero
desataron un incendio pasional que terminó con la primera relación sexual de
los dos. Desde entonces se les vio saliendo juntos en el pueblo, incluso Mari
se sorprendió de ver que Bloo tenía un apuesto y misterioso novio. Hacían una
pareja preciosa mientras se ignorase que el simpático jovencito rubio de
delicado aspecto aristocrático en realidad era un siniestro monstruo
extraterrestre venido del futuro.
Esos fueron
los años más felices de los dos, por las mañanas Bloo se desesperaba por que
llegara la hora de irse de la escuela al mismo tiempo que Aureus de mala gana
iba diariamente a visitar a su familia en la Luna; por la tarde se reunían,
hacían el amor sin tregua y después dormían juntos a escondidas de Nana. Justo
entonces, cuando estaban en lo mejor de su idilio, ocurrió la primera tragedia.
Una mañana Bloo se aprontaba para ir a la escuela, despidiéndose con un beso de
Aureus que debía volver a la Luna para reportarse con su madre, cuando un raro
silencio en la casa fue percibido por los dos. Bloo bajó a la cocina y no vio a
Nana preparando el desayuno como siempre, corrió a buscarla en su habitación y
la encontró aparentemente dormida pero fría y rígida. La anciana había muerto
de causas naturales durante el sueño. Aureus personalmente tuvo que ir al
pueblo a avisarle a la tía de Bloo del triste suceso, ya que ella en su dolor
era incapaz de pensar que hacer. La tía se hizo cargo de avisar a la mayor de
sus sobrinas y de disponer que habría de hacerse con Bloo. Su decisión fue
llevarse a la chica a su casa en calidad de sirvienta para que le hiciera
compañía, ya que en ese pasado borrado por alguna razón la tía no tenía a su
hijo Laude; aunque era una mujer repugnante como siempre. La segunda decisión
de la tía con respecto a su sobrina más joven fue prohibirle el noviazgo con
Aureus, y entonces estalló la guerra entre la vieja y el selenita. El jovencito
de aspecto angelical literalmente le gritó todos los insultos conocidos habidos
y por haber, mientras ella lo echaba de su residencia a patadas cerrando la
puerta tras de él; pero luego se apareció dentro de la casa junto a Bloo. El
extraño fenómeno se repitió varias veces y la tía comenzó a temer que Aureus
fuera algún tipo de espíritu maligno, por lo que comenzó a rociarlo con agua
bendita antes de echarlo a la calle a palos. Un batallón de señoras chismosas
llegó a visitar a la tía, deseosas de ver con sus propios ojos cuando el chico
encantado aparecía mágicamente dentro de la casa cerrada con doble llave; Bloo
no se enteraba de nada, llorando la pérdida de su madre, y Aureus se vio
separado por la fuerza de su novia; empezando a enfermarse de amor. No comía,
no dormía, no hablaba y pasaba la mayor parte del tiempo viendo la estatua de
bronce de su jardín, secándose las lágrimas en silencio. Fue entonces cuando su
madre y su esposa en la Luna comenzaron a temer que perdiera la razón.
Luego de un
mes sin Bloo, Aureus por fin pudo visitarla mientras ella tomaba un baño y su
tía hablaba con unas amigas. Prácticamente ni siquiera la saludó, solo se lanzó
sobre ella, se bajó los pantalones y la penetró mientras le contaba
atropelladamente todo lo que había sucedido desde que la tía se había
empecinado en separarlos. Bloo se sorprendió por la actitud salvaje y alocada
de Aureus, pero el placer del coito luego de semanas de abstinencia la hicieron
pasar por alto ese detalle hasta que comenzó a escuchar golpes en la puerta del
baño. Sabían que la tía estaba afuera y sospechaba lo que estaba ocurriendo,
Bloo le pidió a Aureus que se fuera antes que la mujer fuera por la llave y
abriera la puerta, pero él se negó tercamente. El selenita siguió sin
despegarse un milímetro del cuerpo de ella y de pronto escucharon una llave
girando en la cerradura. El escándalo era inminente y entonces Bloo comenzó a
ver como todo alrededor de ellos se entremezclaba en un torbellino de luz y
colores, y luego se reconfiguraba revelando un nuevo escenario. Estaban
tendidos en una cama dentro de una especie de caverna bajo la tierra cuya única
iluminación consistía en luciérnagas, hongos luminiscentes y un haz de luz que
caía desde un agujero en el techo; en el cual el cielo era un manto de agua
atravesado por rayos de sol que bajaban hasta un pequeño estanque rodeado de
helechos en el piso. Se habían teletransportado juntos. Bloo se levantó a mirar
a su alrededor notando que el lugar estaba perfectamente acondicionado para
vivir y dijo a su novio, que dormitaba con una sonrisa de satisfacción:
—Tuviste una gran idea, al
fundir nuestros cuerpos en uno solo durante el sexo fue posible que hiciéramos
juntos ese extraño truco tuyo de aparecer en otra parte.
—En realidad ni siquiera se
me había ocurrido que esto se pudiera hacer. Solo tuve un presentimiento. Me
alegra no haberme esfumado del lugar solo, dejándote en una posición
comprometedora y desnuda frente a todos.
Respondió
Aureus riendo. Bloo le dio un empujón, luego lo abrazó y dijo:
—¿Qué haremos si nos
encuentran? Deben estar buscándome ya.
Aureus le
correspondió abrazó y replicó, tranquilizándola con caricias:
—Nunca nos encontrarán.
Estamos escondidos en el rincón más olvidado de la región. Esta era una vieja
residencia de verano de mi familia, ese haz de luz es la puerta y solo tú y yo
podemos entrar o salir de aquí. Ahora podemos vivir juntos, ocultos por siempre
en este escondite. Podemos hacerlo...
Bloo lo
besó para demostrarle que estaba de acuerdo y retomaron su historia de amor,
más salvaje y apasionada que nunca.
Durante
unos meses, fueron dos adolescentes amándose sin control en el vientre de esa
caverna hasta que un día Bloo notó que su periodo menstrual ya no era solo
irregular, sino que de hecho había desaparecido. Estaba embarazada. Ambos se
alegraron con el hallazgo, pero Aureus parecía ser el más feliz de saberlo,
haber engendrado un hijo le confirmaba de una vez por todas su masculinidad
disminuida durante años por el capricho de sus padres que lo obligaron a ser
una niña durante su infancia. Se había realizado como hombre y su unión con la
mujer de sus sueños era fuerte. Poco después, Bloo comenzó sufrir una terrible
fatiga que la hacía pasar gran parte del día en cama. Aureus, que hasta el
momento no había interrumpido las visitas diarias a su casa materna, dejó de
volver a la Luna para estar todo el tiempo cerca de Bloo. Se entretenían en la
cama jugando a crear figuras con las luciérnagas, que no eran más que pequeños
robots, o viendo historias narradas de forma audiovisual en pantallas
holográficas. Cuando empezaron a notar pataditas dentro del vientre abultado de
Bloo, tomaron la costumbre de pasar largo rato sintiendo los movimientos del
niño o jugando a devolverle los golpes con palmaditas suaves. Durante esos
primeros juegos con su hijo solían platicar, y en una ocasión Bloo tocó un tema
delicado que hasta la fecha nunca habían discutido entre los dos:
—Cuando el bebé nazca me
gustaría presentárselo a mi hermana. ¿Cuándo le dirás a tus padres que tienen
un nieto?
Aureus se
estiró en la cama y dijo, poniéndose las manos detrás de la nuca:
—Pues verás...Mi padre no
suele interesarse mucho por cosas de familia. Mi madre es el tema...No creo que
lo tome muy bien. Es una mujer muy racista y generalmente los bebés mestizos
suelen nacer más parecidos al progenitor Sapiens; corpulentos, altos, con
cejas...Nuestro hijo quizás no nazca tan grande y velludo como todos, pero
definitivamente no se verá selenita.
Bloo lo
miró disgustada y dijo:
—Si me amas a mí y al bebé,
deberías de presentarnos a tus padres y de hecho...de hecho deberías casarte
conmigo. Me gustaría nos dieras tu apellido.
Él se rascó
la nariz al darse cuenta de que se había metido en un lío y luego dijo:
—Eso sería imposible,
amor...No solo porque mi madre no lo toleraría nunca...Es que yo ya estoy
casado en la Luna...
La
respuesta de Bloo fue violenta. Por más que Aureus trató de explicarle que
había sido un matrimonio arreglado y que nunca llegaron a consumarlo, Bloo
siguió golpeándolo hasta hacerlo irse de la caverna mientras ella se quedaba
sola con su enojo. Aureus fue a dar una caminata por el pueblo esperando a que
Bloo se calmara y entonces vio de lejos un rostro familiar que por un tiempo
creyó que no volvería a ver jamás, era Pete fumando mientras leía un libro en
una banca de la plaza. Se le acercó sonriendo tímidamente con las manos detrás
de la espalda y luego lo saludó diciendo:
—¿Me extrañaste? A mí me
hacen falta tus historias de muertos vivientes antes de dormir y los dibujos de
la chica de bronce que te rogaba que hicieras.
Pete
reconoció la voz instantáneamente y lo cargó en brazos para abrazarlo,
olvidando que ya no era una niña. Aún en su versión Sapiens, Aureus era tan
menudo y delicado de rasgos que era difícil notar la diferencia. Pete lo alzó
para verlo mejor y exclamó:
—¡¿Qué haces aquí?!, ¡mira
cuanto has crecido!, ¡pronto comenzarán a seguirte las chicas y me dirás que
tienes una novia! ¡Me siento viejo!
—De hecho, ya tengo una
novia, ¡y está embarazada de nuestro primer hijo!
Respondió
Aureus y luego lo puso al tanto de su matrimonio fallido con Adamás y su
aventura por hacer realidad su idilio con Bloo. Pete le contó que él había
llegado al pueblo debido a un raro presentimiento, al principio solo fue de
vacaciones, pero luego conoció a una muchacha de la que se enamoró y lo
convenció de instalarse ahí para siempre. Antes de despedirse y volver con su
novia, que era Mari, Pete le aconsejó:
—Pasa el mayor tiempo
posible con tu chica, recuerda que perdió a su madre hace poco y debe sentirse
muy triste. Nunca he sufrido el duelo por un ser amado, pero supongo que debe
ser atroz pensar en todo el tiempo que hubieras querido estar con esa persona,
y darte cuenta de que ya nunca volverás a tener la oportunidad de estar juntos.
El tiempo se va demasiado rápido y no espera a nadie.
Aureus
sintió un escalofrío al escuchar estas palabras y volvió lo más pronto posible
a la caverna. Su amante seguía enojada con él y aunque Aureus le contó todo
acerca de su encuentro con Pete y no paraba de tratar de platicar con ella,
Bloo se negó a hablarle hasta que una tarde sintió un fuerte dolor de espalda y
se dio cuenta de que había entrado en trabajo de parto. Aureus llamó a los
mismos médicos sin conectores sociales que se hicieron cargo del nacimiento de
Bloo y ellos la ayudaron a traer al mundo a un hermoso varón moreno muy
parecido a la madre, con los ojos del mismo color del cielo al amanecer. La
única similitud física con Aureus eran los parpados levemente rasgados y las
augustas manos largas. La alegría de recibir al recién nacido volvió a unir a
la pareja, pero Bloo tenía una hemorragia que los médicos pararon con
dificultad. Al final de la operación uno de los galenos dijo:
—En realidad es un gasto de
tiempo, de todas maneras, la Sapiens morirá en unos meses. Ya tiene dieciocho
años, ¿verdad?
Entonces
Aureus lo miró con espanto y preguntó a que se refería, el médico explicó:
—Señor, es una "Sapiens
para uso recreativo". Estas criaturas son descartables, las creamos para
que vivan más o menos dieciocho años. La muchacha morirá, pero su hijo vivirá
los mismos años que viviría un Cosmos sano. Usted nos dijo que solo la quería
para dormir con ella y procrear si era posible.
Aureus
experimentó una sensación horrible en el pecho y exclamó:
—¡Vuelvan ahora mismo en el
tiempo y reviertan eso! ¡No la quería solo para que me diera un hijo, quiero
estar con ella toda la vida!
Los médicos
se miraron entre sí y uno de ellos dijo:
—Imposible, señor.
Necesitaríamos viajar en el tiempo y encontrarnos con nosotros mismos, lo que
causaría nuestras muertes. Aun si pudiéramos modificar el proceso y convertirla
en un ciborg para prolongar su vida, tendríamos que pedir un permiso especial a
Prometheus; ya que ellos son los únicos que poseen el equipo necesario para
crear ciborgs. En todo ese trámite, su madre la reina y toda la nación se
enteraría de que usted deseó tener hijos con una Sapiens; sería un terrible
escándalo que pondría en riesgo el buen nombre de la familia real y nuestra
seguridad.
Por más que
Aureus les rogó y les ofreció todas las riquezas que él iba a heredar de sus
padres, los médicos no estaban dispuestos a arriesgar sus vidas por salvar a
una Sapiens y regresaron a la Luna; lavándose las manos acerca del caso. Bloo,
que había escuchado todo, le pidió a Aureus que dejara de pensar en eso y se
concentrara en pasar un buen tiempo con ella y el bebé. El tiempo que les
quedaba para estar juntos. Ambos trataron de negar el hecho de que Bloo estaba
condenada a morir, pero día a día su salud fue deteriorándose cada vez más.
Llegó el punto en que ya no podía ponerse en pie y Aureus vivía solo para
cuidar de ella y del niño. Gracias a sus atenciones logró alargar la vida de su
amada durante un año más, aunque eso le costó desatender mucho al hijo de ambos
que llegó a tener más de un año sin que le eligieran un nombre. Pero llegó el
día temido y Bloo se dio cuenta de que moriría en poco. Guardó silencio al
respecto pues veía que su compañero de vida estaba demasiado atareado
alimentando y limpiando al bebé y a ella, hasta que finalmente llamó a Aureus;
le pidió que se acostara a su lado para abrazarlo y le dijo:
—Has sido un buen amigo,
amante y padre, pese a todo. Fui muy dura contigo al principio, no debí
juzgarte tan a la ligera. Puedes dejar de usar ese disfraz, no me molestaría
verte con tu apariencia real.
Aureus la
miró dudoso y luego adoptó su siniestra forma selenita. Bloo le acarició el
rostro un momento y luego lo besó diciendo:
—Es diferente, pero también
es hermoso. Dicen que todo es muy bello cuando lo ves con amor, realmente me
hubiera gustado verte más tiempo así...como eres en verdad. Aunque no sé,
quizás este es el disfraz que el futuro corrupto te obliga a usar. Dime, ¿cuidarás
bien del bebé mientras yo no esté? Todavía es muy pequeño, necesitará que lo
protejas y le enseñes a defenderse en la vida. ¿Vas a cuidar de él?
El selenita
se acurrucó en el pecho de ella tratando de oír los latidos de su corazón,
adivinando que su amante estaba agonizando, y luego murmuró:
—No.
Se mordió
las uñas y continuó diciendo:
—Solo me volveré loco de
dolor y me iré tras de ti, a buscarte en la muerte con todo y nuestro hijo. Y
me llevaré también a los médicos que no quisieron salvarte, a sus familias, a
sus amigos, a sus conocidos...Haré que sientan lo que yo voy a sentir...
Bloo lo
escuchó preocupada y trató de decir algo para hacerlo cambiar de opinión, pero
un fuerte mareo le quitó las fuerzas hasta para hablar. Con angustia pensó en
que debía evitar que Aureus hiciera algo horrible y asegurarse de dejar a su
hijo en buenas manos, pero solo consiguió murmurar en voz baja algunas palabras
desesperadas que Aureus no entendió pues él ya no le entendía nada; había
perdido la razón. El bebé comenzó a llorar, pero su padre no fue a ver que
necesitaba, Bloo miró a la cuna del pequeño y comenzó a entrar en pánico
mientras las náuseas y el vértigo la hacían convulsionarse; una terrorífica
sensación de asfixia le heló la sangre y después su visión se nubló hasta
quedar sumida en las tinieblas para siempre. Lo último que escuchó fue el
llanto de su hijo llamando a sus padres. Entonces la voz del viejo Sennet
resonó en su mente como un repicar de campanas en la lejanía. Bloo despertó en
brazos de Ziggy, llorando desconsolada.
Sennet
sirvió una taza de té y luego se la ofreció a Bloo diciendo:
—El trauma que no podías
recordar era el haberte ido sin lograr salvar a tu familia. Aún te preocupa el
paradero de tu hijo y tu novio. Lo extraño de esta historia es que no la ubicas
en el pasado, sino en una especie de realidad alternativa a esta. Además, tu
amante venido de la Luna...Me hace recordar algo que me dijo la madre de Ziggy,
mi hermana, me contó una historia similar acerca de seres lunares que vienen a
la Tierra para unirse con humanas. Es un misterio. Quizás están intentando ser
parte de nuestra sociedad mezclando sus genes con los nuestros. Me encantaría
conocer al hijo o hija de una de estas raras parejas humano-extraterrestre.
Bloo miró a
Ziggy y ella simplemente bajó la mirada. Entonces Sennet buscó en un
escritorio, sacó una libreta de dibujo, miró entre las páginas y de pronto
sonrió como reconociendo a un viejo amigo. Cortó la hoja de papel y se la
entregó a Bloo, preguntando:
—¿Sabes quién es?
La muchacha
tomó la hoja y miró, era el dibujo de un niño de aproximadamente diez años,
moreno, de ojos sagaces y muy hermoso. Le resultaba familiar y tenía la
sensación de conocerlo, pero era incapaz de recordar su nombre. Respondió a
Sennet meneando la cabeza en una expresión negativa y el anciano dijo:
—Este jovencito es un
personaje recurrente de mis sueños. Durante mucho tiempo pensé que solo era el
reflejo de mis deseos frustrados de ser padre. Llegué a viejo y nunca me casé,
por lo que ahora me arrepiento pues no tengo hijos y me siento muy solo. Pero
en mis sueños tengo un hijo adoptivo y muchos pupilos. Es un sueño muy hermoso,
donde la humanidad despierta a una nueva era de paz y prosperidad a través de
la ciencia; guiados por una sociedad de personas iluminadas entre las que
afortunadamente me encuentro yo.
Las chicas
intercambiaron miradas con preocupación y Sennet continuó diciendo:
—El niño del dibujo, mi hijo
en esos sueños recurrentes, es un pequeño que rescato durante un raro incidente
ocurrido en la carretera al pueblo. En ese sueño, voy conduciendo de noche a
través de una fuerte tormenta cuando de pronto distingo una figura espectral
ante mi automóvil. Freno con violencia y logro evitar arrollar a sea lo que sea
que está ante mis ojos. Observo bien y es una criatura humanoide toda vestida
de negro, con cabello rubio empapado cayéndole sobre su rostro que tiene rasgos
espeluznantes. Lo veo fascinado y advierto que trae algo en brazos, me fijo
mejor y noto que es un niño de más o menos un año de edad; medio envuelto en
una manta. Entonces bajo del vehículo armado con un periódico, lo único que
tenía a la mano, y golpeo al ser para arrebatarle al niño. Lo hago, corro de
nuevo al automóvil y cierro la puerta con llave. Mientras enciendo el motor veo
al ser. No parece interesado en seguirme, solo me mira como con tristeza y
desaparece en la oscuridad mientras huyo del lugar con el niño. Ese niño, Bloo,
podría ser tu hijo biológico...y la criatura que lo llevaba podría ser de hecho
su verdadero padre buscando la muerte en la carretera...
Antes de
que pudiera terminar de hablar, Bloo se echó a llorar acongojada. Ziggy y su
tío fueron a dejarla en casa de Mari, y mientras se despedían Ziggy le dijo a
Bloo en voz baja:
—Mi tío debe ser
neutralizado también, Bloo. Como yo... ¿Le dirás tú a Silver?
Bloo
respondió con la mirada perdida:
—Aureus debe recordarlo
perfectamente, debe saber que es otro objetivo. Pero no lo ha señalado porque
estará agradecido con él por haber acogido a su hijo, ...nuestro hijo...Yo
tampoco podría dañarlo.
—No es cuestión de estar
agradecidos o no. Vale más el bien de todos que el de uno solo. Yo decidí usar
el neutralizador por voluntad propia. Recuerda que si anulamos la mente de cada
objetivo y el plan no funciona, entonces Silver nos devolverá a la normalidad.
Yo confío en él. Si el plan funciona, igualmente estaré contenta en la soledad
de mi mente perdida...Porque con el corazón sabré que mi lejanía de este mundo
será el signo de la paz en el futuro y sé que tendré calma después de todo. Mi
tío pensaría igual. Perdóname, pero yo le diré a Silver, es mi deber.
Respondió
Ziggy, mientras Bloo volvía a llorar. Terminaron de despedirse con un abrazo y
Bloo entró a la casa. Mari y Pete no estaban, supuso que habían salido a cenar
juntos y se asomó un momento a la ventana para ver la Luna llena. Suspiró y
sintió mareo. Comenzó a caminar buscando algo que no sabía exactamente que era
y una fuerte somnolencia la invadió mientras su visión comenzaba a nublarse.
16. Animal
Cuando Bloo
despertó de aquella especie de trance, descubrió que estaba en la caverna donde
en un pasado borrado había concebido, dado a luz y muerto. Tuvo un escalofrío y
salió de bajo el halo de luz de la entrada y un pequeño estanque para explorar
el lugar. No se veía como lo recordaba, la acogedora residencia subterránea
decorada con helechos, luciérnagas y hongos luminosos parecía ser más lúgubre.
Fue al punto donde estaba la cuna de su hijo y vio con desconcierto que
"todavía" estaba ahí, y de hecho contenía un bulto cubierto por una
manta para bebés. Se acercó con temor de encontrar un pequeño cuerpo momificado
y apartó la manta de un tirón, con alivio descubrió que solo había un montón de
ropa enrollada debajo. La examinó cuidadosamente y reconoció el pijama con que
había visto a Lini por última vez. La olió con nostalgia y entonces la voz de
Aureus tras de su espalda la sobresaltó:
—¿Has recordado todo?
Bloo se
volteó a mirarlo con tristeza y dijo:
—Sí, pero eso no significa
que las cosas volverán a ser iguales. Detente un momento a pensar y mira como
son las cosas, los dos fuimos arrojados a circunstancias que van desde lo
antinatural hasta la forma más vil de lo cruel. No niego el que después de todo
lo que hemos vivido juntos yo tenga sentimientos fuertes hacia ti. Pero es un
amor más cercano a la ternura que al sexo.
Aureus la
miró como sin entender y Bloo terminó de aclararle:
—¡Siempre te he querido! Y
siempre vas a ser parte importante de mi vida, pero no deseo que ese vínculo
que ya tenemos sea reemplazado por un hijo. No es el tipo de relación que
debería haber entre nosotros. No existe tal cosa como los destinos inevitables,
sabes que esto es solo decisión de nosotros dos. Nuestra responsabilidad si se
repite o no, y yo ya elegí un futuro.
El selenita
se dio cuenta de que el asunto se le iba de las manos y fue presa de la
desesperación. No se atrevería a forzarla, lo reprimía el temor a perder la
confianza de la joven, iba sucumbir a la angustia de su frustración, pero
entonces empezó a maquinar otra salida. Aureus Lunae IV carecía de astucia,
pero la intuición animal de esa quimera humana que era él le permitía saber
cuáles eran los movimientos exactos para llevar las cosas a su favor. Se mordió
las uñas mirando al piso y comentó en voz baja, como para que no lo escuchara
Bloo:
—Nuestra responsabilidad si
permitimos que se repita o no...
Después
ella se alejó unos pasos como para emprender la retirada, y Aureus se apresuró
a alcanzarla preguntando:
—Pero... ¿Y nuestros
juegos?, ¿no significan algo para ti?
—Abusé de tu cariño, lo
siento, solo estaba pensando en mi propia satisfacción. Nunca debí tratarte
así.
—Me diste lo que yo
anhelaba, ahora me lo quitas. Piensas en mi como todo, menos como hombre.
Supongo que es mi culpa porque siempre he sido un pusilánime, dependo
emocionalmente de quien me acepté pues nunca quise dejar de ser un niño enfermo
buscando madre...
Entonces
Bloo se volvió a mirarlo, le acarició el rostro sintiendo compasión y diciendo:
—En realidad, ...tienes como
diez años de edad, Aureus. Eres lo que puedes ser y no es tu culpa. De hecho,
...acabaste estando bajo mi tutela y no pude cuidarte bien.
Sus
palabras no sirvieron de mucho consuelo, el selenita seguía teniendo una
expresión entre angustia e indignación. Bloo lo abrazó tratando de hacerlo
entender:
—Lo siento en verdad,
perdóname. Ya no podré reparar el daño.
—Realmente eran juegos,
estabas jugando conmigo...No con mi cuerpo, sino con lo que sentía por ti...
Bloo le
besó la frente y explicó:
—No fue así, es solo que
tuvimos un exceso de intimidad. No respeté los límites.
—Ya está hecho... ¿Cuántas
veces vamos a cambiar el pasado?, tendríamos que cambiarnos a nosotros mismos.
Siempre fallamos en algo. Si ya elegiste un camino, y este es el fin de mis
pretensiones, al menos dame una despedida que marque mi existencia y le dé
sentido: volvamos a perder la virginidad juntos. Eso me bastará para madurar un
poco y tener las fuerzas para independizarme de ti y seguir mi vida. Si deberé
verte con el SL30 o quien sea, quiero tener el privilegio de haber sido el
primero y así poder soportarlo.
La
propuesta incomodó a Bloo, pero no le pareció descabellada; ya habían llegado
demasiado lejos como para escandalizarse a solas. Pensó que si iban a hacer un
cambio radical podrían ir de un extremo a otro, de la unión completa al corte
limpio. No se había dado cuenta de la sutil manipulación de Aureus, que
apelando a un instinto maternal retorcido la estaba llevando a satisfacerlo.
Bloo dio una respuesta afirmativa con un movimiento de la cabeza y comenzaron a
quitarse la ropa con simpleza, como solía ser en sus juegos sexuales que
pretendían tomar por no eróticos. Ella se tendió en el piso y separó las
piernas aceptando la entrada de su raro amante, que se aproximó a su cuerpo
observándola fascinado. La situación los excitó al máximo y por un rato solo se
masturbaron a sí mismos observándose el uno al otro en silencio, hasta que
Aureus no pudo más y se insertó en ella, tomándola luego por los tobillos y
alzándola un poco para penetrar más profundamente mientras Bloo no dejaba de
acariciarse con el libido desbocado hasta alcanzar el clímax entre gemidos de
placer y descargas eléctricas que Aureus aguantó en silencio; entonces se soltó
de él y dio por terminado el acto tratando de incorporarse sobre sus manos y
sus rodillas. A partir de ese momento Aureus ya no le pidió su consentimiento.
Literalmente la montó como cualquier bestia, rodeándole los hombros y el cuello
con un brazo mientras guardaba el equilibrio mordiéndole la nuca y estrujándole
un pecho con la mano libre; llenándole así las entrañas con su simiente. Todo
había durado menos de tres minutos. Luego de eso fue como si algo se despertara
en Bloo y la llevara a darse cuenta de que ya no había vuelta atrás, la
relación entre los dos era perversa en más de un sentido y lo sabía muy bien.
Aureus era un demente peligroso obsesionado con ella, pero no por casualidad;
esa había sido su propia obra. Suspiró con una sonrisa comprensiva, se recostó
en el piso, acomodó a su siniestro amante sobre su cuerpo y lo guio para que
iniciara una segunda cópula mientras le decía entre caricias:
—Es la primera vez que me lo
haces viéndote así. ¿Has esperado mucho tiempo por esto, ¿verdad?, pobre bebé.
Ahora cuidaré de ti. Toma todo lo que quieras, amor.
El selenita
enmudeció atontado y trémulo por la emoción de ser tratado con el cariño que
tanto anhelaba. Se fundieron en un abrazo mientras él la besaba con pasión,
confesándole desesperadamente que la amaba, eyaculando de felicidad cada vez
que la escuchaba corresponderlo y volviendo a excitarse al oírla hablarle con
ternura otra vez. Así pasaron la noche hasta que, luego de su última descarga,
Aureus se desplomó exhausto sobre el pecho de su amor y tuvo el cuidado de
posarle suavemente un dedo en los labios indicándole que callara. Finalmente se
acomodó a su lado quedándose dormido en poco y Bloo sonrió abrazándolo. Había
sucedido algo dulcemente horroroso, la peor pesadilla del SL30. Luego de eso,
nadie supo realmente que fue de ellos dos durante seis días.
Finalmente,
Silver convocó a todos en la casa del pueblo. Ziggy y los Marzanna fueron los
primeros en llegar, sentándose en la sala de estar ante una jarra de café.
Ziggy preguntó mientras servía una taza a cada uno de sus amigos salvo al SL30:
—¿Cómo está Bloo?, no la veo
desde poco después de terminar este año escolar.
Pete y Mari
se miraron entre sí y luego la pelirroja dijo:
—Ella nos llamó la semana
pasada y nos dijo que estaba contigo.
Todos
miraron a Ziggy y ella murmuró un "no", confusa. El hombre artificial
comentó, arreglándose la corbata:
—Se ha estado comunicando
regularmente conmigo, aunque nunca me dijo exactamente con quien estaba. Es un
problema que actúe así. Lo peor es que el monstruo desaparece también al ir
siempre tras ella y necesitaba de sus habilidades para este caso, el siguiente
objetivo se mueve en sus territorios...
En ese
momento apareció Bloo disculpándose por la tardanza, todos la miraron atónitos.
Se le veía muy contenta, llevaba lápiz labial, tacones altos y por primera vez
traía el cabello suelto; libre de las trenzas y listones con que solía
recogérselo. Mari exclamó:
—¡Qué cambio!, ¿a qué se
debe la facha?
Bloo fue a
buscar galletas en la cocina y explicó mientras las traía a la sala de estar:
—No es nada, simplemente
pensé que ya tengo dieciocho años y odio lucir más niña que tú y Ziggy. Así que
decidí adoptar un estilo más adulto.
Segundos
luego apareció Aureus con su atuendo selenita y demasiado sereno para ser él.
Mari lo miró extrañada y preguntó:
—¿Y la ropa desmadrada y el
sombrero?
El selenita
se sentó al lado de Bloo y dijo, arrellanándose en el sofá:
—Se me olvidó, me desperté
cansado.
Luego
intercambió una mirada de complicidad con Bloo y Mari respondió gritando:
—¡¿Pues a qué esperas,
idiota?! Alguien tiene que ser el ridículo ser mitológico del pueblo. Ve a
cambiarte y no tardes.
Aureus se
levantó y fue a hacer lo que le ordenaron de mala gana. Mari sonrió satisfecha
un momento, después se le descompuso la cara y exclamó sin aliento:
—¡¡Me obedeció!! Algo está
pasando aquí...
Todos
callaron sin saber que decir y por fin Silver habló, cambiando de tema:
—Tenemos dos puntos que
discutir acerca de nuestra misión. Primero, un nuevo sospechoso apareció. Es un
joven agresivo y obsesionado con la ecología que se ha propuesto vivir en los
bosques como una bestia. Su historia ha captado la atención de los medios de
comunicación locales y cada día se hace más famoso. Su caso me hace recordar
otro sueño de Selenita: un animal que habita un laberinto de espejos que con
pocos arboles colocados en puntos estratégicos lograba convertirse en un
confuso bosque de vegetación reflejada. El segundo punto: desde comenzamos a
espiar la actividad de la sirvienta adivina que se hace pasar por Perséfone,
descubrí que está conectada a la misma red que controlaba a la sirvienta
robótica que se infiltró en el club de lectura. Como siempre hemos sospechado,
alguien está manipulando el destino de Alma Colectiva y la gente de Prometheus
debe estar al tanto; ocultándole la verdad al resto de la sociedad selenita.
Por eso era imposible salvar a los Sapiens, incluso con la ayuda de la nobleza
Homo cosmos.
Pete
preguntó seriamente:
—Por lo que entiendo, el rey
de la Luna es solo una autoridad simbólica. Prácticamente, la sociedad selenita
se rige sola y Prometheus está en manos de dicho pueblo. Pero esto es otra
mentira porque los fundadores y principales directivos de Prometheus están
emparentados con la realeza de una u otra forma y por eso no tienen conectores
sociales. ¿Qué tal si encima de la familia real y la nación selenita existe
este pequeño grupo de titiriteros con libertad de pensamiento, manipulando la
historia a su favor?
Entonces
Aureus volvió con su disfraz estrafalario y objetó:
—Conozco a la familia que
maneja a Prometheus. De hecho, estuve casado con una de ellos. Son personas
rancias y ambiciosas, pero no creo sean capaces de alterar el universo solo
para construirse un mundo diseñado a su gusto. Además, la autoridad de mi familia
no es tan simbólica, somos los únicos con el poder de desactivar los aparatos
que conectan a los ciudadanos selenitas con la mente comunal que conforman. Uno
de los peores temores de los Homo cosmos es enfrentar la vida solos, pensar sin
ayuda de los demás.
Entonces
Bloo agregó:
—Pero ahora Adámas, de la
familia de los creadores de los túneles de Prometheus, es parte de tu familia y
tiene acceso a ese poder. No tienes nada que ellos no posean.
Hubo otro
silencio hasta que Silver retomó la palabra:
—Se supone que Aureus III y
su futura esposa Adámas son nuestros aliados, por esa razón tenemos aquí a
Aureus IV. Adámas aparentemente es benigna, una joven con la mente llena de
ideales y sueños inculcados por su actual prometido. Pero, sabiéndolo ella o
no, podría ser un caballo de Troya para sea quien sea que esté tratando de
sabotear el pasado y se esconde en Prometheus. Mari, hazte pasar por una
selenita y ve sigilosamente a comentarle nuestras conjeturas al rey para que
esté alerta ante cualquier movimiento raro de la familia de su prometida o de
ella misma. Ve acompañada por tu esposo ciborg para mayor seguridad. Ziggy, tú
sigue vigilando a la falsa Perséfone y avísame si de pronto la ves hablando con
alguien que nunca hayas visto en el pueblo. Podría tratarse de su propietario.
Bloo y Aureus vendrán conmigo y haremos lo de siempre con el sospechoso.
Posteriormente,
Silver les dijo a todos que pasaran al comedor a cenar y luego hubo una amena
charla de sobremesa en la que Bloo y Aureus se mostraron extrañamente
silenciosos. Ya con algo de alcohol corriéndole por las venas, Mari observó
divertida:
—¿Qué le pasa al selenita?
Está tan sosegado que parece que por fin se tiró a Bloo.
Silver
pareció incomodarse con tal comentario. Ziggy hizo un gesto de pesadumbre, miró
a Aureus y él le confirmó sus sospechas asintiendo levemente con la cabeza.
Silver notó que le estaban ocultando algo y fijó la mirada en Bloo, quien
entonces sintió que el puñal del arrepentimiento le atravesaba el corazón y
bajó la vista. No estaba dispuesta a decirle a los demás, y especialmente a
Silver, lo que había ocurrido. Pero la verdad tendría que salir a la luz tarde
o temprano, pese a que ella todavía amaba al hombre artificial.
A la mañana
siguiente, Silver esperaba a Bloo en el garaje de la casa para salir a buscar
al sospechoso; quien salía cada a día a vagabundear por el bosque hasta que al
caer la noche su familia llegaba a rogarle que volviera a dormir a casa. Silver
sabía que entre la mañana y las primeras horas de la tarde el sospechoso
estaría completamente solo y ellos podrían neutralizarlo sin problemas, pero
Bloo inexplicablemente estaba demorando la misión al no salir de su dormitorio.
Finalmente fue a ver porqué tardaba y la encontró aún dormida mientras Aureus
le acariciaba el cabello amorosamente. Una repulsión automática en Silver hizo
que fuera directamente hasta el selenita y lo apartara de Bloo de un manotazo.
La joven despertó pesadamente y balbuceó adormilada:
—¿Qué hora es?, me siento
muy cansada... ¿Por qué hay tanto sol?...
El SL30
explicó:
—Son las nueve de la mañana
y debíamos estar en los bosques hace media hora. Creí que ya estarías
esperándonos allá, Selenita.
Aureus
respondió tranquilamente, ya seguro de su posesión:
—No pienso apartarme de
Bloo. Así que la esperé aquí.
—Ella es físicamente más
fuerte que tú y mucho más inteligente. No necesita tu protección. De hecho, la
mayor parte del tiempo ella cuida de ti. Tu caballerosidad es inexplicable, ya
que tampoco posees la educación para mostrarte condescendiente. Será otro de
tus instintos animales, la tratas bien para cortejarla o que te alimente.
Respondió
Silver con frío desprecio. Aureus lo escuchaba fastidiado cuando un sonido lo
hizo desplegar una pantalla holográfica sobre la palma de su mano y comenzar a
revisar unos datos mientras murmuraba:
—Tú nunca vas a entender
estas cosas, vieja máquina rota.
Luego
avisó:
—Perséfone ha contactado con
una dirección en el futuro. Por desgracia no puedo leer nada, el mensaje está
encriptado.
Entonces
Silver replicó, mientras veía también a la pantalla:
—Envíame una copia de ese
mensaje y corta comunicación con el robot. Si está usando medidas de seguridad
para ocultar lo que hace es porque ya sospecha que está siendo vigilada. Estoy
seguro en un 98% de ser capaz de descifrar lo que dice, pero no sé cuánto
tardaré. Estaré procesando la información en un segundo plano, pero por ahora
salgamos a terminar la misión de este día.
Cuando
finalmente partieron hubo otro breve altercado entre Silver y Aureus ya que el
selenita insistió en ir con ellos en el auto, pero Silver se negaba ya que
tenían que atravesar el pueblo en pleno día para ir al punto en que se
encontraba el sospechoso. Aureus adoptó su forma Homo sapiens para no llamar la
atención y, aunque Silver todavía no estaba dispuesto a llevarlo, Bloo les hizo
ver que se hacía más tarde y lo mejor era irse de cualquier forma, pero pronto.
En el camino, Silver comenzó a expresar su preocupación por la debilidad física
que Bloo estaba mostrando ya que no era normal que un ciborg enfermara:
—Es imposible que te sientas
fatigada, en tu corriente sanguínea circulan cientos de nanobots encargados de
mantener tus tejidos orgánicos sanos y jóvenes...
Argumentó
mientras Aureus y Bloo lo escuchaban sin ponerle atención:
—...la única razón para tu
agotamiento solo puede ser que tu energía se esté concentrando en un proceso
específico, como sanar una lesión seria.
Bloo
bostezó, sentada en el asiento del copiloto, y respondió distraída en mirar
desde la ventanilla a los árboles del bosque rodeados de bruma:
—No me ha pasado nada, ni
siquiera un rasguño. No hice ningún esfuerzo últimamente, de hecho, he pasado
en cama la mayor parte de los días pasados.
Al decir
esto se ruborizó. Silver contestó con un "es extraño", sin notar la
expresión de Bloo, y comenzó a palparle la nuca a la chica hasta encontrar un
punto y presionarlo. Al hacerlo apareció ante Bloo una pantalla holográfica que
él arrastró hasta ponerla en el tablero del auto para comenzar a revisar los
datos que se mostraban acerca del estado físico del ciborg. Comenzó a mover las
figuras de la pantalla con la vista mientras informaba:
—El sistema nervioso está
bien, el sistema respiratorio está bien, el sistema circulatorio está bien, el
sistema genitourinario está en estado de embarazo.
Hizo una
pausa con el rostro inexpresivo de siempre. Pero su silencio era tan lacerante
que la leve sonrisa de triunfo que Aureus lució en un principio comenzó a
borrarse poco a poco. Bloo trató de explicar algo con la boca desencajada sin
lograr emitir palabra alguna por el estupor y entonces Silver concluyó,
cerrando la pantalla flotante con un chasquido de dedos y volviendo a
concentrarse en conducir:
—El padre es Aureus IV. Ese
proceso está drenando tu energía.
Nadie dijo
una sola palabra durante el resto del viaje hasta que llegaron a una pequeña
calle sin pavimentar donde encontraron la bicicleta del sospechoso. Silver se
estacionó cerca, se puso unas gafas de sol, se arregló la corbata mirándose en
el espejo retrovisor y salió del Cadillac sin decir nada. Bloo y Aureus se
quedaron dentro del auto sin saber que hacer exactamente y entonces Silver se
volteó a mirarlos y habló mostrando por primera vez en su vida una emoción, el
disgusto:
—Ambos tienen mucho en
común. Felicidades, Selenita. Hiciste realidad tu sueño de toda la vida.
Preñaste a la mujer que más deseabas en el mundo. Y tú, Bloo, ahora serás una
madre real. Tendrás a tu propio Lini, para malcriar y sobreproteger el resto de
tu vida. ¿Y ahora qué?, ...después de todo, sabíamos que esto iba a pasar...
Exclamó
desalentado y agregó:
—La naturaleza tiene leyes y
los dos son animales. ¡Una máquina como yo no puede comprenderlo!, ¿no es
verdad, Selenita? Los animales nacen, crecen, se reproducen y mueren. Me
hubiera gustado llegar a tocar tu alma, Bloo...y despertar lo único que nos une:
la razón. Lo que me hizo humano a mí y hace que los hombres sean hombres y no
primates lampiños. Había una misión en favor de un ideal, de un amor que
sobrepasa la euforia de un orgasmo, algo para todos, eterno, ¡infinito! Pero
según ustedes no era tan importante como hacer bebés. Creo que yo soy más
humano que tú Bloo Homo sapiens, o tú, Aureus Homo cosmos. Yo soy capaz de ser
sin estar atado a la carne. Soy una mente libre. Ambos me enseñaron lo que es
el amor y lo que es el odio...Y ahora puedo acceder al mundo de los
sentimientos, pasiones, obsesiones y locuras que se encuentra en medio de estos
dos polos. ¡Ahora soy un ser humano completo! Gracias, esto es algo que no se
obtiene eyaculando o pariendo...un verdadero tesoro.
Luego de
decir esto se volteó y se adentró al bosque. Bloo y Aureus se miraron en
silencio y luego de un rato de tratar de entender lo que acababa de pasar,
Aureus murmuró:
—Dice que puede sentir, pero
sigue teniendo la cara de muñeco.
—El corazón no está en el
rostro.
Replicó
Bloo, saliendo del vehículo y acomodándose el abrigo. Aureus fue tras ella.
Silver seguía avanzando por el bosque cuando Bloo lo alcanzó y le dijo casi
ahogándose mientras corría para ir a la misma velocidad de los largos pasos del
SL30:
—¡Aún compartimos los mismos
ideales!, ¡es verdad que yo quería tener un bebé y eso, pero no es todo lo que
deseo en la vida! Me gustaría que mis nietos vivan en un lugar seguro, sin que
un día los secuestren unos monstruos...
Silver la
interrumpió:
—Que tus nietos estén
seguros. Muy maternal, Bloo. Incluso cuidas de los bebés de tus bebés que no
han nacido todavía. Supongo que Aureus piensa lo mismo. Esa rata escuálida no
tiene otra forma de perpetuar su memoria, su legado será media docena de hijos.
Entonces
Aureus se acercó a ellos y habló en forma burlona:
—No es simplemente
engendrar, SL30. Es muy bonito tu amor por la humanidad, está bien que trates
de salvar a los Sapiens. Pero existe el amor erótico. No lo comprendes porque
no tienes cuerpo. Eres un puñado de pensamientos confusos dentro de un maniquí.
¿Crees que Bloo se acostó conmigo solo para concebir?
Bloo se
volvió a mirarlo con enojo y Silver replicó:
—Los felicito. Pueden tener
placer sexual juntos. Solo te recuerdo, Selenita, que hay unos cien millones de
amantes mejores y más atractivos que tú.
Corriendo
para adelantarse al paso de Silver, Aureus respondió:
—Eso es lo que no entiendes,
¡no puede ser nadie más que la persona que amas!
Silver se
detuvo en seco y se volteó hacia Bloo, preguntando:
—¿Tú amas como a nadie más a
este pequeño, flaco, pálido, feo, poco masculino, extraño, egoísta, tonto,
agresivo, infantil e irresponsable hombrecillo lunar?
La muchacha
hizo una pausa antes de responder y luego dijo en voz baja:
—No...Solo tuvimos sexo
casualmente sin saber que yo era fértil cuando sucedió.
Aureus la
miró sorprendido. Dio unos pasos hacia atrás y luego se levantó un poco las
gafas que usaba cuando se disfrazaba de Sapiens, para secarse una lágrima.
Silver siguió su camino sin decir nada más. Llegó a un sendero y con la punta
del zapato movió un rollo de papel de baño. Escuchó algo de ruido entre unos
arbustos lejanos y se escondió tras un tronco robusto. El sospechoso salió
desde la fuente de los ruidos, con el cabello largo enmarañado y ropas sucias;
presintió que algo no estaba bien en el ambiente y sacó una cuchilla mientras
caminaba sigilosamente, atento a su entorno. Miró de reojo al rollo de papel
tirado en la vereda y notó que había sido removido. Su instinto le hizo ir
directo al árbol en que Silver se escondía y lo rodeó sin encontrar nada. Silbó
un poco pasándose la navaja de una mano a la otra mientras recorría el lugar
con la vista y entonces miró hacia arriba encontrando las gafas de sol de
Silver colgadas de una rama. Las tomó con cuidado y silbó suavemente
examinándolas. Cuando volvió a levantar la vista se encontró cara a cara con la
Glock 17 de Silver y recibió un disparo en plena frente. El objetivo estaba
neutralizado. Cuando Silver volvió al punto en que se había separado de sus
compañeros, los encontró abrazados bajo un árbol. Aureus todavía hipaba de
llanto mientras Bloo lo consolaba acariciándole el rostro y besándolo. Silver
los observó un momento y luego les gritó desde donde estaba:
—Espero sean los tres muy
felices, pero no quiero volver a verlos.
La pareja
lo miró sin dejar de abrazarse y Silver volvió al Cadillac. Mientras conducía
de regreso al pueblo echó de menos a Bloo en el asiento del copiloto e incluso
al selenita despatarrado en el asiento trasero. Por primera vez desde que usaba
ese vehículo, encendió la radio y buscó una canción melancólica que escuchó con
expresión indiferente.
A los pocos
días, todo el pueblo sabía que el café de Bloo estaba cerrado porque ella ya no
estaba para atenderlo. En una semana más, todos averiguaron que Bloo había
abandonado a su marido y en un mes ya era de conocimiento público que se fugó
con "Albert el chico rico" y estaba embarazada de él. Todo el pueblo
se compadeció del “detective Silver Light”, Eros comenzó a visitarlo para darle
ánimos y hasta Laude se le acercó alguna vez para comentarle lo pérfida que era
su prima. Incluso la hermana de Bloo y su tía, que había vuelto de su encierro
psiquiátrico, tomaron un tiempo para tratar de reconfortar al esposo
abandonado. Las malas lenguas decían que el pobre señor Light fue incapaz de
darle un hijo sano a Bloo, que luego de la supuesta muerte de la niña enferma
que tenían el matrimonio se había venido abajo. Pete y Mari reabrieron el café
con ayuda de Ziggy para volver a llenar de vida la vieja casa que Silver
habitaba. El SL30 no se quejaba de su situación, pero en su rostro de hielo
había surgido una mirada inusual en él que preocupaba a los Marzanna y a Ziggy.
Una mirada de tristeza. Cada tarde intentaban que todo fuera como antes,
hablando de la misión y comiendo juntos mientras reían ante la gélida compañía
de Silver. Pero al caer la noche volvía a reinar la soledad y el silencio. Con
el tiempo, Ziggy ya no estaba preocupada sino obsesionada por los
"sentimientos" del SL30. Logró convencer a Mari de que retomara su
forma selenita para poder buscar información respecto a la casa Silverlight a
través de su ordenador de implante manual; pero solo pudo encontrar una
cantidad enorme de anuncios comerciales sobre sirvientes robóticos con la
apariencia de hermosos Homo sapiens vestidos con impecables trajes negros, que
se presentaban diciendo: "¡Soy un auténtico Silverlight!, ¡con la
eficiencia y elegancia de siempre!" Siguió interesada en saber más del
SL30, hasta una noche en que se estaba quedando dormida en su habitación, pero
sin poder dejar de pensar en el tema. Cerró los ojos un momento y al abrirlos
de nuevo se encontró en una especie de laberinto de paneles de cristal oscuro
donde muchos maniquíes elegantemente vestidos de negro estaban de pie sobre
pedestales. El ambiente se sentía como al estar bajo el agua, pero podía
respirar a la perfección. Por un momento pensó que se encontraba en una tienda
de modas, pero pronto reconoció que el logotipo de ese almacén era la
"S" y la "L" que Silver llevaba grabadas en sus mancuernas.
De alguna forma había llegado a la Luna y estaba en la casa Silverlight. Rápidamente
dedujo que estaba soñando y decidió disfrutar la fantasía curioseando por todo
el establecimiento, donde solo estaban ella y los sirvientes robóticos
apagados. Caminó observando con embeleso a los atractivos hombres y mujeres
artificiales vestidos en trajes de negocios negros, hasta llegar a un pequeño
salón donde solo había un sirviente. Un SL30. Corrió a verlo emocionada y no
pudo evitar pararse de puntas ante el modelo y estirar el brazo lo más que pudo
para tocarle el rostro. Para su espanto, el robot se activó, hizo una pose y
recitó con una sonrisa:
—Soy Silver Light 30, un
trabajador viajero que le ofrece no solo la eficiencia y elegancia que la casa
Silverlight siempre ha brindado, sino también un toque innovador de
personalidad sumado a nuestro impecable sistema informático.
Ziggy se
apartó de él con sobresalto y luego preguntó tímidamente:
—¿Silver? ... ¿Es decir,
...Alloy?
El robot
volvió a decir las mismas palabras y Ziggy comprendió que ese SL30 solo estaba
ahí para ser exhibido y repetir su presentación una y otra vez. Comenzó a ver
las paredes del salón y descubrió que la historia de la compañía estaba escrita
ahí, junto a imágenes de los primeros sirvientes robóticos que construyeron y
sus primeros establecimientos de venta en la Tierra. Leyó como se habían
asociado con Prometheus para la creación de sirvientes viajeros y como habían
obtenido el liderazgo en el mercado de robots de la Luna, pero lo que más le
intereso fue la vaga biografía de Alloy Silverlight que encontró cerca del
SL30. Según esta, él había sido un hombre innovador, astuto y tenaz en su
trabajo; que comenzó un pequeño proyecto y terminó construyendo un imperio. La
biografía se enfocaba en sus logros y descubrimientos en el campo de la
robótica, pero no decía realmente nada sobre su vida personal, salvo por
mostrar la vieja fotografía instantánea donde se le veía recién nacido en
brazos de su padre. No mencionaba si se había casado alguna vez, si había
tenido hijos o de que había muerto. Finalmente llegó a una pantalla holográfica
donde se mostraba la mítica grabación en video que había servido como base para
programar la personalidad del SL30. Ahí pudo ver finalmente al verdadero Alloy
Silverlight vestido con su legendario traje negro y dándole la espalda a un
fondo blanco, dirigiéndose a la cámara con una mirada penetrante y
determinación en su voz al iniciar su discurso con la frase: "Pienso, por
lo tanto, existo". Luego de una breve presentación comenzaba a explicar su
deseo de usar esa grabación para documentar un patrón de conducta que podría
ser imitado por un robot, logrando así un autómata de aspecto más humano. Una
psicóloga detrás de la cámara se encargaba de hacerle preguntas sobre su propia
persona, que Silverlight respondía tratando de ser formal siempre, aunque la
mujer intentaba hacerlo abrirse. Así, Ziggy se enteró de que Alloy Silverlight
era un hombre que tendía a ser silencioso y reservado; se conformaba con tener
unos pocos amigos y rehuía de las reuniones sociales, obviaba los detalles y
buscaba posibilidades futuras ocultas en el presente. Lógico y metódico, la
opinión de los demás y las consideraciones sociales tampoco parecían importarle
mucho pues reaccionaba con indiferencia y seriedad ante las bromas de la dama
que le ayudaba a grabar el video detrás de la cámara. Daba la impresión de
planificarlo todo y tener siempre el control. El video dejó a Ziggy con más
dudas de las que tenía al principio y entonces escuchó pasos. Se escondió con
espanto detrás del Silverlight y pudo ver que un selenita se acercaba como
sospechando su presencia. Se llevó una mano a la boca con terror y, cuando
pensaba en que debía escapar de alguna manera, comenzó a ver como todo a su
alrededor se derretía en un torbellino de colores y se reconstituía como su
dormitorio; donde yacía de pie ante su cama y despierta. La extraña experiencia
conmocionó a Ziggy, pero no le contó a nadie al respecto. Su interés por Silver
aparentemente la había hecho descubrir que también podía transportarse por el
tiempo y el espacio naturalmente como Aureus, pero no sabía si su viaje había
sido real o un sueño.
Todos estos
eventos sucedían a la vez que Aureus y Bloo permanecían encerrados en su nido
de amor para entregarse a un frenesí sexual, mientras esperaban a su
primogénito. En un principio, Bloo tomó esa "Luna de miel" como una
forma de animar a un pobre monstruo con el corazón roto; conforme Aureus se fue
sintiendo más seguro de la aceptación de su amante, comenzó a dar rienda suelta
a su instinto de macho animal y ella casi no pudo reconocer al ente que la
estaba poseyendo salvajemente entre suaves mordiscos y lamidas; la excitación
la embriagó a tal punto que para cuando el acto finalmente terminó, tras varias
horas, se sentía profundamente enamorada. Aureus III les proporcionó todo lo
que necesitaban y estaba feliz de que su problemático hijo por fin se sintiera
a gusto. La pareja era tan dichosa que ya ni siquiera recordaba a Silver,
mientras el robot solitario se sentaba cada noche en la vieja cama de Bloo y
revivía en sus archivos de memoria el primer día que pasó con ella y todo lo
que había aprendido en ese tiempo juntos. Una de esas noches estaba absorto
recordando el pasado mientras veía uno de los listones con que su amiga solía
recogerse el cabello cuando una alarma se activó en su mente robótica. Desplegó
una pantalla holográfica sobre la palma de su mano y vio que el mensaje que
Aureus había captado de las comunicaciones de Perséfone con su dueño había sido
decodificado finalmente. Presionó un símbolo y leyó:
"Ningún
evento imprevisto registrado. Se detectan señales ajenas a la red, riesgo de
nivel medio. Aún es imposible ubicar el escondite, pero existe la posibilidad
de asesinar a la portadora. Se esperan nuevas órdenes. Enviado a A44RL98".
Silver
revisó en una tabla de códigos el significado de los números que conformaban la
dirección del destinatario. Lo primero que encontró fue que A44 correspondía al
nombre Adámas, muy poco común en la Luna. Lo segundo le hizo comunicarse
inmediatamente con Bloo y Aureus luego de mucho tiempo de no dirigirse a ellos.
L98 era el código para el apellido Lunae, el de la familia real.
17. Illusionista
Silver
nuevamente convocó a toda "la familia" a reunirse en la casa del
pueblo. Otra vez llegaron los Marzanna y Ziggy, mientras que Bloo y Aureus se
mantuvieron ausentes. Mari opinó al respecto, mientras cerraba el café con
ayuda de Ziggy:
—Ese par ya no volverá.
Ambos deseaban ser padres pronto, tienen la vida resuelta gracias a la herencia
del chico y lo último que querrán es arriesgar el pellejo junto a nosotros para
cambiar el futuro que para ellos y su hijito se ve tan hermoso.
Después
agregó, con un suspiro:
—En realidad es una pena,
nos falta poco para terminar la escuela y justo ahora Bloo se graduó, pero de
mamá.
Ziggy
comentó lánguidamente:
—Podría seguir sus estudios,
pero dudo que el egoísta y necio de Aureus se lo permita. Espero él no eche a
perder al bebé ahora que se encargará de su crianza...Nunca le pregunté a mi
tío que fue del hijo de Bloo. Es extraño que no se conozca descendencia suya,
pero tampoco hay señales de que haya tenido un final trágico. Supongo que murió
sin hijos luego de una vida tranquila.
—Quizás nacerá estéril o
enfermo de algo.
Respondió
Mari, revisando el dinero de la caja, y continuó diciendo:
—Estéril seguro. He
escuchado que, si cruzas a un burro y una yegua, nace un mulo; y los mulos son
incapaces de procrear. ¡No los estoy llamando burro y yegua!, solo imagina lo
que saldrá si cruzas a una humana con un híbrido de hombre con gato y lagartija.
Aún no puedo creer que en la absurda competencia que tenían por Bloo, Aureus
haya vencido a Silver.
—Una vez Aureus me dijo que
Bloo lo electrocuta cuando hacen el amor, pero él la adora y quiere una familia
juntos pese a todo. Un amante tan devoto es valioso.
Observó
Ziggy y Mari replicó:
—Pues bien, a los locos los
curan con electrochoques. Quizás luego de mucho tirársela hasta quede cuerdo.
La loca ahora es Bloo, por dejarse preñar de él.
—Aureus tiene algo a su
favor. Es gracioso. En cambio, Silver es muy serio, distante...Me entristece
pensar en qué clase de vida tuvo el hombre que le transfirió esa personalidad.
De hecho, he llegado a pensar que Silver es un fantasma...
Dijo Ziggy
gravemente y Mari se volvió a mirarla extrañada. Ziggy explicó:
—¿Has oído que existen
objetos encantados?, quizás ese robot esté poseído por el alma en pena de Alloy
Silverlight y por eso sea el único SL30 que se empeñó en salvar a los Sapiens.
Debería preocuparte el origen de su melancolía, Mari. Hay cierta probabilidad
de que tu futuro hijo sea el verdadero Silverlight, oculto tras un pseudónimo.
Se
escucharon golpes en la puerta y la voz de un hombre dando las buenas tardes
desde afuera. Mari murmuró indignada, antes de ir a ver quién llamaba:
—¡¿El fantasma de mi hijo
comunicándose con nosotros a través de un robot?!, espera a que vuelva y ya te
responderé lo que pienso de tus paranormaladas...
Abrió la
puerta y se encontró con un elegante hombre caucásico de unos cuarenta años
enfundado en un costoso traje de seda. El desconocido le brindó una sonrisa
mientras nuevamente le deseaba buenas tardes y Mari lo miró de pies de pies a
cabeza, se apoyó en el marco de la puerta cruzándose de brazos y le preguntó
que quería. El hombre respondió dulcemente señalando a un auto lujoso
custodiado por cuatro hombres de negro:
—¿Mis sirvientes pueden
estacionarse ahí? No quería llamar mucho la atención así que vine luciendo como
uno de ustedes. Soy yo, el papá de Aureus, ¿me reconoce?
Poco faltó
para que Mari se cayera del susto mientras balbuceaba un "sí", y
Aureus III entraba rodeado por los cuatro hombres de negro. Dos de los
sirvientes se separaron del grupo y entraron a inspeccionar la casa regresando
luego con Silver y Pete traídos a punta de pistola. El monarca sonrió haciendo
un gesto con las manos para ordenar a sus sirvientes que guardaran las armas y
se disculpó diciendo:
—Los nuevos modelos de
Silverlight con que me han abastecido son exagerados en cuestión de seguridad.
Señor Petrus y señora Mari, ahora soy yo quien los visita. Mis queridos
ancestros, finalmente tengo el placer de conocer la casa en que su fructífero
amor nació. Este edificio es parte de la historia de nuestra familia.
Después se
dirigió a Ziggy con una leve reverencia y dijo:
—Señorita, soy Aureus Rex
Lunae, encantado de conocerla.
La muchacha
tartamudeó algo incomprensible y Pete preguntó, tomando asiento:
—¿Qué te trae por aquí,
tatara-tatara-tatara-nietecito?
Mari
dirigió una mirada fulminante a su marido y el rey contestó:
—El mismo tema que los llevó
a ustedes a visitarme en la Luna. Esta mañana, Aureus hijo me comentó que su
curioso SL30 descubrió pruebas de que Adámas está involucrada con el infame
proyecto Evolución. Siendo un asunto tan delicado y ya que él y la pequeña Bloo
no terminan de prepararse para ser padres, le pedí que se quede con su novia
mientras yo iba personalmente a ocuparme del caso. Me interesa también, ya que
esta noticia me afecta directamente. Mi relación con Adámas es muy íntima en
este momento.
Antes que
pudiera seguir hablando, Mari corrió a ofrecerle un asiento y le ordenó a
Silver que le trajera café; luego le preguntó al rey como estaba Bloo y él
respondió emocionado:
—Está en perfectas
condiciones, es una obra de arte de la genética y la ingeniería ciborg. El bebé
está desarrollándose muy bien. Por cierto, a través de la interfaz de usuario
de la parte cibernética de Bloo, vi que heredará mucho del aspecto de la madre.
¡Y pensar que lo concibieron sin usar un laboratorio!
Poco
después Silver le entregó una taza de café al visitante con rudeza, como si le
molestara lo que estaba diciendo, y Ziggy opinó con cierto resentimiento:
—Su hijo Aureus debe estar
muy decepcionado. Él menosprecia a los Sapiens.
Aureus III
replicó:
—De ninguna manera,
señorita. Mi familia ha sido ferviente admiradora de la gente de la Tierra
desde siempre. Estamos orgullosos de nuestras raíces, en nuestras venas corre
la sangre de los reyes que protagonizaron muchas de las historias más
románticas y legendarias de la humanidad. De hecho, la fascinación de mi hijo
por la anatomía Sapiens se está volviendo un problema. Hemos tenido que pedirle
que deje de hacerle el amor a Bloo con excesiva frecuencia, temo que tanta
actividad sexual llegue a afectar su salud.
Nuevamente
pareció que Silver se incomodara al escucharlo, pues bajó la mirada y salió del
salón sin excusarse ante los demás. Aureus III siguió hablando sin notar la
reacción del hombre artificial:
—Parecen tan felices juntos
que mi querida amiga Adámas y yo decidimos llamar al laboratorio genético y
adelantar el nacimiento de nuestro primogénito antes que el matrimonio.
Queremos experimentar un poco de lo que ellos están viviendo, ser
madres y la emoción que conlleva. Por eso me sentí confundido y
preocupado cuando escuché que Adámas podría estar involucrada en asuntos tan
oscuros. Nuestro futuro hijo ya fue concebido en un laboratorio hace apenas
tres días, mi confianza en la amistad de Adámas es casi ciega...
Mari habló
entonces:
—Comprendo, excelencia, pero
Silver rastreó los mensajes de un robot que está vinculada con el proyecto
Evolución hasta llegar a Adámas Lunae. Ella tiene algo que ver en todo este
plan para eliminar a los Homo sapiens.
Inmediatamente
Aureus III preguntó con suspicacia:
—¿Están seguros de que ese
SL30 ha computado bien los datos? Es una máquina vieja y defectuosa, yo no
seguiría usando a un robot tan deteriorado para estos fines.
Sin
pensarlo dos veces, Mari respondió:
—Ese viejo robot es
irreemplazable, señor, es el líder de esta misión. Él fue quien inició toda
esta aventura en primer lugar, y nos convenció a todos de cambiar el presente
para evitar el horror que nos aguarda en el futuro.
Ziggy y
Pete dieron la razón a Mari y Aureus III tomó aire, tratando de asimilar lo que
había escuchado para luego decir:
—Mis amigos, los sirvientes
robóticos no son una buena opción para guiarse en la vida o tomar decisiones
importantes. Solo son maquinas programadas para actuar como su fabricante les
haya dicho que deban hacerlo. El SL30 realmente no desea ayudarnos a buscar un
mejor futuro, solo está haciendo su trabajo de forma errática y hemos tenido la
suerte de que casualmente sus fallos nos ayudaron en esta noble empresa. Pero
es increíble que ustedes tengan por líder a un objeto sin vida como lo es un
robot SL30, que por cierto es un modelo célebre por estar averiado de fábrica y
mostrar una conducta rebelde ante sus propietarios.
Entonces
Ziggy se atrevió a hablar:
—Usted ha dicho que los
sirvientes robóticos están programados para actuar como sus fabricantes les
hayan dicho que deban hacerlo. En el caso de este SL30, su deber era
comportarse como Alloy Silverlight. Yo creo que los SL30 nunca estuvieron
averiados, solo se comportan de acuerdo a como ese científico hubiera
reaccionado de haber llegado a vivir para ver el triste destino de su gente.
Por eso son rebeldes y hacen cosas sin sentido para sus dueños. Todos deben
haber decidido evitar la catástrofe, pero solo este ejemplar pudo llegar lo
bastante lejos. Le pido que respete no al SL30, sino a la memoria de Alloy
Silverlight contenida en ese robot.
El monarca
todavía dudó:
—Puedo...comprender que haya
una pequeña posibilidad de que los sueños y valores del señor Silverlight estén
reflejados en las acciones del SL30. Pero eso no cambia el hecho de que sea un
objeto sin vida. No pueden guiarse por él.
Mari tomó
la palabra nuevamente:
—Señor, realmente no sé qué
pensar. El robot escogió a Bloo sin una razón lógica, creo que sentía celos de
Aureus y los tres terminaron formando un verdadero triángulo amoroso. ¡Hasta la
fecha sigue oponiéndose a que su hijo y Bloo estén juntos! Que yo sepa, él no
estaba programado para meterse en líos sentimentales. Silver siente...de alguna
forma. Y nosotros le hemos tomado cariño.
Aureus III
cruzó una pierna y la miró intrigado. Luego contestó:
—Hay una explicación lógica,
la forma en que el SL30 decide actuar en cada situación se basa en imitar la
personalidad de Silverlight en un ambiente laboral. Siendo serio y formal. Pero
quizás en esa colección de actitudes y sentimientos teorizados que el robot
recibió, hay mecanismos psicológicos subyacentes que con el tiempo y las
circunstancias llegaron a reconstruir facetas del científico que no venían
comprendidas dentro de los comportamientos programados originalmente en él. Lo
que ustedes han visto en el SL30 es la solución de un problema complicado para
su repertorio de conductas: encontró a una persona que considera valiosa,
decidió que debía conservarla a su lado, alguien quiso alejarla de él y
reaccionó intentando retenerla mostrándose celoso para persuadirla
emocionalmente. Parecerá estar mostrando afecto y apego, pero solo es una
máquina tratando de conservar una herramienta útil.
Tras
pensarlo unos segundos, Mari repuso:
—Señor, ...ese es el punto.
¡Silver no está pensando de una forma práctica ya que Bloo es una herramienta
inútil! Y con todo respeto, su hijo también. Nuestros progresos se deben a la
constancia y esfuerzo del SL30, que por alguna razón nos ha unido a todos en
una familia. Entiendo su punto, las máquinas aparentan sentir para verse más
humanas, no porque sientan. Pero a estas alturas en que el SL30 ya forma
juicios acerca de sus propias acciones y no solo hace lo que le ordenaron
hacer, ¿realmente podemos decir que sus sentimientos son falsos porque nacen de
razonamientos más que de emociones? Silver es como un poema que se lee años
después de que el poeta ha muerto...La vida se ha extinguido pero el
sentimiento sigue ahí, tan real como siempre. Mi amiga Ziggy dijo algo hace un
rato, que ese robot contiene el fantasma de Silverlight. Le repito, yo ya no sé
qué pensar, pero esa máquina es la única que está haciendo su mejor esfuerzo
por cambiar el futuro...Piense usted lo que quiera, nosotros seguiremos confiando
en ese SL30.
Aureus III
suspiró pensativo. Luego se excusó y salió para ver a Silver, que estaba quieto
en el jardín en una de sus poses de maniquí. El rey se le acercó y preguntó:
—SL30, ¿por qué ha
abandonado la sala en que los demás estábamos charlando?
El hombre
artificial respondió con su frialdad eterna:
—Consideré que mi presencia
era innecesaria ya que hablaban de temas ajenos a mis metas. ¿Ahora desea usted
hablar conmigo acerca del proyecto evolución?
—Así es, pero antes quiero
me cumpla una orden al pie de la letra. No vuelva a molestar a mi hijo y a su
amante ciborg o me veré obligado a apagarlo a usted.
Sentenció
Aureus III. Silver lo miró un momento y luego replicó:
—No me amenace con apagarme,
es inútil. Para mi hay cosas peores que la muerte.
El monarca
se quedó sin palabras y Silver continuó diciendo:
—La dirección a donde se
dirigían los mensajes de la sirvienta pertenece a una persona llamada Adámas R.
Lunae. Como usted sabe, los mensajes a través del tiempo se envían directamente
al ordenador de implante manual del receptor, que tiene una dirección única e
inalterable. Entre el nombre Adámas y el apellido Lunae figuraba una letra
solitaria, la R. Supuse que correspondía a "Rex" o en este caso
"Regina", reina, título que Adámas poseerá luego de contraer
matrimonio con usted. Por tanto, podemos también deducir que el mensaje iba a
un futuro más allá del que usted conoce en este preciso momento. Como ve, es
imposible que haya otra persona con el apellido de la familia real y con el
título de reina. Su prometida definitivamente tiene algo que ver en este
asunto.
Aureus III
palideció y luego dijo:
—Adámas no desea usar el
título de reina. Hace poco hizo pública esa decisión al igual que mi hijo
Aureus, quien rechazó al trono de la Luna. Pero hay algo que he olvidado
decir...A nuestro primogénito que acabamos de concebir le hemos llamado igual
que ella, Adámas, en un intento por promover cambios en nuestro reino
comenzando por romper la tradición de llamar Aureus al heredero al trono. Creo
que no se trata de "Adámas Regina Lunae", sino "Adámas Rex
Lunae". SL30, encuentre inmediatamente la forma de contactarse con mi
segundo hijo en el futuro. Necesito hablar con Adámas R. Lunae y saber por qué
mi propia sangre estará en contra de mis ideales.
Silver
respondió:
—Es imposible que usted lo
visite sin que Prometheus intervenga y toda la nación lunar se entere. Lo único
que puede hacer es comunicarse con su presunto hijo a través de la sirvienta
adivina Perséfone y pedirle que venga aquí, al siglo XX, para hablar clandestinamente
con usted. Pero incluso así es una acción peligrosa.
El rey
selenita se pasó una mano por la cabellera como desesperado y luego ordenó:
—¡Entonces conéctese con la
sirviente adivina y dígale que me comunique con Adámas Rex! Solo dígale que lo
pido yo, su padre, que casualmente descubrió a través de usted que él estaba
involucrado con esta época.
—Pero lo que está pidiéndome
es arriesgado, podría destruir toda la misión...
Advirtió
Silver, pero Aureus III no lo escuchó. Fue hasta él y le presionó la nuca
haciendo brotar una pantalla holográfica de su pecho. El monarca escribió ahí
un mensaje y lo envió. Luego se apoyó contra una columna y esperó mirando al
cielo. Los Marzanna y Ziggy llegaron a ver que sucedía luego de escuchar al rey
levantando la voz y entonces un túnel de Prometheus se abrió sobre el jardín
interior de la casa. Silver sacó su arma al igual que los demás hombres de
negro y los Marzanna también se pusieron en actitud de alerta, mientras Ziggy
tenía una premonición:
—Es alguien que ya
conocemos...
Al
disiparse el haz de luz cegadora que bajó del cielo, una figura apareció ante
ellos. Era un pequeño sobre que descendió bailando en el viento hasta tocar el
piso. Aureus III lo recogió y lo abrió con cuidado. Lo leyó y luego dijo:
—Es mi segundo hijo, sí...Me
saluda afectuosamente y dice que quiere ver a su hermano mayor...ya que nunca
llegó a conocerlo y debe advertirle acerca de algo muy grave relacionado con su
hijo...
Al caer la
noche, Aureus y Bloo yacían en su cama dentro la caverna oculta bajo el
manantial. Luego de otra cópula exitosa, se besaron con vehemencia y comenzaron
a buscar una posición cómoda para dormir entrelazando sus cuerpos. Ya estando
acostados a gusto, Aureus se quedó un momento pensativo y luego miró a Bloo a
los ojos y dijo con una sonrisa extraña:
—Es gracioso, los papeles se
invierten, ahora el que da la leche para dormir soy yo.
Bloo calló,
comprendiendo lo que esa frase terminaba de confirmar, y luego lo besó como
aceptando el hecho. Ya era demasiado tarde para arrepentirse. El sueño casi los
vencía cuando el haz de luz de la entrada de la caverna se iluminó y con
sorpresa vieron llegar a Aureus III acompañado de sus sirvientes. A partir de
ese momento toda la misión de Silver corrió grave peligro. El rey tomó las
riendas de la situación y se instaló en la casa escondida bajo el manantial,
terminando así el festín sexual de Aureus y Bloo. Varias docenas de hombres de
negro comenzaron a patrullar los bosques espesos y un grupo de sirvientes E5,
otro tipo de robots menos sofisticados y de aspecto similar al de los clásicos
alienígenas del cine, se ocuparon de acondicionar la residencia para recibir
nobles invitados. Aureus III dispuso que toda su familia de 3022 tendría que
conocer a su segundo hijo en una cena formal, ya que no quería que su heredero
se sintiera poco honrado por su padre. Aureus hijo reaccionó con celos,
empeñándose en acaparar la atención del monarca al negarse a ocultar el hecho
de que se había enamorado de una sirvienta ciborg. Quería que su padre le
consintiera que Bloo estuviera a su lado durante la velada, y Aureus III se vio
en graves aprietos ya que era inconcebible que una sirvienta se uniera a los
invitados, pero tampoco podía decirle que no a su hijo. Finalmente cedió ante
las insistencias de su primogénito, rogándole que no hablara mucho durante la
reunión y se mantuviera quieto. El día de la cena llegó, Bloo fue vestida
nuevamente como una muñeca ciborg y el primer invitado en llegar fue el hermano
menor del rey, Argentus Lunae II, y su mujer la princesa Ruby. Les siguieron
los primos del rey, el príncipe Smaragdus Lunae y su marido el duque Sapphirus;
finalmente llegó la prometida de Aureus III, lady Adámas. Todos eran unos
personajes espantosos de aspecto perverso y sombrío, como recién salidos de una
pesadilla, por lo que Bloo no pudo evitar sentirse incómoda al estar sola entre
tantos monstruos alienígenas. Mientras esperaban la llegada del invitado de
honor, se sentaron todos en un salón y la cuñada del rey preguntó extrañada al
ver a la sirvienta ciborg al lado de su sobrino:
—¿La muñeca es un aperitivo
para antes de la cena o solo es un adorno?
—Es que Aureus hijo ha
estado muy nervioso últimamente. El médico le aconsejó que no se contenga las
ganas para evitar el estrés. Así que tiene a la muñeca al lado por si le
apetece usarla.
Respondió
el rey ante el horror de Bloo, y la princesa Ruby opinó muy tranquila:
—Ya veo, la ansiedad es
terrible sin duda. Qué pena que un joven tan bien parecido la sufra. Hijo,
procura fornicarla yaciendo de costado para menor esfuerzo.
Bloo trató
de no perder la compostura mientras que el duque Sapphirus
observaba:
—Realmente es un joven muy
lindo. Un día tiene que venir a dormir con nosotros, ¿no lo crees, Smaragdus?
Haríamos un trío delicioso.
—Estoy totalmente de acuerdo
contigo, mi adorable esposo. Es una pena que no hayas aceptado el trono,
querido sobrino. Tu historia se ganó el corazón del pueblo. Si te alejaras un
poco de las extrañas creencias "humanistas" de tu padre podrías revivir
los tiempos de tu abuelo Aureus II, el regente más amado de la historia de la
Luna. Aún se me llenan los ojos de lágrimas cuando recuerdo el día en que lo
encontramos luego de aquella fiesta...Tanto placer, tanta belleza...
Opinó el
príncipe Smaragdus y el príncipe Argentus dijo con rencor, al recordar la
muerte de su padre Aureus II:
—Ese es el problema, primo.
Tanto placer y tanta belleza. La gente, sea de la casa real o sea del pueblo,
no puede vivir y morir cegada por los placeres mientras el mundo se derrumba a
su alrededor. Perdimos la Tierra y ahora consumimos el pasado. ¿Qué sucederá
cuando la historia esté tan manipulada y retocada que terminemos perdiendo el
control de todo?
Una
discusión comenzó entre los venerables miembros de la familia Lunae y Aureus
padre intercambió miradas con su prometida al notar que cada vez se caldeaban
más los ánimos. Justo entonces un pequeño sirviente E5 llegó y anunció la
llegada del último invitado. Todos guardaron silencio y Bloo se conectó con
Silver a través de su telepatía artificial, transmitiéndole todo lo que estaba
mirando y escuchando en la reunión. Silver, acompañado de Ziggy y los Marzanna,
observaba cada detalle de lo que Bloo le enviaba en una pantalla holográfica en
su despacho. Ziggy volvió a sentir un escalofrío y murmuró mientras esperaban
la llegada del misterioso Adámas:
—No sé por qué, pero sigo
teniendo la sensación de que es alguien que conozco...
Entonces
apareció un selenita muy extraño. Bastante alto para su raza, aunque con la
complexión esbelta y delicada de sus congéneres. Su vestimenta tenía el mismo
estilo andrógino de los selenitas de 3022, un negro traje largo y ajustado con
faldones hasta los tobillos. Tenía el cabello rizoso y de color añil. En sus
ojos, que no eran negros como solía ser en los Cosmos sino azules, había una
mirada serena y llena de aristocrática sagacidad. Se veía demasiado dulce y
pacífico para ser un Cosmos. Saludó a todos con exquisitos modales, incluyendo
a Bloo, a quien besó una mano mientras la felicitaba por el hijo que estaba
esperando. Los tíos de Aureus IV miraron al rey padre sorprendidos, como
esperando una explicación. Aureus III se aclaró la garganta y dijo entonces:
—Vaya...La muñequita de
Aureus hijo está embarazada. Claro que ese niño, si llega a nacer, será criado
en la Tierra y nunca se involucrará en los asuntos de la Luna.
El príncipe
Smaragdus replicó con desconfianza:
—Me cuesta creer que hables
tan fríamente de tu nieto, primo. Tal dureza en ti resulta sospechosa. Solo
diré que el pueblo no reaccionará bien ante un rey mestizo.
Luego la
princesa Ruby agregó:
—Sin duda sería un
escándalo. Pero mi sobrino rechazó el trono y realmente todos en este salón, a
excepción del joven Adámas, evadimos la responsabilidad de ser reyes de la
Luna...Es una presión horrorosa. ¿Qué te hace pensar que el débil hijo medio
Sapiens de la muñeca estaría interesado en regentar el infierno que todos
nosotros juntos no podemos afrontar?
—Lo está.
Dijo el rey
Adámas con una voz melodiosa que correspondía perfectamente a su aspecto
angelical, y luego continuó diciendo:
—Lo peor es que su ambición
está arruinando todo lo que he hecho desde que llegué al trono. Pero confío en
que ese problema se evitará si ustedes me ayudan.
Aureus IV y
Bloo se pusieron en actitud defensiva inmediatamente, pero Silver ordenó a Bloo
guardar silencio y escuchar. El rey Adámas continuó hablando con seductor
encanto. Sus movimientos estaban llenos de gracia y sutileza. Era todo un
caballero sin duda, pero eso no impidió que Ziggy, Aureus y Bloo continuaran
sintiendo desconfianza hacia él.
—En el futuro del cual
vengo, la vida en la Luna ha cambiado radicalmente gracias a ciertos riesgos y
sacrificios que tuve que encarar. Luego de que mis amados padres se retiraran a
descansar mudándose al París del siglo XIX para esperar la vejez...
La
prometida del rey interrumpió emocionada:
—¡Oh, es verdad!, mi querido
Aureus me prometió que cuando nuestro hijo crezca nos retiraremos a vivir en la
época de mis artistas favoritos. También debo decir que nuestro hijo es justo
como lo habíamos soñado, ¡soy tan feliz!
Aureus III
besó a su prometida en la frente y el rey Adámas los miró sonriendo con
amabilidad más que ternura, mientras reanudaba su discurso:
—Como decía, ...luego de
llegar al trono descubrí que había cosas que debían cambiar. Personas
inescrupulosas que manipulaban el pasado a su antojo con fines egoístas. Los
verdaderos responsables de arrebatarnos nuestro verdadero hogar, el planeta
Tierra, y a nuestros queridos antepasados, los Sapiens.
En ese
momento Silver se interesó más en lo que el rey Adámas decía y continuó
escuchándolo con atención:
—Comprendí que mi deber como
rey era arreglar aquello que otros no se habían atrevido a remediar. Eliminé
los obstáculos que me impedían modificar la historia y comencé a reescribirla
de modo que los Sapiens y los Cosmos convivan juntos pacíficamente. Sueño con
un futuro en que los Cosmos no tengamos que vivir recluidos en la Luna, sino
que podamos movernos libremente por la Tierra en nuestro propio presente. No
quiero que el Homo Sapiens desaparezca ni que los Homo cosmos no lleguen a
existir, hablo de estar todos juntos en este paraíso natural. Pero por alguna
razón mi sobrino ha venido a tratar de evitar todas mis acciones. Tanto es su
deseo de pararme que ha llegado a valerse de su derecho para reclamar al trono
que legalmente le pertenece pero que dudo use con fines nobles....
En ese
momento Aureus hijo estalló, se paró de un salto y se abalanzó sobre su medio
hermano tomándole el cuello mientras decía furioso:
—¡Mientes! Yo odio a la
Luna, todo el dolor de mi vida se originó a causa de ese reino maldito y pienso
transmitirle el mismo desprecio por la Luna a mi hijo; que también será el hijo
de Bloo, la mujer más compasiva y bondadosa que conocerás jamás. Ese niño nunca
será capaz de ambicionar tu trono ponzoñoso o dañar a alguien.
El rey
Adámas respondió sin perder la serenidad:
—Tienes toda la razón
hermano, pero la mala conducta de tu hijo no es culpa tuya o de tu amante.
Realmente no sé quién fue el culpable de su perdición, ni siquiera he visto a
tu hijo en persona hasta este momento; él permanece oculto, enviándome mensajes
amenazadores y manteniendo al pueblo agitado con actos terroristas. Creo que
todo se debe a la terrible influencia de...alguien muy cercano a ustedes...que
le envenenó la mente. Alguien que te odia a ti y siempre deseó verte lejos de
la dama de bronce. Alguien que también odia a tu hijo y por eso le arruinó la
vida inculcándole ideas nocivas.
Aureus
inmediatamente pensó en Silver y soltó a su hermano para volver al lado de Bloo
silenciosamente, con una expresión sombría. El rey Adámas continuó diciendo:
—Nunca supe muy bien quien
fue...Solo sé que fue alguien que se opuso a la unión entre ustedes dos y sus
celos lo llevaron a...
Hizo una
pausa mirando a Bloo y Aureus, que esperaban con ansias oír más, y continuó:
—Lo llevaron a asesinarlos y
a robarles su hijo para convertirlo en un vil títere. No sé quién fue, solo
puedo decirles que no confíen en sus amigos actuales.
Silver,
viendo todo desde su despacho, tuvo la sensación de urgencia de quien debe
recordar algo importante pero no sabe específicamente qué. Señaló a la pantalla
y dio un puñetazo a su escritorio mientras Ziggy y los Marzanna lo miraban
sorprendidos. Entonces escucharon a través de la pantalla a Aureus acercándose
al oído de Bloo para besarla y luego susurrarle en secreto:
—Tiene que ser el SL30 o
Ziggy...
Inmediatamente
después de esto se cortó la transmisión, Mari murmuró un juramento mientras
Ziggy se quedaba boquiabierta y algunas lágrimas le rodaban por las mejillas.
Durante la
cena, el rey Adámas reveló también como su padre había decidido cambiar las
costumbres de la Luna usándolo de ejemplo a él. En lugar de criarlo con una
nodriza o un ayo ciborg secuestrado, lo envió a la Tierra al cuidado de una
mujer Sapiens libre a la que le pagó por adoptarlo. Adámas no quiso revelar el
nombre ni la ubicación de la mujer, pero contó lo mucho que la amaba y como
ella le había dado el coraje para que cambiara la sociedad lunar y la llevara a
ser más virtuosa y menos hedonista. Explicó como había abolido la cruel
tradición de matar a las muñecas nodrizas como ceremonia de iniciación a la
madurez, y también había eliminado las leyes de Prometheus; sistema al que solo
él tenía acceso desde 3025, evitando así los abusos contra los humanos del
pasado. Convenció a todos de que estaba haciendo todo lo posible por reescribir
la historia pero que el hijo de Aureus y Bloo seguía empeñado en detenerlo.
Después de la cena, cuando los invitados se habían marchado y en la mansión
oculta bajo el manantial ya solo quedaban Aureus y Bloo, la pareja estaba tan
impresionada por lo que escucharon esa noche que acordaron no volver a
acercarse a sus viejos amigos nunca más. Al pasar las semanas y no tener
noticias de ese par, Silver reconfiguró su equipo ya sin tomarlos en cuenta;
usando a Pete en el lugar de Bloo como fuerza bruta y espía cuando era
necesario, y a Ziggy en el lugar de Aureus. La intuición de Ziggy no era tan
aguda como la del selenita ni tenía sus sentidos y agilidad felinos, ni la fuerza
de Pete era tan espectacular como la de Bloo; razones por las que los progresos
de Silver se volvieron mucho más lentos. Pero el hombre artificial estaba
dispuesto a seguir la misión así. Constantemente pensaban en quien podría ser
el traidor que llegaría a matar a Bloo y a Aureus, por lo que la relación entre
todos era algo tensa. Desconfiaban entre sí y aun de sí mismos. Pete tenía el
impulso para matarlos, el instinto asesino que alguna vez lo atormentó debía
estar oculto todavía en lo más profundo de su subconsciente. De Mari era
difícil sospechar, pero todos sabían que tenía carácter explosivo y un arma
selenita en su poder; podría haberlos matado estando iracunda. Ziggy también
tenía motivos para desearles la muerte, Aureus fue el primer amor de su vida y
su primera gran decepción. Y Silver era el asesino más probable. Sin embargo,
aún había algo que no estaba claro: quien de ellos sería tan perverso como para
tomarse el trabajo de envenenarle la mente a un niño. Los acosaban las dudas y
de vez en cuando peleaban acusándose entre sí, hasta que un día los tres
humanos llegaron a la conclusión de que solo el robot podía ser lo bastante
frío y calculador como para actuar de tal manera. Silver, que había permanecido
silencioso todo el tiempo, les respondió:
—No fui yo, no seré yo,
nunca podría serlo. Aureus y Bloo significan todo para mí. Los extraño y me
gustaría estar de nuevo con ellos.
Todos lo
miraron confundidos e incluso el mismo Silver pareció turbarse con su propia
respuesta, ya que abandonó a toda prisa la sala dando por terminada la
conversación.
El último
año escolar casi terminaba para Mari y Ziggy, dos jóvenes que parecían tener un
futuro prometedor; y ambas echaron de menos a Bloo, cuyo pupitre vacío les
recordaba su ausencia cada mañana. Un día, la maestra anunció que les
devolvería ya calificado un ensayo entregado días antes; pidió a Ziggy que
llamara a cada alumno y le devolviera su respectiva carpeta. Ziggy acató la
orden y comenzó a leer nombre por nombre, aburrida, hasta que llegó al nombre
del primo de Bloo y leyó:
—Laude Semana... ¡Digo,
Samana!
Todos
rieron y tras el incidente siguió leyendo los demás nombres, pero el de Laude
se le quedó en la mente como una canción pegadiza. Por la noche se tendió en su
cama a pensar en todo y nada mientras su hermano, que ese año había comenzado
la universidad en una ciudad cercana al pueblo, usaba la computadora de su
habitación y le pedía consejos para terminar su tarea de sociología. Eros se
tiraba de los cabellos tratando de escribir un resumen de seiscientas palabras,
cansado y enojado luego de conducir varios kilómetros desde la universidad
hasta su casa solo para hacer una tediosa tarea antes de dormir, y Ziggy alzaba
un oso de felpa con los pies; tumbada sobre su espalda en la cama mientras
canturreaba:
—Laude Samana, laudesamana,
laudamanas, ludasamada...Sadama...Lunade...
Entonces
tomó una hoja de papel y comenzó a escribir el nombre de Laude Samana
intercambiando las letras y dibujando líneas hasta que de pronto gritó,
sentándose en la cama con espanto mientras Eros la miraba confundido:
—¡Adámas Lunae!
18. Hombre original
Al ver que
la situación era peligrosa, Aureus se las arregló para esconderse a sí mismo y
a su mujer en un punto lejano de la historia y del pueblo. La pareja terminó en
un bosque medieval donde juntos crearon otra leyenda al aterrorizar a los
lugareños mientras se instalaban en una casa abandonada. Ya no tenían la ayuda
de Aureus III ni a Silver cocinando para ellos, así que tuvieron que robar
recursos de sus vecinos. Fueron tiempos difíciles y el futuro padre vivía
preocupado por conseguir algo con que alimentar a su pareja, Bloo parecía estar
siempre hambrienta. Aureus ya tenía fama de espectro ladrón de los bosques
cuando una mañana Bloo despertó con dolor de espalda. Al atardecer, los dolores
eran mucho más intensos y por la noche ambos ya estaban seguros de que ella
había entrado en trabajo de parto. Se suponía que las ciborg daban a luz
rápidamente y sin problemas, pero no sabían si era normal que sufriera dolor o
no. En su angustia, Bloo pidió a Aureus que la llevara con su hermana mayor o
con Mari, pero era imposible hacer semejante viaje en su estado. La chica
comenzó a llorar de miedo al imaginarse que el vientre podría explotarle para
que su hijo saliera de su interior, se levantó del lecho como si así pudiera
huir de su problema y antes de dar dos pasos cayó en cuclillas al lado de la
cama y comenzó a pujar. Sintió que algo le brotaba de entre las piernas y,
luego de un rato de confusión, Aureus se las arregló para recibir al hijo de
ambos que nació sin emitir sonido alguno. Finalmente, toda la familia estaba
reunida. Los dos rieron nerviosamente por la sencillez con que se había
resuelto el problema, lavaron al niño, lo envolvieron en una manta dentro de un
cesto y luego durmieron exhaustos hasta que media hora luego el bebé hambriento
comenzó a agitarse entre sus sábanas. La tarea de ser padres había comenzado.
Por un tiempo siguieron viviendo como animales, se turnaban cada día para uno
salir a conseguir cualquier alimento mientras el otro se quedaba en el nido
protegiendo al crío. Por las noches discutían sobre la incomodidad de su nuevo
hogar y trataban de idear como mejorar la calidad de vida de su hijo, al que
llamaron Argentus III en honor al tío de Aureus y quien a veces desaparecía de
la improvisada cuna para luego reaparecer misteriosamente al lado de su madre;
revelando así que era capaz de viajar por el tiempo y el espacio al igual que
el padre. Finalmente decidieron que el selenita iría en secreto a ver como
estaba la situación en 1997, mientras Bloo y el bebé permanecerían ocultos en
la edad media. No sabían cuánto tiempo estarían separados ya que Aureus no
estaba viajando guiado por Prometheus, sino que usaba su extraña habilidad para
transportarse entre lugares y siglos; pero él calculaba que no podría tardar
más de un par de días en "dar casualmente" con la fecha y el sitio
correcto. Bloo tuvo un mal presentimiento al dejar que tanta responsabilidad
cayera sobre su compañero, ella era mucho más sensata que el inmaduro Aureus,
pero estaba cansada por su reciente maternidad y prefirió que solo él se
encargara de esos asuntos mientras ella se dedicaba de lleno a criar su hijo.
Llegó el día en que Aureus partió y el pequeño Argentus seguía silencioso, sin
haber llorado siquiera. Bloo lo meció suavemente diciendo:
—Es tan callado, parece
ausente. Me preocupa su comportamiento, no parece hijo de nosotros dos. ¿Crees
que sea por la forma en que lo crio el tío de Ziggy? Quizás heredó también tu
capacidad de recordar los pasados borrados.
Aureus besó
la frente de su hijo y respondió, acariciándole una mejilla con los dedos:
—Supongo que fue así.
También creo que si los selenitas morimos en ese pasado donde nuestro hijo
nació por primera vez, quiere decir que en esa ocasión él creció en paz y nunca
tuvo problemas con la Luna del siglo XXX. Presiento que el viejo tío de tu amiga
es bueno, si regresamos al siglo XX él será el único en quien podríamos
confiar. No quiero volver a estar en contacto con mi padre o el SL30.
Luego se
alejó unos pasos e hizo aparecer su vara luminosa para probarla. Bloo dijo con
un poco de preocupación, mientras seguía meciendo al bebé:
—Mi hermana estará
preguntándose donde estoy. Querrá conocer a nuestro hijo, mi tía también. Pero
tanto mi hermana como mi tía se oponían a que estuviera contigo y tu hermano
dijo...Es horrible que desconfiemos de nuestros seres queridos. Ten mucho cuidado
si vas a hablar con el viejo Sennet.
—Mi intuición me dice cosas,
pero todavía no estoy seguro de nada. Iré ya.
Replicó
Aureus y Bloo se le acercó para besarlo amorosamente y decirle:
—Todo estará bien mientras
estemos los tres juntos. No tardes en volver, Lini.
Aureus le
guiñó un ojo con su forma tonta y traviesa de ser, y luego desapareció como
tinta negra diluyéndose en el viento.
A inicios
de 1997, Ziggy asistía a Silver mientras él le seguía la pista a otro
sospechoso; un estudiante de medicina que estaba vinculado con ciertos crímenes
de odio ocurridos en una ciudad cercana. Sin que nadie lo supiera, Ziggy hacía
sus propias investigaciones; estaba casi segura de que Adámas Lunae y Laude
Samana eran la misma persona, pero no quería decir nada al respecto a sus
amigos hasta comprobar plenamente sus sospechas. Una tarde, Silver revisaba los
datos sobre su nuevo objetivo en una de las pantallas holográficas que flotaban
en su despacho y después explicó a Ziggy; mientras ella escuchaba acurrucada en
un sillón:
—Se supone que mató a una
chica perteneciente a una minoría social y su familia lo está escondiendo de
las autoridades aquí en el pueblo.
Ziggy tuvo
un escalofrío y preguntó:
—¿Tan peligroso?
El hombre
artificial la miró con una sonrisa mecánica y dijo:
—Guarda la calma. Tú pareces
amoldarte al grupo de seres humanos que él acepta como sus iguales.
Probablemente no te mataría, solo te violaría sádicamente.
La muchacha
tragó saliva y Silver continuó diciendo:
—El odio es un sentimiento
ilógico. Más misterioso que el amor. No es racional desde el momento en que
omite toda posibilidad de dialogo o acuerdo entre ambas partes. A veces es
incluso contradictorio. Puedes odiar a tu padre luego de que él te abandone,
pero al mismo tiempo seguir amándolo y deseando que vuelva por ti.
—¿Tu padre te abandonó
cuando estabas "vivo", Silver?
Preguntó
Ziggy y él la miró seriamente, para luego decir:
—Nunca me habían dicho que
no estoy vivo. Me convencí de tener un alma, pero no se me había ocurrido
pensar en si estaba vivo.
Después se
sentó en otro sillón ante Ziggy, y siguió diciendo:
—No recuerdo muy bien a mi
padre. No creo me haya abandonado, pero sé que todos deben separarse de sus
padres alguna vez. Quizás yo me separé de él antes de tiempo. Quizás recuerdo
ese dolor y por eso siempre odié al selenita, porque sabía que él podía hacerme
experimentar otra vez ese sentimiento de desprenderse de un ser amado.
Oficialmente, mi cuerpo humano volvió a nacer este año. Espero nunca
encontrarme o saber algo de mi pasado al lado de mis padres, creo que hay un
recuerdo muy doloroso de mi infancia que he olvidado y temo recordar.
Ziggy lo
miró con ternura y fue a sentarse en su regazo abrazándolo. Luego le dijo al
oído:
—Silver, ¿y si yo te dijera
que te amo?
El SL30
respondió con su habitual indiferencia:
—Me alegraría mucho. Tú eres
una persona muy importante para mí, saber que también soy especial para ti me
garantizaría que permaneceremos más tiempo juntos. Anhelo compartir
pensamientos y sentimientos con alguien como tú.
Terminó de
hablar y hubo un largo silenció. Finalmente, Ziggy se atrevió a acercar su
rostro al de Silver, cerrar los ojos con timidez y besar sus labios. Fue como
besar a un maniquí, ya que el robot permaneció impasible en todo momento. Ziggy
lo notó y preguntó ruborizada:
—¿No has sentido nada?
—Estoy complacido, este
gesto significa que tienes un fuerte apego hacia mí.
Expresó
Silver fríamente. La muchacha bajó la mirada, confundida, y murmuró:
—¿Entonces podemos ser
novios...de verdad?
El SL30
respondió con otra pregunta:
—¿De qué manera podría
mostrarte la realidad de nuestra relación?
—No lo sé...Mostrándome
cariño no solo con palabras...Haciéndome el amor...
Dijo Ziggy
con vergüenza. La respuesta de Silver fue fría como de costumbre:
—He comprendido.
A
continuación, se puso de pie y la levantó con un solo brazo presionándola
contra su cuerpo hasta tenerla casi a la altura de su rostro, con los pies
colgando sobre el piso; la besó sin emoción y Ziggy sintió que le metía una
mano bajo la falda. Entonces volvió a ponerla en el suelo y dijo:
—Eres virgen. No quiero que
tu primera experiencia sexual sea así.
La chica
replicó sonrojada:
—No pienses en
mi...Entregarte esto...es mi forma de demostrarte mi amor...
Como si
nada, Silver respondió:
—Yo no tengo sensaciones
físicas, Siegfred. No puedo tener placer sexual. Tampoco poseo las
inseguridades de un hombre normal. Tu entrega no aumentará mi ego. Mi
sinceridad y procurarte lo mejor es mi forma de mostrarte mi amor.
Ziggy
volvió a subirse en su regazo y dijo en un susurro, buscándole el cierre de los
pantalones:
—Entonces...Si no quieres
recibirlo, ...dámelo a mi...
—Como gustes.
El SL30
volvió a levantarla del suelo, la llevó al borde de un escritorio donde la hizo
pegar el vientre y el pecho a la superficie plana. Temblando, Ziggy pudo sentir
que le bajaba la ropa interior y vio de reojo como sacaba de su chaqueta un
estuche del cual extrajo un frasco cuyo líquido usó para lubricarla. Cerró los
ojos esperando, pero los abrió poco después al sentir sus entrañas estirarse al
ser penetradas, la sensación fue demasiado para ella. Tuvo un orgasmo por el
simple morbo y Silver la soltó; jadeante pero sosegada. Después volvió a
cargarla y se sentó con ella en su regazo. Ziggy lo besó ya sin sentirse
inhibida y se recostó en él, mirando un pequeño hilo de sangre bajar por sus
muslos hasta su ropa interior enrollada sobre sus rodillas, y diciendo:
—Siempre temí que mi
verdadero amor existiera, pero en una época distinta a la mía. Naciste este año
y yo ya soy casi una adulta, si te llegara a encontrar… ¿Deberé esperarte...?
Silver
respondió:
—La carne disipa la
percepción de la mente y probablemente no te vería como a una compañera
aceptable. El tiempo nos separaba y esta fue la única forma de estar juntos.
Aunque ahora ni siquiera soy un hombre real, como dijo Selenita, soy una
máquina. Técnicamente aún eres virgen y en este momento estás sola.
La muchacha
se encogió con tristeza y volvió a interrogarlo:
—¿Pero si fuera posible y me
encontraras en el momento justo...?
—No habría muerto solo y sin
familia.
Respondió
Silver sorprendiéndose a sí mismo al recordar ese detalle de su vida humana que
había olvidado por completo. Ziggy se acomodó sobre él mientras comenzaba a
vencerla el sueño, y entonces sintió una sensación extraña. Fue así como
advirtió que Aureus estaba cerca, pero estaba muy somnolienta como para
investigar si su presentimiento era real o no.
Mientras
tanto, Aureus ya había ido a espiar la casa de los Marzanna y la caverna oculta
bajo el manantial; que encontró abandonada. Había una buena posibilidad de
volver a instalarse discretamente ahí con su familia y tratar de comunicarse
con la hermana de Bloo sin involucrarla mucho en sus vidas. Solo necesitaba una
persona de confianza que les ayudara a establecerse en la zona sin ayuda de
Aureus III o Silver, así que bajó de la montaña directamente a la casa de
Sennet. Era casi media noche y el anciano se preparaba para dormir, sirviéndose
una taza de té. Entró a su habitación, puso la taza en su mesa de noche y se
volteó ante un pequeño librero en la pared cuando de pronto sintió que alguien
lo observaba. Miró a un rincón sin luz y descubrió a la criatura que en sus
sueños había visto durante una noche de tormenta en la carretera. Sennet trató
de no parecer asustado y se sentó en la cama, simplemente mirándolo. Aureus
salió de la oscuridad y se le acercó reptando con siniestra suavidad felina,
para preguntarle:
—¿Qué hiciste con mi hijo?
Entonces el
anciano respondió serenamente:
—Le enseñé el camino del
bien y lo amé como si fuera mi propia sangre hasta que tuve vida para hacerlo.
El selenita
se quedó en cuclillas ante él, como pensativo. Luego volvió a interrogarlo:
—¿Qué fue de él al crecer?,
¿fue un hombre feliz?
Con
orgullo, Sennet relató:
—Conforme fue creciendo,
noté que había nacido con talento y ansias de aprender. Yo sabía que este
pueblo tenía poco para ofrecerle, así que llamé a un buen amigo para que lo
llevara a una gran ciudad y tuviera una educación que satisficiera sus deseos de
superarse. El muchacho no me defraudó. En poco comenzó a destacar y, para
cuando se hizo hombre, ya era un ingeniero ganándose fama y fortuna. Entonces
pude descansar en paz, ya que mi tarea se había cumplido y supuse que, en algún
lugar del limbo, los verdaderos padres de ese ángel que me fue confiado también
podrían estar tranquilos.
Entonces
Aureus bajó la mirada y dijo con pesar:
—No...No estábamos en paz.
Tuve que volver el tiempo atrás para volver a iniciar mi paternidad, lo he
vuelto a traer al mundo. Pero no sé cómo criarlo, temo arruinarlo todo y
meterlo en problemas; además debo mantenerlo oculto de mis paisanos o terminaré
poniendo su vida en peligro.
Sennet se
inclinó hacia él y propuso con entusiasmo:
—¡Permíteme ayudarlos de
nuevo! Conozco a Bloo desde hace tiempo y estoy solo, no tengo familia. Seré
feliz si me dejan apadrinar a este niño otra vez. Además, esa ciudad a la que
envíe al muchacho en aquella realidad de ensueño es lejana y totalmente ajena a
este pueblo. Vengan conmigo a ese sitio, tu hijo volverá a ser un gran hombre.
Te lo prometo.
Luego de
pensarlo unos segundos, Aureus contestó con recelo:
—Creo que es una idea
interesante...pero será mejor que la discutas con Bloo. No quiero tomar una
decisión tan seria yo solo, no estoy seguro de que es lo mejor para mi hijo. Ni
siquiera estoy seguro de si hice bien al elegir el nombre que le puse...
El viejo
rio y dijo en tono comprensivo:
—Debo confesarte que yo
tampoco estaba seguro de como llamarlo. Por unos años solo lo llamé
"hijito", hasta que él mismo me contó que su padre y su madre tenían
nombres de metales; oro y bronce si mal no recuerdo. "Bronce", claro
está, era Bloo. Así que lo llamé aleación, Alloy. Como seguía
inseguro de tal nombre, le agregué un apellido: Silverlight. Como en las
medallas olímpicas, entre el oro y el bronce está la plata; y la luz...porque
él fue la luz de mi vida.
Aureus tuvo
que apoyar las manos en el piso para no caerse por la conmoción. Lo miró con
los ojos abiertos a más no poder: Alloy Silverlight siempre había sido su hijo.
Por eso el SL30 amaba entrañablemente a Bloo y no se había atrevido a matarlo a
él, pese a que pudo hacerlo simplemente envenenando los caramelos de la casa o
disparándole mientras dormía. Aún después de la muerte y con la memoria
distorsionada, seguía amando a su madre y respetando a su padre. Aureus se
despidió del anciano diciéndole que hablarían después ya en presencia de Bloo y
salió por el tejado de la casa a toda prisa. Estuvo un rato dando vueltas por
los techos cercanos sin poder dejar de pensar en todas las cosas hirientes que
se habían dicho con Silver en los últimos años y todas las veces que habían
intentado matarse. Decirle a Bloo la verdad sería fácil, ella estaría orgullosa
de tener por hijo a un prominente científico, pero decirle al propio Silver que
ellos eran sus padres no iba a ser sencillo. Pensaba en eso mordiéndose las uñas
y mirando al horizonte cuando escuchó una vocecita llamándolo. Bajó la mirada y
vio a Ziggy con una pierna en la calle y otra dentro de la ventana de su
habitación, mientras lo veía extrañada. Aureus se le quedó mirando un rato con
disgusto y sin decir nada, incluso responder a Ziggy le hostigaba, hasta que
ella volvió a dirigirse a él:
—¿Aureus?, ¿eres tú? Hace
más de seis meses que no te veía. ¿Dónde está Bloo y que haces aquí a las tres
de la mañana?
El selenita
bajó de un salto y respondió desdeñoso:
—Qué haces tú entrando a
escondidas en tu casa a estas horas? Entrometida.
—Vengo de casa de mi novio.
Dijo Ziggy
con orgullo y agregó:
—He comenzado una relación
con Silver y es muy seria. Ríete si quieres, pero sé que él posee el alma de un
buen hombre y me alegra ser su pareja.
En lugar de
las burlas que Ziggy esperaba de Aureus, él la miró horrorizado y exclamó:
—¡Olvídate de tener algo con
él!, ¡tú no estás a su altura!
—Francamente, Aureus, eres
un tipo odioso. Con razón Silver te detesta...
Con la
última palabra de la chica, Aureus montó en cólera y dijo en un tono agresivo:
—¿No sabías que Silverlight
era mi hijo? Tu tío lo sabía, es sospechoso. ¿Por qué me lo habrás ocultado a
mí y a Bloo?, ¿pensabas hacer algo a nuestras espaldas?
Ziggy lo
miró boquiabierta y luego exclamó:
—¡Te juro que no lo sabía!,
¡mi tío es muy despistado y no me cuenta sobre la vida de otras personas! De
haberlo sabido se lo hubiera dicho a Silver hace tiempo. Sé que el pobre se
siente solo y se alegrará de reunirse con sus verdaderos padres...
Aureus le
dio la espalda y dijo:
—Cállate, no te atrevas...No
te atrevas... ¿Nunca lo has oído hablar de su padre? Lo idolatra. Piensa que
fue un hombre intachable, quizás tu tío lo sea, pero yo...Va a odiarme. Quizás
este es el destino...Que nunca estemos juntos.
—El destino puede cambiarse,
Aureus. Tú no estás con Bloo por casualidad y tu hijo no nació solo porque
debía nacer. Ambos tuvieron que hacer sacrificios y tomar decisiones para
llegar a este punto. Si no hubieran obrado así, lo más probable es que ahora tu
estarías en la Luna y Bloo ni siquiera existiría.
Opinó Ziggy
y Aureus replicó:
—Mi gente ha estudiado el
fenómeno del destino durante décadas. La concepción y la muerte de los seres
humanos son imposibles de anular. Sabemos que el destino se vale de recursos
inverosímiles para que los hechos ocurran inexorablemente.
Nuevamente
Ziggy exclamó llena de ánimos:
—¡Son reglas de la vida!, no
puedes negarle a nadie el derecho de existir, ni puedes escapar de la muerte.
Pero estos eventos si bien no pueden evitarse, si pueden posponerse o
adelantarse. Somos libres de hacer lo que queramos en ese plazo de tiempo desde
que nacemos hasta que morimos. Si no es así, ¿por qué Silver tiene una
fotografía tuya cargándolo en brazos si en el pasado borrado mi tío encontró a
tu hijo solamente envuelto con una manta? Ese retrato proviene de esta
realidad, aquí Silver fue criado por sus padres biológicos y los recuerda. Él
reconoció a Bloo al verla, ¡no solo pidió la ayuda de cualquiera!, fue y eligió
exactamente a su madre de entre todas las chicas del pueblo; y, por lo que
estuve platicando con él esta noche, sé que recuerda como su padre lo
protegía... ¿Te das cuenta? Ustedes dos no morirán y el destino será burlado.
Aureus, hay algo más. Es mejor que tu hijo siga oculto tras la personalidad de
Alloy Silverlight. No le he contado a nadie porque no estoy segura, pero hay
una persona que no estaba aquí en el pasado borrado y ha estado siguiendo los
pasos de Bloo...
El selenita
la miró sorprendido y justo en ese momento un automóvil salió de la nada,
zigzagueó por la calle y los golpeó. A la mañana siguiente, Ziggy despertó ante
su casa y junto a un charco de sangre. Se revisó el cuerpo alarmada y descubrió
que no tenía heridas. Luego vio que el rastro rojo se dirigía a la calle, donde
desaparecía ante las marcas de unos neumáticos que habían quemado el asfalto al
irse a toda prisa.
Ziggy ya ni
siquiera entró a su casa ni se preocupó porque esa mañana tenía escuela. Corrió
a reencontrarse con Silver y le contó todo lo sucedido salvo el contenido
exacto de la charla que tuvo con Aureus. No quería ser ella quien le rebelara
el que toda "la familia" en realidad sí estaba unida por lazos de
sangre. El hombre artificial le preparó un café y respondió:
—Guarda la calma, estaba un
tanto enterado del hecho. A través de una cámara de vigilancia que instalé ante
la casa de mi sospechoso, pude ver como esta madrugada él traía el cuerpo
inconsciente de Selenita. Ahora que me lo cuentas, sé cómo consiguió capturarlo.
El sospechoso está obsesionado con la idea de crear una raza humana perfecta,
seguramente diseccionar al más "perfecto" de los Homo cosmos le
servirá de inspiración para comenzar los cimientos del proyecto Evolución y
exterminar al Homo sapiens. Todas las piezas encajan, procederé a neutralizar.
Ziggy
exclamó alarmada:
—¡Pero date prisa!, ¡Aureus
puede estar muy mal herido o a punto de ser asesinado por ese loco! Había mucha
sangre en la calle y ya han pasado horas...
—No pienso darme prisa. Ya
ubiqué a mi objetivo. Es todo.
Replicó
Silver y Ziggy sintió nauseas ante la insensibilidad de la máquina, quiso
gritarle algo, pero se contuvo. Dio por terminada la charla y corrió a casa de
los Marzanna. Al solo escuchar las palabras sangre y accidente, Pete tomó las
llaves de su camioneta y fue junto a Mari y Ziggy a la casa del sospechoso. En
el camino, Ziggy les contó todo sin omitir detalle; y al llegar al sitio donde
presuntamente estaría Aureus secuestrado, una bodega ruinosa en las afueras del
pueblo, ya Pete y Mari estaban listos para actuar; él con su traje de sirviente
de la Luna y ella en su versión Homo cosmos. Pete se quitó la chistera y el
sobretodo para cubrir con estos a Ziggy y dijo:
—Esto se pondrá violento. Es
mejor que solo tú y yo entremos, Mari. Pero te diré una cosa, estamos ante uno
de los miembros de Alma Colectiva más importantes para los selenitas, el que
concibió la idea de crearlos. Si nos descubren actuando en contra del
nacimiento de los Homo cosmos desataremos graves conflictos.
—Se supone que soy una
selenita y tú de hecho eres un juguete de la familia Lunae. Diremos que el
padre de Aureus IV nos mandó a recoger a junior que se metió donde no debía y
asunto terminado, nadie protestará.
Opinó Mari
y partieron juntos, dejando a Ziggy oculta en la maleza. Estando en su versión
Cosmos, Mari era capaz de hablar con Pete usando la telepatía artificial que
los selenitas habían creado para sus propias telecomunicaciones; así él pudo
dirigirse a la parte trasera de la bodega mientras ella echaba un vistazo a la
puerta principal y le decía:
—No quise hablar de esto
frente a Ziggy, pero...
—Lo sé, puede que ya no
encontremos vivo al chico.
Pete
respondió, a través de sus pensamientos. Luego sacó sigilosamente sus cuchillas
de tallado y comenzó a falsear la cerradura de la puerta trasera, al mismo
tiempo que Mari tomó su brazalete y lo estiró en una cinta luminiscente que
luego conformó una espada de fulgor azulado. La pelirroja notó que la puerta
estaba entreabierta y tomo aire mientras se pasaba los dedos por los costados
rapados de la cabeza, entonces entró al lugar abriendo de una patada y
gritando:
—¡Vengo de parte de Aureus
Rex Lunae III!, ¡entréguenme a su hijo!
Un olor
nauseabundo infestaba el interior del edificio y pudo ver como las paredes y el
piso estaban embadurnados de una sustancia negruzca en la que se agrupaban
cientos de gusanos. Aguantó las ganas de vomitar cubriéndose la boca y comenzó
a explorar entre una serie de cuartuchos en los que se dividía la bodega. La
mayoría de estaban llenos de contenedores de químicos y bolsas plásticas
dobladas. Otros tenían grandes toneles de metal llenos de una sustancia en la
que flotaba algo que parecían ser restos humanos. Mari gruñó una obscenidad al
imaginarse el tener que buscar en esa sopa abominable los trozos de su
descendiente. De pronto escuchó la voz de Pete llamándola y corrió al punto de
donde se originaba el sonido, saltando entre cajas vacías y más trozos de
cuerpos sumergidos en baldes y viejas tinas. Encontró a Pete cubriéndose la
boca con un pañuelo ante una sala refrigerada, diciendo:
—Por suerte se nos ocurrió
no dejar que Ziggy viniera con nosotros...
Mari se
asomó y gritó otra palabra soez. La sala estaba repleta de cabezas a las que
habían desfigurado quirúrgicamente para que tuvieran una apariencia similar a
la de los Homo cosmos; también había cuerpos colgados y decapitados, con la
grasa extraída y la piel estirada para darles un aspecto atlético y esbelto.
Pete observó:
—Creo que a algunos les hizo
esto mientras vivían...Quiere "mejorar" a la gente dándoles este
aspecto. Mira, en los más frescos casi ha logrado que parezcan
"naturales" pero los cambios que hace con cirugía no deben ser
estables en un ser vivo ni se transmitirán de una generación a otra. Si
encontró a Aureus lo querrá para dejar la "cirugía estética" y
comenzar a experimentar con genética.
Entonces
Mari dijo:
—Está loco y es un imbécil,
para saberlo basta ver este tiradero infernal. Primero lo matará para ver cómo
es "la perfección por dentro" y luego usará los trocitos para
"planear la creación del hombre perfecto". Así es como nacieron los
Homo cosmos, ¿recuerdas? a través de muchos ensayos y errores. Nunca hubo un
modelo original, solo acumulaban "mejoras". Busquemos aquí antes
que...
Entonces
escucharon ruidos entre unas mantas de material plástico detrás de ellos y se
acercaron sigilosamente. Algo se movía debajo del montículo y Pete apartó las
sábanas de un tirón, encontrando a un cadáver putrefacto que expulsaba gusanos
del estómago en un volcán nauseabundo. Mari se alejó unos pasos para vomitar y
Pete volvió a cubrir el cuerpo a la vez que meneaba la cabeza en repudio ante
el hecho. La pelirroja no terminaba de devolver su desayuno cuando sintió unas
manos frías en torno a su cintura y un peso en la espalda, gritó liberándose de
quien la asía y al voltearse en actitud defensiva vio a Aureus con parte de la
cabellera rubia ensangrentada, apoyado en una pared y balbuceando:
—Mamá, ...quiero irme a
casa...
Luego se
desplomó en el piso y Mari corrió a recogerlo mientras le examinaba las heridas
y lo reprochaba suavemente:
—Chico idiota, siempre
vienes a buscarme hasta que ya estás hundido en el barro hasta el cuello. ¿Qué
te hicieron, donde está el que te trajo a este lugar?
—Quieren saber dónde está
Bloo. No les digas...
Pete lo
cargó en brazos tratando de sonreír entre el hedor de la muerte y la
incertidumbre de la situación en que estaban y dijo:
—Ya está, no te preocupes.
Voy a comunicarme con el SL30 para que venga con la policía a esta pocilga.
Debe haber muchos crímenes por resolver que se esclarecerán luego de sacar a la
luz todo esto. Mari, ve tú adelante por favor y ábrenos la puerta. Salgamos
rápido de aquí, no soporto esta peste.
Se
dirigieron a la entrada principal y la encontraron cerrada, Mari no recordaba
si ella la había dejado así o no. Era una gruesa puerta de metal en un sólido
muro de concreto, por lo que no parecía buena idea intentar derribarla;
prefirieron volver a la puerta trasera que Pete estaba seguro de haber dejado
entreabierta, pero llegaron al sitio y descubrieron que también estaba cerrada.
Mari echó un vistazo a las ventanas del lugar, que estaban a unos tres metros
sobre el suelo cubiertas por barras metálicas, y se dio cuenta de que algo iba
muy mal. De pronto escucharon golpes y gritos desde afuera. Por un momento
pensaron que sería Ziggy o Silver. Pero al no reconocer la voz y notar que
quien gritaba estaba insultándolos para que salieran, Pete dijo con extrañeza:
—Es el sospechoso, el dueño
de la bodega. Cree que nos hemos encerrado aquí por voluntad propia. Alguien
nos encerró y no fue él.
—Nadie entra, ni nadie
sale... ¿Por qué?
Gruñó Mari,
volviendo a empuñar su arma, mirando a los alrededores. Entonces Pete vio un
enorme contenedor rectangular con dos caracteres impresos y advirtió en voz
baja:
—Aguarda...Eso no estaba
ahí, y por lo que leo, se trata de un artefacto selenita. Ese símbolo en la
tapa significa "E", el otro garabato que está al lado es un número.
Generalmente clasifican a los esclavos según su tipo por una "E" y un
número. E1 es un sirviente robótico viajero, como los Silverlight. E2 es un
sirviente ciborg, como Bloo y yo. E3 es un simple robot no humanoide que no
hace viajes en el tiempo, E4 es un ciborg para limpieza especial y el E5 es un
robot para limpieza doméstica. Aquí dice "E4".
Se escuchó
un ruido de metal retorciéndose y Mari preguntó:
—¿Qué es exactamente un
"ciborg para limpieza especial"?
Hubo otro
ruido, esa vez el de un gran peso cayendo en el suelo, Pete explicó:
—Son híbridos de primates
mayores con reptiles. Se regeneran rápidamente y tienen una fuerza descomunal;
además de ser muy grandes, baratos y sin raciocinio. Son controlados por medio
de aparatos implantados en sus cuerpos y generalmente se usan para cargar
objetos pesados o con fines recreativos...Como matar Homo sapiens. De ahí el
nombre "limpieza especial": limpian, exterminan.
—Cuida al niño, tendré que
ocuparme de esa alimaña...
Mari aún
hablaba cuando un enorme ser desnudo y sin genitales apareció por la puerta.
Medía casi cuatro metros de altura, debiendo encorvarse para caminar dentro de
la bodega; y su cuerpo, pese a ser antropomórfico, era muy similar al de los
reptiles. "Putos Homo cosmos", gruñó Mari entre dientes y luego se
dirigió a Pete:
—¿Cómo se desactivan estas
cosas, tiene un botón de apagado en el culo o algo?
Pete se
pasó el pulgar ante el cuello, en un movimiento de corte y Mari comenzó a
tratar de idear como darle muerte al gigante monstruoso. Comenzó por correr
lejos de sus compañeros para atraer la atención del E4 y ponerlos a salvo, pero
la bestia la ignoró, estaba ahí para destruir al hijo del rey selenita. Mari
tragó saliva y se dispuso a cortar, su espada conectada a sus propios impulsos
nerviosos reaccionó ante sus deseos y se envolvió en un fulgor rojo
incandescente mientras se hundía en la pierna del ser; que ni siquiera se
detuvo a ver que le había pasado, inmune al dolor. Mari siguió cortando
frenéticamente, sin obtener mayores resultados, y Pete gritó a la vez que huía
del E4 a través de un pasillo:
—¡Amor, anularé sus sentidos
para que deje de perseguirnos! Lanzaré mis cuchillas a sus ojos y su nariz,
para mi es fácil acertar puesto que mi parte robótica se encargará de dar en el
blanco.
Dicho y
hecho, Pete lanzó sus cuchillas exactamente a los órganos de la vista y el
olfato del monstruo, llenándolos de sangre e inutilizándolos; pero la bestia
siguió caminando como si nada. Mari miró a su esposo con escepticismo y él
exclamó:
—A lo mejor se guía por el
oído...o por vibraciones... ¡Córtale las piernas!
Dando
estocadas y aserrando, Mari llegó a escalar hasta los hombros del E4 y ahí
empezó a golpearle la frente hasta que algo crujió. Entonces finalmente la
bestia hizo una reacción, tratando de quitársela de encima mientras Mari bajaba
de él entre saltos y resbalones; luego todo se volvió un desastre. El E4
enloqueció, rompió paredes y derramó los contenedores con partes de cadáveres,
causando tal desorden que entre los objetos que volaban por los aires uno chocó
contra una gran lampara industrial que explotó incendiando los químicos. Por
suerte la bestia había destrozado una ventana durante su arrebato y Mari y
Pete, cargando a Aureus, lograron alcanzar el agujero abierto al subir por unas
cajas; así escaparon. Llegaron al exterior, encontrándose a Silver acompañado
por Ziggy; con el sospechoso a sus pies, ya neutralizado. Ni siquiera tuvieron
tiempo de saludarse pues una pared se derrumbó justo detrás de ellos y el E4
volvió a la carga, dirigiéndose directamente al grupo. Silver pidió a todos que
guardaran la calma, como siempre, hizo uno de sus pases de magia y convirtió su
Glock 17 en una carabina de francotirador con la que disparó hábilmente a la
cabeza del monstruo. El tiro provocó apenas un agujero pequeño en la frente del
E4 y, cuando Mari estaba a punto de protestar por la ineptitud del SL30, el
cráneo de la bestia explotó grotescamente y el resto de su cuerpo se desplomó
consumiéndose en llamas. Silver desapareció el arma con otro pase de
prestidigitación y dijo:
—En poco estarán eliminados
los restos del E4, será mejor que nos vayamos pronto; Prometheus ya está
enterado de este evento y ha entrado en alarma. He reportado el incidente al
rey Aureus III, para cubrirnos las espaldas. Supongo que le interesará saber
que alguien de la Luna mató a su hijo.
Pete miró
al selenita en sus brazos y dijo:
—Tiene una herida en la
cabeza y se ve débil, pero está vivo.
—Selenita es una plaga
difícil de eliminar. Me decepciona.
Concluyó
Silver, dirigiéndose a su Cadillac mientras las patrullas se escuchaban a lo
lejos.
Todos se
dirigieron a la casa de Silver para pensar cual sería el siguiente paso y
tratar las heridas de Aureus. Al llegar a su destino encontraron una nueva
sorpresa: la puerta estaba abierta. Pete y Mari recobraron su apariencia normal
y se quedaron en el Cadillac con el selenita medio inconsciente mientras Silver
entraba a la casa con paso firme, seguido por Ziggy. Al asomarse a la sala de
estar encontraron a Eros, quien los miró con sorpresa y dijo a su hermana:
—¡¿Dónde estabas?!, hay
sangre frente a la casa y mis padres se mueren de miedo al no saber nada de ti.
Silver, algo más, esta mañana me encontré a estas dos damas. Buscan a tu primo,
el raro...
Al decir
esto, Eros señaló al sofá, donde Bloo esperaba sentada al lado de lady Adámas,
en su versión Sapiens. Bloo estaba cabizbaja, vestida con ropa raída y cargando
a su hijo. La prometida de Aureus III habló:
—Ayer recibí un mensaje
desesperado de Bloo. Moví cielo y tierra por traerla hasta aquí. Aureus debió
haber llegado a este...pueblo ayer a eso de las seis de la tarde.
Continuó su
discurso tratando de no mencionar directamente los viajes en el tiempo frente a
Eros, a la vez que acariciaba el cabello de la joven madre:
—¿Ustedes saben dónde está
él? La pobrecita lo ha estado esperando con su bebé en un sitio muy lejano
desde hace mucho. Por suerte el niño pudo venir hasta aquí con ella pese a… no
estar preparado para un viaje así. Él y su madre son muy fuertes.
De pronto
Ziggy notó que había alguien más en la sala, Laude Samana escuchaba todo desde
un rincón; mirando por encima de sus gafas en actitud recelosa. Ziggy sintió
que le hervía la sangre y preguntó con arrebato:
—¡¿Qué hace Laude aquí?! Es
día de escuela, debería estar en clases.
Laude
respondió con sorpresa:
—¡¿Que qué hago aquí?!
Escuché que hubo un accidente frente a tu casa y decidí ir a ver como estabas
antes de ir a la escuela. Iba en camino a visitarte cuando vi que tu hermano
llevaba a mi querida prima Bloo en su coche. He venido a ver cómo está ella y a
conocer a mi sobrinito...Ni siquiera sé cómo se llama. Mi madre y mi prima
mayor también querrán conocerlo. ¿Te parece raro que la familia quiera reunirse
para ver por primera vez a un nuevo miembro del clan?
La
jovencita rubia se dirigió a lady Adámas y dijo:
—Usted le avisó a
"Laude"...
Lady Adámas
la miró desconcertada y en ese momento entraron Mari y Pete, seguidos por
Aureus que apenas podía caminar. Al solo mirarlo, Bloo corrió a recibir a su
amante con el hijo de ambos en brazos. El beso de reencuentro fue apasionado y
Pete, Mari, Eros, Silver y Laude tuvieron que hacer grandes esfuerzos por no
mostrar su espanto por el vehemente amor interespaciotempororracial manifestado
ante ellos; mientras las luces de la casa titilaban a causa de la conmoción de
Bloo. Notando que no era buena idea que él y su hermana estuvieran presentes en
medio de un serio conflicto familiar, Eros tomó a Ziggy de un brazo y se
despidió de todos atropelladamente; volviendo juntos a la casa de sus padres.
Silver pidió a lady Adámas y a Laude que volvieran otro día, al tiempo que
Aureus dijo a Bloo que se instalaran en la vieja habitación que antes
compartían en esa casa y Pete se ocupaba del bebé ya que sus padres estaban
exhaustos. Silver ni siquiera quiso verlo y Mari no tenía ninguna experiencia
con niños tan pequeños, así que prefirieron solo mantenerse al margen. De
momento, Bloo no pudo comprender porqué Aureus insistió en que se quedaran con
Silver, pero en cuanto estuvieron solos él le reveló que Alloy Silverlight
siempre había sido su hijo. Bloo escuchó todo perpleja, suspiró comprendiendo
al fin porqué sentía ese cariño entrañable por el SL30 y dijo, sentándose en la
cama:
—Al menos podemos estar
orgullosos. No sé si él pueda estarlo de nosotros, pero me alegra saber en qué
se convertirá al crecer. Lo hicimos bien, ¿verdad?
Aureus se
sentó al lado de ella y la miró, simplemente sonriendo. Bloo le recogió parte
del cabello detrás de una oreja y le acarició el cuello y la nuca, recostándolo
en su hombro. El pequeño hijo de los dos seguía al cuidado de los Marzanna que
también decidieron pasar la noche en el viejo café del pueblo y Silver se
recluyó en su despacho. Si alguien le hubiera tocado la cabeza en esos momentos
habría notado que estaba ardiendo, era una máquina sobrecalentada por el exceso
de trabajo que le daba el soportar la idea de quedarse tranquilo bajo el mismo
techo en el que su rival estaba disfrutando de su triunfo.
Al día
siguiente, Ziggy reapareció en la casa de Silver durante el almuerzo. El noble
Pete seguía ocupándose del pequeño mientras Mari volvía de la escuela
quejándose de lo despreocupada que era la madre del niño; poco después se les
unió Silver para servirles algo de comer. Ya estaban todos sentados en la mesa
cuando llegaron Bloo y Aureus para anunciarles a todos que el pequeño Argentus
tendría una hermanita, el cuerpo ciborg de Bloo reportaba que habían concebido
una niña; la noticia no sorprendió mucho a los demás ya que la noche anterior
las luces habían fallado hasta el amanecer mientras que los gritos de Aureus,
que no sabía cómo ser discreto, no dejaban dudas sobre lo que estaba pasando en
el viejo dormitorio de Bloo. Mari inició un largo sermón sobre la completa
falta de planificación familiar de la pareja y Silver seguía luciendo
descompuesto, por momentos se congelaba y olía como a plástico quemado. Ziggy
lo notó y comenzó a preocuparse. Entonces Aureus recordó la charla con Ziggy
que el accidente en la calle había interrumpido y le preguntó qué era lo que
ella no había terminado de decirle. La muchacha rubia finalmente compartió su
teoría con los demás:
—Tiempo atrás, descubrí que
"Laude Samana" es un anagrama de "Adámas Lunae"; además mi
tío nos reveló que Laude no fue parte del pasado original; al igual que Adámas.
También recordé la sospechosa historia de la tía de Bloo acerca de cómo terminó
adoptando a Laude: según ella, una noble familia extranjera se lo confió porque
son muy buenos amigos. En palabras de la tía, Laude tiene sangre azul, pero
nunca define exactamente de donde proceden los aristocráticos padres biológicos
de su hijo adoptivo. Durante toda mi vida pensé que solo era otra fantasía de
esa señora tan conflictiva, pero ahora estoy casi segura de que Laude es el
segundo hijo de Aureus III. Eso explicaría porque siempre tuvo una relación
tormentosa con Bloo y nos vigilaba a todos disimuladamente.
Bloo tomó a
su hijo de brazos de Pete y rio diciendo:
—Laude siempre me pareció un
extraterrestre, no encaja en ninguna parte. Pero no puedo creer que ese idiota,
que se hacía pis en mi cama cuando se quedaba a dormir en mi casa, sea el mismo
rey selenita que vimos aquel día. Adámas Rex es refinado y fácilmente se gana
la confianza de los demás, Laude es así pero solo para las viejas que lo miman;
para todos los demás es un ñoño, mojigato y quejica.
Entonces
Mari observó:
—Ahora que lo pienso...Esa
forma de hablar ceremoniosa del rey Adámas sonaba algo similar a la presunción
con que tu primo se dirige a todo mundo, por cierto, que tiene unos gustos muy
raros respecto a su dieta. Nunca lo he visto comer algo que no sea sopa o
postres, igual que Aureus. Quizás...
—¡Mari!, ¡el chico le cae
mal a medio pueblo y su madre nos pagaba con chocolate para que fuéramos sus
amigas! Laude solo es rey en su casa y para su mami.
Objetó Bloo
y Mari asintió con la cabeza para expresar que recordaba el hecho. Mientras
hablaban, Pete se levantó un momento a revisar cuantas cuchillas de tallado le
quedaban y las guardó en una mochila que solía llevar en su camioneta; luego
revisó que más tenía dentro y encontró un par de pinceles ya inutilizables y
una cámara instantánea que llamó la atención de Bloo, tanto así que dejó al
bebé al cuidado de Aureus y se acercó a mirar de cerca y hacer preguntas. La
curiosidad infantil de la morena hizo que algo se moviera en Silver. La miró
conteniendo sus impulsos destructivos al ver como esa niña pura que él había
intentado rescatar había terminado siendo la hembra para reproducción de un vil
selenita. Luego miró a Aureus, que cargaba a su primogénito con orgullo, y
quiso matarlo. A una velocidad vertiginosa computaba posibilidades siniestras
que no llevaba a ejecución solo por respeto al resto de los presentes. Después
de todo, para él Bloo ya estaba demasiado infestada con la inmundicia de la
Luna. En ese mismo momento germinaba en su vientre otra semilla ponzoñosa del
selenita y ella estaba feliz por eso. Por primera vez en su vida sintió rechazo
por Bloo, le pareció sucia y tonta; incluso pensó que sería buena idea
eliminarla también. De pronto Pete animó a Bloo para que probara la cámara y
ella hizo una foto de su hijo en brazos de Aureus. Pete recogió la fotografía y
la agitó en el viento para que se revelara. Luego alabó alegremente a Bloo por
la hermosa imagen del bebé que había logrado y se la mostró. Ella la observó
emocionada y después se la enseñó a Mari que estaba sentada al lado de Silver y
se la pasó a él para que la viera también; mientras Ziggy se levantaba de la
mesa de un salto al adivinar lo que estaba a punto de pasar, pero ya era tarde.
El robot reconoció la escena al instante. Hizo aparecer una pantalla
holográfica donde miró su fotografía de recién nacido en brazos de su padre y
la comparó con la instantánea que Bloo acababa de hacer. Comprendió que era la
misma y todos guardaron silencio en la sala, viéndolo rodearse de humo. El olor
a plástico chamuscado llenó el ambiente y Silver dijo con voz distorsionada
saliendo de su garganta:
—Mi procesador...no puede
trabajar con tanta información...Demasiados cómputos en ejecución, no puedo
seguir...He cometido un error fatal...
A
continuación, alzó un brazo con movimientos toscos y usó su propia mano para
atravesarse el pecho y arrancarse un amasijo de cables y circuitos palpitantes
como vísceras. Luego se desplomó en la silla y habló mientras su voz se apagaba
poco a poco hasta desaparecer para siempre ante el horror de todos:
—La carga de procesos ha
sido aliviada, pero el problema no se ha resuelto...SL30 no puede seguir en
funciones.
Hasta ese preciso momento el hijo de mes y medio de Aureus y Bloo lloró por primera vez.